Partida Rol por web

El elfo Fanel estaba de vuelta y parecía complacido. Durante todo el viaje en Barcaza desde Bechafen hasta Beck, el elfo se la había pasado apartado y gruñón, siempre sumido en si mismo, y siempre con prisa. El viaje había sido rápido, solo había durado dos días, y aun así el elfo parecía preocupado por la demora.

A su llegada a Beck, los mercenarios se toparon con la gran cantidad de refugiados que aun invadían al pequeño pueblo. Según los rumores, debían ser poco mas de 500, lo cual sumado a los constantes habitantes del poblado, hacían que el lugar rebasara con creces el millar de habitantes por aquellos días. No era lo mismo que en Talagad donde habían sido asediados por vagabundos y pobres; aquí mas bien se trataba de reales necesitados que desplazados de sus hogares por diversos motivos intentaban ganarse la vida de la mejor forma posible. Y una de esas mejores formas posibles era el pescado seco, cuyo precio había descendido brutalmente en el poblado ante la fuerte competencia que imponían los refugiados.

Según rumores, otros refugiados trabajaran ahora como leñadores talando el gran bosque y se ganaban bien la vida; era por ello que se habían logrado hacer algunas modestas construcciones a las afueras del poblado, lejos de la dársena para hospedar a la mayoría de estos. Y claro, no faltaban los que intentaban ganarse la vida de forma fácil, pero en el fondo eran escasos.

Fanel los había dejado en una posada que conocía bien, cuyo nombre, madera roja, decía le recordaba su pasado, jamas menciono por que, y preguntarle probablemente sería poco productivo. El se había marchado justo en la mañana que llegaron para reunir información e intentar acceder hasta el líder de los ladrones de la región, quien en teoría, se escondía allí, entre los refugiados.

Tras esperar en la posada hasta casi el medio día, Fan el había hecho aparición de nuevo, y sus noticias eran buenas. Había concertado una cita con el líder de estos en un lugar que el mismo había fijado cerca de la dársena. Aparentemente una casa provechosamente abandonada. Según Fanel, había convencido a su contacto asegurandole que ellos, un grupo de mercenarios a sueldo, le tenían a su jefe un negocio que no querría perderse; aunque cierto era que también había tenido que desembolsar algunas cuantas monedas.

Ahora la decisión era de ellos, podrían ir al encuentro de aquel peligroso hombre o podrían tratar de emboscarlo antes de que llegase a aquel lugar o poco después, como sugería de cierto modo Fanel ante la posibilidad de desear hacerle hablar por las malas. En cualquier caso, lo que venia adelante era peligroso, y quizá incluso mas que la cacería de los orcos.

Para Gerard resultó un alivio que el viaje por barcaza resultara tan corto comparado con experiencias anteriores. A él nunca le había gustado ese método de viaje por incómodo y sucio. Sin embargo, no podía negar que en ocasiones resultaba más rápido y hasta seguro que ir a caballo, especialmente en un país como el Imperio, más no era algo que fuera a comentar abiertamente.

Inicialmente, al ver el pueblo de Beck lleno de refugiados, el caballero pensó que todos serían pordioseros y charlatanes, más se sintió sumamente agradado de ver que ese no era el caso en absoluto. Seguía habiendo demasiada gente para su gusto en un espacio tan reducido, pero al menos la mayoría era gente honrada y trabajadora que se había visto obligada a abandonar sus hogares.

Tras ser dejados por Fanel en una posada que él conocía (el bretoniano se abstuvo de hacer comentario alguno al respecto sobre eso y lo que dijo el elfo de que le recordaba a su pasado), tocó esperar a que este volviera con noticias. El joven caballero dedicó este tiempo a cuidar de su equipo y de su montura, además de desear practicar un poco con la espada si se daba la ocasión para ello. Por fortuna, no hubo que esperar al elfo más que unas horas, y al volver este traía noticias buenas.

Sólo quedaba decidir, pues, el curso de acción.

- Creo que deberíamos acudir a la cita - dijo el bretoniano tras meditarlo un poco -. No me gusta nada la idea de tratar con ese individuo, pero será mejor evitarnos enfrentamientos innecesarios si con eso podemos llegar antes hasta los orcos o hasta el responsable de la muerte de monsieur Haldir. Si este hombre es tan importante en los círculos que frecuenta, no irá sólo ni irán muy mal equipados.

La elfa no había dejado de meditar en la muerte de Haldir, y en cómo unos simples orcos aparecieran como los causantes de ello, pero por más vueltas que le daba y por más que trataba de visualizar la escena del crimen, era evidente que había algo más, algo más siniestro y una amenaza mucho mayor que unos simples pieles verdes.

Con aquello en mente y con aquel criminal imperial como única fuente de información aparentemente útil, le horrorizaba la idea de no sacar partido de ella y la emboscada no le parecía ni mucho menos la mejor de las vías para acceder a ella, si no todo lo contrario, el camino para perderla.

