Partida Rol por web

 La reacción cortada de Sora haría que el vampiro enarcase una ceja con curiosidad, soltando una leve risa por como se quedó embobada durante unos segundos por el aspecto llamativo de Aoi, sacando su propio teléfono cuando Sora le preguntó por una foto y el chico aceptó.

 - La última vez Aoi hizo de fotógrafo: creo que es mi turno ahora - diría bromista mientras esperaba que se acomodasen para tomar algunas fotos de ambos antes de que comenzasen con el proceso de secado. -. Digan "Fiiiish".

 Pasado aquel particularmente agradable momento, al menos por parte de Angelo y Sora, podrían volver a sus prioridades mientras la chica ayudaba al tritón a recuperar su forma natural, siendo que mientras Aoi vigilaba que nadie viniese desde el interior del hospital Angelo fue a seguir sus indicaciones, escuchando el comentario de Sora.

 - Pues ni idea de como era el chico del que hablan, pero de una forma u otra estar separado en porciones no debe ser agradable - siguiendo las indicaciones de Aoi, el vampiro iría destapando los frascos para liberar su contenido, liberando los seis de una carreta antes de esperar a ver como reaccionaba el gel en su interior. -. ...No pasa nada.

 En efecto, las muestras dentro de los frascos no parecían moverse con la intención de salir. Es más, los movimientos que hacían parecían más reflejos propios de un gel intentando mantener una forma específica que uno que fuese a moverse por otro motivo.

 - Tal vez... ¿No puede mover sus partes cortadas? Ya saben, como cuando a alguien le cortan el brazo y este sigue moviéndose... La extremidad conserva algunos reflejos y reacciona a ciertas cosas, pero eso no significa que la persona lo pueda mover... - comentaría Angelo, esperando sus opiniones.

Sora se concentro en general algo de calor desde toda su piel, dando el efecto de un fogón cercano o el sol de verano por algunos minutos. Se aseguro de ponerse lejos de las ambulancias, no fuera que secara al pobre slime en piezas también.

-Oye, ¿con quién crees que hablas? Conozco lo que es tener tu privacidad constantemente tratando de ser invadida. Además, cuando eres buscado, cualquier intento de red social que tengas es baneado en poco, no tengo donde...pero, estoy agradecida.

Se limpió una lagrimilla falsa, antes de tomar un frasco y verter un poco del mismo en otro para ver qué sucedía. Si la teoría de Angelo era correcta, debería haber una reacción.

-Que te separen en fracciones suena doloroso...

 - Tranquila, Jess... - intentaría calmarte Sayomi, entendiendo tu reacción ante la sustancia que te mostraba Zeus pidiéndote que la olfateases. -. Esta vez puedes hacerlo... Lo que venimos a buscar es más de esa sustancia.

 Zeus asentiría a la explicación de la doctora, creyendo ciegamente en que confiarías más en ella que en nadie más, algo que resultó evidente cuando tuviste la intención de buscar el olor de aquella sustancia en otra parte del hospital.

 - Este Jarabe Rojo Negro es algo muy... especial, algo que la gente mala quiere - respondería el enmascarado a tu duda, antes de dejarte a mano la sustancia para que empezases la busqueda.

 Ciertamente el olor era muy particular, y de alguna forma lo sentías regado por varias partes del hospital como si se hubiese movido con frecuencia por ese sitio, pero había un punto en específico donde más se concentraba, atravesando varios pasillos hasta dar con una puerta conectada a unas escaleras que bajaban a un sótano. Una vez ahí, el ambiente cambió de un hospital a aquellos laboratorios que permanecían en tu memoria: tu viejo "hogar".

 - ¡Mierda, están aquí! - gritaría entonces un guardia que en ese momento estaba alertando a otro grupo de "doctores".

 - No tenemos tiempo para esto - Sayomi nuevamente extendería su mano usando "Stop" para detener al grupo, dejando vía libre para que Zeus se acercase velozmente y los fuese rematando a todos con potentes golpes, los cuales apenas tendrían efecto tan pronto como la doctora terminó de dar uso a su quirk, provocando que los cuerpos cayesen uno tras otro luego de salir volando.

