Partida Rol por web

Mis fechas cortaron el aire a gran velocidad e impactaron en uno de los bichos, haciéndole un montón de daño. Eso pareció ser suficiente para mandarlo de vuelta por donde vino. Momentos después, la chica rara de pelo verde hizo lo mismo con el otro monstruo.

—¡Bien! —exclamé, contenta de que hubiésemos espantado a las criaturas y ya no molestasen a los demás. En ese momento, las haditas a las que yo había llamado se acercaron de vuelta a mí. Yo extendí mis manos con las palmas hacia arriba, dejando que se posasen—. Gracias —susurré sonriendo. Entonces, desaparecieron igual que vinieron.

El chico medio conejo dijo algo raro mientras yo lo miraba con la cara en blanco. ¿Qué era eso, inglés? Me lo enseñaban en la escuela, pero a él no le entendía. Luego dijo algo en japonés—. Gracias… —contesté. ¿Se refería a mi vestido? Sí. Sin duda, estaba genial.

—Pero… Yo soy una chica normal. Normalmente no hago magia. —Ahora sí, pero no sabía por qué—. Pues yo tampoco sé dónde estamos. Pero es un sitio feo. —Miré a unos y a otros, un poco confusa—. ¿Vosotros quiénes sois? Yo me llamo Okada Aina.

Viendo que el tipo malo sacaba otra de esas jeringuillas, yo hice una mueca de aprensión. No iba a acercarme a ese hombre. Me daba miedo.

En cuanto acaba el combate, miro emocionada a Nemu-kun, porque también parece que le hace ilusión jugar conmigo a este juego. Y luego miro a Yuki-sama y digo que sí con la cabeza muy muy convencida, apretando los puños emocionada. ¡Qué bien! ¡Mis dos amiguitos también se quieren quedar a jugar! Después me giro hacia mis otros amigos, ladeando un poco la cabeza al escuchar a Kai y respondiéndole en inglés, levantando el pulgar también.

- ¡Yu chu! 

Dicho esto, miro a Aina que ya ha empezado a presentarse a los adultos y me acerco yo también. ¡Más gente para jugar...! No, espera, tengo que "con-portarme" con los mayores. Me quedo con la espalda recta y les hago una reverencia japonesa para presentarme, poniendo voz de mayor.

- Buenas noches. Yo soy Nakahara Karin y este de aquí es Kailani. - presento al chico conejo también, mirando después a la chica azul - De ella no sabemos aún su nombre pero tenemos un problema y es que no sabemos hablar muy bien inglés para hablar con Kailani y con ella... - bajo un poco la mirada, notando los mofletes un poco más calentitos y rojos. Espero que no me riñan por no saber lo suficiente... Pero aunque esté nerviosona, intento seguir explicando las cosas, balanceándome un poco - Como ha dicho Aina, yo tampoco hago magia normalmente. Creo que esto es parte del juego de Kantoku-nii-san... Aunque no tengo muy claro que deberíamos hacer a "cotinución". ¡Ah, sí! Tenemos un mapa, pero está vacío. - digo al recordarlo, mirando a quien lo lleve. Después, saco una de las vendas que había cogido de la mochila y la hago aparecer en mis manos, un poco más ilusionada - ¡También tenemos esto! Señor, ¿está bien? - pregunto acercándome al señor de las tartas y las "jerguinguillas", dándoselas por si le hacen falta.

  Si bien en ese punto la mujer no entendía que era más raro de todo aquello, claramente no era el tipo de persona que iba a darle vueltas al respecto.

 -Anda, sabe donde está -comentaría con cierto sarcasmo y una sonrisa burlona al escuchar a Kailani decir "Bosque" ante la pregunta del sitio en el que se encontraba. -. Yo soy Navy... Solo Navy, supongo -al añadir esto último, pasó a mostrarse un poco confundida.

  -Entonces hablan distintos idiomas -concluyó Tobias a partir de lo que iban diciendo, enarcando ligeramente una ceja con curiosidad por la manera en la que Kailani hablaba el japonés. -. Uno incluso habla dos... Aún con los errores, nada mal para un niño -comentaría antes de fijarse en Adele, y entonces empezar a hablar en un fluido inglés. -. No tengo recuerdos de haber enfrentado a una de esas criaturas antes, pero tengo la sensación de haberlo hecho: Supongo que esto es lo que llaman Déjà vu -añadiría entre leves risas. -. La gente se dirige a mí como Tobias, aunque... no recuerdo mi apellido -pasaría a presentarse en inglés para facilitar el entendimiento de Adele, aunque haría un gesto hacia él al decir su nombre para que el resto entendiese como llamarme.

