Partida Rol por web

Parecía que había funcionado, se sentía más molesto que nunca. No pudo evitar sonreirle cuando este lo apartó e intentó amenazarlo. -¿Qué ocurre? Pensé que querías que actuase como una buena novia... ¿A caso no está funcionando? Solo quería ser una buena novia para ti... Luck era muy consciente de que, si bien Aoi aprovechaba para molestarlo, lo estaba haciendo de manera impecable. Amable, risueña, cariñosa y habladora. ¿Qué más podría haber pedido? Claro que no llovía del gusto de todos y algo que era Luck por muy capullo que fuera, era hombre de palabra. 

-¿Faltarás a tu promesa a pesar de esto?... Le puso ojitos, se estaba divirtiendo en ese momento, no podía negarlo. La cara de Aoi en ese momento y con ese uniforme, era como ver a una chica suplicarle a su pareja. Un rostro tan tierno, ¿Cómo podía pertenecer a un hombre, un asesino? 

 No podía negar que estaba cumpliendo su papel, pero ciertamente no de la forma que le hubiese gustado. Verle suplicante pondría en una situación complicada al chico, victima del juego de máscaras donde Aoi era dominante, pero al pelirrojo aún le quedaba un haz bajo la manga.

 - Tienes razón, estas actuando como una excelente novia... - admitiría antes de tomar suavemente el rostro del chico, acercándolo al suyo para acortar las distancias hasta volverlas nada. -. ¿Por qué no continuar...?

 En ese punto el pelirrojo sabía que no podía faltar a su parte del trato, por lo que si tenía que soportar a Aoi intentando manchar su reputación lo haría correctamente, terminando por besarlo directamente en los labios durante unos largos y profundos segundos. Naturalmente, aquel gesto tenía dos intenciones: bloquear momentáneamente la mente de Aoi al demostrarle lo bajo que estaba dispuesto a caer, y a su vez arrebatarle eso que le hacía único a ojos de su padre...

 Como si una parte de su alma le hubiese sido arrebatada, el peli-azul pudo sentir como su interior era rasgado y tironeado por una fuerza incontrolable, como si el espíritu del pelirrojo hubiese sacado sus manos para introducirlas en su cuerpo y sacar de raíz eso que buscaba.

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 Luego de lo que pudieron ser incontables segundos, Luck finalmente soltaría al chico y se apartaría, relamiendo sus labios antes de alcanzar el manga que pensaba comprar.

 - ¡Oigan, oigan! Eso es mucho contacto para una tienda de mangas - diría Angelo mientras se acercaba, siendo que parecía haberse percatado justo del beso.

 - Es que Ai se pone ansiosa cuando no hago estas cosas con frecuencia. ¿No es así, amor? - nuevamente preguntaría el pelirrojo, confiado en que esta vez el chico no podría hacer más que asentir obedientemente: esto debido a que Ai podría percatarse como luego del beso había quedado una sensación extraña dentro de su boca, como si la saliva combinada de ambos se hubiese convertido en finos hilos conectados a lengua, paladar... En ese estado era incapaz de abrir la boca si no rompía los hilos.

En cuanto el chico se le acercó de aquella maner, su instinto le hizo dar un paso atrás, chocando contra una de las estanterías y quedando atrapado. -O...oye... No te pases... Esto no te gusta ni a ti... Pero no hubo manera de convencerle, al final fue besado por Luck y pronto sintió cómo arrancaban de el parte de su alma, de su propia esencia a través del beso. 

Tras eso, rapidamente se sintió atrapado. Maldita sea, Luck estaba usando el poder con el. Eso era sumamente bajo. Asintió sin poder hacer nada, aunque resistiría con todas sus fuerzas pero se sentía tan avergonzado y acorralado en ese momento, que no podría. 

En esos momentos Aoi era la muñequita perfecta. Miró a Angelo con cierto tono de socorro aunque de poco serviría si no podía hablar. ¿Le extrañaría que, tras haber estado hablando tanto, Aoi estuviera tan callado?

