Partida Rol por web

Hace años que no he tenido que esconderme de gente que me perseguía... o de los marines que enviaba mi padre a buscarme- dijo Marlene con una sonrisa, levantándose. Pero creo que todavía no he perdido el toque. Además, cuando eres amigo de la Cabo Moskouri, aprendes a ser discreto con tus cosas si no querías que todo Befehlgard las supiese. No es que ayudase, siempre se acababa enterando igual. Pero conmigo al menos tardaba más. Hagamos esto. Ya me he pasado suficiente tiempo aquí sin contribuir a la misión.

Xen suspiró de alivio ante las palabras de sus compañeros. Desde su conversación con Oracio, había temido tener de nuevo que relacionarse con ese hombre. No es que realmente le temiera...demasiado. Bueno, le temía, por supuesto, pero... ¿Quizás había algo más por lo que no quería relacionarse con Oracio?

¿Acaso la promesa de una deuda...podía ser demasiado para el furido?

​​¿O está no sería la primera?

Curioso, Xen sentía el alivio de no verse entrometido con ese hombre, pero había una pequeña preocupación de que coger la opción fácil les fuera a salir caro.

Como sea, ahora había que concentrarse en el presente.

-Si queréis ir a espiar al payaso, creo que puedo ayudar bastante. Tengo bastante práctica con el sigilo. Un explorador como yo sabe muy bien que esa es una herramienta muy a tener en cuenta, sobretodo en territorio enemigo.

Drago lanzó un cuchillo que se quedó clavado en la puerta.

—De aquí no se va nadie hasta que hayáis comido. ¿Entendido?—dijo mientras echaba la ternera a la sartén.

—¡Señor! ¡Sí! ¡Señor!—replicó Lianid emocionado como con cada cosa que hacia el sargento—La verdad Xen, no sé por qué te da tanto miedo ese Oracio. Estamos en una misión secreta de infiltración. ¿No tenemos carta blanca? ¿Por qué va a chantajearnos en el futuro?

Xen casi pegó un vote ante la declaración de Lianid. Gracias al cielo el vote lo pegó antes con el grito de Drago, el cual le llevó a sentarse de nuevo. Pero que ahora el niño le estuviera diciendo aquello si que le molestaba, sobre todo por aquella sensación.

Genial, aún no tengo tiempo de quitarme la tontería de la cabeza y ya va el niño pesao este.

Xen respiró hondo. Tenía que ignorar aquello. Todo saldría bien, siempre lo hacía. No tenía que sentirse culpable de nada. Además, responderle al niño le serviría para apoyar su decisión.

-Mira chaval, por supuesto que nos chantajeara. Esa gente hace ese tipo de favores por eso, así son las cosas, cadenas de favores, tu haces esto por mí, y si no cumples lo que te digo, igual me voy de la lengua y te jodo la vida. Incluso con carta blanca igual no nos convendría que ese tipo de favores saliera a la luz, además de que durante ese favor, en  el caso de que lo aceptáramos, tendríamos que depositar nuestra confianza en esa morsa. No, eso no lo quiero para...-mi- nadie del equipo. No, además, ya tenemos un plan que no involucra tener trato con nadie chungo. Es una vía más legítima. De esas justas y todo eso. Vemos hasta donde nos lleva e igual sacamos una victoria sin tener que hacer trapicheos. Fácil, sencillo, y para toda la familia. Ahora, espiando que es gerundio...pero primero comer.- Dijo Xen, dándose cuenta de que casi volvía a levantarse mientras echaba una mirada a Proon.

Y si había ternera para comer, yo que no pensaba moverme de la silla hasta que me la hubiese zampado enterita. Aunque las ganas de ponerme a espiar tampoco me las quitaba nadie... porque, ¿a quién quiero engañar?, un poco de salseo y cotilleo siempre es bienvenido. Eso sí, mejor espiar con la barriga llena, ¡pjé!

Sin embargo, cuando escuché a Lianid, y luego la respuesta de Xen, me puse algo más seria...

—Tal como hablas de él, parece un tipo la mar de peligroso —dije, aunque luego me di un par de toquecitos con el dedo índice en la mejilla y sonreí amistosamente—. No sé qué tipo de tratos tuviste con él en el pasado, pero te defenderemos si se le ocurre molestarte.

No pensaba dejarlo en la estacada, ni a él ni a ninguno de ellos. Mientras tanto, quedaba claro una cosa: siempre y cuando pudiéramos, mejor evitar a ese hombre/morsa a toda costa.

