Partida Rol por web

Escuché con atención todo lo que el Inspector Jefe me contaba. Lo del comisario me hizo fruncir el ceño, pero parecía que Mayo se encargaría de solucionarlo. Ya había tratado con hombres así, que olvidan su verdadero deber y maman de la teta abusando de su posición. El honor ya no tenía el mismo peso que antes.

Eso sí, la pregunta de mi nuevo superior me descolocó un poco. 

-Con todos mis respetos, Señor... aún no me lo he planteado- dije -. Ni siquiera esperaba poder entrar en la BEI y todo ha sucedido tan rápido que apenas he podido informar a mi hermana de este cambio de destino.

Sin embargo, me rasqué la nuca, reflexionando sobre aquello.

-Siempre he servido a mi país, de una forma u otra. Provengo de una familia de militares, donde la disciplina y el deber eran el pan de cada día- miré a Mayo de soslayo -. Mi meta es convertirme en mejor hombre, proteger y servir al pueblo español. Y, quizá... algún día tener una familia e inculcar esos mismo principios en mis hijos, pero aún soy joven y necesito madurar, crecer como persona. Aprender...- arrugué el ceño y seguí conduciendo. No sabía si era la respuesta que esperaba Mayo, pero era lo que pensaba y lo que quería realmente. No soy una persona ambiciosa que quiera subir escalafones para ganar un salario mejor y vivir cómodamente, aunque eso siempre es bien recibido, para qué negarlo.

- Pues cuando lleguemos al hotel, haga esa llamada y coméntele esto. Y por favor no me llame señor, sé que tengo una edad pero para ti a partir de ahora seré Nacho o Mayo como me suele llamar la mayoría... - dice intentando que no le trates de usted. Al fin y al cabo a partir de ahora seréis compañeros aunque él ostente un rango más alto. - Y lo de tener una familia lo veo bien, pero aquí te daré un consejo: lo que veas en los casos no lo lleves nunca a casa. - hace una pausa y prosigue - ...tendrás pesadillas con lo que veas, a mí aún se me aparecen las caras de algunas víctimas que no pude salvar. Pero debes dejarlo atrás cuando llegues a casa, será duro al principio pero si no lo haces fracasarás tanto como cabeza de familia y como policía...he visto a grandes hombres que no lograron separar ambas vidas...alcohol, violencia...auténticos desastres de vidas...y muchas de ellas acabaron demasiado pronto...

Por fin estáis en la provincia de Lugo, ya queda menos de una hora de viaje. Continuáis hablando de temas menos profesionales y más del día a día. Parece que Mayo quiere conocer cómo eres fuera del trabajo.

- ¿Eres aficionado al fútbol? Yo lo soy bastante, fiel a mi Ponferradina y al Real Madrid. Aunque ahora ya no se juega como antes...es todo demasiado comercial...demasiados extranjeros en la liga... - parece que las nuevas leyes para equiparar la LFP con las otras ligas europeas que aplicaron la Ley Bosman parece no gustar al inspector - ...seguramente prácticas deporte ¿no? si te gusta salir a correr, Martín lo hace todos los días. Ha ganado ya varias pruebas de resistencia interdepartamentales. 

Apreté ligeramente los labios y miré a Mayo de soslayo.

-Disculpa... es la costumbre. No por edad, sino por respeto- dije, sintiéndome extraño al tutearlo -. Puede que se me escape un "sí, señor" de vez en cuando, pero intentaré tratarte de tú.

Su consejo era sabio, aunque ya mi padre me lo había dado mucho antes.

-No te preocupes. Suelo separar el deber profesional de la vida cotidiana. La Guardia Civil tiene el mayor índice de divorcios no sólo por el horario cambiante y los servicios, sino precisamente por no dejar el trabajo de puertas para afuera del hogar- lo miré y esbocé media sonrisa -. Baste decir que mi ex novia no sabía exactamente a qué me dedicaba, aunque con mi hermana soy más abierto en ese aspecto... pero siempre guardándome de preocuparla más de lo debido, o de pagar con ella mis frustraciones. Para eso, hago deporte, para desahogarme.

La conversación fue tomando matices más personales una vez entramos en la provincia de Lugo. Según Mayo, ya quedaba menos. No obstante la charla hacía el viaje mucho más llevadero y, cuando me preguntó por el fútbol, no pude evitar reírme.

-Me temo que no. Si voy a un bar a ver un partido, es por pasar tiempo con conocidos y amigos- dije -. La camaradería, olvidarse por un momento de todo... eso es lo que me gusta del fútbol, pero no me considero aficionado- torcí el morro levemente ante su comentario sobre los jugadores extranjeros -. Esa es la otra razón de que no me guste el balón pie, Nacho. Se ha convertido en un negocio que mueve millones, incluso algunos de mis amigos hablan de mafia, juego amañado y apuestas ilegales- fruncí el ceño y seguí conduciendo. Me reventaba que hubiera personas apuradas de dinero, incluso en nuestro país, y que un deporte de masas donde los equipos juegan 90 minutos a la semana, sea de costes millonarios.

-Sí. Si no puedo ir al gimnasio, voy a correr- escuché el comentario de Mayo sobre ese tal Martín y sonreí ladino -. No me gusta jactarme de mis méritos, pero puedo correr un mínimo de tres kilómetros sin demasiado esfuerzo y mis pulsaciones en reposo no pasan de cincuenta y cuatro... sería divertido participar en una de esas pruebas de resistencia.

Aunque intentaba ser siempre honesto, en cuestiones físicas, nunca tuve dificultades para aventajar a otros compañeros. Eso sí, no me sentía mejor que ellos, para nada. Muchos me superaban en otras lides, como carisma o inteligencia, incluso en instinto. Pero lo mejor, era el conjunto. Por separados, somos buenos en algo, pero cuando varias personas con ciertas capacidades y aptitudes trabajan en equipo, es cuando verdaderamente se demuestra el valor de todos.

Entráis en Lugo por fin, la temperatura que marca el coche es de -2 grados y no tiene pinta de subir en las próximas horas. El viaje ha sido llevadero pero claramente estás cansado ya de conducir. Te tarda llegar al hotel y descansar un rato. Mayo te cuenta que os hospedaréis en el "Gran Hotel", para casi todos uno de los mejores que hay en la ciudad aunque ya tiene unos años.

Aparcas el coche en el garaje del hotel y tras pasar por recepción os separáis en el ascensor. Mayo tiene su habitación en el tercer piso y tú en el segundo. Te ha tocado la número 221.

La habitación es muy amplia y puedes ver que es una de las suites ya que posee un pequeño despacho, seguramente para que podáis trabajar si es preciso de manera cómoda. La calefacción está encendida cuando entras, en la cómoda de la entrada tienes una pequeña cesta de bienvenida con los jabones y productos típicos de los hoteles. En una nota te indican que en la nevera de la habitación dispones de bebidas y algo de fruta lo que no viene mal por si deseas comer algo antes de acostarte; además también tienes las típicas bolsas de frutos secos y chocolatinas varias. También te informan que la cocina está abierta 24 horas por si quieres solicitar algo de comida para la habitación.

El día siguiente será un día duro. Mayo parece confiar en ti sin apenas conocerte, dicen que tiene buen ojo para los agentes...ahora tienes que demostrar que contigo no se ha equivocado...

El Inspector Mayo te envía un mensaje al móvil.

"Estoy en el bar del hotel con el resto de compañeros. Si quieres pásate. Mayo"