 Por su lado, el hombre albino se mantuvo observando durante unos segundos, centrándose especialmente en Kailani cuando esté soltó lo que entendió de la conversación, y viéndole reír el hombre no pudo contener una carcajada.

 -¡Ha, ha, ha! ¡I like you, boy! -soltaría también en inglés, demostrando que al igual que Tobias era capaz de hablar dos idiomas con fluidez, aunque pronto volvió a hablar en Japonés. -. Ah... Siento como si no hubiese reído en mucho tiempo: para ser sinceros, ni siquiera recuerdo que hacía antes de llegar aquí -confesaría, cruzando los brazos en una posición relajada, pero sin perder la compostura, demostrando cierta disciplina. -. Mi nombre es Kazuya, y al igual que el rubio no recuerdo mi apellido... Es raro.

  De último estaba el doctor, quién ajeno a la conversación se mantendría en su lugar hasta que Karin decidió ir directamente hacia él, ganándose su atención.

 -¿Ah? Oh, eso seria de mucha ayuda, gracias -agradecería con una leve sonrisa mientras empezaba a incorporarse, acercando la mano para tomar los vendajes que le ofrecía la niña.

 Tan pronto como el hombre hizo el gesto de tomar los vendajes, estos empezaron a moverse por si solos y volaron a gran velocidad a su alrededor, desapareciendo en un pequeño destello tras el cual el hombre vería sus heridas recuperadas levemente.

 -¿Eh...? -no parecía entender lo que acababa de suceder.

 Así mismo, cuando Karin pensó en lo del mapa y tuvo las intenciones de ubicar a quién lo tenía, de ella misma empezaría a salir un leve brillo de su pecho, saliendo de la nada el mapa que rápidamente se desenrollaría, relevando su contenido:

Mapa
[O] --- [X] --- [  ]

 A diferencia de la primera vez que lo vieron, ahora el mapa marcaba vuestra ubicación, señalaba el claro donde estuvieron antes, y mostraba el camino hacia otro lugar.

 -¿Están seguras de que no podían hacer nada de eso antes? Parece que les sale natural -opinaría Kazuya sobre las afirmaciones de Karin y Aina: apenas las conocía y ya las había visto hacer todo tipo de cosas que eran de todo menos normales...

 -Sí, estamos en un RPG... -concluiría el chico en una mezcla de emoción y preocupación a partes iguales, dejando que hicieses lo que quisieses sin intervenir mucho más, al igual que lo haría Soberbia: ninguno de los dos tenía mucho que aportar ahora.

Lo primero que hizo tras terminar de reír junto al albino fue mirar a Adele y hablarle en inglés perfecto - Cierto, ¿Cómo te llamas? Y... no, me dan como... ¿Nostalgia? Pero nunca los había visto. Entonces se dirigió al adulto rubio y levantó tres dedos, aún hablando en inglés.  - Hablo tres, esto no es un sueño porque si no estaríamos hablando en mi idioma natal, el de mi mamá. Pero tampoco es real...Yo entreno pero no hago tanto daño. "También sé que no es mi sueño porque Rue no está a mi lado, si no... ¿en mi?" No quiso decir eso en voz alta, se palpó entonces las orejas de conejo sin haberse dado cuenta de que también un lindo pompón blanco sobresalía de su pantalón y conectaba con su rabadilla.

Entonces se dirigió a todos en general y por tanto, usando un japonés de nuevo chapurreado aunque por como lo construía todo parecía que sí entendía el contexto a no ser que alguna palabra complicada se le atragantase. -*¿Emos sido... secuestrado? ¿Estamos en una prank? Aaaaaaa Abrió mucho los ojos recordando al tipo del pelo verde que dijo " lo entenderás más tarde" y comenzó a soltar lo que en idioma universal por sus gestos se traducirían como... Improperios. -**Sial, lelaki, saya sepatutnya tahu! De mientras iba soltando lo mismo se estaba poniendo nervioso y al final miró a los adultos mezclando inglés y japonés así como podía, bastante agitado. ***- ¡El tío de peli verde! Es un matón de otora mafia, ¡zejuro! Iba detrah de mi en la tarde, ¡zejuro nos ha secuestrado y hecho cosas "pervertido"! 

