Partida Rol por web

Isolda y Arcturus entraron los últimos en la pequeña comitiva. En un nuevo alarde de expresividad, el tecnosacerdote felicitó a la hermana por resolver el tenso encuentro a base de acreditaciones. También señaló con la cabeza a Claudius, que se agarraba a Nero; era evidente que quería tenerlo cerca para evitar nuevos exabruptos, o al menos poder reaccionar con presteza. Estaba claro que la situación estaba poniendo a prueba la entereza del exarbites. Lógico.

El lugar tampoco ayudaba. Era siniestro, más bien triste. Apestaba a Haarlock, y no solo por las insignias arácnidas. La escuálida presecia arbites no ayudaba.

Suspiró y siguió adelante, valorando si sería mejor insistir en ver al mandamás del lugar o manifestar a Constantine sus intenciones: revisar el asunto de los asesinatos, consultar los informes y las evidencias, si las había, y entrevistarse con quienes hubieran llevado el caso.

Miró a Isolda, interrogante. Seguro que la hermana sabía lo que se le psaba por la cabeza. Y mejor que fuera ella, que había tomado la voz cantante, quien se lo hiciese saber a su cicerone.

-Vamos a empezar poco a poco Mariscal Constantin, ¿qué emergencia operativa si puede ser la que les impidió venir a por nosotros? -no la gustaba ser la que hablara, pero ahora mismo la tocaba- tuvimos que hablar con un hombre del puerto que nos dio una lata flotante que a duras penas consiguió conducir -señaló con la cabeza a Nero- para después caer en medio de una emboscada entre unos mercaderes y unos contrabandistas o lo que fuera y, créame, nos hubiera gustado una llegada menos aparatosa a este lugar, así que primero quiero saber esa respuesta.

No quería entrar en esa sala ni hablar con el primer marsical sin saber por donde estaban las cosas.

-También quiero saber a quién le fueron asignados los asesinatos, o a quienes si fue a más de uno, y cuanto tiempo llevan ocurriendo -ladeó la cabeza pensativa- dudando si hacer más preguntas o esperarse a resolver esas cosas, pero al final se decidió por ir poco a poco.

El arbitrador mira con cara de no entender a Claudius cuando prácticamente se colgó de su brazo, pero finalmente le asintió con la cabeza y dio paso a todos hacia el interior. Mientras avanzáis, le explica a Isolda - Recibimos de improviso la noticia de que había ocurrido un nuevo asesinato misterioso en mitad del distrito V, con el mismo modus operandi que los anteriores. Esas calles son un laberinto, y abundan trabajadores descontentos que consideran héroes a los criminales de Resaca. No podíamos entrar así como así en el distrito, de modo que desplegamos 5 escuadrones, más de la mitad de nuestras fuerza actual*. El resto nos vimos obligados a permanecer en el recinto para no descuidar su seguridad

Sabiendo que era probable que llegasen, dimos la orden de que mantuvieran la escena del asesinato intacta para ustedes, si desean pasar por allí para verlo con sus propios ojos; en caso contrario daremos la orden de que traigan los cuerpos y cualquier elemento sospechoso. -

Tras las puertas dobles de metal, toda la planta baja es una sala de techo alto. El salón está revestido de mármol blanco y negro, ahora cubierto de pergaminos ceremoniales, letreros con lemas morales, papeles de ordenanzas y sellos de pureza, con 3 puertas de latón macizo, cada una protegida por un servidor armado. El elegante suelo de azulejos queda oscurecido por las incontables marcas de botas embarradas. Una rejilla con incrustaciones de latón se encuentra en el centro de la planta, mostrando el diseño de un sol negro y una araña dorada. También hay cierta afluencia de arbitradores, que salen de allí o le preguntan algo al oficial de la entrada antes de dirigirse a otro lugar.