Tunad estaba pensativo escuchando al resto, no era mala idea el espiar al jajas, era una persona que le gustaba tanto destacar que no consideraba que fuese muy difícil, luego estaba el tema de la morsa, parecía que por ahí ni de coña. Ahora bien, espiabamos al bromas pero ¿Para que? ¿Saber que maquinaba con el gobernador? Vale, eso está bien. Pero aún así necesitaban unirse a la alianza calavera - Vale... Yo iré a hablar con el gobernador con quien no se vaya a la operación de espionaje, no creo que sea buena idea que vayan más de dos personas y bueno... - Tunad se azotó en la panza - Yo no soy el mejor en cuanto a sigilo GROGROGROGRO - Aunque se reía por el chascarrillo, lo hacía con una tez sería - Por ahora eso es lo que más claro tenemos... Cuando tengamos algo más de información sabremos por dónde seguir tirando, estamos dando muchos palos de ciego - Miró a Drago mientras cocinaba - ¿Te echo una mano con eso?

Con el debido respeto, señor, es que estamos ciegos- intercedió Marlene, haciendo honor a su fama y al dicho de Marconi de que las mayores faltadas en la Gloriosa siempre han empezado con "con el debido respeto". Tenemos pistas pero ningún conocimiento accionable. No hemos tirado de ninguno de los hilos que tenemos, y no tenemos una perspectiva como para saber de cuál deberíamos tirar. No es una situación óptima, pero si no hacemos nada no va a cambiar. A no ser que no haya entendido el resumen de los hechos y ustedes tengan una información que yo desconozco. 

Marlene misma no pensaba que fuera buena idea limitar el número de gente sobre el campo espiando o buscando pistas. Al contrario, ahora mismo estaban tirando una red muy amplia para pillar todos los atun... eeeeeeh, todo el pescado que pudiesen, y cuantos más fuesen, mejor. Pero por una vez, y tras una mirada de reojo a Tunad, la irascible cabo se abstuvo de expresar oposición al plan.

¿Era posible que Marlene, la del incidente cachalote en celo, la que hacía que cualquier mando en las cercanías tomase aire y se recordase que era una buena marine y no mandarla directa al calabozo podría ser beneficioso cada vez que empezaba una frase con "con el debido respeto", estuviese finalmente aprendiendo etiqueta militar y a controlar su carácter? ¿Era posible que lo que fuese que hubieran estado haciendo el sargento y ella le hubiese aportado perspectiva y algo del don de gentes y la empatía de su superior hubiese pasado a ella? ¿Podía ser que viendo la expresión agobiada y dudosa de Tunad bajo su eterna jovialidad hubiese decidido darle un respiro al píscido? ¿O simplemente estaba harta de discutir y le daba igual hacer lo que fuese?

Conociendo a Marlene, era fácil pensar que lo último. Pero quién sabe. Como la misión en Nibana había demostrado, la cabo podía comportarse de una forma desconcertante a veces. Y por lo que parecía, Marconi pensaba que eran esos mismos destellos de comportamiento los que podían hacer de ella más de lo que era.

Alice ya tiene experiencia lidiando con Robers y Xen es nuestro explorador, supongo que ambos están mejor capacitados que yo para el espionaje. Si lo cree conveniente, entonces iré con usted a ver al gobernador, Teniente. Bueno... capitán.

¿Era eso una media sonrisa lo que había asomado a la cara de Marlene al "autocorregirse"?

Naaaaaaah. Imposible.

Tunad sonrió a Marlene, sabía que era un perro que mordía cuando era necesario - Tú perspectiva personal me ayudará bastante al tratar con el gobernador, además, que vayamos solo tú y yo será una muestra de cordialidad hacia el gobernador, no necesitamos demostrar fuerza delante de él como ha hecho Robers, solo con buenos modales y perspectivas lograremos convencerle de lo que necesitemos... Y por eso eres la que mejor encaja aquí, tú tienes una vista más... Recta que yo en muchos aspectos, es un placer contar contigo Marlene - Seguía con una sonrisa de oreja a oreja, sentía de verdad lo que decía.

Proon empezó a servir la comida. Una comida igual de normal que la del día anterior. ¿Cómo era posible que usando ingredientes de sabores tan potentes le quedara todo tan básico?

—Diríamos que estamos presuponiendo que ver al gobernador es algo fácil, pero estamos presuponiendo tantas cosas que una más importa poco—dijo mientras se sentaba—. Por cierto Marlene, vas a tener que practicar esa sonrisa.

—Mejor que deje de hacerla—respondió Lianid mientras se atiborraba—. Da bastante miedo.

El grupo de piratas marines no tardó en terminarse la comida. Habían decidido algunos pasos, algunas cosas que hacer y otras cosas que no hacer. Seguían ciegos pero era mucho mejor que nada. Y al menos ahora no irían dando palos sin ton ni son. Al menos intentarían que los palos de ciegos no los hicieran tropezar.

Así que tras la comida, todos se dispusieron a marcharse y hacer sus cosas pero al salir a la cubierta. Descubrieron que no estaban solos...

Inquisidores.

El grupo continúa aquí.