Nero entrecerró los ojos, adoptando una actitud sombría al escuchar los datos contenidos en aquella esfera.
-No son buenas noticias, al fin y al cabo- Comentó con un evidente cinismo. Por lo visto, la cosa se había complicado exponencialmente. Nero, en su ignorancia, había creído que únicamente se trataba de unos asesinatos fuera de lo normal y ya está, aunque al parecer, la cosa iba por otro camino bien distinto.
Tanto misterio y secretismo le recordó sin que el lo quisiera al incidente con los engendros heréticos años atrás. Un escalofrío le recorrió la espalda, haciendo que el arbitrador apretase los puños.
-Esto cambia mucho las cosas, al menos para mi, no sabía que la situación era tan complicada, pero tratándose de la inquisición...¿Son así las cosas siempre?- Preguntó como de pasada, para luego añadir -¿Haarlock? ¿No era un comerciante independiente sanguinario y hereje redomado? Les agradecería, si tuvieran más información al respecto, que me iluminaran sobre las investigaciones pertinentes contra este sujeto-
Aguardó mientras hacía sus propios planes dentro de su cabeza.
—Activar medidas de contraespionaje, enemigo oculto de fuerzas y tamaño desconocido, primar la cautela y el subterfugio, cambio radical de proceder, relación causa-efecto entre asesinatos y declive de la autoridad imperial, objetivo primario: Haarlock. No llamar la atención, cuidarse de los puñales en las sombras—
Parecía una de aquellas investigaciones donde debían de infiltrar agentes en organizaciones criminales, pero a una escala superior y difícilmente comprensible. Aquellas operaciones solían acabar mal, muy mal.
Motivo: indagation in de nait
Tirada: 1d100
Dificultad: 51-
Resultado: 3 (Exito) [3]
Nero pregunta de forma casual, en plan 'Se cuenta que' '¿No hay demasiados rumores en las noticias sobre...?' y cosas por el estilo, nada frontal y directo. Todo esto una vez termina de hablar con sus compañeros.
Indagar: Éxito con 4 grados de éxito O_o
Isolda empezaba a tener un problema con los Haarlok y era que los perseguía por todos lados. Ya habían conocido a la Viuda y al Viudo, no quería conocer a nadie más de esa familia y solo pensarlo hizo que un ligero escalofrío recorriera su espalda al recordar la mirada de aquel ser, esa mirada que la hacía sentirse destinada a los más profundos...
Negó con la cabeza para despejar la mente y simplemente pensó en el mensaje. Isolda no pudo evitar una ligera sonrisa ante la pregunta de Nero
-Bueno, piensa mal y casi acertarás. Las cosas suelen complicarse mucho -inspiró profundamente- le voy a hacer un resumen muy superficial. Resulta que la tal familia Haarlock tenía unos objetos heréticos que se hacían llamar la Viuda Dorada y el Viudo. No se muy bien que función tenía la primera, pero el segundo... era una especie de monstruo guardián que solo respondía ante la sangre de la familia. Nos encontramos con él y conseguimos -conseguí, pensó en realidad- evitar que un hereje lo dominara y controlara. No pudimos acabar con él, pero con un poco de suerte los Ordos lo destruirán cuando ese maldito planeta vuelva a aparecer.
No era la mejor para contar historias y seguramente se dejó muchos huecos que provocarían dudas a los nuevos, pero aún era pronto para ella, no se veía capaz de hablar más del Viudo.
Se quedó un momento pensando.
-¿Tenemos alguna forma de evitar que detecten la lanzadera que será soltada? -preguntó a sus compañeros, esperando a ver que tipo de respuestas daban los demás.
Motivo: Saber Popular (Eclesiarquia)
Tirada: 1d100
Dificultad: 38-
Resultado: 80 (Fracaso) [80]
¿Alguna forma de saber que lugares podrían ser santos o si al planeta que vamos tiene algún significado religioso?