Junto a las puertas de entrada, un arbitrador con su armadura se sienta frente a un atril dorado. Comprueba dos veces la identificación de Constantine, y este a su vez le insta a que prepare unas credenciales apropiadas para los acólitos a la mayor brevedad posible. El arbitrador registra todo lo necesario en un cogitador descuidadamente instalado, cuyos cables recorren las paredes, suelo y techo del piso dejando muy claro que se instaló a toda prisa sin preocuparse por la estética. El oficial le concede un manojo de llaves a Constantine, que se dirige a una de las puertas. - La torre tiene tres alturas además del sótano, y no hay escaleras. En su lugar, en cada piso hay 3 ascensores y cada uno lleva a una planta concreta. Nos dirigimos a la segunda, la más alta. -

Dentro del elevador, Constantine introduce la llave en su orificio, que no es otra cosa que el interior de la boca de una máscara mortuoria de aspecto cruento, hay muchas de ellas, todas de rostros diferentes, pero con algo en común, una una araña dorada situada en la frente, con el lema "el futuro es nuestro".

Acompañados por un largo traqueteo, al pasar lo que sería la primera planta se escucha un jaleo considerable, pero el ascensor sigue sube lentamente hasta alcanzar la planta deseada. Una vez fuera, el pasillo es similar al vestíbulo de entrada, solo que más limpio y ordenado, y con un pequeño tramo lateral de escaleras que ascendían en espiral. Adonde os dirige Constantine es a una sala apenas alejada de las escaleras.

El lugar parece haber sido anteriormente un observatorio, por los murales astropáticos diseminados en las paredes semicirculares, y aunque tenía ciertas comodidades estaba adornado de forma sobria. Tan solo un viejo y oxidado escritorio de acero en el centro, una única silla y un estandarte imperial tras él. Constantine activa un comunicador para solicitar que un criado traiga bebidas, toallas y un refrigerio ligero, y cuando ha terminado se vuelve a dirigir a los acólitos.

- No he podido evitar fijarme en la quemadura del tecnosacerdote** - menciona, refiriéndose a la túnica quemada en su espalda, fruto de su anterior enfrentamiento en el río. Más o menos a la vez, entregó una placa de datos a Claudius - si precisan de un médico, podemos proporcionales uno. -

-También quiero saber a quién le fueron asignados los asesinatos, o a quienes si fue a más de uno, y cuanto tiempo llevan ocurriendo.

Por fin, volviendo al tema que les ocupaba, Constantine retomó la contestación de sus preguntas. - Al carecer de pistas, no hemos asignado a nadie oficialmente a investigar los asesinatos. Tampoco acude siempre el mismo escuadrón cuando recibimos un aviso, elegimos al que puede actuar antes. Si desea información más concreta, puedo preparar inmediatamente los informes al respecto. -

- Sobre las fechas, todo empezó hace aproximadamente dos meses. Comenzó como un acto aislado de crueldad, pero entonces ocurrió otro asesinato idéntico, ambas víctimas desmembradas. Tardaron poco en comenzar los rumores de todo tipo sobre que Resaca estaba detrás de los ataques, y entonces los propios miembros de Resaca organizaron un gran alboroto. Propagaron mensajes diciendo que entre los suyos también había muertes, y acusaron públicamente que todo era un complot de nobleza contra ellos. Lo siguiente fue el asesinato de toda la familia y sirvientes del vizconde Sur'Seculo; desde entonces los agentes de la ley y nosotros mismos estamos desbordados controlando a la población, y los Resaca están desbocados, realizando todo tipo de atentados. -

 ¿Podría decirme a grandes rasgos que pasó en este planeta en los últimos 3 o 4 años?

La placa de datos transmitida por el arbitrador incluye un mensaje imperial a modo de advertencia, categorizando el información como alto secreto, y prohibiendo la divulgación de su contenido.

-Que oportuno -contestó Isolda sobre el hecho de que hubiera un asesinato justo cuando llegaban. Miró a Gianna y a Arcturus que, como ella, habían estado inmersos en tantas operaciones que pocas veces la casualidad era algo a tener en cuenta- y creo que sí querremos ver la escena -miró a Vipus y a Nero, para que participaran- quiero saber que opinan mis compañeros y puede que él encuentre algo que no hubieran visto -con un cabeceo señaló a Arcturus. Si sabían tan poco como ella de los adeptos de Marte, no tendrían ni idea de cuales son las limitaciones de esos hombres.