 El olor se hacía más potente cuanto más te adentrabas en aquellos pasillos, hasta dar con una gran fuente de este olor justo detrás de una puerta metálica cerrada. En todo caso, antes de poder llegar a ella una nueva figura haría acto de presencia llegando desde el otro lado del pasillo: una gran silueta perteneciente a un hombre con un grueso traje de seguridad formado por chaqueta, guantes, botas, cinturones varios y una máscara de gas.

 - ¡MGHT...! - haría el hombre con traje de protección, sacando de sus bolsillos dos largos cuchillos de combate antes de adoptar una posición amenazante.

 - Al fin alguien interesante... - soltaría Zeus, complacido.

El pantalón.... Todos se olvidaban del pantalón. Dejó que Sora lo secase del todo, tapándose con estoicismo la entrepierna cuando esta apareció. -Gracias. Se levantó sin pudor, fue hacia el guardia muerto empotrado contra el muro y le quitó los pantalones, poniendoselos el y atándolos fuerte con el cinturón para que no se le cayeran. -A lo mejor el... Corazón y Cerebro de Void no está ahí. Se ve demasiado transparente y gelatinoso todo... ¿No es raro que no haya un núcleo al menos? Buscó en las ambulancias por si se había dejado algo atrás por casualidad, aunque no lo creía posible, todo podía pasar ya. 

 - Hmph... Hace un momento me hizo gracia pensar en que pasaría cuando desapareciese tu cola, pero verlo sucediendo no lo hace tan gracioso - admitiría Angelo, quién parecía decepcionado de sí mismo luego de ver como Aoi se tapaba antes de ir a buscar un pantalón para ponerse. -. Parece que ser famosa no es tan bonito como lo pintan desde afuera, ¿no? - comentaría entonces por las palabras de Sora, esta vez riendo ligeramente antes de seguir pensando que hacer con el chico slime, hasta que Aoi comentó una teoría. -. ¿Cómo en los videojuegos? Supongo que es una opción... Acompañado con lo que dije antes, si el "núcleo" sigue adentro, tal vez está muy lejos para que pueda manipular el resto de sus partes...

 El intento de Sora por mezclar un poco del contenido de un frasco en otro resultó en que la muestra empezaría a unirse lentamente con la otra, aunque su comportamiento a simple vista no parecía variar, siendo que más que una unión hecha a consciencia parecía el simple efecto de poner las dos sustancias juntas una sobre otra: una reacción natural.

 Lo que no seria provocado por causas naturales sería la forma en la que una de las carretillas llena de las muestras empezaría a agitarse, y a los pocos segundos saldría volando hacia la entrada del hospital. La atención de Aoi como la de Sora y Angelo se clavarían sobre la figura que había atajado con una de sus manos el carrito, saliendo de las instalaciones al estacionamiento portando una armadura sin capa: grandes hombreras metálicas igual que las placas y otras piezas que recubrían estratégicamente varias partes de su cuerpo. En su cinturón, únicamente las empuñaduras de varias arma de hoja de distintos tamaños, y en su rostro una máscara que le cubría hasta las orejas.

 - ... - la única forma de no reconocer a aquella silueta era viviendo en una cueva, tratándose de nada más que uno de los top 5 héroes de Japón: Lancelot, el caballero magnético. Ocupando el 4° puesto entre los héroes, y el 3° de entre los 12 que se adjudicaban un título de la mesa redonda, era un hombre cuya reputación solo apuntaba a escalar más, siendo uno de los pilares para las personas que creían en el sistema de los héroes que dirigía la sociedad actual, pero en aquella ocasión la mirada del hombre no desprendía esa amabilidad por la que se caracterizaba ante el público...

 - Oh, mierda - por primera vez, Angelo no parecía tan confiado como siempre...

Que Sayomi intentara calmarme, hizo que me pudiera relajar algo para no dejarme llevar o estar demasiado asustada por aquello... Dándome permiso para que lo oliera. Asentiría entonces... aunque ante las respuestas de que queremos buscar más de esa sangre negra, y que era muy especial me extrañaba -¿Pero porque tener jarabe rojo negro de Señor Zeus guardada? El jarabe rojo estar dentro gente...- aún tenía curiosidad y duda sobre aquello... ¿El jarabe rojo negro no era de Zeus? Porque de algún lado lo saca y yo le vi sacarlo...

