Partida Rol por web

Amedrentado por un instante por el duro tono del discurso de Sir Kennard, un asomo de inseguridad paso por mi  mente, pero lo aplaste con firmeza. Pocas cosas eran de las que estaba seguro, pero esta era una de ellas.

No se los demás, pero por mi parte yo he venido a buscar un sitio al que pertenecer por mi mismo.- dije con la pasión de la juventud reflejada en mi voz- Mi padre, al que le debo todo lo que soy, luchó por esta tierra a las ordenes del Rey Maric en la guerra, no manchare su recuerdo negándome a protegerla cuando se me presenta la oportunidad.

Me acogió, me dio un nombre, una familia, un hogar… si puedo proteger la tierra que el amó, lo haré.-pensé mientras daba un paso al frente, hincando la rodilla en el suelo.

Juro lealtad a la Legión- dije, con firmeza, mirando directamente a los ojos de Sir Kennard- mi espada, mi escudo y mi vida están a vuestra disposición.

Sir Kennard, Sabio y poderoso guerrero, si estuviéramos en Orzammar le hablaría de igual a igual, lamentablemente me vi forzado a salir de mi preciosa ciudad de piedra, me hallo aquí, en la Legión del Trueno, no es estilo de los enanos jurar fidelidad a ningún rey que no sea el de Orzammar, al cual juré proteger con mi vida, como antes de mi lo hizo mi padre, por desgracia la traición mancilló mi nombre, si de este modo puedo limpiarlo, ¡Larga vida al Rey! ¡Larga vida a la Legión del Trueno! si con mi vida o mi muerte puedo honrar a mi pueblo y librar esta tierra de la plaga que la afecta así sea. Juro Fidelidad a la Legión, mientras mis servicios sean necesarios en ella...

Tras este discurso el orgulloso enano lamentó haber revelado demasiado de si mismo, no era un enano cualquiera, pero eso no debía verse por el momento, sobre todo mientras no recuperara el buen nombre de su familia, no le gustaba aliarse con magos y elfos, pero si era necesario, lo haría y despues de todo algunos de estos parecían muy capaces.

Al escuchar las palabras de mis compañeros acerca de sus habilidades, comienzo a hacerme la idea de quienes me acompañan:

"De seguro todos sabemos pelear, mejor o peor, pero podemos defendernos. Especialistas: Un enano y un humano guerrero, dos magos y una mujer buena con las palabras y una elfa aventurera de algún tipo. Somos un grupo bien variopinto, lo que es bueno pues nos da versatilidad."

Luego se abre la puerta y aparece Sir Galahad Haldwin, un hombre famoso en el Circulo y en la Legión. Sus palabras son sencillas, pero su mirada es poderosa, pero aunque intento resistirla, no puedo y solo un poco de mareo recibo en recompensa.

"Algún día tendré ese poder, o seré capaz de resistirlo."

Entro en la habitación y miro a las personas presentes. Escucho a Sir Kennard y no puedo dejar de pensar que la gente siempre pide y exige, valorando demasiado el autosacrificio. A pesar de eso y, sabiendo que es una barrera que debo cruzar para poder continuar, soy sincero y doy un paso al frente:

 - "Ya que no le interesan mis objetivos, no le haré perder tiempo con ello, pues le aseguro que cumpliré con mi papel en la Legión. ¡Juro lealtad a la Legión de Trueno! ¿Por que la Legión puede confiar en mi? Porque soy fiel a mis objetivos y mientras pueda contar con la Legión, ella puede hacerlo conmigo. Además, no existe ningún mago tan poderoso como yo a mis 18 escasos años, imagine como seré a su edad."

Mi mirada es orgullosa y mi pecho es amplio, mostrando la arrogancia de quien se cree hábil y con el talento para serlo aun más.

Observo como cada uno de mis compañeros jura ante los altos líderes de la Legión del Trueno sin apenas dudarlo. Me fijo en la primera que habla, la elfa, algo me parece extraño en ella. Sin embargo hago caso omiso a mi intución y me adelanto para jurar fidelidad a la Legión.

