Partida Rol por web

Asciendo hasta que me parece ver algo en lo alto. Bato más rápido las alas para alcanzarlo, para comprobar de que se trata. Entonces empiezo a reconocer las siluetas de mis hermanos. Miro hacia abajo, donde ya no veo nada, y arqueo una ceja. Avanzo con más lentitud al degustar el fracaso.

De nuevo con mis hermanos escucho el debate que mantienen, hasta que Imamiah coge de nuevo la palabra para dar un nuevo discurso. Queriendo someterse a juicio. 

- Aun no hay de que acusar a nadie, hermano Imamiah, y menos a ti. - me pronuncio con mi profunda y pausada voz. - Por desgracia he de anunciar que no estas del todo equivocado. Hayan o no demonios entre nosotros, la muerte nos ronda y parece dispuesta a llevarse a alguien de este extraño espacio que se me ha definido y situado entre el Todo y la Nada. - miro a mis hermanos uno a uno, esperando que entiendan mis palabras. Al menos lo poco que se puede entender de ellas. - Contáis con mi consuelo todos aquellos que lo requiráis. - 

El abrazo de Imaiah me coge desprevenido, así como sus palabras, hasta el punto de conseguir que me sonroje debajo de la capucha muy levemente.

-Gracias, hermano Imaiah, desde los tiempos de El Lucero del Alba que no veía tal carisma y misericordia. He de decirte que, ahora más que nunca, lamento no poder ponerme a tu servicio. Mi misión sigue gravada en mi mente directamente por el Santo Padre. No soy digno de ocupar Su lugar, y rezo por que mi sacrificio no fuese en vano, por volver a ver la Luz. Tal vez Su voluntad fuese que estuviese aquí... En Su nombre. Pero sí puedo garantizarte algo: si hubiera traidores entre nosotros, si hubiera pecadores, lo descubriré. Y os informaré.

Asiento con firmeza, y entonces las palabras de Ylahiah me hacen mirarle.

-La... Muerte... Entre... Nosotros...

Más que terror, sencillamente repito sus palabras buscando confirmarlas.

Miro a mis hermanos algo confusa, esperando a que puedan llegar a una conclusión de como salir de aquí poder continuar nuestra misión. Los observo uno a uno, manteniendome en silencio mientras en mis manos sostengo mis bastón, esperando encontrar algún signo que nos pueda mostrar el camino.

Escucho atentamente y permanezco el silencio el tiempo que hace falta para poder soltar un par de palabras coherentes. Las palabras de Azrael me llenan de alegría, por lo menos teníamos a alguien que quería hacer algo, y no lo digo por lo poco animada que está la gente. Si hay alguien aquí que no debería nos costaría cogerle. Esto me frustraba. 

Después de que todo esto rondara mi pensamiento sólo se me ocurre decir una frase:

- Yo os ayudaré, hermanos. Pero, ¿alguien ya sabe cómo salir de aquí?

Me acerco a todo el mundo y una vez todos puedan oírme digo:

-Hermanos, todos comtemplamos la idea de que Lucifer este aquí, pero algo me preocupa mas que eso y es que y si nos encerro por que eramos los únicos capazes de hacerle frente, los mas poderosos y cercanos a dios estamos aquí desde Imamiah nuestro hermano de la luz a azrael que no entra en jerarquizaciones-hago una pausa momentánea para tomar airé y continuo.

-Si fue lucifer quien nos encerro aquí eso significa que estamos desterrados o algo peor si fue nuestro padre eso quiere decir que todos nosotros seremos liberados en su momento para pelear por la luz, yo no me siento raro ni tengo signos de alteración alguna, ¿vosotros os notáis raros hermanos?-Materializo en el breve silencio las palabras sagradas de nuestro señor encima de una mesa.

-Este es el recorrido de nuestro padre y su hijo leerlo nos brindara fuerzas en la flaqueza y seguridad cuando dudemos como yo hice-toso abro el libro y digo:

-1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 
1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 
1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 
1:4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 
1:5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. 
1:6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 
1:7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
1:8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. 
1:9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.
1:10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 
1:11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 
1:12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 
1:13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero. 
1:14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, 
1:15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 
1:16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 
1:17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 
1:18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 
1:19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. 
1:20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 
1:21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 
1:22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 
1:23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto. 
1:24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. 
1:25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. 
1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 
1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 
1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 
1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 
1:30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 
1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto-tras estas palabras beso el libro y digo:

-desde hoy hasta que salgamos leere un trozo de las palabras de nuestro padre para que nos de fuerzas en la espera y si lucifer se encuentra por aquí no vea nuestra voluntad doblegada.

