¡Se dedica!—respondió rapidamente Katharina mirandole con sus verdes ojos de forma retadora— No hable de ella en pasado.
Su expresión se relajó ligeramente y continuó—Disculpeme, pero no permitiré que traté esto como una muerte. Mi hermana está viva... Ella es artista. Pinta unos cuadros maravillosos. Su marido—aquí Kathe arrugó la nariz con desprecio como recordando algo— era contratista de un circo ambulante. Murió asesinado. Pero los que le mataron jamás irían detras de Nisia...de eso estoy segura
¿Quienes, y por qué le mataron? - Preguntó con interes.
La gente a la que explotaba...—se notaba algo de odio en la voz de Kathe— Se aprovechaba del sudor de los jornaleros y nunca pagaba lo que se merecían. Era un maldito judio, si usted me entiende. Nisia no tenía nada que ver y ellos lo sabían. Nisia lo pasó fatal...le quería mucho a pesar de todo
Dejare que Bella postee, antes de pasar a la otra escena.
- Eso no lo sabemos, Katherine.- Dijo Bella. A todas vistas parecía no gustarle esa costumbre moderna de acortarse los nombres como “Nisia” o “Kathe”, pero no quería discutir con su sobrina habiendo extraños delante. - Todo el mundo, incluso la policía, supuso que habían sido sus empleados, pero la verdad es que nunca se investigó a fondo.- comentó de forma intrascendente, mientras ahogaba criminalmente en mantequilla una pequeña tostada.
- Créame si le digo que no me produjo mucha lástima su muerte. Era una mala persona y Dionisia siempre se ha merecido algo mejor. Pero ella le amaba, así que a la familia no nos quedó más remedio que aceptar el hecho.- Dando un delicado mordisco a la tostada, se limpió recatadamente los labios.- Cuando ese truhán murió, Dionisia tomó la decisión de ir a la casa del lago, y es lo último que sabemos de ella.-
Observando distraídamente como el camarero se movía entre las mesas, recordó las aficiones de su sobrina y las cartas escritas.- Allí en el lago era donde siempre se ha sentido en paz. Dionisia nunca necesitó trabajar y tiene muy buena mano con el arte, todo sea dicho. Nunca he estado en su casa del lago, pero tengo unas vistas suyas en mi tienda que me envió hace unas navidades. Lo pintó ella expresamente. Es precioso.- Concluyó, perdiendo la mirada en el recuerdo del cuadro.
Una vez terminado el café, se vé desde lejos al joven inspector Lewis, quien luego de orientarse con la mirada y buscarles, entra al café.
Señora, señorita. Hace una reverencia. Señor. Mira al hombre que no había visto antes. El comisionado Japp puede atenderlos ahora...
Hace un gesto educado para que lo sigan.
Sin más que decir y tras pagar la cuenta todos le siguen con interés.
Pasamos a la otra escena ;)