Partida Rol por web

Forseti se relajó visiblemente al entrar en escena Tyler. Aquello se había puesto muy negro en cero coma. Al desaparecer el momento de peligro se puso a pensar sobre ella.

Lizzie no vale. Es demasiado inestable. Dentro de un equipo al que tenga verdadero aprecio sí, pero no es Pi.

Tyler, Bones, Lizzie... Estaba juntando a su grupito de especiales. Iban a montar una gorda. Notó una punzada de envidia al quedarse fuera, aunque miró a Tayra y se le pasó. Ella también parecía quedarse fuera. Los dos perritos apaleados y abandonados.

Se quedaron otra vez solos en la sala.

¿Ha ido de poco, eh? 

Tayra había tensado los músculos mientras intentaba que la sonrisa no le aflorara a los labios. No quería que se notara que disfrutaba con una gran pelea. Y aquella hubiera sido muy buena. Presumiblemente.

Tyler la sorprendió apareciendo de repente. Su rictus se enfrió al ver aquella escena y apartó la mirada mientras se cruzaba de brazos esperando que terminara y la clavó en Bones. Parecía que con aquella mirada le estuviera diciendo algo al hombretón pero todos salieron de la estancia dejándolos solos de nuevo.

Con gesto cansado se dejó caer en un destartalado sofá. Su postura era tan desmañada que tenía medio culo fuera del asiento, con la pierna derecha estirada y los brazos sobre su cabeza.

- Hubiera podido con esa puta. - dijo con evidente malaostia - Pero mi padre me enseñó que muchas veces es mejor dejar que sea otro quien empiece. Así las monsergas suelen ser para ellos - volvió a sonreir como si nada hubiera pasado mientras le hacia un gesto a Forseti para que se sentara a su lado. 

Se quedó mirándolo de lado mientras se incoporaba un poquito para demostrarle que lo respetaba - No quiero ser una simplona. Quiero estar arriba con vosotros - dijo de golpe. Sin paños calientes. Directa y al grano, como siempre

Al viejo le afloró una sonrisa torcida ante el comentario algo sobrado de Tayra.

Yo te voy a dar otro consejo. Pega primero. Y a hacer daño. Un combate acostumbra a acabarlo el que lo empieza. Si sabe del oficio. Para peleas de bar el consejo de tu padre es cojonudo. Con gente como Lizzie no es buena idea dejar que pegue primero.

Cambió el peso del cuerpo al otro lado, antes de darle la otra respuesta.

Y no, querida. No eres una simplona. Seguro que Tyler tiene algo pensado para ti... Comentó, enigmático. Te tendré en mente para lo que surja.

- Veo que te mola Lizzie - dijo con una picara sonrisa. Dejó escapar un suspiro - Pero tienes razón, joder. Será por todo ese rollo de que la edad te da experiencia, no? - se había vuelto a levantar al ver que Forseti no habia aceptado su ofrecimiento de sentarse a su lado

Se plantó delante de él y le acomodó la chaqueta de cuero con lentitud - Y atractivo también - dijo mientras lo miraba a los ojos, pero rápidamente dió un paso atrás. Como si un pensamiento hubiera cruzado por su mente.

- Esperaré entonces.  Ya sabeis donde encontrarme - se metió las manos en los bolsillos traseros mientras se alejaba en dirección a la puerta - a la hora que sea -

Puso cara de sorpresa ante el comentario sobre Lizzie. Se le antojó un comentario de chavala pero, ¡Qué coño! Era lo que era.

Luego ella se acercó y con lo de atractivo casi se le escapa la risa. Bueno, la chavala sí que estaba un rato buena, con esa cara de angelito y esas carnes prietas y jóvenes... Pero a él esas tentaciones ya no le afectaban como lo habría hecho quince o veinte años atrás. De todas maneras no dejó de mirarla mientras se acomodaba la chaqueta con lentitud estudiada.

La siguió con la mirada mientras se alejaba, con la esperanza de que la llamaran de arriba.

Si lo supieras, no lo pedirias tanto. Echarás de menos cantar y enamorar a esos idiotas con tu voz y tu cuerpo, niña.

Por un momento pareció que iba a contestar, pero al final sólo asintió a sus palabras, con expresión divertida.