Partida Rol por web

Amanecéis con los rayos del sol, el calor es casi insoportable, cuando abrís los ojos....

Arena, arena es lo único que podéis ver casi a cualquier lugar al que miréis, salvo en un lugar, en el que podéis sentir como una vida se escapa. Somiel, yace tumbada sobre la arena, mientras su vida aun escapa por sus labios, ninguna herida aparente, ningún signo de lucha, simplemente, muerta.....

Cuando alguien se acerca hacia el cuerpo de somiel, su pie tropieza con algo duro, y al bajar la cabeza, lo que ve es un cráneo. Curiosos os acercáis a ver de que se trata, apartáis la arena, y entonces, reconocéis las ropas, Lumiel, 2 muertes en una noche, Lumiel y Somiel.... Pero entonces, un grito desgarrador llama vuestra atención.

Raciel cae de rodillas, gritando de dolor, llevándose las manos al rostro, mientras, su piel, su armadura, comienza a desquebrajarse, de las fracturas surgen rayos de luz que os ciegan momentáneamente, y cuando recuperáis la visión, donde antes estaba Raciel, se encuentra un confundido Imamiah.

A vuestro lado, se haya el ya conocido espejo de Obsidiana

Páramo estéril... Incapaz de albergar vida, tres almas he de recoger, y una vengo a traer.

Las palabras de la Muerte resuenan mientras sus cadenas arrastran dejando surcos. Extiende su mano y en ella, unas esferas de neblina y arena.

Somiel, besar a la muerte tiene un precio. Lumiel, tu espada no puede evitar lo inevitable. Raciel, tu tiempo se ha extinguido...

Entonces se gira para clavar sus vacíos ojos en Imamiah.

... y el tuyo ha vuelto. Pero ten cuidado, en el reloj de arena los granos no cesan su tránsito.

Y se desvanece entre las brumas, desapareciendo con un sencillo soplo de viento, mientras sus palabras se pierden como un eco.

Recordad... indicadme el alma... _{y vendrá...}

Me acerco a inspeccionar los cuerpos de las hermanas caidas, pero eso no hace más que crearme todavía más preguntas. Después veo a Imamiah y todavía me surgen más preguntas en mi cabeza.

Al fin me decido acercarme a Imamiah y le respondo.

-Bienvenido Imamiah. No se lo que ha pasado aquí con nuestras hermanas Raciel, Somiel y Luciel y me invade una gran pena. Aun y todo me agrada que hayas vuelto con nosotros y espero que puedas ayudarnos a salir de aquí. Estamos intentando encontrar a los traidores que nos estan matando a todos  para asi poder idear una forma de salir de aquí. Azrael ya nos dijo que no debíamos dudar de tu pureza y fue comprobado por Metatron. Durante tu ausencia de entre nosotros también hemos deliberado si necesitamos un lider y quien podría llegar a ser ese lider, pero de momento no hemos llegado a nada en este punto. Yo misma me he negado a liderarnos. Por otro lado, también hemos discutido sobre nuestros poderes y se han sabido algunos poderes, tanto revelados por los poseedores, como por algún hermano que sabía de ellos. Luego, tambien hemos intentado crear un grupo que estuviese libre de dudas, pero solo se ha llegado a la conclusión de que a penas ahí un par de hermanos que se puede confiar plenamente. Los nombre de estos que mas se han repetido han sido los de Ylahiah, Azrael, Metatron y el mio propio, pero espero que puedas sacar tus conclusiones de nuestras acciones y consigas aclarar las dudas que tengo con respecto a este tema. Por último, justo antes de perder la cosciencia he propuesto que Metatron y Gisiel se analizaran mutuamente para descartar a los dos de una posible corrupción y asi poder confiar de momento en Azrael, puesto que Metatron ha dicho que se está corrompiendo gradualmente y que probablemente pasará al lado de Lucifer en dos o tres ocasos.

