Yo tambien estoy de acuerdo contigo, Gareth, y aceptare la decision que tomes cuando llegue el momento.
Dije con decision mientras observaba de reojo a Vargad. ¿Habia algo de tristeza en sus ultimas palabras? Quiza no me doy cuenta de lo afortunada que soy por no haber estudiado en el circulo.
Me río sutilmente de las palabras de Vargad mientras comento:
- "¿Segunda oportunidad? Te domesticaron, mejor dicho."
Luego miro a Gareth y le respondo:
- "Yo también estoy contigo y aceptaré la decisión que tomes."
Luego vuelvo a mirar a Vargad. El Circulo tiene ese don de tratarme como escoria y mantenerte como un criminal para que al final sientas que es culpa tuya y que te hacen un favor, pero la verdad no es esa, la verdad es que la magia es algo que las personas poseemos y ellos no tienen derecho de juzgarnos por ello. Todos los Magos somos esclavos de la Capilla solo por nacer y vivimos prisioneros de sus reglas y sus juramentos para convivir con su paranoia y el miedo que nos tienen. Algún día el resto de los Magos lo verá, entenderá que los Templarios no son nuestros hermanos, sino nuestros carceleros y por fin seremos libres.
Sus brazos se cruzaron algo desilusionada al ver que pocos habían tenido en cuenta sus palabras. Veo que vuestras mentes ya han conseguido realizar la misión por muchos senderos, pero os daré un consejo, sólo el caminante encuentra los atajos. Aquellas misteriosas palabras escondían una sabiduría un tanto retorcida. Podemos perder toda la noche divagando y especulando sobre lo que no conocemos si queréis, por mi parte prefiero contar con lo que sí conocemos y analizarlo para evitar actuar sin cordura, desbocados al igual que vuestras palabras. Sus manos marcaron claramente como referencia a los participantes qué perdieron su compostura al defender sus pensamientos. Gareth, aún nos quedan muchos cabos sueltos importantes antes de encomendarnos a la aventura. Ardo en deseos de conocer vuestra opinión sobre el papel de cada uno de nosotros frente al enemigo. Esperó unos segundos para dejar que sus compañeros reflexionaran levemente antes de reafirmar su discurso. Para conseguir la victoria debemos estar organizados, ser precisos, sin vacilar, sin improvisar, ser uno sólo… debemos ser legión. Antes de ofrecer su postura permaneció atenta para escuchar la opinión de los mercenarios.
Miro a mi compañero de El Circulo con tristeza y rabia. No se como ha podido superar las pruebas para convertirse en mago. Noto la garganta seca, las palabras salen con gravedad, forzadas - No sabes nada Amon. No has nacido elfo, no sabes lo que es eso. Y El Círculo me dió una oportunidad, me liberó de una de las celdas de mi ciudad en la que fui encerrado largo tiempo por varios delitos. Mi voz flaquea con las últimas palabras. Es un estúpido, no sabe como es la vida para aquellos que no son humanos.
Estoy con Cassandra. Cuentanos Gareth -digo a nuestro lider sin mirarlo, tratando de cambiar de conversación.
Ví con alivio que mis compañeros me habían hecho caso y se habían calmado un poco… no sabía si serian imaginaciones mías, pero me parecía que, como líder, me respetaban, aunque fuese solo un poco, aunque no sabía si eso me aliviaba o me ponía mas nervioso. Presté atención a las palabras de Cassandra, parecía que tenía las ideas claras, y no había perdido de vista lo importante.
Tiene razón, centrémonos en lo que sabemos… que tampoco es que sea mucho, la verdad.- pensé, mientras intentaba recordar todo lo que sabía de mis compañeros… apenas nada.
Esa es una buena pregunta Cassandra, y tienes razón, es importante que si nos atacan sepamos cómo reaccionar en equipo… pero tampoco se bien que sabéis hacer, aparte de que nuestro buen enano, como ya ha dicho, sabe manejar ese enorme espadón que lleva, que a ti y a Sondra se os da bien sacar información y que por lo que dijo Sir Haguen, Magányos puede ser un buen explorador, pero apenas sé nada más- dije respondiendo a la pregunta de Cassandra -¿Lucháis cara a cara o intentáis atacar sin que os vean? ¿O tal vez preferís usar el arco? No lo sé, así que no puedo hacerme una opinión de vuestro papel en frente del enemigo. Y en cuanto a vosotros- dije girándome para mirar a Ciara Amon y Vargad- perdón por mi ignorancia, pero de magia solo se lo que cuentan los aldeanos y la Capilla, así como algunas historias de mi padre, por lo que no se qué podéis hacer y qué no. Sé que Sir Haguen ha dicho que os especializabais en primo-noseque o algo así, pero no tengo ni idea de lo que significa, lo único que tengo claro es que hay que intentar que los enemigos no se os acerquen… o al menos eso decía mi padre- tras esto me pare un momento a tomar aire mientras reflexionaba sobre lo que sabía- Creo que si tenemos que actuar como un equipo debemos saber de que somos capaces cada uno. Yo por mi parte, se manejar decentemente la espada, con o sin escudo, y si es necesario también sé usar el arco ¿Y vosotros?
