4 Marzo 1912
¡Que fraude! hoy el señor Adler ha comprado la estatua de una señora por una cantidad de dinero que bien podría servir para alimentar a la mitad de Londres. La sonrisa del hombre que nos la vendió no era muy de fiar, ni siquiera sabía con exactitud quien era el autor ni quien la dama, pero el señor Adler dice que esa estatua tiene algo especial...
Pamplinas!
16 Abril 1912
Que desgracia! cuando lo escuche no pude creerlo, parece ser que anoche el RMS Titanic se hundió. Lo primero que pensé es la suerte que he tenido de no viajar en el, me alegra saber que la navegación no es uno de los caprichos del señor Adler. También es mala suerte que se haya hundido durante el viaje inaugural, todo el pais esta conmocionado.
Todo el país salvo Catherine.
Esa mujer es fria y despiadada, es la ama de llaves maligna de las historias de miedo que lee el señor Adler. Jamás entenderé porqué la contrató, es incapaz de sonreir o al menos lo que ella hace con la boca no se puede llamar sonrisa. A mi me gusta llamarlo mentir descaradamente, de hecho cuando habla con la señora Adler... creo que la odia. Aunque Catherine odia a todo el mundo.
12 Septiembre 1912
Al fin se acabo el verano, no me gusta para nada la época de calor. Este uniforme, además de suciedad, lo único que hace es atraer los pocos rayos de sol que hay en Inglaterra. El frio me recuerda que ya se acercan las fiestas, supongo que iremos como todos los años al Nottingham Goose Fair la primera semana de octubre. Después estaré muy ocupado... supongo que como todos los años le entraran las prisas y tendré que empezar a organizar la fiesta del 12 de enero.
Lo olvidaba, dentro de poco es el cumpleaños de Charles. Ultimamente le veo un poco mas distante con el señor Adler. Tengo entendido que le pidió un aumento de sueldo y no se lo concedieron, me preocupa, se que anda desesperado por pagar los estudios de su hijo pero yo no puedo hacer nada. Con los tiempos que corren deberia estar agradecido de poder comer todos los días.
7 Noviembre 1912
La época de insomnio ya ha comenzado. El señor Adler ha vuelto a ver al presunto fantasma rondando por la casa y la señora Adler vuelve a tener cara de pocos amigos. Charles debe de estar trabajando mas de lo que debería porque se le ve cara de cansado, supongo que desde que el señor Adler ha visto a nuestro sobrenatural amigo, todos estamos tensos y agotados. Jane no para de hacer cafe y Catherine... bueno la cara de Catherine sigue con la misma expresión odiosa de siempre. Y yo ya estoy preparando los últimos detalles para la celebración.
De igual manera la celebración de la fiesta llega en un mal año. Creo que el pueblo está exagerando con el comportamiento de Alemania, pero se nota en el ambiente que algo malo va a pasar. Ya lo decía mi padre "Repartirnos Africa nos va a costar ese orgullo británico del que tanto alardeamos".
12 Enero 1913
La excéntrica fiesta del señor Adler ya ha concluido, o al menos la mayor parte. Ha nevado tanto, que dudo que los huéspedes puedan salir de la casa, aunque haya dejado de nevar hace poco. Nunca había visto nevar tanto y con tanta fuerza.
También dudo que el señor Adler se comporte y deje su "vigilancia nocturna". La señora Eleanor y yo hemos intentado disuadirle para que no haga su acostumbrada ronda en busca del fantasma, ya que hay huéspedes en casa y no sabemos qué podrían pensar de sus extrañas costumbres, si se les puede llamar así. Yo ya no sé qué pensar: no parece que haya perdido la cabeza por la edad, pero, en todo lo que respecta al fantasma, parece como si se estuviera volviendo loco. Asegura que suceden cosas raras en la casa, que ventanas se abren por sí solas y cosas por el estilo. A mí me da miedo a veces.
13 Enero 1913, por la mañana
Malas noticias. El señor Adler no aparece por ningún sitio de la casa. Los invitados estan ayudando a buscar, cosa que no esperaba de semejante elenco de ricachones. Pero también es verdad que algunos estan mas preocupados que otros, es admirable como Lady Adler mantiene la calma a pesar de haber desaparecido su marido.