A pesar del sol que nos iluminaba, aquel era un oscuro día. Habían caído tres de nuestros hermanos... ¿Por qué ellos? Lumiel, por ejemplo, se había declarado neutral... Y Somiel no había aportado mucha información que pudiese perjudicarles. ¿Y cómo había pasado? ¿Había más traidores que los que ya conocíamos? Sin embargo, al igual que uno de ellos sufrió la muerte, Imamiah regresó.

- ¿Hermano? -le miré, aún incrédula.- ¿Nos traéis algún tipo de información? -Decir que me alegraba de volverle a ver sería mentir. Tampoco me disgustaba, simplemente trataba de mantenerme emocionalmente al margen. Al menos hasta que se confirmasen alianzas. Confiaba en Metatron, pero Azrael seguía sin darme demasiada confianza, aún cuando todavía no había cambiado de bando...

Vuelvo a despertar tras dormirme profundamente de nuevo, ¿hace falta que nos duerman cada vez que cambiamos de lugar? Eso hace que me sienta confusa...
Al abrir los ojos el panorama me muestra que nuestra situación es cada vez peor. Estamos en un desierto, donde nada mas ver las arenas entran ganas de dar un trago de agua. Pero lo que mas llama mi atención no es eso, sino los dos cuerpos tendidos en el cuerpo, Somiel y Lumiel...
-¿Por qué ellas?, ¿y por qué así?... no se supone que ya habíamos realizado las votaciones?- cada vez entiendo menos lo que ocurre. Al echar una mirada a mi alrededor veo como otra hermana, Raciel, se sujeta la cara con las manos, la cual se está agrietando. Un destello de luz y de repente, en lugar de Raciel está Imamiah de nuevo con nosotros. No puedo evitar restregarme de manera disimulada los ojos para convencerme de que la mirada no me falla. No puedo articular palabra alguna, por lo que decido simplemente decir con una cálida sonrisa
-Bienvenido de nuevo hermano-.

Tres muertes? Tres!!... se lamenta por dentro, el combate contra la oscuridad era duro y por lo visto el ejercito de Lucifer estaba dispuesto a todo.

- Imamiah, hermano, es bueno verte nuevamente... disculpa si no expreso mas alegria que esta, tres angeles han caido en manos del maligno... Raciel, que habia dado muerte a Lucifer, Somiel, que confiaba ciegamente en todos, e incluso Lumiel, que permanecia neutral en esta disputa... es que hay acaso tres demonios entre nosotros?... me siento impotente ante tanta injusticia - 

_Es bueno verte nuevamente, Imamiah. Si no me ves alegre es porque tú has vuelto, pero tres se han ido. Respecto a lo que dices, Gisiel, tengo una sospecha. Quizás quien haya asesinado a Lumiel esté de nuestro lado y la haya atacado pensando que atacaba a un demonio. Ella misma reconoció que no festejaba la muerte de un demonio, cuando ellos han sido nuestros enemigos desde el principio de los tiempos. Quizás haya pensado que había perdido el rumbo. Es solo una posibilidad...

Algo comienza a a pasar, vuestros recuerdos, podéis verlos solo segundos hasta el momento de despertar en este desierto, y el tiempo comienza a rebobinarse, la arena del desierto cubre a Imamiah formando una especie de caparazón que toma la forma de Raciel, como antes de que esta muriera, Somiel se levanta de una forma extraña, forzada, el mismo movimiento que cuando caes, pero en sentido contrario, y en los huesos de Lumiel, comienza a crecer la carne y el pelo nuevamente, los 3 regresan a la vida, pero, Imamiah a vuelto a caer, el transcurso del destino a ha cambiado, el destino ha decidido, que esos 3 debían seguir vivos. Tras eso, el tiempo avanza nuevamente, a una velocidad de vértigo, con ligeras modificaciones, las cuales son la presencia de los 3, hasta alcanzar el mismo momento donde ese extraño suceso comenzó

-Tres muerte eran demasiado... - Me puse en pie a duras penas. Estaba completamente sudado - Lo siento por el hermano Imamiah que había vuelto a la vida... Pero el destino nos ha dado otra oportunidad, una que no debemos desperdiciar. Si los hermanos Raciel, Somiel y Lumiel han sido objetivo de los emisarios de Lucifer, es porque los demonios los temen o los han tomado como una amenaza... ¿Sabéis por qué podrían haberlo hecho? - Me giro hacia los tres.