Tras la pregunta me quede callado, esperando sus respuestas. Aunque había intentado hablar en tono firme, ahora me arrepentía… y si se ofendían. Suspire e intente tranquilizarme.
Estoy poniéndome nervioso sin razón, son preguntas normales ¿no?- pensé mientras jugueteaba con mi medallón.
Haces bien en preguntar. Como ya he dicho, lo mio no es el combate pero si hay problemas me limitare a cubrir a Erackand con mi ballesta.
Escucho a Gareth y me aburro un poco pues es algo que ya habíamos respondido dentro, pero si quiere más detalles, se los daré:
- "Bueno, mi buen líder, intentaré contarles un poco intentando no marearlos con las vicisitudes del conocimiento mágico. Soy capaz de lanzar energía canalizada por mi varita semejante a una flecha brillante. Soy capaz de sanar sus heridas como si nunca hubieran estado ahí. Tengo el poder de crear una descarga eléctrica que afectaría a varios enemigos a la vez si estuviesen juntos y soy capaz de absorber las energías de mis enemigos para sanar mis propias injurias. La magia ofrece infinitas posibilidades y esas son solo unas pocas. Fuera de eso y en un plano más mundano, estoy entrenado en artes curativas, llegando incluso a practicar veloces y precisas cirugías."
Nada más tengo que contar, nada más que decir, todos los secretos han sido revelados. Espero que sirva para el desempeño del grupo.
Él los observaba en silencio y con el amago de una sonrisa rondando su boca. La gente siempre resultaba interesante, en especial cuando se ponía en la misma sala a personas con diversos conceptos de la vida. Aquello le resultaba divertido y prefirió ahorrar saliva durante un buen rato, previendo que quien debía poner punto final a la incipiente disputa era Gareth. Así fue, y Magányos se cruzó de brazos en la penumbra del rincón en que permanecía sentado. ¿Qué sentido tendría expresar su opinión si el tema había sido truncado y de cierta forma también agotado? Podían hacer cuantas suposiciones quisieran, pero el cómo actuarían solo se desvelaría hasta que la circunstancia se presentara, no antes.
Por otro lado, el tema de la organización si le parecía importante, y por ende después de escuchar a algunos de sus compañeros, prefiriendo no opinar hasta no ver dichas habilidades puestas en acción, bajó el pie derecho del mueble sobre el cual lo había apoyado y se inclinó, depositando los antebrazos en las piernas. -Yo soy bueno con el arco, puedo servir a la distancia y también puedo pasar desapercibido si se necesita que averigüe o vigile en algún sitio. Me siento a mis anchas en la naturaleza. Desde luego estaremos en terreno enemigo y ellos lo conocen mejor, pero no es excusa para no hacer nuestro trabajo si hace falta. -Sonrió ante la obviedad, después se tomó un par de segundos. -También me defiendo en el trato con las personas y las negociaciones, pero por el bien de la misión sería mejor que las compañeras Casandra o Sondra- Hizo una pausa levemente contrariado ante las similitudes de los nombres.- se encarguen de ello, a menos que se requiera una figura masculina. Nunca se sabe.
Le llego el turno a Ciara de explicar sus habilidades, y no pudo dejar de pensar en lo extraño que le resultaba aquello de contar a otros que podía o no hacer, sobre todo cuando hasta ahora jamás se había atrevido siquiera a insinuar que podía manipular las energías mágicas.
Como Amón, yo soy también capaz de utilizar las energías de mi bastón para golpear a mis enemigos, y también puedo curar las heridas, aunque quizás no con tanta eficacia como el.
No soy un guerrero, pero si es necesario puedo enfrentarme a un rival a corta distancia, para lo que transformo mi piel haciéndola dura como la roca, y puedo congelar a un enemigo, o al menos causarle tanto frió que sus músculos se resentirán.