Carajo, ¡¿Eso quería decir que habían entrado en su casa y entonces vencido a su padre y lo habían secuestrado?! ¡Como en esas pelis de acción! "[...]Los japoneses son super peligrosos, ¿como puede papá estar en esa organización otra vez? Maldito viejo loco me las pagarás.[...]"  La imaginación de Kailani sin duda corría y sus expresiones no eran lo único que se movía, sus orejas enormes y blancas de conejo obedecían a sus preocupaciones, moviéndose involuntariamente según el estado del chico que pasaba de completamente atento a la preocupación y de la preocupación al nervio de momento.

Seguía sin entender a mis compañeras y eso dificulta que siquiera se pueda mantener un poco de conexión e intercambio, aunque ayudó que Kailani pudiera hacerlo. Así que lo primero que hice fue responder a su pregunta, eso sí, señalándome para ver si se entendía que era mi nombre. 

—Soy Adele—dije y agregué—. Solo hablo inglés, no entiendo nada de ese otro idioma. 

Hice unos morritos, visiblemente confundida y luego mi atención se desvió hacia quien se dirigió a ellos utilizando la misma lengua que yo. Eso era genial, además se le entendía super bien. 

—Hola Tobías, encantada. ¿Ustedes que hacen aquí? ¿Se conocen hace mucho?

Después regresaron al Japonés y me quedé ahí deseando un traductor para comprender mejor, pero de todos modos estaba quieta e intenté captar lo que decían, al menos de forma gestual así podía entenderlos. De todos modos, si respondían a mis preguntas, eso estaría bueno porque no sé en que situación estamos. 

—Yo tampoco les entiendo… Solo entiendo una o dos palabras… —dije agachando un poquito la cabeza, sintiéndome culpable. Yo sacaba buenas notas en inglés, pero no me estaba sirviendo para nada en ese momento—. Entonces, ¿tú también conoces a Kantoku-san? —pregunté, con un brillo de entusiasmo en los ojos—. ¿Vosotros también vais a jugar al juego? ¿Sabéis qué es lo que hay que hacer? A mí no me dijo nada.

Luego, el chico conejo empezó a decir un montón de cosas, de las que yo solo entendía unas pocas. Entorné un poco las cejas ante algo de lo que dijo.

 —¿Secuestrados? Eso sería algo malo, ¿no? Pero yo no recuerdo que nadie me haya traído aquí. —Cuando pronunció las palabras «peli verde», yo asentí rápida y enérgicamente, sonriendo—. ¡Sí! ¡Kantoku-san! —Ante otras de las cosas que dijo, yo incliné ligeramente la cabeza hacia un lado, confundida—. ¿Mafia? ¿Pervertido? ¿Eso qué es?

Los adultos también decían cosas bastante raras, y no sabían tampoco dónde estábamos. ¡Pues vaya! Se suponía que los adultos eran los que sabían siempre qué hacer.

—¿Cómo que no recordáis vuestro apellido? ¡Todo el mundo sabe su apellido! —Miré a unos y a otros—. ¿Vosotros también estáis jugando? ¿Conocéis a Kantoku-san?

Observé a la mujer mayor con extrañeza. Me dejaba una sensación rara. Era como si la conociera de algo, pero al mismo tiempo no. Como si la hubiera olvidado.

—¿Cómo es que llevas pistolas? ¿Eres policía? —pregunté. Pero, si era policía, ¿por qué no llevaba uniforme?

El peliblanco volvió a preguntar sobre nuestra magia. —Pues no. Yo antes no sabía hacer magia. No sé por qué ahora sí. Pero ¡mola un montón! Y mi vestido es muy bonito. ¿A que sí? —exclamé sonriente y orgullosa, agarrando los bordes de mi vestido.

—¿Qué hacemos ahora? —pregunté a todos, y a nadie en particular. Miré el mapa, que solo marcaba una dirección—. Creo que tenemos que seguir hacia delante.

- ¡Sí, Kantoku-nii-san! - doy un par de saltitos en el sitio, ilusionada al ver que Aina-chan también le conoce - Se presentó en la calle y dijo que si ganaba el juego podría pedir un deseo. ¡Ah, pero seguro que es un mago bueno, no un perversotido! Pero no me dijo cómo se jugaba...

