Partida Rol por web

Madrid, 16 de Diciembre de 2012

Son cerca de las seis de la tarde, caminas en compañía de la hermana de tu señora (qué Dios la tenga en su gloria) hacia la iglesia de San Francisco de Borja para atender a la misa de Vísperas que dará el párroco Don Braulio. Es una misa especial ya que el párroco Don Braulio estaba destinado en Sidi Ifni y seguramente os traiga alguna carta de vuestro hijo destinado en el Palacio Real (donde está el gobierno general del territorio).

De camino a la bella iglesia ves que se empieza a notar el ambiente festivo, la Navidad está a la vuelta de la esquina y eso siempre anima a la nación, y también te anima a ti ya que en breve disfrutarás de un par de semanas de descanso de tu trabajo en la Brigada.

Las campanas de la iglesia empiezan a repicar las campanas anunciando el comienzo de la misa cuando en ese momento tu móvil empieza a sonar. Lo sacas del bolsillo y ves el nombre de un viejo conocido en la pantalla: Ignacio Mayo.

La Navidad siempre le había gustado.

En aquellas épocas, era la clase de padre que sacaba ya a los chiquillos a recorrer escaparates, y que se pasaba las horas rellenando tarjetas de felicitación y poniendo decoraciones: el ocasional espumillón y tarjetas navideñas, igual que el belén, nada de esas americanadas que tanto estaban gustando últimamente. Los tiempos habían pasado... y las cosas pasaban... pero la familia siempre era la familia. Y después de la misa tenía intención de compartir un café con el señor Don Braulio y ver si había llegado alguna carta del chiquillo.

Riiiiiiing

"Qué horas son estas de llamar"

...¿Ignacio?

-¡Mira, Ignacio! -dijo, cogiendo el teléfono- ¡Dígame!

Sería alguna consulta sobre el trabajo, o necesitaría algún expediente o que le traspapelasen algún archivo. Cosa fácil: daría el recado de un telefonazo.

- Hola viejo amigo...cuánto tiempo...¿qué tal la familia? - en su voz notas que está nervioso y cansado, seguramente ha pasado una mala noche. - Te llamo porque me acaban de asignar la unidad de nuevo. Vuelvo a ser el responsable y han quitado al jovencito que han puesto a cubrirme estos últimos meses.

Esta noticia te sorprende. Sabes perfectamente que no quería volver a la Brigada, casi que antes preferiría volver a las trincheras en Marruecos que regresar...el asunto debe ser importante.

- ¿Estás disponible?

- Hola viejo amigo...cuánto tiempo...¿qué tal la familia?

-Están bien, están bien -comentó- Haciendo su vida ya. ¿Cómo está la costilla?

¿A la unidad? ¿Otra vez?

Bueno, todos sabíamos que nunca iba a decir que "no" realmente, pero también que nadie iba a pedírselo. Debía ser muy grave lo que pasaba o el nuevo desgraciado tener muy poca vergüenza como para llamarlo a filas de nuevo. Y- espera. ¿Que si estoy... yo?

-Pudiera ser, pudiera ser -comentó- ¿De qué se trata?
 

- Han asesinado a un párroco en Galicia y la cosa parece que traerá cola, era muy apreciado en el Vaticano - te comenta tu viejo amigo.

Curas relacionados con el Vaticano, eso puede ser importante pero tu instinto dice que hay algo más...y ese algo tiene que ser muy importante.

- Necesito que te presentes en la sede de la Brigada a las nueve para una reunión informativa. Ahí os pondré al día del asunto.

Por su voz sabes que no será una investigación corriente, posee un tono de preocupación similar a la investigación del asesino de la M-30 en las que recibió tres disparos y casi le cuesta la vida.

Curas relacionados con el Vaticano era el asunto más importante del mundo. Que hubiera algo más detrás de todo aquello, que no creyera que pudiera decir, le puso los vellos del cuello como escarpias; ¿qué podía ser tan exagerado como para estar dispuesto a poner una cosa por delante de otra?

- Necesito que te presentes en la sede de la Brigada a las nueve para una reunión informativa. Ahí os pondré al día del asunto.

Y, realmente, aquello era todo lo que había que decir.

-Allí estaré.

No sabía si había vuelto al servicio activo o se había entremezclado en algo de lo que se arrepentiría, pero se arrepentía de pocas cosas en su vida que pudiera mirar con propiedad y decir sin rubor. Y realmente, si lo necesitaba, estaba ahí. Simplemente. Es como funciona el hombre de verdad.
 

Tras asistir a misa y prepararte debidamente te acercas a la Sede de la Brigada, según dice la prensa son las instalaciones más modernas de toda Europa. Y realmente sus instalaciones y equipos son mucho mejores de los que disponíais en la Guardia Civil cuando formabas parte de ella aunque aún ahora que estás bajo el mando del Cuerpo General de Policía te consideras un oficial de la Benemérita.

Aparcas el coche y al bajarte recuerdas tu primera visita a la Sede...tu mente te lleva a unos años atrás...