Se dejó llevar por toda esa infrastructura barroca y recargada sin motivo tan propia de edificios que fueron nobles, porque las catedrales eran así para ensalzar las virtudes del santo apropiado o del Dios-Emperador. No pudo evitar fruncir el ceño al ver esa araña con el lema y se acordó de cuando ella y Orionus fueron emboscados en la sala del tesoro de los Haarlock por esa especie de asesino que salió de un espejo llenando todo de cristales. En ese lugar fue la primera vez que escuchó sobre los Haarlock y desde entonces estaban en todos lados. Inspiró hondo para calmarse mientras seguían caminando.

-Prepare esos informes -dijo con cierta dureza la sororita. No miró dos veces a los refrigerios que se habían servido- necesitamos saber quienes fueron a qué asesinatos para saber con quien hablar para obtener información de primera mano.

Frunció el ceño ante el tiempo que llevaban ocurriendo. Dos meses, dos meses y ya había un equipo de la Inquisición destacado ahí por lo que o había mucho más que nadie había dicho o la familia muerta era de las más importantes de todo el sector. Asentía mientras hablaba y pudo darse cuenta de una pequeña conexión entre los distintos sucesos, vaga, sin pruebas, pero parecía que cuando alguien señalaba a otro como un culpable, este recibía un golpetazo para que se dieran cuenta de que no lo eran. 

-¿Se pudo demostrar si hubo muertes entre los Resaca?.

- Gracias magister - respondió Claudius con una sonrisa y un asentimiento.

- Perdone que le moleste con mi curiosidad pero ¿qué hay en las otras plantas? ¿la ausencia de escaleras? ¿accidental o deliberada? ¿y aquellas escaleras a donde llevan? ¿sabe qué es y a qué se debe ese tumulto que se escucha? - Claudius fue formulando las preguntas a medida que ascendían en el ascensor y al llegar al despacho, sin perder detalle de su entorno¹.

Cuando el arbitrador les ofreció su ayuda, el noble volvió a sonreir.

- Le agradeceríamos la asistencia médica que nos pudieran prestar². Al igual que toda la información de que dispongan sobre los asesinatos, asi como sobre los grupos de influencia locales (planetarios o al menos de la colmena): políticos (y nobiliarios), militares (y paramilitares) o criminales. 

- Respecto a estos... Resaca, por lo que sabemos, apenas hay avistamientos y en muchas ocasiones puede que sirvan de chivo expiatorio de daños de otros orígenes e incluso algunos rumores apuntan a operaciones de bandera falsa.

- El hecho de poder examinar la escena del crimen de primera mano nos parece excepcional. Supongo que cuanto más nos retrasemos más posibilidades existen de que algo se vea... contaminado. Podemos comer y curarnos por el camino incluso.

- Respecto a los crimenes... algunos rumores apuntan a que las víctimas se habían mutilado ellas mismas ¿es esto real? ¿un rumor? ¿cómo es posible que hayan llegado a tal conclusión? ¿testigos? si es así ¿podríamos hablar con ellos? imagino que de haberlos tienen ustedes un registro de los mismos (que los tengan bajo vigilancia parece mucho pedir dada la falta de efectivos).

El despacho de la segunda planta era evocador. Qué propósito tendrían los Haarlock para aquella sala no dejaba de ser un pensamiento inquietante. Estaban plantados frente al joven oficial en medio de la sala. Arcturus siguió callado, como lo había estado desde que ingresaron en la torre, observando los murales y escuchando a Isolda llevar la iniciativa con buen tino (asintió sin volverse cuando mencionó el detalle), y a Vipus acuchillar a su interlocutor con docenas de afiladas preguntas con esa abundante cháchara suya (y que podía impacientar a cualquiera), lo que terminó por atraer la mirada de Arcturus.

-Los informes son primordiales -dijo, con voz perentoria, inclinándose un poco sobre la mesa de Constantine-. Nombres de las víctimas, descripciones, relaciones, partes de hallazgo de los cuerpos, ubicaciones, fechas, agentes avisados -recitó-. -Y acceso a la documentación anexa, si la hubiere.

También les era de gran interés la información general acerca de la situación política y de seguridad en la ciudad, y en particular en lo que atañe a Resaca, como Vipus acababa de señalar, pero el tecnosacerdote no insistió sobre este punto.