 El intento de negarse fue inútil: Luck se había decidido a ir con todo, y eso resultó en que ahora Aoi tenía que sufrir los efectos de su propio poder.

 - Vaya... - Angelo solo sonreiría levemente al ver al chico asentir tan obedientemente, haciendo entonces un gesto de desinterés con los hombros restándole importancia.

 Entonces los tres se acercarían a pagar la compra de Luck, siendo que mientras el chico pagaba y Angelo se limitaba a mirar el peliazul podría sentir como los hilos en su boca empezaban a extenderse más adentro: el cosquilleo era desagradable, pero los hilos hacían su trabajo al colocarse donde debían para manipular más de Aoi a través de su propia saliva.

 - Cariño, ¿Qué haremos luego de esto? Recuerda que me dijiste que más tarde iríamos al hotel para... pasar el rato.

 - ¡Pffg...! - Angelo tuvo que llevarse una mano a la boca mientras desviaba la mirada, incapaz de reprimir una risa.

 La sonrisa de Luck luego de haber atrapado no solo la boca de Aoi, sino sus cuerdas vocales, era de total satisfacción.

 - Tranquila, ya tendremos tiempo para eso...

 Luego de pagar, los tres saldrían de la tienda y empezarían a andar nuevamente, siendo el vampiro quién preguntaría ahora.

 - ¿Y como se conocieron? Parecen llevarse bastante bien - comentaría.

 En esos momentos Aoi pudo sentir como los hilos se aflojaban y liberaban tanto su boca como sus cuerdas vocales, pero no desaparecían del todo: Luck había debilitado el efecto no solo por no estar totalmente concentrado en ello, sino porque la saliva no eras suficiente para mantener el efecto por tiempo prolongado, pero ahora tenía más facilidad para repetirlo...

Los hilos bajando por su garganta hasta las cuerdas vocales era una cosa bastante desagradable, siendo que su voz sonó melosa junto a una frase que por su propio pie jamás diría. La risa de Angelo, le hizo sonrojarse muchísimo. 

Cuando este mismo preguntó por como se conocieron, el propio Luck le dejó hablar. Sentía cómo ese chico lo rodeaba con sus brazos, de manera melosa y se comenzaba a divertir más y más mientras el iba perdiendo terreno... Pero dejarle la boca libre le iba a salir caro.-Oh... No... ¿No se lo has contado?... ​​​​​​Si bien sentía mucha vergüenza, no podía dejar pasar esta oportunidad pues sabía que despues de aquello el castigo sería grande dando igual el resultado final en ese punto. -Bueno... Es algo vergonzoso. ¿Seguro que quieres que lo cuente? No sabía realmente qué responder sin que Luck lo manipulara hasta el punto de la enfermedad. En esos momentos Aoi estaba siendo lo más sumiso posible. 

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 No habían palabras para describir lo mucho que el pelirrojo estaba disfrutando aquello en esos momentos: se había vuelto personal cuando Aoi decidió retarlo, y eso solo hacía que avergonzarlo resultase más satisfactorio para él. Ver al chico perder esa confianza que tenía antes y volverse colaborar... Realmente estaba valiendo la pena.

 - Es un amigo de confianza, no tienes que sentir vergüenza - aseguraría Luck antes de mirar a Angelo y entonces responder él mismo a la pregunta, decidiendo usar la actuación de Aoi. -. Fue en un Karaoke: me colé en su sala luego de escucharla cantar, y tras charlar y beber un poco se me entregó completamente ahí mismo...

 - Suena totalmente a algo que harías tú - confirmaría el vampiro soltando una de sus risas, siendo acompañado por Luck mientras seguían caminando.

 Seria entonces que se verían interrumpidos por el ruido del teléfono del pelirrojo, quién no tardaría en sacarlo a la vez que hacía un gesto para que le diesen un minuto.

 - Tengo que atender esto: no vayas a decir cosas raras, cariño - advertiría antes de apartarse para ponerse con la llamada.

 Quedando así básicamente a solas con Angelo, este no disimularía en absoluto su mirada de curiosidad hacia Aoi que decía a gritos "No me esperaba esto de ti", aunque ahorrándose los comentarios teniendo algo de respeto por el chico.