Voy saludando a los adultos mientras se presentan, antes de acercarme al señor de la tarta y darle las curitas, viendo cómo se cura de golpe. Y el mapa también aparece de golpe, así que me aparto para dejarlo en el suelo y que los demás lo vean. ¡Está claro que es cosa de un juego! 

- Sí, parece que solo hay un camino delante... Y no, yo tampoco sabía hacer magia antes. ¡Pero gracias! - sonrío a Kazuya-san, balanceándome con las manos detrás del vestido. Luego me giro al señor de la tarta - ¿Y usted cómo se llama, señor? ¿Nos hemos visto en alguna pastelería?

  -Es un gusto, Adele. No parece que ninguno de nosotros sepa como llegó aquí, y la verdad ninguno me resulta familiar, a excepción de ti: no recuerdo donde, pero tengo la sensación de que no es nuestro primer encuentro -aseguraría con una de sus agradables sonrisas, soltando también una sutil risa cuando mencionaron al hombre peliverde y Kailani pronunció Dios sabrá que cosas en un idioma extraño para el resto.

  Ante las preguntas de Aina, la mujer se quedaría pensativa unos instantes antes de negar con la cabeza.
 -No sé, simplemente se me olvidó: es extraño... -explicaría, antes de añadir. -. No conozco al Kantoku del que hablan, y no recuerdo haberme metido en ningún juego que involucrase... lo que sea que esté pasando aquí. Sobre mi profesión...

 -Matona, ¿cierto? -intervendría el rubio.

 -Hijo de...

 -Es muy obvio: esos tatuajes, la vestimenta, tu destreza para jalar el gatillo... No es bueno generalizar, pero muchas veces es acertado -concluiría el hombre.

  Por su parte, Kazuya se quedaría un poco pensativo ante las respuestas de Aina y Karin sobre no tener poderes antes, aunque claramente no le daría más vueltas: al igual que ellos estaban perdidos, ellas parecían muy inocentes para entender que diablos estaba pasando.

 -Sí, supongo que solo hay un camino al cual ir ahora...

  Una vez fue tratado por las vendas de Karin, el médico finalmente pudo recuperar la compostura en pie y estirarse un poco, mirando a la chiquilla.

 -¿Pastelería? ¿A qué te refieres? -se le veía confundido por la manera en la que se dirigía a él. -. Soy doctor, no pastelero -explicaría, antes de presentarse. -. Me llamo Taro. Gracias por los vendajes de antes: no se que sucedió, pero... me siento mejor.

  Si bien muchos aún tenían dudas sobre distintas cosas, ciertamente la única opción que parecía haber ahora era seguir hacia adelante mientras conversaban un poco, después de todo aquello era tan nuevo para ustedes como desconocido para los adultos.

 Luego de avanzar por el sendero entre los árboles, el grupo llegaría a otro claro, más pequeño que los anteriores, donde al igual que en el más reciente había un camino al otro lado, pero en esta ocasión no había criaturas esperándoles o enfrentándose a alguien.

 A pesar de que el sitio se veía despejado, una corriente de aire frío les erizó la piel despertando muchas de sus inquietudes, y es que con el ruido de las hojas y el traqueteo de las ramas, algo en su interior les alertaba de que realmente no estaban solos allí, y seria el movimiento de una gran sombra, seguida de fuertes pisadas, los que les llevaría a mirar entre la oscuridad de unos árboles.

 Desde un costado, una entidad que en su momento se pudo haber camuflado entre los oscuros árboles empezó a avanzar hacia la luz que brindaba la luna, mostrándose como una entidad de dos metros y medio de altura, con su cuerpo de troncos cubierto por espeso musgo verde así como por raíces que salían hacia todas partes. Ante la ausencia de ojos, poseía un par de agujeros negros en lo que se suponía era su cabeza, así como otro más para representar la nariz, dándole una forma de calavera, concluyendo con un par de enormes cuernos.

 -¡GRRRHHHHA....! -su grito fue ensordecedor, y a diferencia de las otras criaturas está imponía temor de una manera abrumadora.

 -¿¡Qué mierda es eso!? -señalaría Navy, sacando rápidamente sus pistolas.