DJ: En tu caso, haz alguna tirada de las siguientes habilidades: Saber Popular/Académico (Imperio), Saber Popular/Académico (Eclesiarquía)
Fallaco muy gordo xD
Cladius se quedó un tanto cortado ante la negativa del sacerdote del Mechanicus a entregar la esfera, ni siquiera se la había dejado examinar. Había pensado que ahora que eran compañeros las cosas serían de otra forma y sus posibilidades de estudio de lo misterioso, una afición que cultivaba desde hacía años, se verían facilitadas. Sin embargo aquel hombre había resultado tan hermético como solían ser sus camaradas. Bien sabía él que hacer que uno de ellos se abriera costaba no pocos recursos y aún más saliva.
Al escuchar el mensaje de la esfera, o al menos la parte que el sacerdote había transmitido, se quedó pensando, tratando de recordar lo que sabía sobre su destino. Le habría gustado consultar su grimorio, pero tras la advertencia del inquisidor prefirió hacerlo más tarde, en privado.
La hermana Isolda describió entonces de forma muy aséptica la destrucción de un planeta entero, del que había escapado por pura suerte y de la misma forma sucinta describió la bestia que había destrozado el coto de Gabriel, masacrado una multitud y acabado de forma horrible con el arbitrador Homron.
Motivo: Saber popular Imperio (Sinophia Magna)
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 33 (Exito) [33]
Motivo: Saber académico Leyendas (Sinophia Magna)
Tirada: 1d100
Dificultad: 37-
Resultado: 38 (Fracaso) [38]
¿Alguna forma de saber que lugares podrían ser santos o si al planeta que vamos tiene algún significado religioso?
Ya sé que es un pensamiento no expresado en voz alta de Isolda, pero Cladius, de naturaleza solícito, bien podría soltar cual Woody Allen, algo así como: "por cierto hermana, os alegrará saber que Sinophia posee no menos de 12 catedrales y que es famosa por conservar las escasas reliquias de San Drusus, mártir de la XV cruzada sulustana, de quien se dice que se incineró con una bomba de plasma atada al pecho y al hacerlo voló las reservas de combustible de los rebeldes junto con más de 2000 de esos herejes".
*Post-reescrito, hacía tiempo que no me pasaba eso de que los duendes de Umbría me borraran un post.
- ¿Tenemos alguna forma de evitar que detecten la lanzadera que será soltada?
- Imagino que sería posible hacerlo o al menos borrar el destino de la misma de los registros de la nave, seguramente nuestro compañero Arcturus - aún le dolía su negativa sobre la esfera - sea capaz de hacerlo.
- Por otro lado - continuó - existe otra opción, técnicamente más sencilla y sería liberar varias cápsulas de escape al mismo tiempo, enviando cada una a un destino distinto. Nuestros eventuales perseguidores no tendrían forma de saber cual es la correcta y eso les obligaría a gastar una cantidad exponencial de tiempo y recursos. No obstante... en caso de que la nave sufriera alguna complicación en su camino a su destino... el empíreo, ya saben... Las posibilidades de superviviencia de los demás viajeros y tripulantes se vería... sustancialmente mermada.
- Algo que al capitán sin duda no le agradaría, aunque tampoco es que tenga que ser necesariamente informado dado que sirve a nuestra causa.
- Aunque claro está, los expertos en estos asuntos son ustedes...
-Veré si puedo borrar los registros de salida de la lanzadera, aunque no creo que nos siga nadie -respondió Arcturus a Vipus. -Por otra parte, no hará falta soltar otras lanzaderas; si otros tripulantes las usan servirían como distracción sin necesidad de condenar unas cuantas almas -concluyó, con aplastante lógica. -Lo imprescindible es localizar nuestra lanzadera.
-Respecto a los Haarlock -dijo a Nero- parece que viajaron lejos y profundo, acumulando riquezas, poder y conocimientos heréticos. Tal vez alguien esté interesado en reunir la herencia de los Haarlock... Quién sabe qué horrores podrían despertarse.
Motivo: Comptel
Tirada: 1d100
Dificultad: 72-
Resultado: 53 (Exito) [53]
Motivo: Sabproh Mech
Tirada: 1d100
Dificultad: 42-
Resultado: 92 (Fracaso) [92]
Qué hay que tirar para eso de borrar registros? Como tecnológica?
Otra tirada por si Arcturus sabe algo acerca de tecnoherejia en Sinophia.