El señor Pevsner, como siempre, muestra una falta total de interés a los asuntos del señor de la casa... tampoco entiendo como el señor Montesco o el señor Winter no están alarmado, son amigos de Lord Arthur, saben que hace muchas locuras ¿porque no estan tan alborotados como lo estamos el personal de la casa?.
Al señor Feisman si le veo algo mas preocupado, mientras los demás se dedican a pasear de dos en dos por la casa, él busca por su cuenta que ha sido del anfitrión; es un gran hombre, está tan preocupado que le he visto abrir todos los cajones que hay a su paso ¿como va a encontrar ahí dentro a Lord Arthur?
Con respecto a las damas de la casa, mejor no hablar, ignoran por completo el problema. De hecho la señorita Gordon lo único que ha hecho ha sido rebuscar entre los cojines de la sala de estar ¿que hará? no es momento de hablar de la decoración de la casa.
¿Es que nadie está afligido? He buscado en toda la planta baja mientras ellos buscan en las superiores y no hay ni rastro de Lord Arthur. Lo único que se me ocurre es que esté lejos de la mansión persiguiendo a su fantasma.
Supongo que lo que necesito es irme a dormir, después de todo anoche los invitados estaban inquietos, ¡por el amor de Dios! entre tacones y zapatos no pegué ojo... tengo que cambiar de trabajo.
13 Enero 1913, mediodía
Seguimos buscando a Lord Arthur. Yo sigo igual de inquieto que esta mañana, aunque he de reconocer que mientras el servicio nos dedicamos al mantenimiento de la casa, nuestros invitados siguen desentrañando el misterio de la desaparición de Lord Arthur.
Gracias a Dios la forma de ser tan risueña de Jane me ha sacado un par de sonrisas. La pobre sigue afectada por el incidente de la chimenea, pero se ha animado mucho cuando hemos empezado a reirnos de nuestros ilustres invitados corriendo entre la nieve. Desde la cristalera de la última planta hemos podido ver a un renqueante señor Montesco seguir al señor Feisman y a la señorita Butterfield por la nieve en dirección al estanque, parecian alterados por la forma de moverse tan precipitada, pero ha sido divertido. Supongo que algo les pasara, ya me imagino al señorito Pevsner y su finura y delicadeza dando con su cursi trasero en la nieve por un resbalón.
Si Charles pudiera salir con el coche a avisar a alguien me sentiria mas cómodo; aunque ahora que le menciono en toda la mañana sólo le he visto en el balcón, fumando y haciendo girar en su mano el llavero de la casa. Qué irresponsabilidad, el día que lo pierda perderemos la copia de todas las llaves de la mansión.
En fin, vere como soluciono el problemilla del lago, asi me mantendré ocupado. Si no a este paso empezaré a creer en fantasmas ¡hasta me ha parecido escuchar ruido en las habitaciones! pero sé que no es posible, todos han salido al exterior ¿no?.
En cuanto regresen comeremos algo y veremos si alguien sabe algo de Lord Arthur.
13 Enero 1913, por la tarde.
Hoy es un día triste. El pobre Lord Arthur ha aparecido en el fondo del pozo. Nunca pensé que esto sucedería. Ahora mismo, lo que me empuja a escribir estas líneas es la tristeza y la impotencia de no saber quién es el asesino.
Cuando sacaron su cuerpo, Charles asegura que estaba rígido y duro como una piedra. Siempre le decía que se abrigara, que sino lo hacía iba a coger un resfriado; y acabó sus días en el fondo de un lago helado, con su frágil cuerpo duro como un témpano. El destino es a veces cruel e irónico.
La lectura del testamento no ha sido tarea fácil, sobre todo lo del punto tres. No sé en qué se fundamenta esa teoría descabellada de Lord Arthur sobre esos dos, pero he de admitir que yo también he notado ciertas miradas, ciertos gestos, que pueden llevar a pensar eso. Espero haber obrado bien ocultándolo.
Ahora mismo los invitados están encerrados en el comedor. Sé perfectamente que no debo tratar así a los invitados, no es correcto ni lógico, pero entre ellos sé que está el asesino. Mientras, Charles y yo nos encaminamos a buscar pistas en las habitaciones de los invitados. Sólo Dios sabe si encontraremos algo.