 -¡Algo contra lo que no podemos pelear! -aseguraría de manera temprana Tobias, tomándose el tema más enserio de lo que lo hizo con las otras criaturas.

 -¿¡Y cómo sabes eso!? ¡Hace poco pudimos con tres de las otras! -opinaría Kazuya, tomando posición de combate.

 -¡Háganle caso al rubio, él parece inteligente! -seria el argumento del doctor, que a diferencia de los otros tres ya empezaba a buscar una salida.

 Tan pronto como la criatura finalmente se detuvo en el claro, su mirada pasó lentamente por ustedes en específico, ignorando un poco a los adultos, y entonces procedería a alzar sus manos al cielo durante unos segundos antes de dejarlas caer al suelo, provocando un estruendo a la vez que soltaba otro de sus feroces rugidos capaces de penetrar en sus mentes. [1]

  Al menos dos adultos parecían convencidos de que aquella criatura era MUY diferente a las demás, pero hace poco habían hecho todo tipo de cosas que solo en sus sueños podían pensar: tal vez podían con ella y solo era cuestión de intentarlo, ¡no podía ser tan difícil!

Una sonrisa genuina le regalé a Kailani cuando me habló y poco a poco quizás con algo de esfuerzo podía aprender más de lo que decían las demás, aunque me llevaría lo suyo. De todos modos muy aliada estaba de que al menos a alguien más—contando a su compañero— lo podía entender perfectamente. Así que lo miré a los ojos con un brillo especial y asentí muchas veces cuando habló de que tenía la sensación de conocernos de antes. Yo sentía lo mismo, pero tampoco tenía idea de dónde ni como, ni siquiera cuando. 

—Es verdad, me pasa lo mismo. 

Y justo estaba por decir algo más, pero sucedieron dos cosas: de nuevo estaban hablando en Japonés y no captaba nada, pero a su vez apareció ese bicho enorme que en verdad me aterró. No sólo fue su grito, sino su apariencia y esos ojos llenos de oscuridad. ¡Era parecido al monstruo de mis pesadillas! No lo quería ver, no me animaba a enfrentarlo y por esa razón antes de hacerme bolita por el miedo, algo en mi comenzó a surgir. 

Eran pequeños huesos que poco a poco fueron formando una especie de escudo flotante a mi alrededor, esto me permitió mantenerme protegida al menos si se quería acercar. 

—Tengo miedo... —le susurró por lo bajo al rubio—. Mucho miedo...

Respiró profundamente para no dejarse llevar más por sus locas ideas y asintió a Adele. -Encantado... No le hacía ninguna gracia que la otra chica dijera que le había ofrecido jugar un juego. ¿Era eso? ¿Como en la película SAW? ¿Y si era un psicópata loco? Le preocupaba que un adulto fuera ofreciendo jugar un juego sin explicación a niños. -Psychopath... Dijo en voz baja.

-¿Juego? Señaló al adulto en bata y a Navy. -He and ella has daño real. We Señaló a las chicas y se palmeó el pecho indicando que se refería a los pequeños del lugar. - estar estresante and perdido... Otra de las niñas dijo que era un juego y que si ganaba conseguiría hacer realidad un deseo. ¿En... Serio? ¿Eso era verdad? Acabó cavilando, agarrándose las orejas de conejo y tirando de ellas hacia abajo mientras ponía cara de estar claramente en una encrucijada mental. -Aaah! Okay, estar good. Resopló. -If is un juego, jugamos. Aceptó ir con todos con el pensamiento de que aquello solo era un juego, autoconvenciendose de ello mentalmente. 

No pasó mucho tiempo antes de que se toparan con lo que para el en cualquier juego de aventuras sería claramente un boss por... Bueno, la presentación que hizo, provocandole un escalofrío por todo el cuerpo ahora paralizado momentaneamente por el susto. 

No le duró mucho pues se forzó a la acción palmeandose las mejillas a la vez para sentir de nuevo la "realidad". Por la gravedad de todo el asunto, habló completamente en inglés con la esperanza de que alguno de los adultos lo tradujera al japonés sobre la marcha. -¡Es un boss o mini boss! Si salimos corriendo puede pasar que se quede aquí o nos persiga. ¡Si nos persigue estaremos cansados de correr y moriremos!  Señaló al bicho. -¡Hay que darle duro entre todos para tumbarlo!