 - Así que... te van esas cosas - o tal vez no: su sinceridad era más fuerte.

Soportar aquello era una tortura, después de todo Angelo le conocía. Si hubiese sido cualquier desconocido, le hubiera importado nada y menos todo aquello. Cuando Luck se marchó a atender una llamada y los hilos dejaron de retenerlo con tanta fuerza por la falta de atención, mientras Angelo hablaba, tomaría con sus dedos uno de los hilos y lo haría temblar para aue Angelo se diera cuenta del mismo. -Está usando su Quirk contra mi. Me lo ha quitado. Susurraría -Como digas una sola palabra sobre esto, te mato. No lo hago por gusto. ¿Cómo eres amigo de alguien tan despiadado como el? No te pega... En absoluto. Con eso quedaba claro que no estaba ahí por voluntad propia, aunque por otro lado tampoco hacía ademán de querer irse. 

Viendo que Luck volvía, fingió haber estado en una conversación cordial. -Sí, a veces bromeamos sobre esos temas picantes, nos divierte. Dando a entender que había aclarado el malentendido y por tanto vuelto al punto de partida, como si ninguna de las guarradas que Luck había insinuado tanto por si mismo como obligando a Aoi, hubiesen existido. 

-¿Quién era? ¿Está todo bien?Se sentía atrapado, acongojado. ¿Podría liberarse? 

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 - Ohh... - luego de que le explicase lo que sucedía, la sonrisa del vampiro se ensancharia incapaz de disimular que todo le causaba cierta gracia, aunque tras la advertencia del chico negaría con la cabeza. - Tranquilo, no diré nada... Y mas que amigo, lo uso para acercarme a su familia... Puedo matarlo ahora si quieres - terminaría susurrando con cierto tono de desinteres: ciertamente, pese al poder del pelirrojo, no tendría tiempo ni reflejos para adelantarse al vampiro...

 Entonces Luck regresaría, y Angelo acompañaría el comentario de Aoi con una de sus risas.

 - Me gusta esa dinámica que tienen - aseguraria.

 Naturalmente, al chico no le hacía mucha gracia ver que Aoi seguía intentando tapar sus movimientos, pero al oírle preguntar por la llamada se limitaría a negar con un vago gesto de mano.

 - Nadie importante... ¿Vamos al karaoke?

 Angelo intercambiaria miradas de forma sutil con el peliazul ante la iniciativa de Luck, pero claramente no le llevaría la contraría abiertamente siguiendo así entonces al chico hacia el establecimiento.

 Luego de pagar una habitación, Luck también haría un encargo de distintas snacks para picar así como algunas bebidas... todas ellas alcohólicas.

 Ya en la habitación, se dejaría caer sentado en la esquina de uno de los muebles mientras Angelo se acomodaba en otro.

 - Vamos, Ai: muestranos esa voz que tanto me impresionó la otra vez - diría Luck alcanzando una lata de cerveza para despatarla y beber de ella. Era difícil decirlo con seguridad, pero desde la llamada el pelirrojo estaba mas... escéptico: a saber lo que pasaba por su mente ahora...

Curioso. ¿Qué querría Angelo de la familia? Era algo que le preguntaría más adelante. -No, mejor no lo hagas No le apetecía tener que matar a Angelo, la verdad. Le había caído bien. 

Cuando volvió Luck y no quiso decir quien era, supuso lo peor pero prefirió no darle vueltas. Rió un poquito de forma cómplice, entrando en su papel y aceptó sin problemas el ir a un Karaoke. 

Un a sonrisa sincera y llena de picardía aparecería en Aoi cuando cruzó miradas con Angelo al escuchar la iniciativa de Luck.-Nada me gustaría más. ¿Vamos cielo? Le tomó de la mano y todo a Luck. 

