Partida Rol por web

- Pues ha acabado en nuestras manos de la manera más tonta, una patrulla de la Guardia Civil le dio el alto en un control rutinario de alcoholemia y drogas. Al verlos aceleró y casi atropella a un agente. - mira al sospechoso con cierta pena y continúa - lo que no sabía es que había otro control similar cinco kilómetros adelante y cuando llegó hasta allí se encontró con una barrera de pinchos y seis agentes de muy mala leche. Inspeccionaron el vehículo y encontraron sangre, una pala y la documentación de una joven que al pasar por nuestra base de datos saltó como multada por prostitución en algunas ocasiones. Así que nos lo trajeron hasta aquí. En el coche encontramos sangre de las otras víctimas, no hay problema en relacionarlo con otros casos pero todos esto un buen abogado podría considerarlo circunstancial. Necesitamos que nos lleve hasta el cadáver y así poder meterlo en prisión toda su vida...aunque no descartaría que lo condenen a garrote vil.

-Entendido- dice mientras se regresa por su abrigo y vuelve a tomar la perilla de la puerta. -Ya veremos si logro hacerle cantar- y sale del sitio con el saco sostenido por su mano izquierda sobre su hombro derecho, y una sonrisa amable. No dice nada y no mira directamente al sospechoso. Pone su abrigo sobre el asiento opuesto a él del otro lado de la mesa y se sienta sin decir una sola palabra.

-Buenas noches Antonio- dice mientras extiende su mano para saludarle amablemente. -Soy el Inspector Fàbregas, y estoy a cargo de los procedimientos de rutina para este desafortunado inconveniente- dice mientras saca su teléfono y hace como si estuviese buscando algo importante, poniendo en su lugar algún meme en internet.

-¿Cómo se siente?- añade a la pregunta con serenidad, y durante todo ese tiempo trata de analizar cuál sería la mejor estrategia para hacerlo sacar todo de manera que pudiese acabar rápido, recibir la oferta de Mayo e irse a algún bar antes de que fuese demasiado tarde. "Vamos, vamos, no pienso quedarme contigo toda la noche" parecía querer decir por un momento.

A pesar de la situación, está más tranquilo de lo que debiera esperar, su apellido y sus amigos pueden sacarlo de allí así que tiene esa confianza. Lo observas detenidamente mientras jugueteas con el móvil, al ponerte a hacer otra cosa que no sea interrogarlo notas un deje de nerviosismo en él.

- Bien. - te contesta.

Notas que usa sólo una palabra, en lugar de usar más de una. Evita hablar. Eso significa que está nervioso, la mejor táctica en estas situaciones por tu experiencia es de empezar suave para que se confíe y se abra y luego atacarlo con todo para romperlo y que confiese.

Jordi sonríe, intentando parecer amable, tranquilizador y evitando que la sonrisa revele el gesto de un depredador acechando con seguridad a su presa. Sus ojos se fijan en el hombro y nota los síntomas del nerviosismo. Quizás no se esperaba a alguien que entrara tan poco directo, o que no estuviese en este momento bajo una serie de amenazas verbales de parte de un desesperado oficial.

No. Había que ser más... refinado con un sujeto que creía que podría zafarse de esto con una llamada. Había que cultivar esa sensación de seguridad, había que reforzarla y luego... un toque en el sitio adecuado, y echarla abajo.

-Tranquilícese Antonio. No muerdo- dice con amabilidad y pone el teléfono boca-abajo sobre la mesa. -Vengo a tomarle la declaración. Cuénteme su versión de los hechos que lo llevaron a ser detenido- pregunta observándolo fijamente sin dejar de sonreír hipócritamente.

El hombre sonríe de manera nerviosa y empieza a relatarte lo hechos. Intenta demostrar que está confiado pero si fueras un cánido olerías el miedo que transpira por sus poros.

- Pues... - traga saliva - ...iba tranquilamente cuando me dieron el alto mediante amenazas y pensé que era un control falso y aceleré.

Se ve claramente que miente descaradamente, está preparando su coartada y culpar a los agentes de la Guardia Civil que le dieron el alto. Es algo osado pero si tiene amigos en el Partido...podrían indicar que la detención fue ilegal y con ello las pruebas encontradas.

-Vaya. Lamentable- dice él con un falso tono de compasión. -Nuestra fuerza no es lo que era, ¿sabe?- dice él mientras aparenta tomar notas con su teléfono.

-Haremos que todo eso quede reflejado en el reporte, por supuesto.- dice mientras se acomoda un poco y observa a su sospechoso. Era el momento de seguir presionando un poco más. -Antonio, necesito saber de dónde venía... ya sabe, por la completitud del reporte, ¿me entiende?, podremos así verificar testigos, revisar las cámaras de la zona, ya sabe, para que todo concuerde con su versión y podamos reforzar su coartada, blindarlo ante cualquier otra afirmación que aparezca en la primera versión oficial- dice él con una enorme sonrisa.

-Cuénteme. ¿De dónde venía?- dice él y parece prepararse a tomar notas de nuevo. "Muy bien, veamos a ver si has tenido de pensar esta" se dice Jordi mientras se acomoda sobre la silla, cómodo en su papel.

- Venía de casa de unos amigos...no sé porque eso puede ser de importancia. - te dice confundido de cómo estas llevando el interrogatorio.