- Hermano Imamiah, no precipitemos las cosas. Aún es pronto para someter a nadie a juicio. - Menciono antes de retomar su labor de escriba, retratando cada aspecto en aquellas páginas del libro entregado por el Creador. 

Aunque perecería que su atención se centraba en la escritura, también estaba atento a todo lo que se decía, pero prefería reservar sus opiniones hasta tener más información.

La caricia de Imamiah me había cogido por sorpresa, que alguien de su estatus se acercara tanto a una servidora era desconcertante pero debía convencerme de que en aquel extraño lugar no éramos más que hermanos perdidos en la misma situación ¿qué importancia tenían los rangos en aquel estado?
Asentí ante las palabras de Imamiah con una pequeña sonrisa y frotando mis brazos tímidamente me alejé un poco para escuchar en segundo plano las palabras de mis compañeros. Poco podía hacer yo en aquella situación salvo intentar que el miedo y la desesperación no arraigaran en mi corazón "si no hay salida: la crearemos" repetí para mí misma las palabras de Azrael antes de cerrar los ojos para escuchar la palabra de nuestro querido creador de los labios de nuestro compañero Chariel "amen" dije para mí misma en un susurro inaudible para los que estaban lejos de mí. Poco a poco comenzaba tranquilizarme, la idea de que el demonio estuviera entre nosotros no me entraba en la cabeza, todos éramos hermanos, no podía haber alguien así entre nosotros, tenía que haber otra explicación.

_Sheldenpon y todos, mírenme pero no hagan nada.

Por tan solo un instante, para no inquietar de más a sus compañeros, Mebael tomó el aspecto del último demonio al que había enfrentando. Volvió a tomar su aspecto normal y les explicó:

_Todos nosotros podemos hacer algo así, ¿entonces por qué no ellos? No es el aspecto lo que cuenta aquí. De todos modos no entiendo qué les ocurre. Es verdad que no estamos acostumbrados a ser enviados a un lugar del cual no podemos salir, pero nosotros somos eternos. En comparación con esa eternidad, nuestra estancia aquí lleva apenas un tiempo insignificante. La paciencia es una virtud, desarróllenla. Noto a algunos muy ansiosos y sacamos conclusiones apresuradas. Nada indica que haya demonios aquí, o posiblemente hubiéramos sentido la presencia de ese mal. Relajémonos, descansemos, y dejemos que el plan de nuestro Señor se siga desarrollando.

Entonces Mebael comenzó a entonar una hermosa melodía, buscando transmitir tranquilidad a sus hermanos.

Inspiró profundamente y salió de su meditación levantándose sobre la rodilla en que se apoyaba. No pudo sentir ninguna conexión con el Creador pero el sonido de la melodía que Mebael comenzaba a tocar tranquilizó un poco más al ángel. Fuera del dolor con el que vino y la tensión del combate, Uriel sonrió afable mientras escuchaba. Envainó su espada y se sentó en el suelo haciendo lo único que podía hacer en aquél instante, esperar y tratar de disfrutar la compañía de sus compañeros mientras seguía el ritmo de la melodía tímidamente con el pie.

Miro a Sheldenpon, y le contesto a su pregunta.-Metratron dijo que esto no podía ser una ilusión, por tanto...deduzco que nos han debido implantar recuerdos, o, que llevan infiltrados mucho mas tiempo del que pensamos, se que es difícil de comprender hermana, pero, si,entre nosotros lo mas seguro, es que haya demonios.

Tras ver que nadie mas tiene preguntas, me levanto y me acerco a Azrael y Ylalyah, y añado.

-A mi pensar, es una suerte que  la muerte esté entre nosotros, pues su juicio nos valdrá de guía para encontrar el mal que se esconde,su criterio es el más justo y sensato.

Miro a Lumiel, sus palabras me hacen suspirar.-Lumiel, la Tierra no se hizo en un día, paciencia,tenemos que pensar una manera de salir de aquí, pero también tenemos que saber, cual es el objetivo de que estemos aquí.