Daré mi vida por el rey y por las gentes que este protege, ya sean humanos, elfos o enanos -respondo colocando intencionalmente en el mismo rango a las tres razas -Juro servir a la Legión hasta que la última got a de sangre escape de mi cuerpo, hasta que mi piel se marchite con el dulce abrazo de la muerte y hasta que mi espíritu parta de esta gloriosa tierra amada por todos.

Ante la llegada de aquél mago, Magányos se obligó a ponerse en pie para acudir a la invitación de aquellas puertas abiertas. Sus pasos fueron firmes y silenciosos mientras seguía al resto, dando prioridad a permanecer en la retaguardia, discreto como de costumbre, echando un vistazo fugaz en dirección a aquél mago de mirada penetrante para cabecear ligeramente a modo de saludo respetuoso, dilatando muy poco en ésta empresa puesto que nunca le había resultado agradable ser escudriñado por ojos extraños, y de manifiesto quedaba puesto que aquellos eran unos ojos demasiado penetrantes para su gusto. 

Una vez en el interior, las palabras no se hicieron esperar y su agudo oído las captó con claridad, comprendiendo perfectamente que debía exponer razones de peso al igual que el resto lo estaba haciendo, aunque no sintiera ni de lejos el ardor que demostraban varios hacia "la causa del rey".

-Juro fidelidad a la Legión del Trueno. Su causa será la mía mientras respire, tendrá mi lealtad ya que los objetivos de la legión son también mis objetivos. Buscamos un mismo fin.- Declaró con el tono de voz adecuado y dio un paso al frente imitando las acciones de los demás sin explayarse tanto como ellos. No hacía falta entrar en detalles.

Sir Kennard parecía satisfecho con lo expuesto, esto a pesar de que no compartiera varias de las ideas de los allí presentes.
-Si es así, pacemos a lo realmente importante..., la prueba que están por cumplir. Galahad, por favor- ante la indicación de Sir Kennard Galahad se incorporó del lugar que hubiera ocupado momentos atrás después de hacer pasar a los recientes miembros de la Legión. Llevaba consigo 8 pergaminos en total que fue entregando uno a uno a los 8 que habrían de enfrentar su futura prueba final.
-Lo que se les ha entregado es un análisis de la situación actual del valle de Ruswold, uno de nuestros agentes a derramado su sangre para poder conseguir esta información así que les agradecería le prestaran la adecuada atención. En ella obtendrán los por menores que necesiten para desempeñar adecuadamente la misión que esta por serles encomendada; a la par se les ha anexado un mapa de la zona para facilitarles su desenvolvimiento ya sea en conjunto o de forma individual. Ante todo recuerden que estarán cumpliendo una orden de la Legión y que estarán siendo examinados.-
Sir Kennard dirigió su mirada hacia el comandante Balmung, un enano de casta mayor llegado desde Orzammar para ayudarlo en su misión. Y con un gesto Sir Kennard le indicó a este que procediera.

La voz del enano resonó fuerte, gruesa y tosca en la sala al tiempo que se dirigía a los nuevos legionarios. -Su misión es sencilla, buscar y finiquitar a una numerosa banda de ladrones que se esconde en algún lugar del este del Valle de Ruswold, en los bordes del bosque de Brecilia. Irán en calidad de aventureros y no como miembros de la legión por lo que oficialmente nosotros no tendremos nada que ver con sus acciones, y por lo que en caso de fallar nuestro nombre no se vera manchado y no tendremos que responder por su bienestar. Están a prueba, no podemos dejar que porten aun el nombre de la legión. - El enano detuvo un momento su dialogo mientras miraba al caballero serio que estaba junto a él y que parecía estar disgustado, aunque bien sabían todos que de el se decía que siempre estaba disgustado.

-Sir Haguen aquí presente será el encargado de guiarlos y evaluarlos. Pero antes de pasar a los detalles que el mismo Sir Haguen les suministrara nos gustaría que analizasen la información que les hemos proporcionado y expongan cualquier duda que consideren pertinente aclarar antes de partir.-

Años de vivir al margen de la ley habian hecho de Ciara una persona desconfiada. Tras revisar la informacion la primera pregunta que acudio a su mente fue si realmente el nuevo Bann se habia beneficiado de un acontecimiento fortuito o si no habia sido tan fortuito. Sin embargo deshecho la idea de momento, pues le parecio algo precipitada.