¿Alguna forma de saber que lugares podrían ser santos o si al planeta que vamos tiene algún significado religioso?
No tienes información sobre Sinophia, pero, por la escasez de peregrinos, no debe ser un destino muy concurrido para los feligreses del Emperador.
El arbitrador tenía muy claro cual era su objetivo mientras duraba el viaje hasta Sinophia, recopilar información. De modo que pasó los días siguientes paseándose por las zonas públicas de la nave, conversando con los mercaderes y los peregrinos de a bordo. Los pasajeros parecían especialmente solícitos a hablar de cualquier tema que surgiera, ya que los viajes por el espacio solían ser muy solitarios.
Algunas de los rumores y habladurías parecían simples supersticiones de los ciudadanos temerosos del Emperador - ...comencé a viajar cuando un adivino me vaticinó que encontraría el destino que me deparaba el Imperio solo cuando lo hubiese visto en toda su extensión... - mientras que otros parecían fanáticos apocalípticos. - ...las estrellas se apagan una a una, joven. Cada día el cielo es más oscuro, así como lo es el futuro de la humanidad. Debemos rezar a todos los santos frente a sus tumbas, pues solo ellos nos protegerán de los males que nos acechan más allá de la realidad... - pero aparte de aquellos también había quienes tenían conocimientos sobre Sinophia, y de quienes sacaste una conversación más sensata.
- ...Hay mucho que ver en Magna, catedrales y mausoleos que no se han tocado casi desde la fundación del sector, y la Insensatez de Haarlock* tal vez sea incluso más antigua, aunque con su fama seguro que está maldito o algo peor... -
Ahora que lo mencionan recuerdas la información que tienes sobre la Insensatez de Haarlock* No llegaste a estar allí más que un par de días antes de que la inquisición reclamase a los tecnoherejes y a algunos arbitradores supervivientes para interrogarlos, pero conoces un poco el lugar.
Saber popular Imperio (Sinophia Magna)
No hay mucho que decir sobre Sinophia. En la época de la fundación del sector fue un mundo muy rico y próspero, lo suficiente como para haber sido un posible candidato a capital del sector Calixis. No conoces los motivos, pero a día de hoy es solo un mundo en declive, con una población cada vez menor y una economía en constante autodestrucción.
A pesar de todo es un mundo tremendamente antiguo, lo que explicaría que despierte cierto interés entre peregrinos y viajeros, aunque sea escaso.
Durante las siguientes semanas los acólitos pasan su tiempo de la forma que creen más conveniente. Algunos exploran la nave intentando hacerse una idea de sus horarios, y el funcionamiento imperante a bordo, mientras que otros preguntan a los tripulantes por su destino, y otros más entablan conversaciones amistosas con los peregrinos a bordo.
Era difícil llevar la cuenta del tiempo pasado a bordo de una nave donde el ambiente siempre parecía el mismo sin que hubiera días ni noches, pero las 2 semanas de viaje pasaron un poco más rápido de lo previsto.
Finalmente, una noche al dirigiros a vuestros jergones para descansar encontrásteis que os habían pasado una nota por la rendija de la puerta hasta el interior de vuestro camarote:
"Mañana. Entre 4 y 6 horas después de los rezos matutinos al Emperador.
Ignorad la llamada de emergencia para volver a vuestros camarotes.
Nos reuniremos en la bodega de carga 7.Destruid esta nota."
Al leer aquella nota, Nero no pudo más que enarcar una ceja. -Supongo que habrá que confiar- Dijo escuetamente.
-Sea como sea, he averiguado alguna que otra cosa, quizás sea importante o quizás no- Paranoico como el solo, tras su última experiencia en su propia ciudad, le hizo un gesto a todos, llevándose el dedo índice de la mano derecha a la oreja del mismo lado del cuerpo.
—Quizás nos estén escuchando— Era su intención con ese gesto, si sus compañeros lo habían entendido o no, ya no era cosa suya.
-Así que nada, una vez estemos en el sitio, conozco un par de buenos restaurantes para comer en condiciones, hacen unas costillas de grox a la brasa con una salsa de vino especiado bastante buena en uno de ellos, o unos caracoles gordos en salsa picante en otro- Señaló las armas de todos, una por una, para luego hacer otro gesto como portando la suya, dispuesto para el combate.