FLASHBACK

Corrían los años 90, España aún se mostraba impresionada tras el crimen de Alcácer*. Y eso llevó al Comisario Conesa y a tu viejo compañero de la BOEL Ignacio Mayo a formar la Brigada Especial de Investigación. Recuerdas la llamada que te había hecho Nacho para que te unieras a la Brigada y abandonaras tu adorada Benemérita. Era una decisión controvertida pero tu viejo amigo te proponía luchar contra el crimen con todo el respaldo del Ministerio de Gobernación detrás, con un fuerte apoyo económico de las instituciones estatales y con la convicción necesaria para impedir crímenes tan sangrientos como el que consternaba al país.

Un Policía Armada te recibe en la puerta y te saluda militarmente al reconocer tu pin de la Guardia Civil:

- Buenas tardes señor. Supongo que es usted el teniente Antonio Dionís Gutiérrez, señor.

Dominus vobiscum

Et cum spiritu tuo!

Después de la misa, y de recibir carta del chiquillo (todo lo chiquillo que puede ser alguien con casi 30 añazos, pero siempre son chiquillos a ojos de sus padres) se retiró a descansar, mientras pensaba en todo aquello. El BEI... después de todos aquellos salvajes, como si no hubiera sido bastante con los "exorcistas" de pacotilla... y el debate sobre la pena de muerte que se reabrió en muchos círculos: personalmente él fue del bando de que habría que fusilar a la gente, pero al parecer era muy retrógrado y había que usar el garrote vil. Todo el mundo sabía que Costilla y compañía simplemente eran tan agarrados que consideraban el coste en munición para ejecuciones un exceso innecesario. ¡Desde luego, si quieres ver a hombres sin espíritu ni alma, no tienes más que fijarte en esas decisiones!

- Buenas tardes señor. Supongo que es usted el teniente Antonio Dionís Gutiérrez, señor.

Reconoció el saludo y lo dio, retirándolo para que el muchacho pudiera hacerlo a la vez. 

-Sí, muchacho. ¿Con quién hablo?

"Muchacho" era un término no raro en los militares, pero, sinceramente... era más que se estaba acercando a esa edad en la que todos venían a ser, comparativamente, muchachos. Privilegios de la edad que se llaman.
 

- Soy el oficial de primera David Hernández, señor. Me han encomendado llevarlo a la oficina del Inspector Mayo.

Acto seguido te guía por las instalaciones hasta la oficina del Inspector Mayo, las instalaciones son nuevas del todo ya que el edificio acaba de ser construido*.

Te lleva hasta la zona de oficinas en la última planta y llama a a puerta del despacho de Mayo. La voz de tu viejo amigo dice que pueden pasar.

- Muy buenas Antonio...¿qué tal el viaje? - te saluda tu viejo amigo.

Te señala una silla para que tomes asiento y agradece al oficial llamándolo por su nombres.

- Gracias David, ve a tomarte un café y que lo anotan en mi cuenta.

Después de que el oficial se marche te sonríe y viendo que todavía no te has sentado te lo indica.

- Toma asiento y cuéntame qué tal trata la vida...¿qué tal tu señora? ¿Y los hijos?

El inspector Mayo te mira y te hace otra pregunta antes de que contestes.

- Quiero que te unas a la Brigada...¿qué me dices?

Te pregunta directamente, sin rodeos. Es una pregunta sencilla, y que tiene dos contestaciones...que afectarán a tu carrera a partir de ese momento.

- Toma asiento y cuéntame qué tal trata la vida...¿qué tal tu señora? ¿Y los hijos?

Tomó un sorbo de café al que no añadió azúcar; consideraba que el café sólo era café sólo. Esto por alguna razón no se aplicaba al café con leche, al cortado o al bombón, que sí podían llevar. La idiosincrasia para todo.

-Estamos pasando unas épocas malas -admitió- Pero Dios mediante todo sale bien. La pobre está de médicos hasta el moño; los chiquillos, bien, bien. Aparte de eso, qué te voy a contar. Pues relajándonos.

El problema era que relajarse era algo que, realmente, nunca se le había dado bien, no en grandes cantidades al menos. Sumando eso al hecho de que decir que no a un amigo era algo que no hacía si no podía evitarlo, conllevaban que la respuesta fuera evidente.

-Hmmmm. Cuéntame, venga.

Pero también lo era que nunca daba una respuesta definitiva si no podía conocer al asunto antes. Otra cosa hubiera sido hacer un feo.

- Pues te lo cuento... - dice sonriendo, sabiendo que seguramente aceptes sin dudarlos - ...Conesa quiere que dirija una brigada con los mejores agentes de España. Tendremos disponibles todos los medios al alcance del estado, facilidad para obtener órdenes de registro y colaboración de todas las fuerzas de seguridad. Quiere que seamos el FBI español. ¿Qué te parece?

Conesa siempre quiso una unidad especial, sobre todo tras los horrendos crímenes de Alcácer. Es una buena idea, sobre todo si logra resultados y se salta gran parte de la burocracia imperante en el estado español.