Tras decir esto, escucho las palabras de Chariel, guardo silencio durante sus palabras, y su posterior lectura del génesis...tras que acabe, me acerco a el.

-Chariel, si bien tu planteamiento es tan valido como el mio, yo, no lo apoyo, pues nuestro amado señor dios padre todopoderoso, no nos alejaría de la batalla para que luego le salvásemos, no...el no es así de egoísta, en todo caso, nos habría escondido en al Tierra, para que pudiéramos salvar a la humanidad, si bien es cierto que mis palabras no son certezas demostradas, no puedo creer las tuyas, por que sería bajar la guardia, me pongo en el peor de los casos, por qué, si me equivoco, solo podré alegrarme, no pienses que dios nos a abandonado, pues seguro el a tomado nuestro lugar en el campo de batalla,por ultimo te diré, agradezco tu gesto de leer las santas escrituras.

Tras mis palabras, me acerco a Metatron.

-Metatron, me someto a juicio, para que todo aquél que tenga dudas me las diga, todo lo que pueda hacer por evitar el malestar de mis hermanos, es poco.

Me acerco por ultimo a Somiel, y le digo.

-Hermana, no te alejes porfavor, perdona si mis palabras o actos te han molestado, pero si te alejas de nosotros, y metatron y yo estamos en lo cierto,Lucifer podría aprovechar tu soledad para atacarte.-Acerco mi mano a Somiel, pero, pensando que quizás esto la vuelva a incomodar, detengo a medio camino mi mano, creando bolitas de luz que acaricien su rostro en vez de mi mano, tras esto miro a todos los demás y les digo.-No sé cuando saldremos de aquí, no sé si estamos rodeados de demonios, si solo es lucifer, si entre nosotros está, o si esta en el infierno mirándonos a través de un espejo o algo similar, pero sé que saldremos de aquí, y sé, que lucifer nos está vigilando, no sé si alguien mas pueda estar haciéndolo, pero estoy seguro de que lucifer nos vigila, mejor es ponerse en lo peor, y pensar en como salir, y que luego no haga falta, a que nos pille un desastre de improvisto, y no tengamos tiempo de pensar.

Miroa Mebael, anonadado por sus palabras, le respondo.

-Hermana, si bien es cierto que somos eternos, también es cierto, que somos mortales, podemos morir, todos y cada uno de nosotros.¿Como puedes pensar en dejar pasar el tiempo, cuando fuera de este lugar, nuestros hermanos están muriendo en batalla? si, necesitamos mantener la calma, pero no dejemos todo el trabajo a nuestro señor Dios padre todopoderoso, y busquemos la manera de salir de aquí, poniéndonos en lo peor.

Cuando Azrael parece buscar una confirmación por mi parte asiento lentamente con la cabeza y miro al resto algo desconcertado. Parece que han tomado mis palabras demasiado a la ligera. Algunos no se pronuncian, otros intentan buscar otra explicación para lo sucedido y varios creen que algún demonio se esconde entre nosotros. No sabía que nos había traído hasta aquí, no sabía porque, no sabía como. Lo poco que sabía ya lo había compartido. 

-Amen.- susurro cuando Chariel acaba su lectura.

La transformación de Mebael me altera un poco. Era una posibilidad, una entre miles, entre infinitas. Agradecí la relajante melodía, aunque la espera que proponía no era opción, estaba equivocada. 

- No es ninguna suerte, Imamiah, hermano, pues esta aquí para llevarnos uno a uno. Nuestra estancia en este encierro es contrarreloj, debemos encontrar la forma de liberarnos. - 

Pliego finalmente mis alas y hago desaparecer mi espada. Doy un par de pasos quedando de espaldas a todo el grupo y fijo la mirada en el horizonte intentando concentrarme, intentando descifrar aquel enigma. 

-Yo no puedo, hermana Mebael. No puedo asumir el aspecto de un Demonio, tan sólo la tarea que me ha sido encomendada.

Respondo lleno de sinceridad.

-Pero eso no significa que un demonio no haya podido asumir mi aspecto, o que el hechizo de otro cualquiera me cubra. Por cierto: preciosa melodía.

Miro a Imaiah y su razonamiento y prefiero mantenerme un tanto... neutral, por ahora.

-¿El Ángel de la Muerte? No sé. Aunque significa que no estamos sólos. Y eso sí es bueno.

Una mirada furtiva hacia Somiel y asiento.