Pero me giré demasiado deprisa y me mareé un poco. Así que opto por sentarme en el suelo mientras espero su respuesta. Encima... la maldita arena de este lugar se te mete por todos los rincones de la armadura...

Despierto de nuevo. Este amanecer ha sido demasiado extraño, me duele todo, como si hubiese estado muerta. Y parece ser que así ha sido.

- Esto ha sido demasiado… raro…

Escucho las palabras de Jeliel. Me siento lo suficientemente cerca de él como para que me escuche, todavía estoy confusa.

- No entiendo ni el cómo ni el porqué de la situación, lo que creo, lo siento porque no recuerdo las cosas muy bien, es que ayer hablamos por lo menos Raciel y yo sobre la neutralidad. Si no es así corregidme. ¿Puede haber influido esto?

Gisiel aprueba las palabras de Jeliel, tres eran demasiado. Ya habia aceptado la muerte de Imamiah antes, y no le fue difícil verlo partir nuevamente.
- que bueno es verlas nuevamente... me preocupa que hayan muerto tres.... aunque quizas dos fueron victimas de demonios y uno haya sido intercambiado por Imamiah por voluntad de un angel... no lo se aun.

Lo que es evidente, Lumiel, es que la neutralidad no te garantiza la vida sino que te hace blanco de demonios y angeles por igual. Vuelvo a insistir en que tanto tu como Hariel recapaciten, o mi corazon comenzara a desear que ocupen el lugar de los santos Imamiah y Andariel, y que ellos esten con nosotros -

- Una cosa es ser neutral, y otra muy diferente es decir que no eres enemigo directo de los demonios, cuando han matado a sangre fría a nuestros hermanos. - Observa furioso a Hariel, dejando de lado su tarea de escriba.

- Ya tengo contra quién irá mi voto este día. - 

-¿Pero qué... qué esta pasando?- no salgo de mi asombro al ver de nuevo a las hermanas caídas de vuelta a la vida y cómo desaparece de nuevo Imamiah. Había revivido... habían muerto... y ahora están aquí como si nada hubiese ocurrido...
-Hermanas... ¿sabéis lo que os ha ocurrido?- apoyo mi mano suavemente en el hombro de Lumiel para comprobar que está entera. Momentos antes no era más que un esqueleto... Siento alegría por su vuelta, pero a la vez cierta duda sobre todo lo extraño que ocurre. ¿Todo esto lo hemos provocado nosotros con nuestros votos?, ¿o había sido por decisión de la propia Muerte?

-Calma Metatron y guarda unos minutos de reflexión. Si Lumiel ha caído quiere decir que es tan inocente como Somiel. Raciel como Gisiel bien ha dicho, puede que fuera la vida intercambiada por Imamiah, pues de ésta renació él.

Observa alrededor pensativo y negando.

