El acento de Commutatus Animae, su manera de hablar, sus cadencias, todo esto te recordaba a alguien. Una chica inglesa de ojos azules con la cual habías compartido bastante anteriormente, una chica que había sido amable y valerosa. Se trataba de la voz de Katherine Tempus.
Y así, la Titiritera se dirigió al portal en brazos de Grim mientras el pilar oscuro cruzó el portal, desvaneciéndose y yendo a donde fuera que su reina los necesitaba.
Recuerden no marcar a Titiritera a partir de ahora.
Healing Dragon escuchó a Titiritera y sus músculos se tensaron, dispuesta a atacarle si era necesario pero entonces se marchó por el portal.
Se acercó a Storm, la cual era Hikaru pues había perdido su transformación frente a todos. Y a pesar de eso, la Sacerdotisa no parecía sorprendida - Has hecho lo que la Reina te ha obligado a hacer. No hay nada más poderoso que el control mental, es un don oscuro que muy pocos dragones han logrado dominar y muchos han sido arrastrados a la oscuridad por él - miró a Mariko y continuó.
- Sea lo que sea, debes encontrar paz, pues has sido forzada. Y al igual que tú, todos tus aliados - esta vez se puso de pie y los miró - Si quieren ganar esta batalla, deben permanecer unidas y no dar el gusto a la Reina Oscura de separarse. En Hardak sabemos la importancia de equilibrar la luz y la oscuridad. Antes se escuchaban nuestros consejos en Andelivian, es momento de unirnos otra vez y frenar la oscuridad. Debemos cruzar por el paso que la Reina de Andelivian nos ha abierto. Si no lo hacemos, podríamos caer en la boca del lobo -.
Tirada oculta
Motivo: Control emocional (Paz)
Tirada: 2d6
Dificultad: 10-
Resultado: 8 (Exito)
Por alguna razón, las palabras de Healing Dragon llegaron hasta todas y parecían tranquilizarles. Si bien el dolor seguía allí, el odio y los rencores se iban. La paz parecía inundar ese lugar. Tal vez por eso era la líder de los dragones.
- Soy Kinna. Tu guardián. Así como Arjimae lo era de la Reina de Andelivian. Si no me recuerdas es porque aún estás dominada por tu oscuridad, eso lo prueba - su mirada era triste.
- Y aunque entiendo por qué quieres dejarla, no es posible. Las guerreras de Andelivian necesitan su guía, así como nosotros tenemos a nuestra Sacerdotisa - le dijo tranquilamente.
- Ella despertará pronto. Las bestias sagradas suelen reponerse rápidamente -.
Ilify asintió, y tomó en sus brazos de nuevo a la muchacha que portaba ahora su chaqueta y miró a Hikaru, que se culpaba por un acto que pese a haber sido llevado a cabo al manipularla, ciertamente había sido ella la ejcutora.
- si de verdad quieres hacerte responsable, hazlo de un modo que su muerte no sea inútil, culpándote solo la oscuridad sacará beneficio, en vez de eso carga con la responsabilidad de acabar lo que inició, haz su deber caído, el tuyo, o por lo menos carga con lo que te sea posible. - el dragón miró el portal antes de decir lo siguiente - sería ilógico y peligroso que cargándola fuera el primero en cruzar el portal... ¿algo que debamos saber?
;) esto le he dicho a la jefa XD no es que pase de ti eh XDDD si quieres supone el guiño o un asentir leve ^^U
Me pareció que Ilify pese a darse cuenta de ello, mantiene aquel susurro como algo "oculto" a la vista de los demás, y por ello actuaría en consecuencia, en principio pensé en dedicarle "un ojo guiñado" pero eso sería más propio en es instante de su alter ego "jaycee", por lo que pensé más lógico mantener la frialdad del dragón pese a tener en cuenta lo que escucha.
Al igual que también tiene a una chica casi desnuda en brazos y no aparta la cara vergonzoso (teniendo en cuenta edad no sabría como actuar tal vez el chico xD)
De hecho dudé un segundo si actuar con frialdad dado el momento, o permitir a su alter ego dar el guiño, y concluí que con tanto lío seria ilógico para el dragón permitir responder de algún modo a jaycee.