—Sí. A mí también me dijo que me cumpliría un deseo si gano... Entonces... ¿somos rivales? —No me gustaba eso. Habría preferido que fuésemos compañeras. Pero ¡seguro que aun así lo pasaríamos bien!—. A mí tampoco me dijo cómo se jugaba… —comenté agachando la cabeza.

—¿Cómo se te puede olvidar tu apellido? ¡El apellido no se olvida...! —exclamé extrañada ante la respuesta. Seguidamente, la mujer estuvo a punto de decir algo muy feo. ¡Era muy malhablada!

Solo había una dirección a la que ir, así que continuamos hacia delante. Por el camino, yo miraba de vez en cuando hacia el hombre de la bata, desconfiada, arrugando la frente. Me mantenía alejada de él todo lo que podía. ¡Iba a hacer algo malo, seguro!

Una vez en el claro, nos encontramos con un monstruo enorme, y que daba muchísimo miedo. Parecía mucho más fuerte que los anteriores. Y encima soltó un horrible rugido que me hizo temblar como una hoja. Sentía ganas de salir corriendo de allí, pero ¡no podía abandonarlos!

—Es muy fuerte… ¡Y da mucho miedo! —Di un par de pasos hacia atrás.

Miré a unos y a otros, indecisa. Me sentía muy desanimada y asustada, y encima estaba bastante cansada, como si la pelea anterior me hubiese hecho agotar casi todas mis fuerzas. Por el momento, decidí poner una de mis flechas en el arco y apunté hacia la criatura. No era mucho, pero no me sentía con fuerzas para más.

Me llevo un dedo a la boca, pensando en lo que ha dicho Aina y luego intentando entender un poquito a Kai. 

- Pero si es un juego RPG como los que le gustan a Nemu-kun, es normal que nos hagamos daño. ¡Pero también nos podemos curar! - asiento ilusionada, y luego miro a Aina - Y supongo que sí... ¡O o o a lo mejor no! Si somos un equipo o una paati, ¡ganamos todos! - levanto los brazos, ilusionada.

Después de curar al señor que no es pastelero, intento acordarme de su nombre y le doy la mano sonriente, ayudándole a levantarse. Después voy con los demás, andando por el bosque tarareando y comprobando que mis amigos y mis otros amigos siguen allí conmigo. ¡Este es un sueño muy bonito! Aunque haya monstruos y cosas feas, si podemos acabar con ellos está bien. 

De pronto me quedo parada en el sitio, mirando a un lado y a otro al escuchar un pom pom muy fuerte. Abro los ojos y la boca al ver al... al árbol enfadado que viene a por nosotros... Es muy... da mucho... Nu... Notando lagrimitas en los ojos, me escondo detrás del primer adulto que hay, el de las tartas, encogiéndome de miedo. No me gusta, no me gusta, no me gusta... Será un boss pero... Aún con ganas de llorar, me giro hacia Yuki-sama y Nemu-kun. 

- N-no puedo... - sacudo la cabeza. Me da mucho miedo... Ayuda... Con todos los adultos que hay no me atrevo a decirlo, pero alargo la mano hacia mis amigos. D-dijisteis que podíais ayudarme, ¿verdad?

 -Bueno, eso lo dices porque eres muy joven para haber tenido una noche de tragos... -concluiría con una leve risa Navy ante la afirmación de Aina sobre el desconocimiento de su apellido.

 Todos tenían claro que aquello resultaba ser algo de lo más extraño, ya fuese un sueño o un verdadero juego en el que de alguna manera les habían metido: en todo caso, les tocaría seguir avanzando hasta toparse con aquella criatura.

 Por parte de los adultos, todos estos parecieron capaces de mantener de cierta manera la compostura ante la amenaza de la bestia, aunque varios optarían por no acelerarse a atacar, por una u otras razones.

 -¡No lo digas tan naturalmente! -le gritaría Navy a Kailani cuando dijo lo de que morirían si salían corriendo por el cansancio, apuntando sus armas hacia la criatura para jalar el gatillo de sus pistolas.

 Aprovechando que la criatura no parecía ser particularmente rápida, Kazuya avanzaría hacia ella por un costado para propinarle uno de sus puñetazos.

  Tobias, por su parte, se mantenía al margén, mientras Taro sigue con la mirada a Karin que acaba escondiéndose detrás de él.