Una vez en el Karaoke y ordenados los refrigerios, Luck diría lo que Aoi tanto estaba esperando. Decidió comprobar ligeramente con un movimiento sutil que Luck aún le estaba robando el poder y cuando tuvo claro que así era, decidió fingir un poco de apuro. -Es... Es que me da vergüenza... Cariño, ¿Por qué no cantamos juntos? Así me sentiré mejor. Tenía claro que Luck era consciente del poder que manejaba su voz, pero por la petición que le había hecho y la malicia del tono, se daba cuenta de que quizá había olvidado que era el poder quien hacía reaccionar a la gente como si estuviera hechizada... No su voz en si. Y en esos momentos, quien poseía el poder de Aoi era... Luck. Se había encerrado a si mismo de una forma peligrosa.

No se sentiría mal por lo que sucediera, después de todo el que presionaba para ello era Luck. Le daría el micrófono con la mano temblorosa, fingiendo miedo y preocupación genuinos. -¿Puedes... Poner la canción más corta de todas? Yo... U-umh.. haré los coros... Fingía mal estar, a Luck le daría completamente igual si Aoi no era el cantante principal pues el poder funcionaba daba igual el tiempo que se cantase. 

Y así... Comenzó el espectáculo 

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 - Okey - se limitaría a responder el vampiro con un alzamiento de hombros.

 Sorprendentemente, el pelirrojo parecía ya no darle importancia al papel amoroso que tomaba Aoi durante el camino, dejándose tomar la mano y andando casi como si su mente estuviese con otras cosas. Ya en el karaoke, el chico continuaría con esos aires de no estarle dando importancia a nada, bebiendo de su cerveza mientras el peli-azul podía comprobar que aún era incapaz de usar su poder, confirmando así que seguía siendo propiedad del pelirrojo.

 - ¿Realmente quieres oírme cantar? - dudaría el chico antes de suspirar, tomando el micrófono y colocándose en pie para acompañar al peli-azul en la canción, sin ser consciente de los efectos adicionales que traía tener los poderes de una sirena...

 Angelo se quedaría expectante con curiosidad cuando la música empezó a sonar, y cuando las letras fueron pasando el dúo empezó a cantar. Con Luck como voz principal, su voz resonaba en la sala resultando ser un buen cantante, pero a esto se le sumaba uno de los poderes pasivos que venía con el poder de Aoi: el canto de una sirena...

 Con su voz danzando en la melodía, los oídos de Aoi y el vampiro serian acariciados por el dulce cantar de la voz del pelirrojo, como si esta transmitiese un llamado que hiciese sentir hipnotizado a cualquier hombre. Pese a lo ambigua que era la situación respecto a orientaciones en esos momentos, el poder funcionaba como el canto de una sirena, siendo un imán letal para el público masculino que a sus ojos no era capaz de distinguir entre una cosa y otra: solo eran conscientes de una hermosa voz que les invitaba a acercarse más y más...

 - ♪ Ta, ta... -Esperen, ¿qué mier...? - antes de darse cuenta, siendo que haber estado embobado desde hace rato también lo tenía distraído, Luck había acabado con Angelo y Aoi tirándosele encima, tumbándolo sobre uno de los muebles. -. ¿¡Qué hacen, malditos!? -entonces fue cuando su mente volvió a su lugar y algo hizo "clic", dándose cuenta del efecto que tuvo el cantar con el poder de Aoi y clavando la mirada sobre el chico, percatándose de que todo fue parte de su plan... -. Hijo de...

 Por su parte, Angelo permanecía con una de sus sonrisas más maliciosas, sujetando firmemente las manos del pelirrojo por encima de su cabeza mientras Aoi también era victima del encanto.

Había funcionado, sin duda su plan había sido todo un éxito... El problema era que afectaba demasiado bien. Su mente estaba totalmente nublada por un deseo descontrolado y muy absorbente. No era consciente ni de sus propios movimientos, solo de sus deseos aunque sus pensamientos estaban completamente en pánico pues podía ver y escuchar todo. No. Nononono FRENA AOI ESTO ES PELIGROSO gritaba mentalmente, intentaba frenar su cuerpo sin posibilidad de éxito. Solo si le pegaban muy fuerte saldría de aquello y Luck eso no lo sabía realmente aunque esperaba que pudiera hacerlo antes de que Angelo lo inmovilizase por completo.