En fin... querían que lo siguiera, y eso hice. Por lo que dijeron, era verdad que parecía que ese jarabe rojo negro había pasado por muchas partes del lugar... pero entre todos esos rastros conseguí identificar un punto donde olía mucho, por lo tanto debía de significar que allí seguramente habría mucho de aquello. Mientras caminábamos, nos cruzamos con gente... que Zeus y Sayomi se encargaron de reducir. No pude evitar mirar preocupada a la doctora -Doc Sayomi usar mucho poder... Jess no querer Doc Sayomi doler cabeza...- le diría abrazándola un poco antes de continuar rastreando.

Cada vez el olor era más fuerte, haciéndome sentir rara pero intentando resistir... Aunque entonces aparecería un hombre muy grande poniéndose en medio... haciendo un ruido raro y sacando un par de cuchillos. A Zeus por algún motivo parecía gustarle... Yo me puse preparada para saltar, volviendo a adoptar forma osezna -¡Nadie amenazar Doc Sayomi con cuchillos grandes!- diría lista para atacar... Volviendo a ponerme a cuatro patas para lanzarme contra él, saltando sin importarme sus cuchillos. Cuando llegase a su altura, me deslizaría en el suelo para colarme entre sus piernas y golpearselas desde atrás para que cayera... y luego saltaría encima suya a su espalda para atacar con mis zarpas... ¡Y de paso quitar tanta ropa que pone difícil que yo pueda atacar!

-Nos la jugaron. No hay forma de que un héroe del top 5 solo esté casualmente cerca cuando apenas y recién llegamos.

Dijo esto en tono bajo y con prisas, queriendo apurar lo que debía decir.

-Aoi. No vayamos a repetir lo que pasó ayer, estoy bastante segura de que si nos separamos los 3, esta persona me seguirá a mí. Tu y Ángelo finjan huir sin más del hospital y dense la vuelta en unos dos minutos para continuar con la misión. -sonrió con cierto aire de tristeza, pero tratando de sonar animada- Iré a ser odiosa y hacer tiempo, cuestiones personales son cuestiones personales después de todo, y sabemos que no tenemos chance peleando probablemente ni todos los que vinimos juntos en este caso. Pero por mi cuenta, maybe I've got a chance here ♪

Suspiró.

-Guh...¡Me siento cansada de una emergencia tras otra para ser honesta! Una película sin espacios entre secuencias tensas se vuelve tediosa. Pero hay mejores y peores, y lamentablemente en la vida uno no elije el tipo que le toca. ¡Me voy al este, saltando la valla! Elijan sus direcciones y ya nos veremos mas tarde. ¿Está bien? Si tienes una objeción no discutiré, fue algo lame de parte de todos no ponernos de acuerdo ayer y quisiera evitarlo.

Aquello se hacía imposible Void no se unía de nuevo pero lo que decía Angelo junto a su teoría cobraba mucho sentido por lo que debían entrar y encontrar el núcleo o lo que faltase del chico. El problema era que aparecía en escena uno de los grandes héroes. No, venga ya. Aquello era una broma de muy mal gusto ya. Respiró profundamente, miró a Sora con seriedad y asintió sin decir nada. Debía aprender a confiar en los compañeros que tenía, si se quedaban allí estaban todos jodidos. Jugar al despiste era sin lugar a dudas una opción muy buena. 

Void ahora mismo era algo imposible de recuperar por lo que tendrían que esperar a una mejor oportunidad o despedirse de el por el momento. Agarró de la mano a Angelo y comenzó a correr fingiendo irse para evitar a aquel tipo.  Unos minutos más tarde rodearían el lugar e intentaría meterse en el hospital y encontrar a Zeus, Sayomi y Jess. Era su única oportunidad. 

 - ¿No nos habían dicho algo de un héroe de seguridad publica? Aunque no recuerdo que ese tuviese algo que ver con ellos... - resaltaría Angelo cuando Sora dejo en evidencia el hecho de que era mucha casualidad la presencia de Lancelot en aquel sitio.