-También tienen un licor casero, algunos dice que sabe a anticongelante, pero es porque no saben apreciar las cualidades de una buena bebida casera, por cierto, la hacen a base de cereza y miel- Señaló a Isolda, luego a él mismo, indicando después el número uno, a continuación a Vipus y Arcturus, marcando finalmente con sus dedos el número dos.
-Creo que sería algo a tener en cuenta- Lanzó una sonrisa afilada.
La nota no estaba firmada, naturalmente. Arcturus la leyó, la miró por el reverso, se encogió de hombros y la dejó en manos de Claudius, que parecía el tipo de persona capaz de entenderse con la autenticidad y los posibles rastros dejados sobre papeles. Alguien tenía la misión de ayudarlos a cumplir su misión, al parecer; si era una maniobra del propio y honesto capitán o una trampa urdida por traicioneros herejes, no sabría decirlo.
Miró de reojo a Isolda mientras Nero hacía gestos y divagaba sobre la gastronomía sinophiana. Desde luego, los arbitradores parecían todos cortados por el mismo patrón; paranoia y afán de control a partes iguales. Sería parte del condicionamiento, o del trabajo... Asintió débilmente a las indicaciones, comprobando rápidamente que todo seguía en su lugar en su equipaje. Luego se tendió a dormir. El día siguiente prometía ser largo y cansado.
O sea, que los PJs no han sido capaces de localizar la lanzadera por su cuenta...?
No me has dicho, dire, si es técnicamente posible para Arcty anular el registro de salida de la lanzadera, y si para ello servía la tirada del post anterior.
DJ: Es técnicamente posible, pero necesitarías acceso al puente de mando o similar.
Isolda había estado intentando pasar algo desapercibida ya que si se relacionaba con la gente, su peinado, sus tatuajes en las mejillas y su brazo biónico haría que cualquiera con dos dedos de frente y que hubiera escuchado alguna historia sumara dos y dos, así que prefirió quedarse en el camarote y salir lo justo y necesario para los rezos, siempre intentando cubrir su cabeza y su brazo con una túnica o una capa.
Al leer la carta no dudó y la quemó con una de las velas que ponía para hacer sus rezos en su habitación. Era una buena idea y como iría con todo el equipo de combate, si era una encerrona estaría preparada para luchar.
En una charla tranquila con sus compañeros, Nero se puso a divagar de la gastronomía local e Isolda simplemente asentía de vez en cuando, pero tampoco quería parecer una completa ajena así que se esforzó por entrar en la conversación.
-No me gustan los licores, embotan la mente y los sentidos -intervino- pero no le diría que no a un buen plato de carne. No he probado mucha comida distinta salvo la que ponían en la Schola o en las naves en las que viajaba; pero si la gente dice que está bueno habría que probarlo, ¿no?.
La situación de Gianna después de escapar del planeta Quaddis fue compleja y tormentosa. Tras una breve estancia en el tricorne de la inquisición, fue apartada de sus compañeros y acompañada por una adepta del propio séquito personal de su inquisidor, Claudius Vipus.
Al principio no hubo muchas explicaciones, salvo por insinuaciones veladas de que llevaban tiempos siendo vigilados por un enemigo sin identificar. Gianna y su acompañante viajaban constantemente, entre planetas, ciudades y puertos estelares, no quedándose más de un par de días en un mismo lugar si podían evitarlo y cambiando de planes sin cesar en el último segundo.
Gianna pasó así casi un mes, hasta que hubo un cambio más inesperado de lo habitual. La adepta iba a separarse de ella. había pagado una considerable cantidad a un trabajador de mantenimiento en una nave comercial para que abandonara su puesto y Gianna pudiera sustituirlo, mientras que la adepta inquisitorial y el civil tomarían la nave para la que ya tenían pasaje desde hacía unos días. Aquello no era todo, el inquisidor había hecho planes a largo plazo para la estancia de Gianna en aquella nave. Había preparado una cápsula de desembarco e instrucciones precisas para que el resto de sus antiguos compañeros acólitos subieran a aquella nave y se reunieran con ella a tiempo de abandonar un viaje espacial a medio camino y así aterrizar en Sinophia, el mundo que había llamado su atención por las transmisiones recuperadas por el tecnosacerdote Arcturus durante los últimos acontecimientos, y que indicaba que existía alguna relación entre Sinophia y el linaje de los Haarlock.
