Partida Rol por web

Jordi puso el teléfono móvil sobre la mesa, apoyándolo sobre una de las esquinas inferiores mientras con la esquina superior contraria lo sostenía con un dedo. Luego con la mano opuesta empezó a darle vueltas tratando de mantener el equilibrio. Levantó la mirada para encontrarse con la del inspector Mayo

-Y bueno... ¿De qué ha muerto el cura? Si estáis seguro de que le han asesinado, ha debido ser a tiros o envenenado... y si es así ¿Y por qué no barajar la posibilidad de que el párroco iba con el plan, se arrepiente en un ataque de piedad, y deciden acabar con él?- dice frunciendo el ceño.

-¿Han revisado la zona en caso de que encuentren más explosivos, Mayo?- añade mientras deja de jugar con el teléfono, retira el dedo índice que lo sostiene desde la punta superior y con agilidad lo toma con la otra mano.

Hacer una autopsia a un sacerdote es una de las cosas que no me gustan como tampoco hacersela a niños. Tener a la Santa Sede presionando tampoco es bueno, pero tendremos que lidiar con ello cuando llegue el momento.

Señor, me gustaria poder hacer una visita a la casa del parroco despues de hacer la autopsia o tal vez antes dependiendo de si nos pilla de camino o no a ir al anatomico de Santiago. Procurare tener la autopsia lo antes posible, para poder responder a las dudas que puedan subscitarnos lo que averiguemos.

- Fue desmembrado. Lo que implica un crimen violento y salvaje. Los guardia civiles que accedieron a la escena quedaron impresionados por lo que es de suponer que ha sido algo sangriento. - hace una pausa - Se sigue rastreando la zona con perros pero no se ha detectado ningún rastro de explosivo más...no se encontró nada que señale que la bomba fue fabricada en esa casa por lo que debemos suponer que alguien la llevó.

Mira a la médico forense y le contesta:

- Sin problemas en acceder a la escena del crimen, aunque veo cierta prioridad a la autopsia para tener un informe preliminar viable. Podrás visitar la casa del párroco sin ningún problema.

En ese momento llaman a la puerta de la sala. Un oficial de la Policía Armada saluda militarmente y se presta a indicar el motivo de la interrupción.

- Perdone la interrupción Inspector Mayo, he traído al Inspector de 2ª Mario Cruz Pozo que según me ha indicado el Comisario Carlos Infante se unirá a la Brigada. 

Dicho esto entra el nuevo miembro de la Brigada a la sala. Todos están atentos ya que hace tiempo que no se une nadie a la Brigada, la última incorporación fue María Pérez Castelao y ya fue hace unos cuantos años.

- Muchas gracias Alonso, por favor Mario entra y siéntate. Os haré un resumen de lo sucedido y de lo poco que se sabe a ciencia cierta ahora y luego nos pondremos en marcha que toca un largo viaje...

La puerta se cierra y el oficial Alonso saluda de nuevo militarmente antes de cerrar la puerta y dejar a Mario frente a sus nuevos compañeros:

- Por favor Mario, si deseas presentarte ahora es el momento. - dice solemnemente para luego terminar la frase con una sonrisa, se le ve feliz de estar de nuevo al frente de la Brigada. - Carlos Infante me ha pasado buenas referencias tuyas, así que serás un eslabón más que fortalecerá la unidad.

Levanto la mirada de la libreta en la que ando tomando notas y volviendo a la realidad de la que me habia abstraido para mi trabajo.

Miro al nuevo, mucha testosterona en el ambiente. Sonrio y me levanto para presentarme. 

Maria Isabel Lopez Garcia, soy vuestra medico forense, encantada de conocerte y bienvenido.

Daniel se levanta y se presenta:

- Yo soy Daniel Castro, soy el especialista en comunicaciones.

Daniel Castro es conocido en otros círculos de las fuerzas de seguridad por haber pertenecido al Centro Nacional de Vigilancia (los creadores de la lista Jano que mantuvo al régimen tras la muerte de Franco).

- Encantado de que te unas al equipo.

Martín saluda con un gesto amable al recién llegado.

—Soy Martín, detective. Un placer tenerte en la brigada.

La sonrisa es cordial, pero quizá mira al nuevo algo más de lo normal. Evaluándolo.

Jordi tan sólo lanza un gruñido y una mirada poco amable, mientras golpetea la pantalla de su móvil de forma impaciente. -Si ya hemos terminado de jugar al salón de clases...- dice medio entre dientes, medio en voz alta para manifestar su molestia por la interrupción.

-Un cura desmembrado. Suena a que alguien quería castigarlo.- dice mientras observa de nuevo a Mayo, ignorando si el nuevo se sienta o no en la sala. -Mayo, necesito un nombre. Si el tío estaba bien relacionado... o mal relacionado, ha debido dejar huella en alguna parte- y frunce el ceño pensativo.

-Hablando de ir a visitar la escena... ¿dónde está la parroquia del difunto? Creo que tendré que ver el informe preliminar yo mismo... si es que no hay problema en que me lo envíen- añade algo ofuscado.

El viaje del Inspector Ridruejo no había sido nada agradable.