 -¿E-Eh? T-Tranquila, algo haremos para solucionarlo -no parecía muy convencido al decir eso.

 Si bien el grito de aquella criatura fue capaz de hacer temblar incluso a la reina, el chico ni siquiera disimularia el salto que dio tras el cual se correteo para esconderse detrás de ti mientras te escondías detrás del doctor.

 -¿Eh? ¡Sí dijimos eso, pero...! -por un momento se detuvo, mirando de vuelta a la bestia antes de volver a ti, sin saber como decirlo. -. ¡Esto es distinto!

 -Hazte cargo tú, yo la ayudaré la próxima vez -diría la mujer, asintiendo como reafirmación a sus palabras.

 -¡P-Pero...! -si bien parecía buscar otra excusa, al verte el chico fue incapaz de negarse. -. ¡Hmphh...! ¡Bien! ¡No puede pasar nada malo en un tutorial!

 De esa manera, el hombre con ojeras acabaría por tomar tu mano, momento en el que su cuerpo empezaría a descomponerse en un aura fantasmal que entraría en ti...

 El temor de aquel enfrentamiento helaba la piel de más de uno, pero en aquella ocasión tanto Karin, como Adele y Aina se sentían particularmente vulnerables. A pesar de todo, esto no impidió que al menos dos de ellas se pusiesen a actuar. [1]

  Aina tomaría la iniciativa junto a los adultos de atacar a aquella feroz criatura, lanzando una de sus flechas que apenas se clavaría en uno de sus fuertes brazos, siendo que la criatura apenas y reaccionó: de igual manera, las balas de Navy dejaron unas leves marcas de impacto, pero poco más. Seria Kazuya quién lograría acertar uno de sus potentes golpes a la bestia a corta distancia, aunque la criatura apenas y reaccionó.

 -¡Es muy duro! -resaltaría el albino.

 Mientras Adele conjuraba alrededor de ella un escudo formado por múltiples huesos, cuál anillo de partes que orbitaban a su alrededor, Karin acabaría asustada detrás del doctor, y tras extender su mano algo cambiaría en ella, adoptando una posición ligeramente más vaga a la vez que en su rostro se reflejaban unas ojeras de varios días, o tal vez semanas... [3]

 Lo que nadie esperaba era que, a diferencia de las otras criaturas, esta decidiese ir a por todos al hacer crecer de su cuerpo una serie de raíces que se lanzarían al suelo velozmente, y a los pocos segundos todos podrían notar como cerca suyo empezaba a crecer un pequeño montón de tierra, instantes antes de que raíces cubiertas por hierba saliesen velozmente hacia todos. [4]

 La mayoría de los adultos tuvieron graves problemas con este ataque, siendo que tanto Navy como Taro se vieron atravesados por estas raíces, provocándoles una bocanada de sangre, siendo que Kazuya tuvo algo más de suerte al resistir el ataque, y es que incluso Tobias que pudo bloquear las raíces que iban de frente hacia él con su bastón fue incapaz de ignorar la tensión de su cuerpo por él impactó, sintiendo como pudo haber sido llevado al borde de la muerte fácilmente... [5]

 Aquel combate no era como los anteriores, esa criatura estaba a otro nivel siendo capaz de enfrentarse a todos a la vez sin ayuda de nadie, un verdadero monstruo que podría perseguir a más de uno a sus pesadillas, pero tal vez si corrían muy, muy rápido, podrían dejarle atrás y hacer que no fuese más que un mal sueño...

[Tutorial de combate: Huída]

En muchas ocasiones los personajes tendrán la opción de huir de un combate o quedarse a pelearlo.

Cuando se considera que se cumplió el objetivo principal de un combate (lo que generalmente significa que los personajes lo tienen controlado), basta conque todos los integrantes del grupo (Jugadores) decidan realizar la huída, pudiendo abandona la zona del combate sin ningún penalizador. A esto se le llama Huida Libre.

En caso de que el objetivo del combate no se haya cumplido (lo que generalmente implica que los personajes están huyendo por sus vidas, y no porque simplemente quieran hacerlo), los personajes también pueden huir simplemente indicándolo, pero ya sea el temor, la verguenza u otra cosa, le provocarán 10 de estrés. Lleva por nombre Huida Complicada.