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Las manos de Aoi rápidamente se posaron sobre el abdomen de Luck, viajando bajo su camisa para comenzar a acariciar todo el cuerpo del chico. 

La mirada del chico se clavó sobre los labios de Luck, buscando claramente besarlo y hacerlo totalmente suyo. Aunque por fortuna aún no había decidido llevar sus manos más abajo... Estas se estaban divirtiendo acariciando al chico por el pecho. 

 La exprrsion de ira y verguenza de Luck sólo iba en aumento mientras era apresado por ambos, siendo incapaz de impedir que Aoi lo bebase y acariciase de esa forma mientras Angelo decidía usar una sola mano para sujetarlo y así unirse a las caricias, en su caso recorriendo las piernas del pelirrojo.

  -¡Mght...! - tenía claro que no pensaba dejar ir eso a mas, dándose cuenta de que el quirk de Aoi solo era una molestia ahora y debía deshacerse de él, aprovechando un descuido de Angelo para pegar la mano sobre el peliazul y así activar su propio quirk nuevamente, esta vez para devolverle su poder al chico y liberar el espacio en el suyo.

 - He, he... - De forma muy conveniente, Angelo sería ahora quien apartaria a un lado a Aoi para besar a Luck, oportunidad que el pelirrojo definitivamente aprovecharía para liberarse de una vez por todas...

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 De un instante a otro, la fuerza del chico aumentaría de forma inhumana, a la vez que la del vampiro disminuía haciendo fácil para Luck mandarlo a volar contra una pared de un puñetazo, mismo que luego arrojaría también a Aoi con tal de quitárselo de encima.

Si bien no era la mejor de las opciones ser lanzado y perder la oportunidad de chantajearlo a futuro con alguna foto, lo agradeció y se podía notar en su rostro que así era.

-Ha... Le dolía todo, aquel golpe había sido bien grande. Se incorporó como pudo y se sentó en el sofá del Karaoke suspirando y poniendo rostro completamente apenado, pues era consciente de que debía seguir con la farsa. -Lo... Lo siento, no pensé... Cuando me di cuenta de que me robaste el poder, me sentí feliz por poder cantar libremente en un Karaoke... No pensé en... Las consecuencias. Lo siento cariño... No volverá a pasar. Los ojos de Aoi externamente simbolizaban una genuina disculpa, aunque Luck sabía perfectamente que no era el caso y, por la conversación que tuvieron antes Angelo y el, posiblemente Angelo se diera cuenta de igual manera. -¿Estáis bien? Ha tenido... Que ser una sensación y una experiencia horrible. ¿Y si mejor vamos a una heladería? Invito yo... Para disculparme por esto. Esta vez la disculpa iba dirigida a ambos. Esperaba que Luck hubiera tenido suficiente y quisiera ir a la mansión de nuevo para olvidar todo aquello pues uno de sus Amigos acababa de atacarlo con intenciones muy sucias. Aquello debía ser vergonzante cuanto menos. 

Lo que Aoi no era idiota y no dudó en pedirle a Angelo su número de teléfono de modo cómplice. Así se aseguraba un testigo y un modo de arremeter contra Luck en caso de que quisiera hacerle alguna cosa. 

 - ¡Arghh...! - a diferencia de Aoi, quién pese al fuerte golpe estaba acostumbrado a que su cuerpo fuese sometido a ese tipo de estrés, Angelo no se cortaba en absoluto en gritar y quejarse, retorciéndose un poco en el suelo visiblemente adolorido. -. ¡El dolor... duele...! - claramente, haber perdido sus poderes le hacían menos resistente a lo que estaba acostumbrado, y eso se traducía en que no era alguien acostumbrado al dolor.

 - Dejen el drama: Hanzo me contó que ya se conocen - soltaría Luck de mala gana.

 - Ah... - entonces el vampiro ignoraría por unos momentos el dolor para reír nerviosamente, intercambiando miradas entre el pelirrojo y Aoi esperando que por unos momentos se olvidasen de su presencia.