-Amén. Me disculpo por mi retraso, hermano Chariel.

Observo a dicho ángel y sencillamente me coloco al lado de Somiel, en silencio, para que sienta mi apoyo, pero sin pretender agobiarla. Entonces vuelvo a hablar.

-Veinticuatro hermanos somos. Uno por cada fragmento del día, aunque no todos han hablado aún. Más todavía: poseemos talentos. Seguro que mientras buscamos teorías otros están preparando sus talentos para liberarnos, o al menos, conocer este lugar. Aunque eso nos expondría ante un ataque de nuestros posibles enemigos, también nos ayudaría a ser Uno. Y ahora mismo, donde Todo es Nada y Nada es Todo, ser Uno creo que es... Una buena opción.

No tiemblo, no titubeo, pese a que sé que posiblemente mis palabras despertarán más de uno y de dos opositores.

Andariel prefiere quedarse callado tras curar a Uriel y luego de las palabras de Imamiah se dedica a observar la reaccion de los demas y sin sacar conclusiones apresuradas intenta ir entendiendo lo que pasa a su alrededor, juzgar a sus hermanos no le parecia justo, pero si asi debia ser, nadie mejor que el propio Azrael para hacerlo

Desde que puse mi arco a servicio de Imamiah escucho atentamente lo que dicen mis hermanos, pero no dudo de él en ningun momento.

-A mi parecer, lo primero que debemos hacer es averiguar como y porque hemos llegado a este espacio desconocido para así averiguar que esta pasando y ver si podemos salir a ayudar a nuestro Padre y demás hemanos que estan fuera luchando contra los siervos de Lucifer.

Las palabras de Imamiah me hicieron temblar, la posibilidad de que, al alejarme de ellos, Lucifer pudiera sumergirme en su oscuridad me aterrorizaba. Me disponía a acercarme hacia ellos cuando Azrael se puso a mi lado evitando así que estuviera apartada del grupo, acompañándome. Le dediqué una pequeña sonrisa antes de que siguiera hablando y asentí ante sus palabras mientras jugueteaba nerviosa con un mechón de mi cabello.

-Para poder averiguar qué está pasando lo mejor es que permanezcamos juntos- dije entre dientes después de las palabras de Yuriel -si comenzamos a desconfiar los unos de los otros no llegaremos a nada...-

Al volver de una breve caminata buscando una salida de esta nada misma, veo a mis hermanos con sus energías recuperadas.

Eh escuchado atentamente cada palabra de cada uno de ustedes hermanos mios, y comprendo que el peligro puede estar a nuestro alrededor y mi pregunta es:
¿Por que tenemos que juzgarte a ti? En lo personal creo que esta "duda" - remarco lentamente - puede ser una distracción implantada para desviarnos de nuestra misión principal.

Este es mi humilde planteo hermanos - culmino dirigiéndome principalmente a Azrael, Imamiah y Metatron.
Cierro los ojos y elevo unas plegarias en silencio.

-¿Y si esto no es más que una prueba del señor para ver quienes le somos fieles y quienes no?- pregunto sin reparo -Creo que estamos perdiendo un poco la calma y deberíamos simplemente esperar. Si esto lo ha querido nuestro Dios, el nos hará saber lo que quiere que hagamos.

Permanezco sentado, esperando respuestas...

Si bien se mantuvo registrando los hechos y lo dicho hasta el momento. Interrumpió su labor durante un instante para observar a Hariel.

- Hermano Hariel, mucho me temo que esto no es una prueba, pero ojalá así fuese. - Observa las páginas del libro unos instantes, antes de mencionar. - Aunque de ser así, espero me perdone por dudar. - Cierra sus ojos unos instantes, antes de retomar su escritura.

Tras seguir escuchando las palabras de mis hermanos, me voy tranquilizando poco a poco. Tenían razón, era demasiado precipitado pensar que el mal se hallase entre nosotros. Y tampoco era bueno tener dudas entre los presentes. Éramos todos siervos del Señor, y aunque siempre se dijo que el diablo era un experto en el engaño, estábamos sobrestimándolo demasiado.

- Ciertamente... esperar será lo mejor por ahora.

Mebael había bajado un poco su voz porque veía que muchos de los otros querían seguir debatiendo. Al escuchar a Saramiel se interrumpió.

_Si, pero podemos seguir pensando en cómo salir de aquí. Gracias por llamar a la calma.