Siguiendo las instrucciones, Gianna actuó como un trabajador más de la nave algunos días más, hasta que esta arribó en Escintila. Pudo comprobar de primera mano cómo sus compañeros subían a bordo, pero el viaje sería largo y aún no podía reunirse con ellos. Finalmente, tras dos semanas eternas de viaje espacial, ya estaban cerca de su destino.
Un conveniente soborno al capitán, que sabía lo justo sobre aquél asunto para no hacer preguntas, sirvió para evitar que el futuro escape de la cápsula de desembarco llamase la atención. Gianna dejó una nota en el camarote de los acólitos citándolos en el lugar convenido a tiempo de preparar su aterrizaje, y esperó...
Finalmente llegó la hora convenida. Un temblor recorrió la nave en toda su longitud, y pronto comenzó a sonar una alarma indicando que había turbulencias por una cercana tormenta disforme. Por megafonia se repitió la advertencia para que los pasajeros y tripulantes se refugiasen en sus camarotes, informando de que la nave se desviaría de su rumbo previsto. Era la señal que los acólitos esperaban.
Faltaban un par de detalles por realizar de aquellos que se habían propuesto, pero los acontecimientos se habían desarrollado con rapidez, y no quedaba más que confiar en que las preparaciones del inquisidor habían sido apropiadas. Los temblores eran suficientes para desequilibrar ligeramente a los acólitos, pero poco más; los pasillos estaban vacíos, y con los planos dispuestos por la nave, no tuvieron problema en encontrar la bodega de carga nº 7. La puerta ya estaba abierta, y frente a ella la figura de un trabajador de la nave cubierta por una indumentaria que estaba a medio camino entre un traje sellado y una armadura, por todos los refuerzos metálicos que lo cubrían.
El individuo no tardó en darse cuenta de la presencia de los acólitos y saludó con una voz que, aunque grave y entorpecida por el casco, sonaba familiar - Un poco tarde, ¿no os parece? - Las sospechas de los acólitos, o al menos un par de ellos, desaparecieron en cuanto el individuo se quitó el casco, revelando que se trataba ni más ni menos que de Gianna.
La capsula se dirigirá sola al planeta cuando decidáis embarcar. Teneis una ronda más de posteos para poneros al día si queréis, y después termina la introducción.
La situación lo estaba volviendo paranoico en extremo. Había soportado mucha presión en los calabozos de la inquisición durante demasiado tiempo, por no mencionar lo ocurrido durante 'El incidente', evento que logró de malas maneras que los esquemas de su vida se tambaleasen hasta hacerse añicos.
Entrar a formar parte de los sagrados ordos no lo había arreglado, menos aún tras los últimos mensajes recibidos. Demasiado secretismo, demasiados cuchillos en la sombras y demasiados juegos de poder. Él podía combatir el crimen, cazar mutantes en los barrios más pobres de su colmena, incluso encarcelar nobles corruptos.
Pero los eventos de aquel calibre eran nuevos para él, y Nero intentaba afrontarlo todo según su perspectiva policial, cosa que no sucedía normalmente, no en aquel caso.
Estuvo tenso durante todo el camino, imaginando emboscadas ficticias a cada vuelta de esquina o en cualquier rincón oscuro, intentando no llamar la atención en demasía, si bien era cierto que a veces apretaba la culata de su pistola, rezando para no tener que sacarla.
Si él se había enfrentado a aquellos tecnoherejes y otros criminales, ¿A que se habrían enfrentado los miembros de aquel grupo?. Era mejor no pensar del todo en ello.
Al llegar al hangar, el corazón le palpitaba con fuerza, y al ver a aquella persona dentro, se dispararon todas sus alarmas internas. Estuvo a un segundo de desenfundar, pero al ver la actitud amistosa de aquella guardia imperial, de compañerismo y cierta dosis de afecto, se tranquilizó.