-Yo puedo esperar por esos documentos mientras me ve su personal médico. Para ponérselo más fácil, si me permite usar uno de sus cogitadores o sus conectores de datos podríamos seguramente agilizar la tarea. Al mismo tiempo -miró hacia sus compañeros en ese momento-, ¿podríamos algunos de nosotros ver la escena del último asesinato? Les consultaba tácitamente acerca de repartirse las tareas y quién se ocuparía de cada una; Nero parecía el hombre idóneo para reconocer el lugar del crimen, mientras Claudius tenía habilidades con el papeleo, o eso le parecía al tecnosacerdote. Gianna era el refuerzo perfecto en la calle, e Isolda... cómo demonios encajaba la hermana Isolda en la turbia, la decadente, la putrefacta realidad que enfrentaban constantemente era algo que se preguntaba a menudo. Algo que por otro lado podría aplicarse a cualquiera de ellos, si se paraba uno a pensar...

-Por otra parte, también... -carraspeó tras una pausa más larga de lo normal- creo que deberíamos establecer aquí nuestra base de operaciones. Si ustedes nos invitan, claro está, y nos dan acceso al más humilde rincón de sus instalaciones.

Levantó la mirada hacia el techo con lentitud. -Es un lugar muy interesante.

Sus compañeros se habían, por fin, puesto a fondo con el asunto. Se sintió un poco más calmado al notar como el peso de la responsabilidad, se repartía entre las espaldas de todos. Al fin y al cabo, ellos eran mucho más experimentados que él, en el oficio de los ordos, y si estaba allí, era por hacer de guía local, principalmente, y eso había hecho.

Aunque intentaba ignorar al oficial del arbites, cada ve que abría la boca era peor, justo al revés que sus compañeros.

-¿50 hombres para un asesinato? Menudos ineptos son los oficiales- Pensó mientras negaba con la cabeza.

-Si que están mal los arbites, no me extraña que la seguridad privada del planeta esté tan en auge-

Las palabras del mechanicus le sacaron de su estupor.

-Sí- Comenzó algo sorprendido -Puedo encargarme de la escena del crimen- Miró a Gianna -Vente conmigo si quieres, así damos un paseo por el barrio- Le comentó a la guardia.

A la sororita no le dijo nada, esa mujer parecía estar por encima de todo y con razón, por lo que intentaba no molestarla en la medida de lo posible. Esperó a ver en que quedaba la cosa.

Isolda: -¿Se pudo demostrar si hubo muertes entre los Resaca?.-

- Esa es una gran zona gris en nuestro informe. No estaban muy dispuestos a cooperar, pero finalmente conseguimos que nos entregaran un cadáver. Estaba desmembrado del mismo modo que el resto, con la diferencia de que este además estaba calcinado de los pies a la cabeza. Nuestro tecnosacerdote biologis confirmó que las quemaduras fueron post-mortem; pensamos que para ocultar la identidad del cadáver. Sin duda era un habitante de los suburbios; sin embargo, si ese hombre pertenecía realmente a Resaca, no es algo que podamos afirmar sin atisbo de duda. -

Claudius: - Perdone que le moleste con mi curiosidad pero ¿qué hay en las otras plantas? ¿la ausencia de escaleras? ¿accidental o deliberada? ¿y aquellas escaleras a donde llevan? ¿sabe qué es y a qué se debe ese tumulto que se escucha?

- El edificio no ha sido remodelado desde antes de que nos asentásemos aquí. Tengo entendido que lo construyeron los comerciantes independientes de la familia Haarlock hace miles de años, ignoro por qué decidieron prescindir de escaleras, o si estas fueron retiradas en algún momento. La primera planta contiene parte del arsenal y los barracones, era la única con suficiente espacio y mobiliario previo para permitirlo; seguramente los agentes estén discutiendo entre ellos, ruego no les presten atención, me aseguraré de poner orden a la mayor brevedad. El sótano contiene el resto de almacenes, las celdas y el generatorium de energía. También hemos habilitado un depósito de cadáveres donde conservamos los cuerpos de algunas víctimas, por si tienen interés en estudiarlos. Ese único tramo de escaleras lleva al despacho del mariscal primero Skarmen, en la cima de la torre. -