En los combates el director siempre se hará cargo de indicar cual de las huidas está disponible, o si siquiera es posible huir en ese punto de combate, así como hacia que salas se puede huir, indicándolo con (N) (E) (S) (O) en referencia a los puntos cardinales.

Nota: Para agilizar las cosas, se recomienda aclarar con todos por off si quieren huir. La decisión ha de ser unanimne.

Nota 2: Al huir, los enemigos no perseguirán al grupo, y en la mayoría de casos al regresar a la sala es probable que ya no estén.

Intentó bloquear el ataque de aquel enorme árbol sin darse cuenta de que no venía hacia el una sola ramificación si no dos. Demasiado fácil le había parecido desviar aquella ramita mientras que a todos les estaban llegando enormes raíces... No tuvo tiempo siquiera de reaccionar cuando una enorme raíz le perforó todo el costado izquierdo dejándole un boquete sangrante que por milímetros no le tocaba el corazón. Sus ojos se abrieron de par en par, no pudo siquiera gritar cuando la misma raíz se echó hacia atrás raspando lo que quedara de carne viva en ese lugar. Un Gimoteo salió de el mientras tambaleaba y aunque sus ojos estaban a punto de ponerse blancos, viendo como se iba a caer al suelo de un momento a otro de pronto su pie se posicionó tambaleante pero firme en el suelo. Las orejitas de conejo estaban totalmente caídas igual que los brazos del chico y su cara que miraba al suelo... ¿Se habría desmayado o muerto en esa posición? "Muevete, despierta, vamos idiota... _{Joder, esto duele...} VengaaaAAAAAA CORRE" Sus ojos recuperaron cierto brillo y como si su cuerpo se moviese solo, comenzó a correr para alejarse del monstruo. Tosiendo sangre, manteniendo una respiración pesada que cualquiera podría  tomar como pura fuerza de voluntad, manteniendo una mirada fija en cualquier obstáculo que pudiera haber sencillamente por no tropezar pero... Por lo demás parecía completamente desmayado pues no hablaba, no emitía queja alguna, solo avanzaba. 

El escudo de huesos me protegió de aquello y no pude sentir como intentaba atacarme ese árbol feo que nos quería hacer daño. Así que decidida a hacer algo, más aún cuando vi que el chico recibió aquel golpe tan fuerte y la sangre comenzó a brotar, cerré mis ojitos para crear unas sombras que surgen de mi así podía envolverlo para que se le cure la nana.

No tenía idea de si aquello le haría bien, pero con todas mis fuerzas estaba deseando que funcione mientras emprendí la marcha para alejarme de alli, atenta por sí mis compañeras o Kai quedaba atrás. Estaba aterradísima, pero debía ser fuerte, eso es lo que esperaba mi hermano de mi siempre. Además los huesitos a mi alrededor me protegían lo suficiente como para tomar una decisión osada en caso de ser necesario.

Salían cosas feas de mi, pero eran buenas y hacían siempre el bien.

La flecha dio en el blanco, pero no sirvió de nada. Ni se inmutó. Y no fue el único ataque inútil: los disparos de la señora malhablada tampoco le hicieron ni una pizca de daño. El monstruo era completamente diferente de los anteriores. Era mucho más fuerte. Y aterrador.

—No… No podemos hacerle nada… ¿Qué hacemos? —dije con voz trémula. Aquello no iba bien. Nada bien.

Cuando parecía que no podía ir peor, unas raíces surgieron del suelo, directas hacia nosotros. No sé cómo lo hice. Quizás fue que adiviné lo que iba a ocurrir. Quizás fue pura suerte. Pero la cuestión es que la raíz pasó rozando mi pelo, sin llegar a darme por pocos centímetros.

—¡¡AHH!! —Aunque no me habían dado, estaba muy asustada—. ¡Vámonos, porfa! ¡VAMONOS! —grité, al borde de las lágrimas.

Por otro lado, los demás no habían tenido tanta suerte. La mayoría se habían llevado bastante daño. Viendo que la peliverde curaba a Kai, yo no quise ser menos.

—Por favor, ayudad a mis amigos —pedí, extendiendo mis brazos.

Múltiples pequeñas bolas de luz surgieron de mis manos, revoloteando encima de cada uno de mis compañeros. Una especie de polvo mágico cayó sobre ellos, impregnándolos. Pronto sintieron una sensación reconfortante y su dolor se calmó.

Después de eso, podíamos poner pies en polvorosa.