 - Hagan lo que les de la gana, yo volveré a casa... - diría entonces el pelirrojo mientras alcanzaba otra lata de cerveza para destaparla y beber de ella. -. Aoi, mi hermano también me dijo que cuando regreses vayas a su habitación: quiere hablar algunas cosas contigo sobre lo que le dijiste a padre antes.

 Dicho eso, Luck no tardaría en disponerse a retirarse, pasando junto a Angelo quién aún continuaba tirado en el suelo.

 - O-Oye, ¿me lo devuelves...?

 Tras soltar una leve queja de molestia, el chico alcanzaría a estrechar la mano del vampiro para devolverle así su poder, y de ese modo si nadie se lo impedía salir de la sala del karaoke para irse de ahí.

 Una vez en pie, Angelo suspiraría con una de sus sonrisas, volteando a ver a Aoi.

 - Vaya movida, ¿no? Realmente no supe quién tenía controlado a quién...

El cabreo de Luck había sido suficiente y en cuanto este admitió que Hanzo ya le había soplado que se conocían, se sonrojó aunque a la vez se sintió aliviado. La risa de Angelo acompañó el gesto de Aoi, que sacaba un pantalón de deporte de la bandolera que usaba a modo de bolso y se los ponía por debajo de la falda mientras Luck se despedía.-¿Hanzo quiere verme? Eso era... Inusual, aunque le calmaba la idea de saber que debería entablar conversación con el y no con otro. -Está bien, iré en cuanto pueda.​Terminó de ponerse los pantalones de manera rápida y eficiente a la vez que veía a Luck darle la mano a Angelo... Antes de que este desapareciese por el pasillo pudo escuchar a Aoi decirle. -Por cierto Luck... Tienes una bonita voz... 

Y ahí Angelo pudo presenciar la sonrisa de satisfacción y picaresca más grandes que nadie podría haber imaginado. A lo mejor se la ganaba a pulso, pero sería su pequeña satisfacción personal el haberle ganado de aquella manera. El brillo en los ojos del chico era casi eléctrico en ese momento.

-¿Tú qué crees? Rió un poco Aoi hacia la pregunta de Angelo, quitándose la falda y guardándola en la bandolera para por fin atar su cabello en una coleta y así verse más masculin... No. A quién engañar, lo único que había hecho era aclarar con dos gestos que era un hombre y no una mujer. Pero la cara y cuerpo seguían siendo los que eran. -Vamos a hablar un momento con seriedad... Cerraría con pestillo la puerta, aprovechando que la sala estaba insonorizada se sentaría en el sillón para proceder a hablar. -¿Qué buscas de esa loca familia? No traen nada bueno. ¿Dinero, fama, que te adopten quizá? 

 - ¡JODETE! - se escucharía gritar a Luck en respuesta a Aoi, antes de finalmente alejarse y dejarle a solas con el vampiro.

 Ver al chico tan emocionado y satisfecho por el resultado de todo aquello dibujaría una ligera sonrisa en Angelo, más sincera de las que solía tener todo el tiempo, viendo otra cara de Aoi que claramente disfrutaba de haberse salido con la suya cuando alguien intentó humillarlo.

- Oye, creo que le das muchas vueltas al asunto - aseguraría negando con una mano, antes de ser consciente de que su compañero no aceptaría una respuesta como esa a sus preguntas. -. No tengo ningún interés en lo que tienen, sino en la relación que tuvo el padre de Luck con el mío. Verás, mi padre no era precisamente el mejor de los padres, mucho menos la mejor de las personas... Ayudaba a la gente a su manera, pero en el fondo se movía en muchos negocios ilegales y trataba a su familia como poco más que objetos: un día me canse de todo eso y lo asesine, y desde entonces estoy detrás de sus contactos para ir eliminando cualquier rastro de sus acciones.

 Tras confesar aquello, el chico suspiraría pesadamente.