La cabeza del elfo se agitaba hacia los lados, en señal de negación ante la respuesta de los mercenarios. Vuestras habilidades ya quedaron más o menos claras, y aún siendo desconocidas, seria bueno si cada uno se encargara de algo en concreto en la batalla, por ejemplo, Magányos y yo podemos defender los flancos para posteriormente emboscar por los lados, uno de los magos encargarse de los enemigos que nos ataquen a distancia, protegido por el escudo de Gareth. Otro adepto podría encargarse de frenar la vanguardia, sus hombros se encogieron siendo consciente de la cantidad de posibilidades, no sé, de todas formas no me corresponde a mí decidir la estrategia si no se me es solicitado. Yo prefiero acometer la que he comentado, pudiendo apoyar con el arco de ser necesario, o retroceder para defender la retaguardia. Nuevamente suspiró por tener que hablar demasiado, se sentía algo incómoda por forzar un acento que no dominaba. Os parecerá precipitado, pero en el campo de batalla las cosas pasan demasiado deprisa y sólo aquellos que han calculado las opciones, conocen cuál de ellas puede funcionar. Su mirada se perdió en sus pensamientos mientras volvía a una postura más relajada.
Para facilitar como sería el acento de Cassandra (que en el videojuego hablan marcando un extraño acento español) podríamos simularlo como si hablara con acento italiano, ¿os parece?
Después de escuchar a Cassandra e imaginarme una escena de batalla en la que debemos luchar de forma ordenada, respondo con lo que pienso acerca de eso:
- "Bueno, si te refieres a mi lugar en el campo, preferiría no tener ningún miserable bandido escupiendo a mi rostro, pero eso no significa que no pueda resistir un par de golpes, no soy de cristal. Lo mio es la distancia y, aunque no soy un experto en combate táctico, creo que debería estar en segunda línea, detrás de los combatientes cuerpo a cuerpo para poder sanarlos apenas sufran daños. A distancia me manejo bien con mis poderes, los que podrían verse dificultados de usar en cuerpo a cuerpo, pero no neutralizados."
Mientras hablo pienso bien en aquello, y ciertamente la segunda línea es para mí y para Ciara:
- "Guerreros fuertes y resistentes en primera linea, llámense maestro enano y nuestro líder. Segunda línea compuesta de sanadores, Ciara y su servidor. Flancos a la altura de la segunda línea compuesta por Cassandra y Magányos apoyando tanto a distancia como deteniendo en cuerpo a cuerpo en caso de necesidad. Retaguardia cubierta por Vargad y Sondra, quienes apoyarán casi exclusivamente a distancia. Juntos formaremos una estructura hexagonal, que mirada desde arriba parecerá una celda de panal de abejas para los que no saben de geometría, teniendo a los sanadores en medio listos para curar las heridas de cualquiera de los que está en la periferia de la estructura. ¿Les parece bien?"
Sigo pensando en la forma y me convence pues mantiene a cada uno en un papel que debería ser capaz de cumplir, utilizando lo mejor de cada uno en su posición más ventajosa.
Reconozco que no tengo experiencia, y no he participado en combates, mas que alguna refriega con lobos o bestias salvajes digo mirando a Gareth Pero creo que Amon habla con gran sabiduria y conocimiento. Nos situa a ambos en posicion de auxiliaros y daros apoyo, que sin duda es el que deberia ser nuestro papel.
Ya deberíais saber todos de lo que soy capaz, puedo derretir la carne de mis enemigos con mi fuego o aturdirlos si no quiero matarlos. Sin embargo creo que deberiamos centrarnos en otros aspectos en primer lugar, esto de planear una batalla me parece bien pero luego, en el fragor de la lucha, todo suele salir muy distinto a lo que hemos planeado.
Dicho esto me acerco a Gareth y le pregunto -¿iremos directamente al pueblo cuando amanezca? ¿nos presentaremos todos juntos al nuevo Bann? ¿investigaremos antes la zona? ¿iremos a hablar con el antiguo Bann en algún momento?
Escuche atentamente a cada uno de mis compañeros responder a mi pregunta. Me puse a pensar cómo ponernos en un combate, que haría cada uno, donde estaría… no había avanzado mucho cuando Amon propuso su formación.