-Agradecido por tu intervención Jeliel, que has salvado la vida de 3 hermanos. Un nuevo don ha quedado descubierto, aunque sospecho que no podrás volver a realizar en un futuro debido al poder que desencadena ¿me equivoco? aun así, tal gesto e intervención habla por sí sólo en tu defensa, y al menos, en mi opinión sobre tí.
Lo que no logro comprender es cómo seguimos sin saber apenas el peso de espíritu del resto de hermanos, teniendo el poder de la lectura de alma de Ylahiah, si es que realmente posee tal poder y no es más que una treta para confundirnos. He estado pensando hasta ahora que, ciertamente, cualquier demonio que conozca la identidad de sus compañeros, y apuesto que así es, podría proclamarse entre nosotros con tal poder, pese a que no hay don alguno ahí, sino la fría lógica.
Cualquier demonio puede proclamarse con la lectura de espíritu, pues conoce de antemano el de cada uno que no pertenezca al grupo diabólico, y al igual que el caso de Ylahiah, el de Azrael, que lee aquellos de los caídos, los cuales no tienen oportunidad de defenderse o refutar tal verdad.
Con un arma tan poderosa, no comprendo como no somos más fuertes todavía, y sobretodo, como es que no son objetivos directos de los demonios y en lugar de ello, son hermanos que pasan más desapercibidos, como Somiel o Lumiel.
A no ser por supuesto, que mis sospechas estén en lo cierto, e Ylahiah sea un demonio que hábilmente se ha ganado nuestra confianza simplemente por proclamar que tiene un poder que no tiene, tan sólo la ventaja de conocer a sus compañeros.
Yo os digo hermanos! confiad tan sólo en la inocencia de aquellos caídos por los demonios, y nada más, pues no creo que corran el riesgo de matar a uno de los suyos y tratar de traerlo a la vida.

Miro a Uriel con curiosidad. Pensaba que yo había hecho eso de retroceder el tiempo...

-Metatron, lamento decir que no es de sabios dirigir tu voto contra alguien que no parece que suponga peligro alguno. Pero bueno, tuyo es el voto y eso... Yo preferiría pensar en otros que no hayan sido aniquilados por la noche: como tú Metatron o como yo.-  Me pongo la mano en el pecho - Decantarse por uno que ya ha sido objetivo de los emisarios de Lucifer, no hace más que perdamos un día en encontrarlos... - Me puse la mano en la barbilla - Aunque claro, para un demonio, eso le vendría de perlas...

-A mí dijeron que me protegerían, y supongo que el miedo a perder una noche, o a morir ellos mismos, evitó que me atacasen.

Digo con cierto tono de indiferencia.

-Mi sabiduría ha sido corroborada por el hermano Metatron, y por la hermana Gisiel. Obviamente el hermano Chariel lo negará, aunque reitero en que mi visión fué... confusa.

Dicho esto miro hacia donde está Somiel y, aunque no se vea, sonrío. Entonces miro hacia Jeliel.

-¿Por qué dices que tanto el hermano Metatron como tú mismo habéis sido atacados? No recuerdo eso en ningún momento.

Y retrocedo un paso, recorro a todos los presentes con mi rostro oculto entre las sombras de mi propia capucha.

Hermano azrael, jeliel ha dicho lo contrario, ha dicho que en vez de votar gente que ha muerto a manos de corruptos, votara a gente que por ahora se ha ido de rositas como él o metatron, aunque no creo que él mismo se vote- me rio ligeramente y prosigo- todo esto ha sido muy raro, parecia que nuestro hermano Imamiah volvia con nosotros, pero mejor que vuelvan 3 personas que solamente una, asi podemos protegernos mejor

¿Todo aquello había sido real?-Sitael se preguntaba que estaba pasando. Las caía y el regreso de sus hermanos sin explicación aparente ¿O había sido Jeliel como parecía augurar su estado? ¿Y porque Uriel confiaba en el echo de que el el hermano Jeliel si habría obrado y negaba el echo y de las palabras de Ylahiah? Si era el mismo caso, no tenia sentido alguno para el arcangel, que se mantenía en silencio y pensativo. Solo cuando Metatron hablo recordó un echo importante.

-Hermano Metatron y Gisiel. ¿Habéis visto algo mas en esta noche?-No se atrevía a refutar las palabras de Uriel, pero sin duda le parecía que eran contradictorias.

Observo desde ambos lados la danza de muertos traspasando de un lado a otro sin ningún control. El trabajo de la muerte bajo los hilos de alguna otra entidad que no se nos da a conocer. Aun teniendo que encargarse solo de veinticuatro almas en este extraño mundo no tiene apenas descanso.

Finalmente todo queda como estaba antes de caer bajo el sopor. Se han evitado tres muertes y una resurrección, parece que es un buen punto y más tiempo para conseguir localizar a los traidores. Parece que tenemos que darle las gracias a Jeliel, o eso parece insinuar, al menos se le nota agotado... puede ser. 

