Partida Rol por web

Adriana intenta ver la matrícula desde donde está. CMD 456.

Retrocede rápidamente hacia su moto y la pone en marcha con la esperanza de no perder de vista el vehículo(1).. Ha tenido suerte. Adelanta a un par de taxis y ya está a la zaga del vehículo, que conduce por la avenida sin detenerse. Situándose a una distancia prudencial vas detrás de él y, tras veinte minutos de seguirlo entre el tráfico el coche gira hacia un callejón estrecho donde se detiene al fondo, junto a un muro. Aparcando su moto a cierta distancia, en la entrada del callejón, Adriana echa un vistazo al escenario.

Nadie sale del coche ni se abre ninguna de las puertas traseras de varios negocios que conducen al callejón. En la calle principal la gente sigue a sus asuntos.

Ariadna no puede ver nada a través de los cristales tintados del coche, pero realiza la llamada a través del móvil a la central. La respuesta es inmediata:

- Es un coche de alquiler,- contesta el policía al otro lado de la línea - registrado en la compañía Enterprise Rent a Car en Brooklyn, avenida Atlantic 11217.

La puerta trasera del coche, repentinamente, se abre dejando caer a una persona. Ariadna siente un vuelco cuando ve que es su madre la que cae al suelo y el coche, con tremenda velocidad, da marcha atrás sin importanrle a quien pueda arrollar por el camino.

Mientras Ariadna se aproximaba al barco iba tomando nota mental de todo. El barco era viejo y parecía a punto de caerse a cachos. El tipo barco de bandera polaca, rusa o sabe dios de donde, atracado a la espera de órdenes para ir hacia algún desguace.

En el borde de la pasarela que llevaba a bordo había dos tipos sentados encima de unas redes. Cualquiera con un entrenamiento menor que el de Ariadna podría pensar que eran dos marineros del este sin nada que hacer. Pero ella no se dejaba engañar. Los tipos estaban en una posición poco casual desde la cual dominaban todo el muelle, incluyendo a los dos polis que se les acercaban. No llevaban armas pero un tatuaje en el hombro de uno de ellos rebelaba que habían pertenecido al ejército ruso. A unidades especiales nada menos. Esos no eran pájaros de vuelo bajo... Todo eso lo iba pensando Ariadna mientras acortaba la distancia hacia los dos individuos.