- ¿Se tiene alguna idea de cuantos bandidos puede haber? Un grupo pequeño se puede esconder facilmente, pero si cuentan con docenas de bandidos no deberia ser dificil dar con su guarida.

Sondra levantó la vista de la nota que había estado leyendo y dijo:

Deduzco entonces, señor, que, como no vamos en representacion de la Legion, no debemos presentarnos al nuevo Bann y que, simplemente debemos entrar en el bosque y sacudir las ramas hasta que esos bandidos caigan de alguna?

Y otra pregunta...¿Debemos de valernos solo de nuestros medios para cumplir la mision o podemos, por ejemplo, contar con la ayuda de un guia local que conozca el bosque?

-Se desconoce el numero exacto, no era la misión de nuestro infiltrado el investigar la guarida de estos; pero evaluando su información estimamos que quizá sean algunas pocas docenas. Y si consideran que con un número grande sera mas sencillo mejor para ustedes no?- Respondió Balmung a la pregunta impulsada por Ciara, mientras escuchaba lo que Sondra preguntaba.

La expresión de Sir Haguen era de clara desaprobación y molestia tras escuchar las palabras de Sondra, lo que causo cierta sonrisa de diversión en la expresión de Galahad, el cual fue quien respondió a su pregunta.
-Sondra- le hablo el mago mirándola de esa manera tan particular que tenia generando que uno se sintiera desnudo y observado por cientos. -Si has leído adecuadamente,  notaras que el nuevo Bann ha convocado a aventureros para que lo ayuden en su particular problema, ustedes irán en papel de simples aventureros, simplemente no deberán de mencionar bajo ninguna circunstancia su real procedencia. Su prueba no solo consiste en ir y matar gente, ni siquiera se ha hablado de matar gente; su objetivo es erradicar el problema no por que sea nuestro gusto, sino por que afecta al reino, por tanto hay que proceder de la manera adecuada. Sir Haguen les explicara mas al respecto; y claro, el también les dará los detalles de la misión por lo que las preguntas sobre como operar se las harán después a él mismo, por el momento atenganse a la información que se les ha presentado.-

Señor, con todos los respetos, creo que quien me ha malinterpretado sois vos. En ningun momento he hablado de matar a nadie.

En cuanto al otro tema, ya habia entendido que no debiamos hablar de la legion, la pregunta era si debiamos hablar con el nuevo Bann. Ahora ya se la respuesta.

Leo rápidamente el pergamino y analizo lo que en él sale. La verdad es que Bannorn y el Bosque de Brecilia me traen varios recuerdos, ninguno de ellos agradable. La misión no me parece complicada y pensando en el curso de acción a tomar, no veo nada que deba saber de antes y que no pueda manejar en el momento.

Levanto la cabeza y contesto sin ninguna emoción en especial:

 - "Ninguna pregunta, Señor."

Espero a que el resto del grupo termine, para escuchar las instrucciones que nos van a dar antes de partir.

Cogí la y me puse a leerla con atención, atento a cualquier dato que pudiese ser de utilidad.

¿Se sabe algo de ese tal Waldric, señor?

Y, por otra parte, ya que el anuncio llama a cualquier aventurero, ¿cómo tenemos que tratar con algún otro grupo que se pueda presentar? ¿Y qué hacemos con el pago que el Bann Trumhall nos ofrezca por encargarnos de los bandidos, se lo traemos a la Legión?

Termino de leer el manuscrito que nos han facilitado y escucho las preguntas de mis compañeros. No parece una misión demasiado dificil. Sin embargo, si vamos a disimular me gustaría saber si...

Una pequeña pregunta de mera organización, ¿vamos a ir todos juntos como un grupo de aventureros? ¿o debemos ir individualmente y por parejas para que no desconfien y piensen que formamos parte de esta gran y noble organización? -pregunto algo temeroso ante mis superiores.