- Saramiel, el reino de los muertos esta realmente silencioso. Lamento que no pueda ser Imamiah quien te ponga al corriente de lo poco que se menciona por allí, pero al menos no debemos lamentar tres muertes más.- al menos de momento.... - No se de donde quieres que haya conseguido otra información. 

Me acerco a Jeliel.

- Puede que solamente los vieran vulnerables. Quizás suponiendo que quienes tengan habilidades de defensa protegerían a otros que en este momento parecemos más útiles. Buena jugada.- la última frase no estaba claro si se la decía a él o en general, no tenia pruebas de que hubiera sido realmente él. Aunque mientras nadie lo desmienta tiene un punto a favor.

Extiendo mis alas y abro los brazos, girándome directamente hacia Uriel. 

- Si que has tardado en intentar tergiversar los hechos para conducir las dudas del grupo hacia mi. Tras la ejecución te mostraste mucho más sutil. Ahora has delatado tus intenciones. - Doy un solo paso hacia delante. - Voy a rebatir tus palabras con la mayor claridad posible, pues yo no intento manipular la opinión del resto de hermanos. Para empezar yo no fui quien proclamo mis habilidades y tampoco se hablo de que yo pudiera realizar ninguna lectura del alma, ni de los muertos ni de los vivos. Mis capacidades me permiten mantener mi presencia tanto con vosotros como con los muertos. Solo puedo transmitir la voz de aquellos, que bien pueden mentir o no, como he avisado antes de mencionar ninguna de sus palabras. - hago una pausa, manteniendo una mirada dura sobre Uriel. - Andariel fue quien me expuso ante el enemigo y ante todos vosotros, y Yuriel no contradijo sus palabras, pero podéis preguntarle cuando deseéis. Yo no miento.  Incluso cualquiera puede someter a juicio mi alma, no va a encontrar otra cosa. 

Di otro paso más.

- Ahora las sospechas poco fundadas que mantenía sobre ti han ganado mucho peso. Creo que no me equivoco al pensar que eres siervo de Lucifer, por ello continuare con mi voto. -

Me detuve, erguido y con las alas extendidas, sin quitar el ojo de Uriel. Para mi acababa de sentenciarse como traidor. No sabía a que conclusiones llegarían mis hermanos, pero debía mantenerlo vigilado. 

El ángel se mantuvo frente Ylahiah con sus alas plegadas y mirada tranquila.

-Mis intenciones fueron expuestas largo rato, Ylahiah, pero a diferencia de ti, yo no tengo que tergiversar las palabras de nadie y mucho menos me dejaría llevar por la Soberbia de la mano de la Ira como haces gala ¿acaso la gracia de nuestro Señor te abandona?
He dado una opinión que había estado observando hasta este momento y aconsejado a todos nosotros confiar tan sólo en aquellos caídos al amanecer por mano demoníaca en vez de confiar ciegamente en cualquiera. Tus dudas sobre mi las arrastras desde hace tiempo, y no seré yo quien te las rebata, pues tan sospechoso soy yo, como lo eres tú, desplegando tus alas y tu orgullo cual gallo de corral.
La noche anterior predije que el hermano Imamiah volvería a la vida y que el hermano caído por los demonios volvería a la vida, y así los hechos han ocurrido y si para el próximo amanecer sigo bajo el servicio del Señor, volveré a tratar de dislumbrar el devenir para tratar de desenmascarar a aquellos que quieren acabar con nosotros. Tanto a la sombra de la noche, como parece que también, a la brillante luz del sol.

Pese así, si erré en mis suposiciones hacia tí, tienes mis disculpas, pero mantengo la posibilidad de cualquiera que diga poder leer las almas, puede tratar tan solo de engañarnos, aquí necesitamos hechos. La única fe que debemos tener es en que saldremos de aquí y nuestros enemigos derrotados.