Partida Rol por web

—María, a Castro le han dado un culatazo. Está inconsciente pero no creo que corra peligro. Cuando tengas un momento, en cualquier caso, échale un ojo, que tampoco es que valorar heridos sea lo mío. Si hay alguna posibilidad de coger ahora al tirador, debemos intentarlo; Cruz puede ir a por las cosas, necesito a Fàbregas para seguir la pista al portátil —una pena tener que aventurarse solo con Jordi, pero alguien tiene que hacerlo…

Y con un breve gesto de despedida, Martín se aventura tras Fàbregas. Comienza la persecución.

Martín sale del tren y se encuentra con Fábregas. Fuera del tren existe algo más de luz que dentro, pero la luna no ilumina demasiado esta noche. A vuestro alrededor no veis a nadie...parece que el desconocido se ha esfumado. Fábregas mira su móvil, parece que busca algo en el...

Me levanto y salgo corriendo en busca del maletín, tropiezo con muchos pasajeros que están pasando por los efectos del gas lacrimógeno. Pero tras pasar dos vagones el aire es totalmente limpio y puedo avanzar más rápido mientras grito:

- Cuerpo General de Policía, por favor permanezcan en sus asientos. 

Por fin llego al compartimento de Isabel y tras entrar consigo el maletín. Regreso lo más rápido posible y se lo entrego a ella para que atienda a Antonio.

- Isa...¿necesitas ayuda?

Mis conocimientos de medicina son básicos, RCPs y vendajes de emergencia. No creo que pueda ayudar demasiado pero ante un compañero herido siempre hay que estar presta a ayudar. Si no necesita mi ayuda iré a echarle un vistazo a Daniel y ayudarle a incorporarse si está consciente.

Martín mantiene el trote tras Jordi, la pistola preparada en una mano mientras con la otra aparta las ocasionales ramas que le salen al paso.

—¿A qué distancia? —pregunta en un susurro.

-Unos metros, no estoy seguro- responde sin mirar atrás -la señal es amplia y el tío parece que se ha detenido cerca. Así que ándese con un ojo abierto- responde mientras consulta su móvil.

El viejo ejercicio de rastreo vía telefonía era algo que no practicaba desde hacía algunos meses ya. Imaginaba que en algún momento tendría que verse obligado a rastrear a alguien usando tan sólo conocimiento de la red, pero jamás se imaginó que iba a tener que buscar su propio ordenador para poder hallar con un criminal. Ni mucho menos que dicho criminal resultase siendo un vulgar asaltante de tren, en pleno siglo XXI.

Suspiró. -Vamos, vamos- mientras camina rápidamente tratando de ver algo en la oscuridad alrededor.

Según el móvil de Jordi el ordenador está a sólo 12 metros de distancia. Miráis en esa dirección, parece no haber nada. La hierba está alta pero no demasiado para esconder a una persona a no ser que sea un gnomo.

Parece que el ordenador lo han dejado ahí, o por lo menos la señal indica que está ahí. No hay nadie...pero os surge una duda ¿es una trampa?

-Joder- masculló entre dientes Jordi. Aquello apestaba, y lo último que quería era poner el pellejo en riesgo. No, tenía demasiado valor por su propia vida como para no pensar en alguna manera de estar todo lo a salvo que pudiese estar. Se detuvo en seco y miró alrededor.

-Muy bien García. Usted tiene el arma, usted me cubre la espalda, ahí muy paradito, y atento a disparar o a recoger lo que quede de mí- dice mientras encara a su compañero. -No es que tenga mucha confianza en lo que pueda hacer con esta oscuridad... pero si nos han tendido una trampa, espero que me haga comerme mis palabras- dijo mientras caminaba -o de lo contrario te voy a dar por saco hasta que se me acabe la sangre. ¿entendido=- y se agacha para caminar muy lentamente hacia el sitio en donde detectaba la señal.

-Joder, si de verdad me dejaran hacer mi trabajo... debería estar en el cuartel, no en medio de la nada, rastreando mi portátil y pensando que estos tíos parecen tener algo en contra de nosotros- continúa diciendo para sí, acercándose sigilosamente. Esto no era lo suyo, pero tampoco iba a ponerse a disparar. Aquello podría desembocar en otro desastre y después de todo... tenía cierta seguridad en lo que estaba haciendo. Sólo esperaba, por su bien, estar siendo más precavido de lo necesario.

Martín asiente en silencio al compañero, comprueba que el arma está lista para disparar, echa una ojeada alrededor, por si la emboscada abarcase más zona de la previsible y se dispone a cubrir a Jordi.
 

Jordi llega al ordenador sin ningún contratiempo. Nadie le ha disparado de momento y parece que no hay nadie alrededor que vaya a hacerlo mientras coge el portátil.

Está intacto aparentemente. No ha sufrido ningún desperfecto ni parece que lo hayan intentado forzar. Puede que fuera una distracción para algo...pero ¿para qué? Esa es una pregunta para la que no tenéis respuesta.

En ese momento Martín y Jordi comienzan a escuchar sirenas y a lo lejos ven varias luces que indican la presencia de la policía, bomberos y ambulancias. La ayuda está en camino.

-¡Pero somos gilipollas!- exclama Jordi al meditar unos instantes. Ahora todo encajaba, no era una trampa. Era una distracción. Porque no era sólo uno, eran varios y con la evacuación y los otros vagones, el equipo dividido y la mierda lloviendo a diestra y siniestra, habían creado una cortina de humo.

