Partida Rol por web

—¿Lo ves ya? Ni siquiera habéis visto venir al capitán Robers. ¡Ni siquiera hemos capturado a Alice por que no hemos querido! ¿Verdad capitán?

Esa afirmación dejó a Robers descolocado.

—Eh... eh... ¡Claro que no hemos querido! Todo ha sido un papel. Sabía... sabía que esta niñata estaba metida en algo. Eh... Y monté un paripé para hacer como que la buscaba. ¡Por supuesto! ¿Te enteras Alice? ¡Si de verdad hubiera querido capturarte me lo hubiera tomado en serio! ¡Como haber mandado a Grayson o a Mago a buscarte! ¿Sabes?

No estaba sonando muy convincente aunque había que reconocerle que la improvisación había sido buena.

—En fin, esto no va a ninguna parte. La peor alianza pirata de la historia. Pero está bien, os dejó a Grayson para el asalto si queréis.

—Siempre tiene una solución para todo, capitán—dijo Grayson con admiración.

—Holi.

Una voz sonó a espalda de los piratas cogiéndolos por sorpresa. Cuando se dieron cuenta, vieron al anciano borracho con el que se habían encontrado esa mañana antes de comer. Cuando Robers iba a ver al Gobernador.

—¡El viejo!—exclamó Robers molestó—¿Qué haces aquí anciano? ¿Cómo has entrado?

—Pues por la puerta. ¿Las carpas tienen puertas? Bueno por ahí—dijo señalando al exterior—. Había escuchado algo de unos Juegos Piratas. Así que para eso he venido, ¿necesitáis un juez?

La explicación de Grayson sobre porque toleraba a tal sujeto no caló mucho en Xen. Más bien al contrario. Empezó a entender muchas cosas sobre los piratas.

Claro, si a cada uno de estos solo les importa hacer...el payaso, normal que aún no nos hayan destrozado a todos. Un enemigo separado...

Luego vino Robers, sacando las cartas y enseñando a todos que hasta aquel momento había dominado la situación, provocando que Xen le mirase con los ojos entrecerrados y sin cara de muchos amigos.

Amigo, si supieras de verdad al son de QUIEN estamos bailando...creo que se te caería el orgullo un poco. No hay peor destino que una marioneta que desconoce su naturaleza, y peor de la de aquella que se chulea ante otras marionetas como el que las maneja, sin que sepa que ya sabemos la verdad: todos somos putas marionetas.

Aún con todo, que el payaso soltase aquellas verdades no gustó demasiado a Xen, permitiéndose al menos sonreír de medio lado mientras Greyson sacaba lo del tema de Alice. Irónico que el admirador te pusiera contra las cuerdas.

Pero quién rompió la escena fue el anciano, apareciendo de la nada sin que ni siquiera el furido, claramente confundido, hubiera visto rastro de él.

¿Pero cómo...? Mira, esto nos puede venir bien.

-Muy bien, creo que tienes bastante razón, amigo Robers. Sin duda está es la peor alianza de la historia.- Dijo Xen, rodeando al grupo mientras se acercaba moviéndose en círculos a donde estaban las cartas lanzadas, observando que, cogiendo una al azar, le había tocado un Joker. Se empezó a alejar de la pared, tranquilamente.- ¿Y sabes qué? A mí también me aburre una alianza tan mala. Así que...hagámoslo. El viejo como árbitro, y nosotros como jugadores. Si hay que ganarse tu respeto para que esto llegue a algo mejor que nada...- De repente, Xen pasó a posición de agua para lanzar la carta a la pared de madera, viendo con satisfacción como está atravesaba por la mitad una de las cartas, clavándose esta en la pared.-...pue, mira, no soy ajeno a los juegos de azar. Con eso basta para saber qué el premio se obtiene a través del riesgo. ¿Nos tratas como marionetas? Muy bien, bailemos como unas. La función no ha acabado y no sabemos el premio que nos puede tocar, pero si es algo mejor que significar ser unos don Nadie para tí, y aparentemente para el resto de esta isla del demonio, bueno, yo creo que has vuelto el premio bastante atractivo, dado tus habilidades de anfitrión. Capitán, yo voto por jugar, pero es usted quien tiene la última palabra.

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Concurso de pollas, pues. Ays. Si los hombres fuéseis más previsibles, pensaría que os escriben el guión.

Bueno, todavía tenían algún as en la manga.  Robers claramente les subestima,. y no creía que ninguno de sus hombres conociese sus poderes, menos aún la forma Iudex.

Tampoco ellos conocían los suyos, claro. Pero no sería la primera vez que improvisan sobre la marcha.

Que apareciera el abuelo de repente era de lo más extraño. ¡Pero es que además nos había cotilleando por completo!

Pero... al menos nos daba una  excusa para hacer los juegos piratas con un juez que se suponía que no iba a beneficiar a ningún bando en particular.

—Bueno, supongo que siempre hay tiempo para un poco de diversión.