 Al igual que Aoi, no discutiría el plan de la chica y emprendería su huida del estacionamiento con el chico mientras Sora intentaba llamar la atención del héroe yéndose hacia el este.

 Si bien el héroe profesional dirigiría su atención momentáneamente en Aoi y Angelo mientras huían, rápidamente los ignoraría para centrarse en Sora, y tal como la chica aseguró empezaría a perseguirla: su armadura se agitó haciendo resonar las placas metálicas, su pesadas botas se separaron centímetros del suelo con el resto de su cuerpo, y entonces saldría impulsado en la dirección que tomó la chica.

 Luego de un recorrido de pocos minutos, asegurándose de no haber sido perseguidos por el caballero y tomando una ligera distancia del hospital, finalmente podrían detenerse para organizarse y darse la vuelta.

 - Por un lado entiendo que Sora sea más famosa y todo, pero es un poco decepcionante que un héroe profesional haya pasado de mi totalmente - suspiraría el chico, alzando la vista justo al escuchar un fuerte estruendo en los cielos, mismos que se iluminarían durante un instante producto de los truenos de la tormenta. -. Ahora que lo pienso... No será muy cómodo para ti si empieza a llover, ¿no? - había concluido que tu transformación se daba debido al contacto del agua con tu cuerpo: con un suelo lleno de nubes oscuras, era imposible pensar que pudieses mantenerte seco sin un techo encima. -. Tal vez deberíamos volver ahora y evitar el riesgo de que nos agarre la lluvia a medio camino...

 Tenías toda la seguridad de que el caballero te perseguiría ignorando al resto del grupo, bastándote con mirar de vez en cuando por encima de tu hombro para confirmar que te perseguía esquivando todo a su paso. No fue hasta ya algo alejada del hospital que el cielo se llenó de luz durante unos instantes debido al estruendo de la tormenta, mismo momento donde serias cubierta por la sombra de Lancelot saltando por encima de ti para aterrizar un par de metros más adelante y encararte.

 Durante todo el trayecto mantuvo una actitud fría y concentrada en perseguirte, siendo que no había dudas de que su prioridad era alcanzarte y detenerte de una vez por todas...

 - Sora... - diría el hombre con tono cansado antes de presionar un botón de su máscara para abrirla y poder enseñarte su rostro entero.

 El caballero magnético, también conocido por ti y sus cercanos como Toranosuke Himeko, se mostraba agotado mentalmente más que físicamente, con unas ligeras ojeras producto de mal sueño y una mirada al borde de apagarse, iluminada solo por finalmente poder estar delante de ti.

 - Finalmente te pude alcanzar... - sus palabras estaban cargadas de nostalgia y felicidad, misma que se vería reflejada por una cálida y sutil sonrisa en su rostro.

 Era tu primer encuentro directo con aquel hombre desde... el comienzo: sabías bien que se estaba dedicando a hacer lo imposible para encontrarse contigo desde que acabaste en manos de Mordred, sobre todo luego de tu anunció como villana al mundo, pero hasta hoy no había sido capaz de llegar a ti...

 - Porque al igual que con Void, desean usar parte de mi para sus experimentos - explicaría Zeus sobre el hecho de que su sangre se encontrase ya por todo el hospital.

 Durante el trayecto, y tras abrirse pasó hacia aquel sitio subterráneo, Sayomi correspondería con una mano el abrazo aprovechando para acariciar tu cabeza, asegurándote de que estaba bien y que no se excedería, al menos antes de toparse con aquel sujeto que visiblemente estaba por encima que los simples científicos que habían estado derribando de camino.

 - ¡Grgh...! - el soldado se quejaría luego de recibir aquel primer ataque por la espalda, siendo capaz de mantener el equilibrio y darse la vuelta para defenderse del segundo, recibiendo algunos daños en su traje de protección antes de arremeter con sus cuchillos de vuelta, lanzando cortes y apuñaladas en tu dirección decidiendo quitarte de encima en lugar de centrarse en Sayomi y Zeus.

 - ¡Tsk...! - Sayomi de inmediato fue a extender la mano para hacer uso de su quirk y apoyarte, pero Zeus se adelantaría colocándole la mano encima para que no terminase de alzar el brazo.