En mi desesperación por ayudar Animae no presté la suficiente atención a Yami y lo terminé pagando caro. No me di cuenta de que me había atacado y no pude esquivarlo a tiempo de verme derribada. Caí al suelo sobre una rodilla y miré como Animae volvía a ser atacada. Las cosas estaban poniéndose feas.
Los siguientes acontecimientos pasaron tan deprisa que no fui capaz de actuar con suficiente rapidez. Cuando Kenta apareció, a pesar de no verse muy bien, suspiré con alivio al ver que al menos estaba consciente. La reacción de Storm sin embargo me tomó por sorpresa, en medio de toda la batalla me había olvidado de las últimas palabras que nos había dicho. Intenté levantarme para ir a detenerla pero estaba demasiado lejos y Scarlet llegó antes. Un grito congeló en mis labios cuando atravesó a Scarlet y llegó hasta Arjimae. No podía ser... corrí hacia Arjimae y Scarlet detrás de Healing Dragon y me quedé al lado de la guerrera mientras la dragona atendía al guardián.
Con lágrimas en los ojos pude contemplar como ambos morían sin que pudiéramos hacer nada para impedirlo. Las palabras no salían de mis labios, tan sólo sonidos apenas entendibles. Miré con odio a la Reina Oscura, era todo culpa suya. La detendría aunque significara morir en el intento, maldita reina.
La imagen de la chica pelirroja no ayudó de mucho en la situación en la que nos encontrábamos, pero me proporcionó una esperanza, al menos tendríamos una posibilidad de poder ganar a la Reina Oscuro y su séquito de titanes. Por supuesto, yo iría, no tenía dudas en mi interior, había jurado vencer a la oscuridad y no me echaría atrás.
Pasé una mano por el cabello de Scarlet y le puse las manos sobre el pecho antes de acercarme a Arjimae y acariciar su pelaje en silencio. Toda nuestra lucha para salvarlo habían sido en vano y por el camino habíamos perdido a una compañera. Y ni siquiera podía enfadarme con Storm, ella nos había advertido de la maldición que le había lanzado la reina. Contemplé a Animae mientras hablaba con Scarlet y después miré al portal por el que acababa de desaparecer la Titiritera.
- Opino igual, sacerdotisa dragón, para derrotar a la oscuridad debemos estar unidos. Será un placer luchar junto a los dragones - sonreí tristemente a Healing Dragon y luego me volví a mis compañeras - debemos seguir, incluso tu Hikaru, sé que no ha sido tu culpa y que ahora mismo estás confusa, pero debes seguir adelante. Si quieres enmendar lo que has hecho, lo que tienes que hacer es luchar hasta el final, nada lograremos quedándonos aquí a llorar.
Cursed cruzó los brazos y escupio un poco de sangre, no podia creer que tuvieran que cooperar con las guerreras. Aún en su desagrado sabia que su señora tenia razón, habia que unir fuerzas o los Titanes habrian ganado todo. Se acerco a las guerreras y les dijó:
-Aunque esto les paresca bizarro no tenemos opción, ahora mismo en nuestras encarnaciones actuales no tenemos la fuerza que teniamos en las guerras de antaño. Debemos ganar o el crepusculo y la luz desapareceran.
Dawn aún recordaba los agravios de habia pasado en la guerra, las batallas, el frenesi de matar a tus enemigos, aún sentia las traqueas de esas Guerreras romperse en sus manos, el dolor y la muerte, sin duda, fue una epoca caotica. Su recipiente la miro preocupado -¿Cuando dejaras de pensar en el pasado?- -Callate humano, ahora mismo no interrumpas o romperas la sincronia, la misma que nos permite estar de pie- -Vale, vale, solo que deja de pensar en el pasado-. Cursed se sentia mal por reprimir a su humano recipiente, pero no se podian permitir flaquer ahora, mas que en un momento iban a partir a la batalla final.
Enola se había quedado de ultima, en su expresión había un enfrentamiento de emociones, la primera era satisfacción por el resultado, la muerte de su líder y la obvia derrota empírica de las guerreras… pero, la guerra del arco, Animae había sobrevivido, un tiro más y una baja más estarían lamentando las guerreras.
Chicas… regresen…
Con esas palabras desaparecieron sus sirvientes y lentamente se dirigió al portal, no sin antes amenazar a su rival.
