Partida Rol por web

Eleanor comenzó por registrar el mueble con los cajones, en busca de anticongelante o, en su defecto, de algo interesante que pudiera llamarle la atención. 

Marianna sonríe a los asistentes y se alegra de que la anfitriona de la casa este presente a ver si puede aportar un poco de luz.

Sin embargo se siente un poco preocupada cuando intentan arrancar el coche sin llaves o intentar manipularlo de alguna otra manera.

 - Caballeros, señora, ¡me alegro tanto de verles! ¿Saben algo más sobre Arthur? Hasta donde yo sé no hay novedades... me disponía a echar un vistazo aquí, dado que este es uno de sus lugares favoritos. ¿Hay algo que puedan deducir sobre el coche? 

Dijo Eleanor, mirando en derredor y acercándose a un mueble para echar un vistazo más exhaustivo. 

-si, que no tenemos las llaves ni indicios de la ultima vez que se uso-dijo ismael sonriendo con buen humor-, pero seria estupido pensar que arthur se hubiera ido de paseo con el, de lo contrario el coche no estaria aqui...

-Caballeros, han mirado dentro del coche o del maletero?

Se acerca con curiosidad al coche y mira por la ventanilla.

- Es verdad, señora, miremos en el maletero- comentó.- Quizá encontremos algo interesante.

Con paso decidido Alexander se acercó al maletero, a ver si podía encontrar alguna pista.

-Bien, miremos dentro. Pero apresurémonos en encontrar a los demás. Las temperaturas aquí son muy bajas y la señora Butterfield tendrá frío sin abrigo. Hasta yo estoy empezando a sufrir los estragos de las temperaturas extremas. La edad ya no perdona.

Feisman se acerca, toca el motor por si está caliente y luego mira el maletero, para ver si hay algo.

 -¡AYUDA! ¡QUE ALGUIEN VENGA! ¡AYUDA! ¡AQUI! ¡EN EL POZO! ¡HAY ALGUIEN!...- 

Un alarido de mujer saca al viejo Feisman de su tarea y decide convertir el ayudar a una dama en apueros, su nueva gesta. Luego podía enterarse de qué había en el maletero, pero la ayuda nunca debía esperar.

-¿Han oído eso? Piden auxilio, hay que ir a ver.

Salió corriendo todo lo que su cuerpo y el frío le dejaban, dirigiéndose al lugar de los gritos.

el grito dejo a ismael sorprendido. miro en torno y al ver al señor feisman salir corriendo golpeo el suelo con su baston.

-vayan ustedes delante, sea lo que sea me tomara un tiempo llegar-dijo mientras cojeaba en direccion al estanque mientras maldecia entre dientes por el frio y los efectos que este provocaban en su pierna

Al oir los gritos, Marianna mira preocupada hacia donde parece que vienen los gritos. Tarda en reaccionar, pero observa que el señor Feisman sale corriendo en dirección al estanque.

-Les acompaño, caballeros.

Se apresura, aunque el frio es un mal aliado.

Al oir el grito, el joven Alexander salio corriendo en dirección al estanque. Se encontraba detrás del coche, por lo que algunos de sus compañeros le adelantaron.

 - ¡Oh, cielos! ¡Vamos! -excalamó Eleanor, siguiendo a los demás hacia el estanque.