Claudius: - Resaca, por lo que sabemos, apenas hay avistamientos y en muchas ocasiones puede que sirvan de chivo expiatorio de daños de otros orígenes -

- Si me permite. Debo admitir que la negativa de Resaca a reivindicar los asesinatos ha sido algo totalmente inesperado, no se corresponde con sus métodos habituales, pero no se me ocurre qué otros orígenes podrían haber para estos conflictos y muertes. Lo único seguro es que tanto ellos como los nobles, agentes de la ley mediante, son cada vez más osados en su represión contra el otro bando. -

Claudius: algunos rumores apuntan a que las víctimas se habían mutilado ellas mismas ¿es esto real? ¿un rumor? ¿cómo es posible que hayan llegado a tal conclusión? ¿testigos?

- ¿Mutilados ellos mismos? Imposible. Las víctimas no fueron simplemente amputadas, sino desmembradas, todas sus extremidades arrancadas por pura fuerza bruta. Dejando de lado la imposibilidad ¿quién tendría la voluntad, por no hablar de la fuerza física necesaria para causarse eso a sí mismo? -

- Tampoco nadie se ha presentado como testigo, siempre hemos sido advertidos por alguien que encontró los cuerpos ya fríos de las víctimas. -

Arcturus: creo que deberíamos establecer aquí nuestra base de operaciones. Si ustedes nos invitan, claro está, y nos dan acceso al más humilde rincón de sus instalaciones.

- Lamento no poder ofrecerles una estancia a su altura, pero por supuesto que los acogeremos gustosamente. Habilitaremos unas habitaciones contiguas en esta misma planta; si las damas lo deseas, apartaremos un espacio más privado para ellas. -

- Permítanme pues acompañarles de nuevo a la puerta principal; ordenaré que preparen de inmediato un vehículo y una escolta. Si me confirman a cuantos necesitan que traslademos se gestionará con rapidez. -

Para nada me impresiona la grandiosidad del recinto, al final todo aquello se repetía en todos los sitios donde había estado, con paso seguro sigo a nuestro anfitrión hasta la parte superior de la torre, escucho con atención las palabras de Isolda y de Arcturus sobre los asesinatos que se están produciendo y me extraña el poco contingente activo de arbitradores allí desplegados, aparte de lo que mis compañeros han ido preguntándole, tengo un par de dudas, como es que cuentan con un numero tan pequeño de arbitradores en la ciudad, siempre a sido así o hay algo que debamos saber, y en cuanto a los asesinatos, por sus palabras deja bastante claro que los causantes fueron los Resaca pero no disponen de pruebas que lo afirmen al cien por cien, cuando empezaron los crímenes recuerda que durante esos días ocurriera algo fuera de lo normal en la ciudad...?
Asiento con la cabeza la idea de Arcturus de repartirnos el trabajo y la propuesta de Nero para acompañarle a la escena del crimen, de esa forma tambien llamaríamos un poco menos la atención, si, deberíamos darnos prisa en ver la escena del crimen, vayamos a ver ese barrio Nero...

-Le agradecemos el alojamiento, y yo personalmente la atención médica -dijo al arbites con tono protocolario-. Si todo el mundo está de acuerdo -se dirigía ahora a sus compañeros-, me quedaré a ver los informes. Podemos examinar los cuerpos cuando vuelvan de la escena del crimen, salvo que prefieran hacerlo antes...

Hizo una pausa, e inclinó la cabeza, como recordando algo. -Y también quisiera hablar con el biologis que examinó el cadáver -dijo por fin.

Claudius fue asintiendo a medida que el arbitrador recitaba sus explicaciones. Cuando Gianna sacó el tema sobre el escaso número de arbitradores Claudius la miró significativamente y luego a Constantine y a Karajcik, buscando en sus rostros las emociones que salieran a relucir.

Pasado el incómodo momento decidió tomar la palabra.