Al otro lado del cristal el inspector Mayo y el resto de acompañantes observan tus pasos y el modo poco ortodoxo de interrogar a un criminal.

Antonio viendo que no añades nada más y que le das tiempo a contestar a su aire, sin presionarle añade:

- La casa de mis amigos queda en la Ciudad Lineal.

Al decir esto no te cuadra por dos cosas, los controles no se suelen poner en medio de Madrid y Ciudad Lineal es un barrio de gente bien donde no se suelen poner controles de la Policía Armada por temor a molestar a miembros del Partido que viven en esa zona. El control seguramente estaba en la carretera principal que une la Sierra con la capital. Está mintiendo y si miente es por algo.

-Ciudad Lineal...- dice él mientras simula anotar como si fuera muy importante. -Es importante. El reporte es su arma contra usted Antonio. Su testimonio en cambio puede ser más fuerte si llegase a probar que lo que escribieron los agentes es meramente circunstancial. Presunción de inocencia- dice él con una sonrisa inocente. "Estoy seguro que los regordetes miembros del partido se creen que aplica para ellos".

-Sólo una precisión- dice él aún con su tono amable. -¿En qué calle estaba el retén? ¿Alcalá? ¿Pio XII? ¿Ramón y Cajal? Esos son los únicos retenes que hubo anoche.- la trampa estaba tendida. La oveja caminaba tranquilamente hacia ella, con su cara de confundida y su rostro imbécil. -Y a partir de aquí podemos empezar a echar abajo lo que hayan escrito los burócratas de la fuerza. Yo sé como se llevan estas cosas.- dice y muestra un aire de suficiencia, confiable, eficiente... hipócrita.

- No recuerdo en qué calle fue... - dice el hombre titubeando - ...cerca de Ciudad Lineal. En una de las calles que dan a esa zona...puede que hacia las afueras que me equivoqué de calle y tuve que dar un rodeo para ir a mi casa...

Ya no es en Ciudad Lineal ahora es una calle anexa hacia las afueras, va cambiando su versión. La duda es la mejor arma de un interrogador. 

- Pero no sé qué importancia puede tener la calle exacta, no conozco el nombre de todas las calles y no creo que importe...el arresto fue ilegal y quiero que me suelten inmediatamente...

Las palabras "abogado" parecen resonar en su cabeza pero todavía no lo ha pedido. Debes suavizar la situación o rematarlo para que cante antes de que esas palabras salgan de su boca.

La mejor forma de acabar con él sería que indicase que era un control verdadero y que lo saltó por cualquier motivo (por si le mandaban pasar la prueba de alcoholemia, por tema de drogas, etc...) así las pruebas serán válidas.

Jordi finge sentirse ofendido. -Vaya Antonio, no me está ayudando- dice mientras bloquea la pantalla de su teléfono y se levanta del asiento. -Si lo que quiere es lidiar usted mismo con esta bandada de buitres, adelante. Haga usted la declaración como se le venga en gana, llore, justifíquese y dígales lo que me dice a mí, que las interrogaciones oficiales no tienen ninguna relevancia- se gira un poco mirándose en el espejo de la sala, con un aire confiado.

-Pero sepa algo. Antes de que pueda hacer una llamada, le aseguro que el rumor de su detención se va a regar entre la prensa, la gente va a empezar a hacer preguntas, y cuando descubran su resistencia en el proceso, no habrá quien pueda volver el gigantesco hongo radiactivo de regreso a la bomba.- dice mientras camina hacia la puerta. -De verdad que no quisiera ser usted cuando eso pase, Antonio- añade como si se despidiera, mientras sabe que el sospechoso empezará a tener miedo, y a partir de ahí, empezaría a aplicar presión.

Tal y como lo había planeado.

El hombre se encoge incómodo en la silla. El miedo empieza a hacer mella en su coraza.

- No pueden comunicar que me hayan detenido ¿no? - titubea al preguntar - la calle no era ninguna de las que ha dicho...me pararon en General Anaraz*...

En ese momento el hombre se acaba de dar cuenta que acaba de decir el nombre de la calle, cuando antes dijo no conocerlo. Además esa calle no es precisamente de entrada a Ciudad Lineal. La situación empeora porque ha hablado demasiado, aunque espera que no seas lo suficientemente inteligente para no darte cuenta de que se ha anudado una soga al cuello.

-Pero si podremos comunicar que está usted detenido como sospechoso de ciertos asesinatos- dice mientras se levanta tranquilamente -Ha caído, y por su propia lengua, Ledesma- dice mientras pone con fuerza las manos sobre la mesa -¿Cómo toma una calle en contravía tan campante? Estoy seguro que el supuesto retén no le habrá detenido por conducir en dirección opuesta, o quiere seguir construyendo su mentira- y empuja su peso sobre la mesa, acercando su cabeza de manera intimidante.

-Adelante Ledesma, escupa. Todo lo que diga, llegará a los telediarios, todas las mentiras, las inconsistencias, y cuando destapemos la mierda de la que está hecho, ni el mismo presidente va a sacarlo del agujero en donde le van a meter- dice mientras su mirada tiene un brillo de astucia presente. -A menos que confiese ahora, y en ese caso, podríamos pensar en algo de consideración para su reputación. Así que afloje la lengua... o deme el gusto, el placer, de acabar con su pequeño castillo de naipes- amenaza