 - Pero ahora que pareces conocer a la familia, necesito saber cual es tu posición en todo esto... ¿Realmente eres amigo de Luck, o algo más? Específicamente, ¿Qué es su padre para ti? No quisiera acabar con su vida si resulta que es alguien que te tendió una mano... - si bien antes sonaba convencido de sus ideales, ahora consideraba cambiar de planes por el bien de su relación con Aoi.

Escucharía la historia de Angelo y suspiraría. -¿Así que de quién hablaba ese loco era de ti? Te quiere adoptar... No caigas. Se recostó en el sofá y subió los pies al mismo, abrazando así sus rodillas. Apoyó su mejilla en las mismas para verle a los ojos. "Soy su juguete"-Me compró por capricho su padre. Le intento matar cada vez que le veo, aunque nunca lo consigo. Es rápido. Sonreiría de lado, algo apenado por ello. -No podrás hacer nada contra el realmente. Antes de llegar a tocarle tendrías a sus hijos peleando por el. Y en caso de librarte de ellos, él mismo es una amenaza bastante grande. Comenzaría a Jugar con el cabello de su flequillo, algo divertido por la conclusión de Angelo.

-No soy nada suyo. Cree que tiene poder sobre mi por no tener el apellido y su padre para ponerme a prueba le acepta los caprichos... Como el de hacerme pasar por su novia porque ninguna chica lo soporta. Aunque como has visto, sé cómo tocarle la moral. Reiría por ello. 

-Escucha, si he aprendido algo... Es que no somos nuestros padres. Vive tu vida, los problemas que causen los viejos son sus problemas. No los nuestros, reniega de ello y serás más feliz.  Si tuviera que amargarme y responsabilizar porque a los 10 fui vendido por aquella que me dio a luz, estaría muy jodido y lleno de deudas impagables... 

 - ¿Habló de mi? Creo que te confundes: Mi única relación con la familia es Luck. Aún no he podido acercarme a su padre siquiera - negaría con una de sus sonrisas de confianza, escuchando entonces la historia de Aoi y adoptando una mirada de lastima. -. Entonces eres un esclavo... Recuerdo la mirada que pones cuando estas peleando: si realmente no has sido capaz de matar al padre de Luck supongo que verdaderamente es difícil hacerlo... - suspiraría pesadamente, acercándose para tomar asiento junto al chico de forma relajada. -. Pues sí que le has tocado: nunca lo había visto tan cabreado, he, he... Solo espero que no intente vengarse de ti por todo esto - comentaría al respecto del otro pelirrojo.

 Fue cuando Aoi empezó a darle aquel consejo sobre como seguir su vida sin dejarse encadenar por su linaje que Angelo perdería su mirada momentáneamente en la nada, con una expresión seria que había hecho desvanecer su sonrisa momentáneamente.

 - Para ustedes tal vez sea así, pero para los vampiros la sangre tiene un poder distinto sobre nuestro destino... - si Aoi se tomaba el trabajo de fijarse con más detalle, podría darse cuenta de que la mirada del vampiro no estaba en un punto aleatorio, sino que miraba con naturalidad hacia uno de los rincones de la habitación. -. Luego de lo que hice no puedo echarme para atrás.

 Dándose cuenta entonces que se había dejado llevar, Angelo rápidamente negaría con la cabeza y volvería a colocarse esa máscara sonriente tan característica suya, volteando a ver a Aoi antes de acercarse un poco más al chico.

 - Pero dejando temas turbios de lado, déjame darte un consejo: con tu aspecto, colocarte unos pantaloncillos de deporte y quitarte la falda delante de alguien como yo te causaría más problemas que simplemente habértela dejado puesta... - de un momento a otro, el chico había rodeado al peliazul con uno de sus brazos para sujetarlo y mantener la poca distancia entre ambos, mirándolo fijamente a los ojos con una sonrisa maliciosa, misma con la que había visto a Luck momentos atrás durante el trance de su canto. -. Es broma, es broma~

 Finalmente Angelo se apartaría antes de estirar un poco, tomando una de las latas de cerveza restantes para destaparla, olfatearla y luego voltearla encima de su boca para verter el contenido directamente.

 - En fin... Prometo que no hablaré de nada de lo sucedido hoy.