Lightning, Guerrera del Arco… esto no ha acabado…
En sus palabras existía un odio profundo, su ojo en llamas se ilumino y su energía malvada se elevó a la tormenta, lo cual alimento uno de los rayos que al caer destruyo un edificio aledaño.
En medio de la explosión cruzo el umbral desapareciendo.
Mariko abrió los ojos despacio y dijo – Veni, custodiones – mientras que su cuerpo parecía brillar y unas ropas aparecieron. Miró a Ilify que era quien le cargaba y le hizo un gesto para que la bajara.
Cuando tocó el suelo, un agujero se abrió en el aire de donde salieron los guardianes de todas las guerreras a acompañar a Kinna.
- Es hora de irnos – su mirada era triste y débil, pero al menos podía mantenerse en pie. Miró por última vez el cuerpo de su hermano y miró a los guardianes – Debemos ir también – todos asintieron y se disponían a seguir a la nueva líder de los guardianes hacia el pilar blanco cuando algo detuvo su avance.
Enola hizo explotar todo, lo cual hizo estallar a Calíope en ira y salió a perseguirla, pero esta le arrastró al pilar oscuro.
- ¡No! – gritó Healing Dragon mientras tomaba un impulso de alas para salvar a la guerrera, pero resultó entrando al pilar igualmente. Mariko parecía aterrada mientras los dragones gritaban por su Sacerdotisa y las guerreras por su compañera cuando el pilar oscuro desapareció. Era imposible alcanzarlas, pero al menos el pilar de luz blanca seguía allí, esperando a que ingresaran.
Mariko estaba débil y se sentía impotente, pero debía decir algo – La única manera de salvarlas es ir a sus dominios y derrotar a la oscuridad. Si aún quieren luchar con nosotros, guerreros dragón, tienen mi palabra de total cooperación. Si nuestros caminos deben separarse nuevamente tras la batalla, que así sea – y tras esto, Mariko esperó a que todos y cada uno pasaran, sabiendo que ahora estaba sobre sus hombros la desaparición de la Sacerdotisa.
Tras entrar, pudieron escuchar la voz de aquella chica de cabellos rojos que les decía – La Reina de Cristal guardó sus recuerdos en el cristal para que fueran libres, pero el pasado los ha perseguido. Es momento de recuperar lo que les pertenece – y entonces, el cristal sagrado y el orbe del dragón aparecieron en las manos de la chica mientras flotaban hacia ustedes.
- Sepan que también había sellado los poderes y los recuerdos de los titanes. Hasta ahora han sido implacables y, no duden que lo serán aún más – tras esto, la imagen de una hermosa mujer de cabello blanco que estaba junto a Arjimae apareció como si de un holograma se tratara.
- Mis guerreras, cuánto sufrimiento les he causado. Quería que vivieran una nueva vida sin oscuridad ni violencia, pero si están viendo esto es porque la guerra las ha encontrado nuevamente. Cuando lamento mis acciones y espero que el pueblo de Hardak pueda perdonarme por esto. Por ello, les devuelvo el Orbe del Dragón. Reconstruyan su mundo, háganlo tan hermoso como era y, más que nada, perdonen a mis guerreras. Espero que su sabiduría les permita perdonarme a mí – tras esto, desapareció y, con ella, la chica de cabellos rojos.
El poder de ambos cristales llenó sus corazones y les invadió, haciendo que recuperaran todo su poder y sumiéndolas en un sueño profundo donde la verdad y la memoria les esperaban.
- FIN DEL CAPÍTULO 3 -
Tras entrar, pudieron escuchar la voz de la reina, la cual sonaba complacida – Buen trabajo, mis titanes. Ahora que los cristales se han revelado, no podemos permitir que la Sacerdotisa de Hardak recupere sus poderes. Por ello, he encerrado a la guerrera mágica y a ella en una prisión muy especial – y la imagen del trono de la reina se formó, pero esta vez vieron dos burbujas de color naranja detrás de este y allí, dos figuras luchando por salir.
- Ahora que el sello se ha roto, es hora de que recuperen su poder y sus recuerdos y que destruyan este mundo. Kal’Ahd prevalecerá - El poder de ambos cristales llenó sus corazones y les invadió, haciendo que recuperaran todo su poder y sumiéndolas en un sueño profundo donde la verdad y la memoria les esperaban.
- FIN DEL CAPÍTULO 3 -