Estoy de acuerdo con Ciara, esa és una buena estrategia Amon: Erackand y yo los recibimos en el frente mientras que Cassandra y Magányos nos apoyáis, ya sea a distancia mientras cubrís nuestros flancos, o de cerca flanqueándoles. Sondra, tu vigilarías la retaguardia junto a Vargad, que por lo que has dicho pareces capaz de frenar un ataque lo suficiente como para que alguien llegue a apoyaros. Y mientras Amon y Ciara nos apoyáis en el centro con vuestra magia pero reservándoos por si alguien necesita que lo curéis. Una formación sencilla, simple y fácil de adaptar, bien pensado.- les dije, mirándoles a cada uno conforme les nombraba -Vargad, con respecto a tus preguntas, si, iremos al pueblo primero, o eso creo, pero recuerda que nos quedan al menos 5 días de viaje. Lo de presentarnos al bann, como ya he dicho creo que lo mejor es que vallamos la mayoría pero que algunos, yo había pensado en Sondra, Cassandra y Magányos investigasen algo por el pueblo, intentando averiguar todo lo que puedan de la banda y del bosque… aunque pensando en las sospechas que decíais antes, también podrán ver que piensa la gente de su nuevo bann. Y lo de hablar con el viejo bann, yo creo que tendríamos que hacerlo, aunque solo sea para hablar con sus hombres de cuando intentaron acabar con los bandidos.
Pues parece que ya está todo claro, ¿No?
Si, eso parece.
Respondo sin contener un pequeño bostezo.
Si no hay nada mas, me gustaria retirarme a descansar...
Mucho tiempo había pasado el enano callado y cavilante. Prácticamente no había abierto la boca desde que se reuniera el grupo. Eran un grupo variado e inexperto, lleno de jóvenes impetuosos y orgullosos. Él mismo, hace no bien poco tiempo había mostrado una faceta que desconocía.
El resentimiento por su autoimpuesto exilio de la que debía ser su casa le había hecho mostrarse orgulloso e impetuoso. Cuántas veces la bisoñez es la primera parte del fracaso. Pasar las pruebas de la Legión del Trueno había sido molesto, pero no un verdadero desafío para su carácter. Tenía que recuperar las formas y demostrar la nobleza de su casa, no con desprecio sino con camaradería. No en vano, a pesar de sus nobles orígenes, actualmente su situación no era mejor que la de sus compañeros. Su atolondramiento había hecho que en vez de ser elegido como líder el cargo recayese en Gareth quien, vacilante, intentaba infundirse de sentido común; algo extraño en alguien que parecía tan inexperto. Si sobrevivía el chico podría llegar lejos. Observaba largamente a todos ellos, clasificando sus capacidades y previendo su comportamiento en el combate.
Erackand no sabía sanar heridas, no sabía rastrear presas ni recolectar comida, desconocía las artes de la música o de la paciencia, de la conversación o de la piedad, del regateo o de la simple cocina. Erackand sabía matar y se dispuso a dejarlo claro.
Gareth- dijo dirigiendose al líder del grupo Creo que no has escuchado todavía mis capacidades. El enano sacó el terrible hacha de su funda, el filo podría cortar una gasa de seda si simplemente se le ocurriese caer encima. La llamo Piedad, porque con ella cerceno el mal cuando se cruza en mi camino. No soy clemente con los prisioneros y no tolero la injusticia ni la deslealtad entre los compañeros. Vengaré a cualquiera de nosotros que caiga víctima de una traición, parta de donde parta. El enano era joven para decir tan graves palabras, pero los reveses del destino le habían marcado con algo de cinismo y no pudo evitar una mueca al seguir hablando. Parecía una chatarrería andante entre su armadura de anillos, el hacha y el espadón que portaba.
Respecto a mis capacidades... Yo seré el bastión que os sostenga en las penurias. Cuando desesperes de la fortuna o quieras maldecir al destino mírame, porque estaré a tu lado para apoyarte. Y respecto al liderazgo... no puedo imaginar nadie mejor que tú. Sólo dime qué tengo que hacer y estará hecho.
Después se giró al grupo antes de que se marchase nadie.
Va a ser la última vez que diga esto. Se acabaron las rencillas. Quien entra dividido en combate es carnaza de los buitres y me da igual que seamos elfos, enanos, apóstatas, humanos o magos del círculo. A partir de ahora seremos hermanos o no seremos.
El enano, junto a Piedad, recordaba los viejos héroes de las leyendas. Luego la imagen desapareció, guardó el hacha y se dirigió a la salida.
Habiendo discutido largamente durante la cena, los 8 aspirantes a ingresar a la legión del trueno hubieron de convenir que era el momento de ir a descansar, un largo viaje les esperaba a la mañana siguiente y habrían de estar preparados.
Y mientras ellos descansaban muy a lo lejos, en las fronteras del bosque de Brescilia, una figura enigmática reía, entre sombras miraba a aquel que era su amo y que a su vez era su esclavo...; los hilos del destino se estaban tejiendo tal y como él esperaba, y el momento de jalar de ellos estaba ya muy próximo.
Fin de la escena, continuamos en la escena: En el valle de Ruswold.