Partida Rol por web

- ¡Que vienen! - Gritó el anciano Graderick.

Aquel hombre salió corriendo a toda velocidad saliendo por la puerta por la que habían accedido a aquella zona y regresando a la zona de la forja. Acto seguido cerró la puerta y se le perdió de vista.

Xhu Lei por su parte, al ver como el otro anciano corría a refugiarse, hizo lo propio tratando de seguir sus pasos, pero al ver como Gaderick cerraba la puerta tras de si, se escondió detrás de un jarrón así como pudo, no muy bien.

Eliferum, furioso como estaba al ver como aquel maloliente ogro se había atrevido a golpear a la pobre niñita, enfureció como pocas veces le habían visto hacer. Tras un pequeño paso lateral, golpeó con toda su rabia contra uno delos trasgos causándole una grave herida que casi acabó con éste.

- ¡Os voy a enseñar que es el dolor! - Gritó amenazante.

El ogro, al ver que la niña huía, decidió cambiar de objetivo. La  armadura de la enorme Belbara no fue suficiente para detener el impacto de su gran clava. El golpe fue duro y casi rompió el cráneo de la enana de un solo golpe.

- ¡Jajajaja! - Rió con saña el ogro al ver como la enana se rompía bajo su poderoso golpe. - ¡Pronto habrá un enano menos!

La situación se volvía, no peligrosa, sino desesperada. Las columnas suponían un impedimento para organizarnos, pero lo peor era que bajo su amparo, los trasgos y el ogro estaban haciendo horrores entre nuestras filas. Observé como Alex conseguía ponerse a cubierto y también Yoon, que quedaba a salvo, pero ahroa le tocó el turno a Belbara. 

El furioso ataque del ogro casi estuvo a punto de partirle en dos, con lo que nos dejaba a los demás decisiones difíciles. Eli, Aenifer y yo estábamos rodeados de trasgos y eso nos dejaba poca capacidad de reacción.

-¡AENIFER! ¡AYUDA A BELBARA HASTA QUE YO LLEGUE! -le grité, mientras me lanzaba furiosa, contra uno de los trasgos*. Esperaba que Eli pudiese aguantar mientras tanto.

Mi primer golpe fue lo suficientemente fuerte como para estar a punto de machacarlo, aunque erré el segundo al dejarme guiar por el ímpetu. Pero es que lo que pretendía, más que destrozarlo, era quitarlo de encima.

El ogro era mi objetivo, puesto que Belbara no podría aguantar otro ataque y Aenifer estaba ahora en peligro.

Aquellas columnas eran infernales, podian volver loco a cualquier en un momento como este, porque todo se volvia mas caotico. Yoon, estaba fuera de mi alcance y aunque podia alcanzar a Alex, no podia perder tiempo en ello. El tendria que aguantar solo. 

Lamente no haberle dado una pocion para que la guardara.

Corri por la orden de Valy a ponerme entre ella y el ogro y el trasgo. (J5) Asi su ataque tendria mas oportunidad, y aunque lo mas obvio era atacar al trasgo ella me pidio que ayudara a Belbara. 

Que mas daba a quien atacar, y al parecer habia fallado, ahora solo quedaba confiar en mis habilidades de evasion para poder esquivar los ataques que estaba segura vendrian por mi.

Tarkhan giró sobre sus talones. El movimiento de las columnas les había dejado aislados en aquella zona de la habitación. Maldijo en su idioma natal por lo bajo para que no le escuchara la niña.

—¡Rayo de Luna, cubre la puerta que voy a llamar a Margarita!

El Gato Sonriente comienzó a trazar complicados movimientos en el aire, con los brazos y con los pies, como en un baile extraño.

Tarkhan está lanzando Convocar Monstruo III.

-¡Ups! -exclamó Yoon, al ver que habían vuelto a cambiar las columnas-. ¡Voy, maestro!

Sacó del bolsillo un poco de mantequilla y se la extendió por las manos mientras murmuraba unas palabras en dracónico. Dio una palmada y la mantequilla se extendió frente a la puerta.

Alex abrió la puerta y lanzó la daga común al trasgo que más expuesto estaba, esperando que el ataque hiciera mella en su enemigo.

Belbara sintió como si la cabeza le estallase. ¡Jamás había recibido un mamporro semejante en su dura cabezota! Ni el mejor de los yelmos podría haber detenido aquel ataque. La sangre caliente resbaló por su frente y todo se oscureció a su alrededor. Los sonidos los percibía lejanos, aunque su corazón lo oía en sus oídos como tambores de guerra que le  alertaban de que la muerte rondaba cerca.

No era muy consciente de lo que ocurría a su alrededor, y retrocedió tambaleante un poco, no tanto con la intención de desplazarse como en consecuencia del atontamiento y debilidad que le sobrevenían. 

A su mente acudió un conjuro como un rayo de luz, movió los labios casi sin voz, gesticuló y se tocó la cabeza abierta. Un calor agradable y reparador le recorrió y sintió como sanaba en parte, aunque no tanto como hubiese querido. 