- Le agradezco su invitación. Con gusto tomaremos el alojamiento. Sin duda las mujeres aceptaran su oferta de un alojamiento privado - miró primero a Gianna, veterana de la Guardia, un cuerpo que hacía pocas diferencias entre hombres y mujeres y por lo que él sabía, en los regimientos mixtos hombres y mujeres habían de compartir dormitorio, cantina y en campaña hasta el excusado... por otro lado, la hermana Isolda quizás tuviera más miramientos, procedente de una orden militante donde los hombres tenían prohibido todo acceso... sin duda por el servicio a la Inquisición se había visto privada de intimidad, pero seguramente le agradaría ésta, opinó Claudius.

Cuando Constantine expuso sus opciones Claudius se retorció las manos impaciente. Por un lado le encantaría pder ehcar un vistazo a todos aquellos informes que se apilaban. Le gustaba ese tipo de investigación y probablemente encontrara cosas útiles, tanto para su misión como para satisfacer su curiosidad personal, quien sabe si incluso sobre los Haarlock... por otro lado, sus habilidades médicas le permitirían descubrir cosas que el biologis hubiera pasado por alto o sobre las que no hubiera hecho el necesario hincapié.

Por último... una escena del crimen en directo era el sueño de cualquier investigador... era el campo en el que poseía menor experiencia pero sin duda lo disfrutaría, era muy meticuloso con los detalles.

- Creo... que podría bajar a examinar esos cadáveres, pero me gustaría llevarme una copia de esos informes, creo que podré revisarlos, quizás podría empezar incluso en el ascensor... o durante la comida... o después de hablar con el biologis como apunta Arcturus, y luego ambos podemos discutir nuestras conclusiones ¿no le parece?

Claudius parecía genuinamente feliz.

Algo más calmado, en parte por la sabia intervención de sus compañeros, Nero asintió a Gianna.

-Yo y Gianna iremos, finalmente, al barrio de la escena del crimen- Miró al oficial y le habló con un tono neutro -¿Hay algún vehículo disponible, señor?- No le apetecía darse la pateada del milenio hasta la zona.

Luego volvió la vista hacia su grupo.

-Seremos más útiles con el trabajo de campo que metiendo la nariz en papeles como ratones de biblioteca, al fin y al cabo, ese ha sido siempre mi trabajo, no me vendría mal quitarme el óxido de encima- Sonrió irónicamente, no se sentía para nada oxidado -Y quizás alguien quiera colaborar más con dos personas que con cincuenta arbites- Comentó en referencia al episodio contado por el oficial.

-Sea como sea, creo que más o menos estamos organizados, partiré con Gianna lo antes posible-

Ante las palabras del señor Vipus salto como un resorte, no se preocupe, no necesito una habitación para mi sola por ser mujer, dormiré con el resto de mis compañeros, y si llegara el caso de que alguna vez la necesitara créame que me valgo por mi misma para pedirla, cuando crea conveniente que hable por mi ya se lo comunicare, espero haber sido lo suficientemente clara..., tras la pequeña reprimenda empiezo a asegurarme que todo mi equipo esta en condiciones antes de partir a la escena del crimen.

-Yo si prefiero una pequeña estancia a parte si puede ser -dijo Isolda. Ella estaba acostumbrada a compartir instalaciones con sus hermanas, nunca con hombres, así que prefería que siguiera siendo así- y gracias por toda su ayuda, señor Constantine.

Se aseguró un momento de tener todo lo que necesitaba y miró a Nero un momento.

-Me voy con vosotros porque aquí no hago falta y allí fuera quien sabe, un par de armas más nunca vienen mal -miró a Vipus y a Arcturus- en cuanto sepamos algo interesante os lo haremos saber por si os ayuda a conectar cabos, ¿de acuerdo?.

- Perfecto entonces, me encargaré de que esté todo preparado enseguida. - respondió Constantine en un breve arrebato de entusiasmo, antes de dar unas órdenes precisas por un comunicador interno.

Antes de que los acólitos partieran a la escena del crimen les entregaron a los 5 unas identificaciones como investigadores privados con toda la autoridad del adeptus arbites respaldándoles; aquellas insignias les permitirían emplear la autoridad necesaria para investigar sin revelar su identidad auténtica de acólitos inquisitoriales.

En pocos minutos, un transporte blindado con media docena de arbitradores estaba listo para partir, y junto con los acólitos se fue Constantine, dirigiendo a la escuadrilla de hombres...