 - No, no, no... Ella no quiere que te esfuerces de más, doctora - aseguraría el enmascarado, quedándose también como un espectador.

 Tras chasquear con molestia, Sayomi terminaría por darte apoyo con su pistola, aprovechando que el hombre lagarto estaba distraído contigo para dispararle, fallando nuevamente dado que pese al tamaño del hombre un objetivo en movimiento era algo difícil de acertar para ella.

-Hm...

Este pequeño sonido vino con resignación triste. Sabía que más tarde que temprano aquello se reduciría a eso, pero era más temprano de lo esperado. Verle así de cansado le reflejaba aquello, absorbiéndolo como el sol que tanto amaba. Ella también, se veía aproblemada y cansada. No hizo ademán de fintar o continuar corriendo, no era su plan.

En todo caso, miró alrededor una vez, lenta y nada amenazadoramente. Y luego, caminó lento unos pocos metros, a un tronco caído. Y tomó asiento en él, con la espalda arqueada y los codos sobre las rodillas.

-Siéntete libre de sentarte o estar de pie. Lo más seguro es que estés a unos metros, por las dudas, y yada-yada en cuanto a procedimientos. Iría a abrazarte, pero entiendo tu postura, dejaré en el registro que realmente querría hacerlo. -dijo esto sin mirarle, sintiendo que no podía- Estaba teniendo su propia batalla en su interior, en ese mismo momento.

Demasiado temprano. No estaba preparada, y no se refería a un enfrentamiento de poderes. Realmente lo único que podía ofrecer, era tiempo en base a los sentimientos de ambos. Decidió en ese momento que lo que sucediera esa noche, dependería del grupo disparejo que le acompañaba. No podía hacer más, habiendo perdido instantáneamente sus deseos de entablar cualquier combate ahí, más allá de si pudiera o no ganar.

Sabía que estaba empujando a Gabriel a una posición injusta, pero así eran las cosas: Si venían en su auxilio pero dañaban al hombre de forma similar a la que había sufrido Bedivere, era muy capaz de tratar de incinerar a cuanto individuo pudiera, desechando sus frágiles alianzas. Si fallaban en venir, probablemente cedería a ser apresada, su motivación era clara pero aún no tan firme para soportar aquello. Verdaderamente, la única opción sería que le sacaran de ello sin más que rasguñar al héroe, y era una condición genuinamente arbitraria e innegociable de su parte.  Y sin embargo, sentía que en el final del día una condición irracional era todo lo que podía ofrecer para decidirse de si ese grupo, y todo eso para lo que estuvo preparándose, realmente valía la pena.

Por lo demás, procedió a preguntar lo que deseaba:

-¿Cómo has estado, papá...?

¡AGHHHHHH!- gruñiría de dolor... pues sus cuchillos hicieron mucho daño. Me rompieron la ropa, y me hicieron cortes en el cuerpo con todos sus movimientos de cuchillo... ¡Dolía mucho! Me recordaba a algunos juegos raros que me hacían jugar en los laboratorios... ¡Y no me gustaba! Y no era solo el dolor... era ver mi propio jarabe rojo...

Pum pum...

Me iba sintiendo cada vez más incómoda, pero pese a los cortes, el sujeto no consiguió sacarme de encima suya... -Grrrr... grrrr... ¡POYOOOOOGROAAAAAAAR!- gruñiría y rugiría desde detrás suya, abriendo la boca. Se podría ver como mis dientes... parecieron empezar a brillar. Y estando al alcance siendo que me estaba atacando con ellos...

¡ÑAM! En uno de los ataques, mordería con fuerza el primer cuchillo, siendo que separaría la hoja del mango como si fuera mantequilla... ¡Y ÑAM! Con el otro también hice igual... Siendo que dejaría sus dos cuchillos totalmente inutilizados. Aunque fueran de metal, yo los estaría masticando como si fueran un alimento normal... hasta que los terminé de tragar... habiendo con ello, haber saboreado mi propio jarabe rojo... 

Pum pum...

Sentía mi cabeza y corazón a punto de desbordarse por las cosas que sentía. Y mis dedos corazón de ambas manos... empezaron a alargarse y a adoptar un color metalizado, convirtiéndose estos en las hojas de los cuchillos que recién me comí. ¡Ese era el poder del POYO! -¡Groaaaaaar!

