Partida Rol por web

Bella sonríe ante el familiar sonido de la lluvia. Entonces, muy dignamente, levanta el paraguas hacia el resto del grupo y con el mismo se señala las botas de agua que se había puesto antes de salir del hotel.- Y ahora pueden ustedes decirme que soy una exagerada. ¿Eh?.- finaliza, guiñando un ojo.

-En fin, habrá que permanecer en esta casita hasta que pase el diluvio.- dice - Aunque esto podría haberse obviado si, claro está, todo el mundo se hubiera traído su paraguas.- Mirando a Jonas, pregunta.- ¿Ha encontrado usted algo, joven? Quiero decir, algo que sea digno de mencionarse.-

Un poco incomodo por la situación trata de aliviar el ambiente con un comentario tonto, si el tiempo no se puede prevenir, y con tampoco el frio. Dice mirando las escaleras. ¿habra algo de té supongo?

Era su inocente observación para decir que tenia hambre.

Observa al investigador Marchaud cuando llega preguntandose porque demoró fuera de la casa. Pero vuelve a fijar su atención en la joven y en su respuesta.

Katharina se había puesto ligeramente colorada mientras se explicaba. Solo digo que hay cosas que una mujer decente como es mi hermana no querría que un hombre viese. Le pido que me deje entrar antes para ver si hay enseres "demasiado" personales. No se si me entiende...

Su tía seguro que lo haría, igual que había tenido la misma idea en el apartamento de Ed

- Sí, sra. Conneau, soy yo. - levantó la voz lo bastante para que la anciana se sintiera satisfecha de escucharla y no sintiera la tentación de arremeter furtivamente contra él con un rodillo o algún elemento similar que encontrase en la cocina. Era lógico que se asustara al ver la sombría silueta a través de la portezuela; él mismo se habría sentido intrigado por la suya de haber sucedido el incidente de la salsa de tomate.

Entonces reverberó el trueno. Como hombre precavido que ha pasado el suficiente tiempo en el campo, el doctor se retiró al interior de la vivienda sin llegar a sufrir los estragos de la lluvia en su traje, poco adecuado para un temporal. Se cruzó con la srta Arrichet y el inspector Durand mientras terminaban de resolver su pequeño conflicto cultural; no en vano la jovencita se habría educado bajo la tutela de su tía a juzgar por lo sucedido. Decidió mediar en él en contra de su costumbre de no entrometerse allí donde no se le requería.

- Respetamos sus buenas intenciones srta. Arrichet, pero teniendo en cuenta el esmerado orden en que su hermana ha mantenido la casa no debiera preocuparse por un desliz semejante por parte de ella. Todos los servidores de la justicia aquí presentes somos profesionales serios, y realizamos nuestro trabajo concienzudamente, pero si le preocupa que un hombre pueda ver cualquier intimidad, al menos permítame subir a mí en calidad de médico además de agente de la ley. De no haber nada comprometedor, les avisaré. ¿De acuerdo?

Los truenos y relámpagos resonaron por toda la casa. Si volvía a llover con fuerza las carreteras volverían a cortarse y no tendríamos más remedio que quedarnos en la reserva más tiempo del que en verdad quería.

Aquella casa estaba limpia y cuidada, parecía claro que alguien había estado allí hacía poco, por lo que las sospechas de desaparición carecían de fundamento.

Como quiera.- Concedo por fin a Katharina.- Subamos los tres, entre si quiere usted primero y compruebe que su hermana no se ha dejado ninguna enagua a la vista.- Después de todo tenía bastante claro que allí no había ningún caso que investigar. Simplemente la viuda de Ed Pyro había deseado alejarse unos días de su familia y después de compartir un día con aquellas dos entrañables señoras podía llegar a imaginarme el por qué.

Tras un poco de discución Katharina Arrichet  no pudo hacer más que ver pasar al médico y al inspector por delante de ella, un poco en desacuerdo pero no pudo hacer más. En el primer piso se quedan entonces Jonas, el impector Lewis y Bella, que esta en la cocina.

Suben por las escaleras y encuentran un pequeño corredor que da a una sola habitación. Al entrar notan que la misma es de amplias proporciones con un hermoso ventanal donde se ve parte del lago. En esos momentos la lluvia extremese la casa, y ciertamente no parece que el clima vaya a ceder mientras la oscuridad de las nubes llena todo.

La habitación cuanta con una cama enorme, con tinte femenino. Una pequeña mesa interior, y un  caballete con una pintura terminada.

A la derecha esta un armario el cual esta abierto de par en par y se ve vestidos hermosos, una maleta, y otras cosas. Más allá esta un baño (el único de la casa)

El lugar parece limpio, pero no esta Madame por ninguna parte...

Oh que curioso, la pintura es exactamente el mismo edificio que habia en el primer piso. Curioso.

Cuando ellos suben las escaleras puedes ver el cuarto que dejo el doctor, resaltando una pintura en el caballete que desde donde estas parece un poco... borrosa.