Es hora de acabar con ese asqueroso ogro.

Pensó mientras la ira se abría paso en ella y recordaba que medía lo suficiente como para partir en dos a aquel bicho con su hacha.

El ogro, viendo como la sacerdotisa enana se entretenía a conjurar, decidió como no podía ser de otra forma, asestarle un buen mamporro con su clava. Sin embargo, el ataque del ogro fue realmente torpe y Belbara pudo esquivarlo sin ninguna dificultad y pudo finalizar su conjuro recuperando cicatrizando sus heridas.

Los trasgos que se encontraban en la sala norte, una vez derribada la puerta, salieron corriendo en dirección a los anzanos. Solo uno de ellos logró atravesar la zona resbaladiza que Yoon había lanzado frente a la puerta. Tres de ellos cayeron de bruces al suelo nada más pisar el suelo engrasado.

Por otra parte, los trasgos que se encontraban en la zona sur, atacaron a Valyëvan. Dos de ellos lograron traspasar las defensas causando dos dolorosos cortes. No obstante, nada que una norteña bien curtida como ella no pudiera soportar.

- ¡Muere escoria! - Gritó Elifreum.

En ese preciso instante descargó un fuerte golpe con su espada bastarda sobre uno de los trasgos y partió su cráneo por a mitad como si de un melón se tratara. La sangre salpicó el rostro de Valy y el trasgo cayó al suelo desvelando para la norteña aun sonriente Eliferum.

El ogro volvió a atacar con su gran calva a la enorme enana barbuda. El ataque con su clava no fue para nada efectivo, golpeando contra el suelo. El ogro escupió al suelo contrariado y preocupado, aquella enana, después de haber recibido un golpe terrible, estaba evitando la muerte de forma muy afortunada.

- ¡Jiiaaaak!  - Gritó enfurecido ell ogro.

En ese momento, un bisonte apareció en la zona norte de la estancia interponiéndose entre los trasgos que acababan de salir de la habitación norte y los anzanos. Margarita estaba lista para embestir a los pieles verdes.

Recibí las dos descargas de los trasgos que había a mi lado sin apenas hacerles caso, viendo de reojo como Eli acababa con uno y Aenifer todavía se mantenía en pie, a pesar del peligro en el cual la había dejado.

Pero eso solo nos daba un pequeño respiro. El ogro había errado también por poco, dándole a la enana un momento para recuperarse, momento que no podía desaprovechar. Debía pasar por encima de los trasgos que tenía delante y lanzarme contra él si no queríamos que Belbara terminase cayendo.

Así que me lancé sobre el trasgo que tenía delante, con todo lo que disponía y un grito que haría retroceder al mismísimo rey de los trasgos.

¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHH!

Eché el peso de todo mi cuerpo sobre cada uno de ellos, al tiempo que descargaba mi hacha y dejaba que su filo hiciera el resto. Era el momento de demostrar de qué estaba hecha.

Margarita le envió un inmenso topetazo al trasgo que tenía delante.

Tarkhan comprobó por el rabillo del ojo que Yoon estaba bien antes de empezar a lanzar un nuevo encantamiento.

Margarita ataca (26). Daño: 12.

Tarkhan está lanzando Dormir.

Las trenzas de la enana tintinearon al pasar la clava tan cerca de ella. La muerte danzaba alrededor de aquella enana agigantada, y pese a lo grande que era ahora mismo, aquel ogro había fallado no una, si no dos veces. 

Belbara se había logrado recuperar en parte, todavía faltaba mucho para poder decir que estaba en condiciones, pero no era momento de lamentaciones ni de achicarse. Aquel ogro no la dejaría ir, emocionado por semejante golpe que le había dado en toda la cabeza. 

La enana frunció el ceño y gruñó enseñando los dientes mientras hacía silbar su hacha cortando el viento amenazando las carnes del enemigo.

Yoon dio saltitos de alegría al comprobar como los trasgos caían al suelo y se giró para ver que estaba pasando al otro lado.

-Oh, ya estamos otra vez con las columnas móviles -protestó. Metió la mano en una de sus bolsitas, sacó un gran cantidad de polvo brillante, estornudó y luego comenzó a trazar unos pases mágicos mientras canturreaba-. ¡Tremendo!

Una nube brillante cayó sobre el enorme ogro unos trasgos.

Tenia que ser mas rapida, tenia que ser mas mortal, tenia que ser.....

Me tome un segundo para mirar alrededor a ver si podia obtener alguna ventaja del lugar, tal vez podria derribar alguna columna que aplastara un trasgo, tal vez otra cosa.... tal vez.

Respire profundo y dispare contra el ogro grande que atacaba Belbara.

Alex volvió a salir de su escondite, únicamente para lanzar una daga hacia el ogro. En esta ocasión falló.

- ¡Joder! - Exclamó contrariado.