Lograron salir airosos de la situación pero el cielo no lo dejaría en paz, no hacía falta que Angelo le dijera nada pues era muy consciente de su situación. -Sí, no quiero empaparme y no tengo a sora al lado para secarme. Vamos dentro, hay que encontrar a los demás. Son los únicos que pueden ayudarnos. Intentaría entrar por cualquier medio al hospital, la única cosa buena es que los enfermeros no tenían con qué huir si no era a pie y eso evitaba que se llevaran nada sumamente valióso en cuanto a compañeros se refería. 

 Pensando únicamente en atacarte y dejarte fuera de combate, aquel hombre no se esperaría que de un momento a otro decidieras desarmarlo tragándote las hojas de sus armas. De un pequeño salto el soldado tomaría distancia de ti, observando como tu cuerpo se transformaba nuevamente cambiando un par de tus dedos por esas afiladas cuchillas.

Equipo: Cuchillos de Combate

Durante 3 turnos, los Ataques Desarmados de Jess provocan 1d6+3 de daño, e ignoran armadura.

 - ¡Mght...! - luego de tirar las empuñaduras de sus armas al suelo, el hombre levantaría los brazos delante de él durante unos segundos antes de recogerlos hacia su pecho, momento en el que a través de los espacios abiertos por tus ataques en su traje empezaría a soltar una especie de humo verdoso.

 - ¡Jess, no respires ese humo! - advertiría Sayomi mientras ella misma se llevaba una mano al rostro para intentar filtrar en lo posible aquel gas, usando la otra para apuntar nuevamente y disparar al hombre, fallando nuevamente. -. ¡Tsk...! - a ese paso la científica no tardaría en ignorar a Zeus y empezar a usar su quirk...

 Pronto el humo empezó a cubrir buena parte del pasillo donde luchaban, provocando que fuese imposible ignorarlo, pero no por ello imposible de resistir.

 - Debes acabar con él pronto, Jess, o el humo podría llenar todo el lugar haciendo imposible soportarlo - indicaría Zeus, continuando como espectador con las manos tras su espalda viendo con lujo de detalle como luchabas contra el soldado.

 Correspondiendo a sus palabras, el hombre asentiría y se limitaría a mantener las distancias, apoyando la espalda en un árbol de frente al asiento que Sora había tomado para charlar.

 La situación desde los zapatos del padre tampoco eran sencillas: aquel encuentro era más que una mera coincidencia, y él lo sabía bien, pues incontables fueron los sacrificios que tuvo que hacer para llegar a tener una charla frente a frente con aquella pequeña que le fue arrebatada de brazos de su madre hace tanto tiempo, encontrándola ya como una chica con una posición opuesta a la suya a ojos de la sociedad.

 - Agotado... Durante años solo pude pensar en este momento, y ahora que finalmente pude conseguirlo... No se que decir - admitiría el hombre, elevando su mirada al cielo tormentoso. -. Siempre supe que tu abuelo nunca te haría daño, pero las preocupaciones de un padre siempre están justificadas... Recibir en ese entonces tu carta fue un soplo de aire fresco para mi mente, pero que finalmente te mostrases al público con aquel discurso, los acto que has cometido públicamente... Fue como si te hubiese perdido nuevamente.

 Toranosuke devolvería su mirada a la chica, tomando aire y suspirando lentamente mientras ordenaba sus ideas. Era evidente por su lengua corporal que tampoco tenía intenciones de llevar a cabo un combate: la idea de enfrentar directamente a su hija era tan irreal como lo era para ella enfrentarlo a él. En ese momento los títulos de héroe y villano quedaron en segundo plano, y solo había interés por ponerse al día con los conflictos familiares...

 - Mordred te habrá enseñado cosas sobre una verdad oculta, la corrupción de la sociedad... - deduciría, teniendo bien grabada la mentalidad de su padre y sus motivaciones para ser villano. -. Supongo que por eso estas aquí con ese grupo...