¿Necesita algo de ayuda señora Conneau?

Dice el joven policia asomandose a la cocina mientras Jonas mira en relación a la otra habitación decidiendo que va hacer.

-¿Eh, cómo?- Exclamó Bella, mientras salía de debajo de un armario en el que había estado trasteando.- ¡Oh! Es usted.- Dijo mientras se levantaba del suelo y se arreglaba la falda.- Aquí hay algo que no me cuadra. Dígame, joven Inspector, usted que está puesto más en estas lides. Se supone que las últimas noticias que tenemos de Dionisia son de hace casi unos quince días, y según el hotel, esta casa no ha estado ocupada por nadie más. Entonces...- dando unos breves pasos, abrió la nevera. - ¿Cómo explica que haya pescado fresco y fileteado aquí dentro?.- dijo, mostrándoles las dos truchas fileteadas y frescas.- Además, ya sabemos que en esta época del año la fruta aguanta un poco más por el tiempo fresco, sobretodo si la dejas entre la ventana y el cristal...- empezó a divagar.-... pero a lo que me refiero es que tenemos sobre la mesa un cuenco con una manzana, dos naranjas y ni un simple mosquito o podredumbre. Y lo que es más importante...-

Entonces, Bella se dirigió a un cajón, de donde sacó un trapo limpio. Con un gesto coqueto y delicado, humedeció el trapo con la punta de la lengua, recordando a las atrofiadas hormonas de los caballeros presentes que unos años atrás ese simple gesto podría haber provocado sangrientas batallas por el amor de la Sra. Conneau. Después, con el mismo trapo lo pasó por la superficie de la encimera, para finalmente mostrárselo a los caballeros.- ¿Ven? Nada de polvo, y cuando digo nada es nada. A lo sumo hace un día o dos que alguien ha limpiado la cocina.-

Girándose hacia el cajón de nuevo empezó a doblar el pañuelo para esconderlo.- Y bien Señor Marchaud. ¿Ha visto algo interesante por ahí fuera o ha estado perdido en ensoñaciones pensando en mi sobrina?.- Bella podía llegar a ser sutil y delicada como un ladrillo. Mirando de frente a Jonas, después precisó deliberadamente.- Sobre mi sobrina Dionisia, claro está.- dijo mientras una leve sonrisa picaruela se mostraba fugazmente por la comisura del labio.

Llegados al cuarto el doctor dio un par de pasos hacia su interior con sus acompañantes y se detuvo. Mientras, el inspector y Katharina cruzaron por su lado, decididos ambos a ser los primeros en encontrar cualquier indicio, ya fueran pistas o posibles indiscreciones que mitigar, según las prioridades de cada cual.

La luz se atenuó y el golpeteo en la ventana dejaba constancia del arreciar de la tormenta. Con calma, el doctor fue recorriendo la habitación con la mirada en un primer vistazo general.

- Katharina, por favor. - llamó el doctor con amabilidad, invitando a ésta con un gesto a que se acercase al caballete para mostrarle la obra. - Creo que su hermana ocupaba parte de su tiempo en estas pinturas durante su estancia en la reserva. No se trata de ningún paraje que yo conozca, y no pertenece a esta región. ¿Tiene usted idea de qué lugar es o qué podría representar para ella?

Tras comprobar la habitación de un rápido vistazo, Katharina se acercó a mirar el cuadro. La tormenta estaba encima y si su hermana no estaba en la casa...Dios Santo...¿Donde estaría? ¿Qué la pasaría? Podría pillar una pulmonía, o peor aún...podía haber sido asesinada. EN su corazón sentía que era una posibilidad real y aquello no la gustaba.

El cuadro que encuentran, esta muy cerca a la ventana en su caballete.

La extructura es la misma, posiblemente lo que cambia es la tecnica y  un poco los colores. Es una especie de edificio, monumento con pintas de antiguo el color es carmesi, como si estuviera hecho de tierra.

las nubes por la tormenta hacen que todo se vea mas oscuro.

Pues se nota que fue pintado por ella, tiene su firma abajo. No hay pinceles a la vista. Posible alguien que conozca la zona podría decir de que se trata. Lo malo es que este lugar es enorme.

Miras el tapete... curioso, manchas de barro seco, como las que viste en el apartamento del difunto esposo de Madame Pyro.

Lewis, el joven mientras hablan mira los peces fileteados hambriento. Evidentemente es soltero, pues sabe manejarse en la cocina solo, y mira el horno de leña, pasando por el lado de Bella y se queda pensativo.

Cuando ves el cuadro, te parece extraño. Tu hermana le gustaba pintar cosas que consideraba hermosas. ¿habría más de estas obras de arte?. Nuevamente sientes esa sensación extraña en el estomago, y mirando a la cama solo ves la imagen mental de una mano femenina poniendo algo debajo de la almohada.