Para empezar, había tenido que salir de San Port en Bou (o como se llamase) por una solemne misa de ánimas en un pueblo perdido por su madre política, por la que lo que más que había tenido en vida era una "relajada amistad", pero por la que había prometido a su esposa que acudiría. ¡Las cosas que se hacen por amor! Luego, había llegado la llamada y un breve del caso, y nada más.

El taxi que había tomado bajo órdenes de que fuera lo más rápido humanamente posible fue parado un par de veces en controles, pero nada que durara más de tres minutos de retraso gracias a las credenciales, y estuvieron en el lugar apenas unas tres horas y cuarenta minutos, tiempo récord si se consideraba además el infernal tráfico a la entrada de Madrid. Durante el viaje al menos su rutina habían sido llamadas a un sitio, confidencias en otro, telefonazos en otro y ¡hola! ¡qué tal! en aquel, que podían valer tanto o más que los otros.

Qué país este, pensó rezongando mientras atravesaba las puertas de la brigada y se dirigía al despacho.

Tocó ligeramente la puerta, para anunciarse, y entró.

-Buenas noches, Inspector -hizo un saludo militar- Señoras. Caballeros -reparó en una cara nueva por un momento- ...a usted no tengo el gusto de conocerle.

Navegando por tu memoria logras recordar que entre los curas gallegos había algunos que tenían fama como exorcistas, entre ellos Fernando Lorenzano. Entre sus conocidos estaba el Cardenal Rouco Varela (y posiblemente futuro Pontífice) y el actual Benedicto XVI.

No logras atar ningún cabo con altas esferas políticas pero sí que te suena que Lorenzano asistía a cenas con el actual gobernador civil de la provincia de Lugo, Don Alfredo Loureiro que a la postre es un antiguo conocido suyo de sus tiempos en la Legión.

Mario permanecía un poco aturdido. Su chaqueta emitió un ligero zumbido y rápidamente el hombre echó mano al bolsillo interior de la misma. Sin mirarlo accionó un botón de su teléfono móvil.

—Disculparme —dijo tímidamente—. Me llamo Mario aunque siempre me llaman Cruz.

Se acercó a la mesa de reunión y se sentó en la silla libre.

—Con vuestro permiso —solicitó con la mano en el respaldo de la silla.

Una vez sentado sacó un terminal electrónico de la bolsa que llevaba colgada al hombro y lo apoyó sobre el muslo de su pierna izquierda.

—¿Por dónde ibais? 

- Bienvenido Cruz, te resumo lo que hemos hablado hasta que has llegado. - le señala el dossier con los datos que se disponen hasta el momento - Ha aparecido el cadáver desmembrado de un cura en Galicia, en el registro de la casa ha aparecido un artefacto explosivo hecho por un profesional lo que nos lleva a pensar que hay posibilidades reales de un atentado. - hace una pausa y luego prosigue ya dictando órdenes - Saldréis todos hacia Lugo en el Talgo nocturno que sale de Atocha, ya os hemos reservado departamentos individuales para cada uno de ustedes. Hemos decidido ese medio de transporte ya que el primer avión hacia Galicia sale mañana a las 10:30 y encima va a Santiago por lo que aún tendrían una hora más en coche hasta el Anatómico Forense de Lugo. ¿Alguna pregunta?

Jordi parece algo impaciente con el ir y venir de recién llegados, con un aspecto poco amistoso al tiempo que mira el reloj, como censurando la falta de puntualidad de los nuevos (y no tan nuevos) agentes. Tamborileó los dedos sobre la mesa esperando a que las intervenciones reglamentarias se acabasen.

-El nombre del cura, Mayo. Y la jodida promesa de que los huecos a dónde nos envíes van a tener conexión a internet. No pienso moverme todo el camino de Madrid a Lugo sólo para ver a un cura hecho pedacitos. Si voy a picar datos para resolver la mierda que quieren los superiores, que al menos me den las herramientas- agrega con su creciente mal humor.

-Y el nombre de todos los habitantes de las casas aledañas- agrega frunciendo el ceño. -Para los demás no sé. ¿Un reloj tal vez? A ver si el grupo no llega a Lugo para el el año Nuevo- 

Mira de forma paternal a Jordi, como si se tratara de un hijo que tiene una rabieta comprensible. 

- El cura se llamaba Fernando Lorenzano. Tendréis internet, os entregarán portátiles con routers USB para que tengáis conexión donde estéis...eso sí no puedo prometeros que será siempre, pero en los hoteles y en la zona de trabajo tendréis siempre conexión. 

He estado callada mientras el nuevo se presentaba y miro a Mayo

Por mi si estan listos, podemos irme. Quiero empezar cuanto antes, antes de que se quede frio el posible rastro que haya.

- Muy bien, entonces id a preparar vuestro equipaje y estad en la estación de Atocha a las once y media. Por favor, sed puntuales. - ordena el inspector.

En ese momento os entrega a todos un billete del Talgo con vuestro departamento indicado y el vagón en el cual está.

- En Lugo os estará esperando el Inspector Iñigo Buenaventura, es el responsable del caso hasta que lleguéis vosotros. Para cuestiones de mando Antonio será vuestro mando mientras yo no esté. Si es necesario acciones tácticas en ese caso Martín tomará el mando para dichas acciones. ¿Entendido?