 Ambos regresarían al hospital tan rápido como se habían alejado. Por suerte, podrían comprobar como no quedaba rastro del caballero ni de Sora en el estacionamiento, siendo que la chica había cumplido con su parte de llevarse lejos a Lancelot para que no les diese importancia a Aoi y Angelo, de modo que ambos pudieron entrar al hospital sin complicaciones momentos antes de que la lluvia comenzase.

 - Uff... Un poco más y te habría tenido que traer cargado, ¡Ha, ha! - se reiría el vampiro antes de avanzar por el hospital.

 En la recepción no encontrarían nada fuera de lugar, a excepción de que en la barra había una gran mancha de sangre perteneciente al recepcionista tirado en el suelo al otro lado. En todo caso, continuarían avanzando por los pasillos sin encontrar nada que se les opusiese, pasando por una puerta de "solo personal autorizado" tras la cual encontrarían una serie de cadáveres de médicos y enfermeros tirados por la habitación: golpes, zarpazos y agujeros de bala era lo que había en cuatro de ellos, mientras que en un rincón simplemente había una gran pila de carne y huesos que fueron aplastados contra las paredes.

 - Vaya... No iban con tonterías - comentaría Angelo, olfateando un poco el aire antes de negar con la cabeza y seguir avanzando.

 Siendo un poco intuitivos, se moverían por el hospital hasta llegar a unas escaleras que llevaban a unos pisos subterráneos. Nuevamente encontrarían cuerpos noqueados o muertos a su paso, llegando a perderse un poco en los pasillos laberinticos del laboratorio, acabando por atravesar una puerta que daría a una especie de sala de archivos y servidores: muchas estanterías con cajas repletas de papeles, varias computadoras... Debía ser el sitio donde se almacenaba toda la información del hospital, aunque seguramente también se guardaban ahí los datos de los experimentos de los laboratorios.

¡Iugggh! ¡Tipo oler mal, tirar superpedo apestoso!- diría llevándome las manos a la cara, con cuidado obviamente de no cortarme. Mi olfato era muy sensible, tanto para bien como para mal... y por desgracia, debido a la cercanía entre el hombre y yo, ese humo me llegaría... sintiéndome algo mareada. Intenté no respirarlo... pero no pude hacerlo por desgracia.

Me tambaleé un poco con los ojos un poco entrecerrados... -Uaaaagh... Jess... Sueño...- no pude evitar decir. Pero escuchaba  las palabras de Sayomi y Zeus... por lo que aún con eso, adopté pose de batalla -¡Pero Jess no dormir hasta tipo tener derrota! ¡No dejar humo hacer daño Doc Mami! ¡Poyogroaaaar!- diría intentando ponerme firme rugiendo para mantenerme despierta. Pese a que estuviera bastante adormilada, seguía teniendo una agilidad envidiable para cualquier persona, por lo que correría de nuevo hacia él.

Parecía que iba a repetir la jugada de antes de deslizarme entre sus piernas y atacarle desde atrás... Pero esta vez cuando me echara al suelo, sería para tomar impulso y saltar justo enfrente y encima de él poniendo mis zarpas-cuchillo por delante, empezando a clavárselas repetidamente por los brazos, pecho y hombros estando encima de él, queriendo tumbarle en el suelo para continuar y acabar rápido con esto... ¡Si deber hacer rápido, Jess hacer rápido!

-Es más complicado que eso...pero entiendo que no lo hayas escuchado correctamente. Tengo el privilegio de haber escuchado ambas campanas.

Sora pensó un largo momento.

-¿Pero que puede hacer él? Sabes...cada año compra un obsequio para ti. Los guarda religiosamente una habitación dedicada a ello. Tenía un inicio de colección para mí también. Ahora lo ayudo a elegir el obsequio del año. ¡De haber sabido...! Podría haber traído alguno. -negó- El abuelo y su camino se basan en la perdida de la abuela. Necesito decirte, antes de nada más. Hay...gente, organizada y legal, que casualmente puede decidir borrar gente que sepa demasiado de sus actividades. Pero no puedo decirte más.

Cerró los ojos.

-No solo porque no quiero que te suceda lo mismo, sino porque no quiero que hagas nada al respecto. Uno de mis consuelos es que puedas continuar tu vida propiamente. -sonrio, con aire comprensivo- No protestes demasiado, considera que es mi derecho al haberme quedado con él.