-¡García! ¡De vuelta al tren! ¡Es un farol! ¡Los hijos de puta se están escapando!- grita el catalán mientras echa a correr de regreso. -Hemos caído como un par de críos, tanto andar en la brigada debe estar afectándome las neuronas. Me cago en todos sus muertos- va exclamando mientras trota a paso ágil.

-Como os llegue a pillar, jodíos...- masculla entre dientes.

Abro el maletin, comienzo a sacar cosas y a prepararlo
Comienzo a hacer las compresiones para que no se colapse mientras hago un gesto a Maria Dolores para que me ayude en la RCP. 

Voy a tener que meterle un broncodilatador para abrirle los alveolos,por eso soy forense no  me gusta tratar con personas vivas, luego se quejan si les has echo algo que no debias por salvarle la vida. Saco el viejo inhalador para el asma, se lo pongo en la boca y apreito para que el mentol le ayude un poco.

Martín trota, esta vez, al lado de Jordi. Cree que no importa mucho que hayan caído en la trampa o no, con el tiempo que pasaron tosiendo, llorando y luchando por respirar, cualquier individuo mínimamente preparado habría tenido tiempo de sobra para poner en marcha un plan de huida; y estos estaban innegablemente preparados. Piensa en comentárselo a Jordi, pero decide que no cambiará lo más mínimo los acontecimientos. Le inquieta más que sepan que no debían llevarse el portátil. Lo que parecen saber es mucho más terrible que lo que han hecho. Y esto es algo que sí deberá comentarle a Jordi… en otro momento, más calmado e, indudablemente, en el que no estén corriendo por el bosque.

Daniel se incorpora tras estar KO durante unos minutos. Le duele la cabeza aunque más su orgullo. Se acerca al resto para ver como están. María le está haciendo el RCP a Gutiérrez. La situación no pinta bien para el viejo legionario. Por suerte María es una buena doctora aunque prefiere tratar con muertos que con vivos...

Dolores a su lado está ayudando a la doctora. No veo a Jordi ni a Martín. 

- ¿Necesitáis ayuda? - pregunto a las chicas.

Los coches de policía armada llegan por fin al tren, con ellos un camión de bomberos y varias ambulancias. Parece que viene toda la ayuda necesaria. Incluso se pueden ver varios todoterreno de la guardia civil que también acuden al lugar.

Muchos agentes se bajan y empiezan a acercarse empuñando linternas preguntando a todo el mundo si necesita ayuda. En ese momento la luz vuelve a los vagones y la gente aplaude ya que han sido momentos de tensión y miedo.

En el exterior se acercan a Jordi y Martín y les preguntan:

- ¿Necesitan ayuda señores?

Varios sanitarios entran con agentes en los vagones y ven a María haciendo un RCP. Se acercan y comienzan a ayudarle mientras traen una camilla para transportarlo en ambulancia. Parece que con la ayuda de los paramédicos Gutiérrez tiene alguna posibilidad.

Sale al exterior y veo a Martín y Jordi.

- ¿Qué tal estáis? ¿Necesitáis ayuda? - les pregunto - ...ese bastardo me dejó KO, me atacó por la espalda...estaba entre los pasajeros sin inmutarse...

En cuanto llegan los sanitarios, les cuento lo que he he ido haciendo. 
entubamos a Gutierrez y hago que uno de los sanitarios le vaya ventilando.

Cuando lleguen al hospital haganle una placa del pecho, creo que tiene una costilla rota. Mantengan el ritmo del respirador hasta que se estabilice. 
Ire al hospital en otra de las ambulancias, quiero que el medico que le atienda me de su informe a mi.

Me levanto dejandole ya en buenas manos y voy a ver a Daniel. 
Sientate, quiero ver esa cabeza. Te van a llevar al hospital a que te hagan un tac, si solo tienes un chichon en esa bonita cabeza sera lo mejor que te puede pasar.

—Tenían todo bien planeado. Demasiado bien. A ver en qué acaba esto, pero no tiene buena pinta. —Martín se encoge de hombros con resignación—. En fin, ¿qué tal tu herida? ¿Algo más aparte del golpetazo? No parecía nada serio, pero…

Unas palabras amables antes de que Jordi empiece a cagarse hasta en la madre de Castro parece lo adecuado. La brigada parece un poco oxidada, pero la actitud del técnico no lleva a ninguna parte. A ninguna buena, al menos.

- Me duele más el orgullo Martín así que no te preocupes. Estaré bien cuando haya tomado un par de aspirinas y haya dormido unas horas. Vosotros ¿qué tal? ¿Qué hacéis aquí afuera? - pregunto - se ha escapado entonces ¿no?

Los sanitarios atienden al viejo legionario y lo transportan en una camilla a la ambulancia, y desde ella lo llevan al hospital más cercano. Su situación es grave pero está fuera de peligro por el momento gracias a la forense de la Brigada. Dolores se encargará de acompañarlo.

Mario Pozo, el nuevo también regresa a Madrid. En su caso debido a que Mayo le ha pedido que le ayude en unas pesquisas que los técnicos informáticos han encontrado. Al parecer en la central han encontrado alguna pista en la red profunda que tanto teme el gobierno.

El tren se llena de policías que comienzan a inspeccionar cada rincón, atienden también a un compañero que estaba inconsciente. Un miembro de los Cuerpos de Reserva (antidisturbios) al que le habían robado su arma y equipo. Seguramente le caiga una buena bronca por llevar equipamiento militar dentro de un tren civil, pero tras unos meses en el calabozo lo soltarán y podrá volver a su vida habitual.

Tras ser atendidos todos, el tren reanuda su marcha y os retiráis a descansar ya que mañana tenéis una cita en Lugo con el inspector Buenaventura.