-Pero que demonios!- Estaño Sir Haguen que se había mantenido hasta ahora al margen de lo que sucedía en aquella sala -Es que ninguno de ustedes a tenido a la sensatez de poner atención a lo que se les ha encomendado, los por menores de la misión se debatirán mas adelante, no pueden entender tan simple noción; se les ha ordenado que leen la información y pregunten al respecto hasta que estén seguros que lo han entendido todo. Es que de nuevo tendré un grupo de retrasados conmigo?- Esto ultimo lo había dicho ya mirando a Sir Kennard en clara señal de queja y desaprobación.

Galahad reía de nuevo ante las reacciones de Sir Haguen, parecía ya estar acostumbrado a él e incluso parecía disfrutar de su presencia. -No se preocupen, yo me encargare de responder a sus preguntas, aunque estoy de acuerdo con Sir Haguen, no son esas las preguntas que deberían estar ahora realizando- Les respondió el mago del circulo con un claro tono de amistad -La legión no tiene ningún fin monetario, no somos recaudadores del rey, si se les otorgan beneficios pueden quedarse con lo que quieran o pueden entregarle a le legión la cantidad de esos beneficios que deseen; aunque claro...- Galahad no termino su frase, y por su mueca sarcástica era claro que había algo importante que no había dicho al respecto -En cuanto a como deben actuar con respecto a algún otro grupo de aventureros o en cuanto a si deben presentarse en conjunto o separados es algo que deberán tratar a detalle con Sir Haguen, aunque casi puedo asegurarles que les dirá que eso es asunto suyo, que es parte de su evaluación. Aun cuando no soy tan drástico como él, he de aceptar que tiene la razón.-

La sencilla misión de dar caza a unos bandidos, que tanto animaba a la elfo, parecía contener ciertas implicaciones de una delicadeza considerable. Tal y como se reflejaba en el pergamino, la mercenaria también pensaba que sólo la devastación le quedaría al valle de Ruswold. Si querían demostrar ser capaz de frenar la devastación de Ferelden, era un buen comienzo comenzar por un valle.

A pesar de que ya sabía cuál y cómo sería la respuesta de sus superiores, sin darle importancia alguna entonó la pregunta con la intención de compartir sus sospechas. ¿Entonces el antiguo Bann Krole se mantiene con algunos hombres en el valle?... es igual, mientras tenga la oportunidad de ajusticiar a esos bandidos. Su puño se alzó con firmeza mintras daba un pequeño paso al frente que corrigió con velocidad. Yo tambien quisiera saber algo más de ese tal puño del terror, Waldric, aunque imagino que eso será parte de nuestra tarea. Se mantuvo espectante por la respuesta mientras relajaba su postura.

Miro a mis compañeros un poco extrañado por su comportamiento:

"¿Por qué necesitan preguntar tanto? ¿Será miedo o desconfianza? Quizás llegaron hasta aquí por su capacidad de manejar los detalles, pero no veo tan sano que saturen a los examinadores con sus dudas, ya que al fin y al cabo estamos en examen e imagino que nuestra capacidad de trabajar bajo presión y con poca información también debe estar siendo evaluada. Yo no he visto ninguna incongruencia o nada que deba averiguar antes de salir, pero si siguen negandose a partir con lo que tienen, solo demostrarán la poca confianza que tienen en ellos mismos y en las situaciones inesperadas. Responder bien en la contingencia es un don que la Legión debe considerar indispensable."

Espero a que terminen de hablar, esperando a que sea rápido mientras recuerdo que Sir Galahad Haldwin puede leer la mente y que probablemente ha oído lo que he pensado, por lo que le miro y le sonrió con complicidad.

Viendo las reacciones de sus nuevos superiores, Ciara casi tenia miedo de preguntar, pero al final la curiosidad pudo mas que ella.

¿Como de asombrosas fueron las victorias del nuevo Bann? Se que quiza no tenga relevancia para la misión, pero... se detuvo antes de desvelar sus sospechas en voz alta.

Nota mental: hablar con el viejo Bann para obtener mas información.