Solo un poco.
-Ni pronto ni tarde, llegamos cuando nos lo proponemos- Comentó con una sonrisa nerviosa en los labios.
Esperó que el resto del grupo interviniese por él, ya que algunos parecían conocer a la soldado.
Me quedo mirando fijamente a Arcturus y Isolda con gesto serio - venga daros prisa, el tiempo apremia y tenemos que salir de aquí cuanto antes, ya me estaba cansando de esperar y pensaba irme sola-, de repente mi cara de seriedad se convierte en una sonrisa poco habitual de ver, con paso rápido me acerco hacia ellos dos dándoles un fuerte abrazo, -me alegro de volver a veros y de ver que seguís igual de blanduchos,-lanzó una pequeña carcajada mientras realizo el ultimo comentario, -démonos prisa en salir de aquí, en el viaje nos pondremos al corriente de los últimos días- mientras vuelvo a lo que estaba haciendo miro de reojo a los otros dos acompañantes, a Vipus lo recuerdo de lo acontecido en nuestro último trabajo, asiento con la cabeza en su dirección, al otro no lo conocía de nada, luego tendría tiempo de ver quien era...
La aparición de Gianna Anzerani pilló a Arcturus por sorpresa. O así cabría interpretar el quedarse completamente quiero, como una estatua, por unos largos instantes. Luego habló con el tono neutro y levemente metálico de siempre, siguiendo a la guardia con movimientos algo rígidos.
-Me alegro mucho de verla, señorita Anzerani. Qué sorpresa. Usted sigue igual de vivaz que siempre. Debe contarnos dónde ha estado estas dos semanas.
La cháchara amigable del tecnosacerdote llegaba hasta ahí, aunque seguramente sí que se alegrarse, aunque no fuera capaz de expresarlo mejor. Se hizo cargo de las miradas de soslayo de Gianna.
-Nero Karajcik, nuestro nuevo arbitrador. Recordará al señor Vipus, sin duda... Tendremos tiempo de conocernos todos mejor.
Por fin había conseguido instalarse en un asiento, no sin cierto esfuerzo, y ahora miraba hacia delante, con la espalda recta y las manos sobre los muslos. Como esperando el transporte público.
Isolda vestía toda su nueva armadura y llevaba todo el equipo encima, dispuesta para entrar en combate en esa misma nave si hacía falta. Se reunió con sus compañeros y no pudo evitar llevar una mano a la pistola bolter cuando vio a esa persona en el hangar, dudando de si habrían sido vendidos o traicionados otra vez; pero al quitarse el casco no pudo evitar alegrarse de ver a Gianna. La militar era siempre un buen apoyo y una cara amiga siempre era algo alegre de ver.
-La próxima vez avisa, casi te pego un tiro -dijo la sororita con una ligera sonrisa- yo también me alegro de verte y más con lo que nos puede venir encima -entró en la nave sin hacerse esperar mientras que Arcturus hacía las presentaciones- aunque nos tienes que poner al día de qué has hecho y por qué no estabas con nosotros, ¿hm?.
Tras el inesperado reencuentro hubo poco tiempo para intercambiar saludos, presentaciones y anéctodas. La alarma de la nave les recordaba que tenían un tiempo limitado para despegar, y la agitación en los límites de la tormenta disforme iban a más. Algunos, como Arcturus, habían sido más pragmáticos y ya se habían preparado para el despegue.
Sin muchas ceremonias, los acólitos terminaron de embarcar junto con su equipo, afianzaron las correas de seguridad y activaron el mecanismo de cierre. Una parpadeante luz roja en el interior de la cápsula advirtió del inminente lanzamiento durante unos segundos, y entonces la escotilla bajo la cápsula se abrió, arrojándola al espacio. Los motores se activaron, y los cogitadores integrados en el transporte lo guiaron automáticmente hacia el planeta más cercano, Sinophia.
Los primeros minutos fueron agitados y bruscos, pero en seguida los pasajeros se acostumbraron al traqueteo de la cápsula, no faltaba mucho hasta que atravesasen la órbita del planeta y llegasen a su destino.
Fin de la introducción