- Bien Fanel, tú has seleccionado el sitio, háblanos de él desde un punto de vista táctico. Accesos, salidas, posiciones elevadas, coberturas,...- que no quiesiera emboscarle no significaba que no tuvieran que tomar las oportunas precauciones, como acudir al punto de encuentro varias horas antes y así lo transmitió a sus compañeros. - Vayamos bien pronto para elegir los mejores sitios para el espectáculo. -

Por fin llegamos a Beck. El viaje sobre la barcaza ha sido interesante. Se ha parecido al viaje que hice sobre el mar pero nunca dejando de ver la costa. Me crié al lado del mar, por lo que no le temo tanto como otros enanos. Quizás es solo que soy raro. El punto es que pasé todo el viaje durmiendo en calma sobre la carreta. A ratos solo me paraba en la baranda de la barcaza y miraba el agua bajo nosotros mientras recordaba mi casa.

El viaje fue más corto de lo que esperaba o quizás es que mis viajes han sido más largos y aún no terminan, pero el paisaje de Beck me saluda mucho antes de lo esperado.

Al llegar, me quedo en calma esperando hasta que finalmente nos llegan con la información de que todo está listo para la reunión. Pienso en el lugar y miro a los presentes: Algunos de ellos tienen pinta de ser buenos con armas a distancia, magia e infiltración. Otros sabemos moler a porrazos. Creo que la decisión es clara:

 - "Lleguemos antes y nos dividimos. Un grupo negocia: Fanel y los que luchamos cuerpo a cuerpo. El resto nos cubre el culo y se mantienen fuera de la vista a menos que las cosas se compliquen. Si todo sale bien, nos vamos y nada. Si algo se complica, nosotros aguantamos mientras el resto les rodea y los hacemos nuestros."

Estar en medio de un grupo de ladrones desesperados por apuñalarme la espalda mientras reparto hachazos para sobrevivir es un hermoso panorama familiar para un día como hoy. Un baño de sangre indigna siempre me ayuda a empezar bien la semana.

El trayecto fue poco más que tranquilo para Aenalor, no fueron ni asaltados ni hubo muchos contratiempos y eso era más que bueno, pero ahora la cosa cambiaba. En ese lugar, donde la pobreza parecía estar ganando la batalla a la economía, había mucha gente para tan pocos recursos o trabajos, lo que en parte entristecía al Alto Elfo, pues parecían no darse cuenta de que hay otras formas de vivir.

La posada no era nada del otro mundo, pero parecía ser algo estandar en el Imperio, por lo que no dijo nada, simplemente pidió un poco de agua para beber mientras esperaban la llegada de Fanel con las noticias. Al escuchar estas, Aenalor escuchó atentamente lo que decían y todo lo que podía pensar, y no pudo evitar estar de acuerdo con su nuevo compañero enano.

-Sargón a expuesto un plan, pero yo lo cambiaría un poco. Tenemos que jugar un poco con las posibles supersticiones y fama que suelen tener. Que Gurnik esté en la comitiva puede dar un punto a nuestro favor para evitar un conflicto, pues todos saben que los matadores luchan hasta que mueren, ¿pero cuantos suelen matar antes de que llegue ese momento? -no pudo evitar una ligera sonrisa ante la idea- luego también Resha o yo podemos ejercer cierta "influencia" -dijo sin mencionar que eran magos, pues se podría complicar- e intimidación. Angran puede estar en ambos lados, en el grupo de la negociación puede ser una baza a favor por parecerse a uno de ellos, sin ánimo de ofender -comentó el Alto Elfo sobre el vagabundo- pero también puede ser bueno ayudando en la emboscada. Es solo una puntualización sobre la idea de Sargón, pero su plan es tan bueno como cualquier otro.

El viaje había sido mas o menos como era de esperar un viaje en una barcaza fluyendo junto al río y con un elfo taciturno e impaciente. Dos días de barco y en el inicio del tercero ya estábamos en un pueblo que ya parecía sumamente poblado, al menos no había pedigüeños en todas las calles y no hubo problemas en moverse por la ciudad. 

Fanel nos condujo por las calles hasta las puertas de una taberna, allí nos dejó para ir a buscar a "nuestro" contacto. La taberna no estaba mal del todo y pude solicitar una cerveza y algo de comer....no solo de estudios vive una bruja del hielo.... mientras esperábamos el regreso de Fanel. Con su vuelta ya pudimos empezar a trazar un plan de como actuar ante la reunión con el jefe de los ladrones.

- Como ha dicho Aenalor el grupo de la reunión debería ser mas variopinto, aparte de mandar a los señores enanos. Gerard y Seiger pueden causar una impresión de seguir la ley y pueden asustar a nuestro nuevo amigo. Angran por conocimiento de esta gente, debería ir en la comitiva, siempre que él quiera por supuesto. En cuanto añadir otro personaje intimidatorio....si quieres ir tu Aenalor, yo no tengo mayor problema. Hago una mueca antes de seguir. - Si les emboscamos y nos pillaran por cualquier razón....daría al traste con las negociaciones, pero prefiero emboscar a ser emboscada.

El camino se hacía largo, aunque sin sobresaltos. Eran una gran comitiva, y muchos de ellos iban bien armados, y otros tenían un "aura" especial que a cualquiera le tiraría para atrás antes de empezar nada peligroso contra ellos.

Con la ballesta siempre cargada a un lado, el escudo a mano y el martillo colgando de uno de sus laterales, el enano se distraía imaginando bocetos sobre bellas armaduras que forjar, y armas de buena artesanía, como un enano lo querría.

No pasaron muchos días hasta que casi sin darse cuenta llegaron a la ciudad. Con los bocetos en la cabeza, nuestro enano no perdió ojo de las calles, buscando con la mirada "chispas", y preguntando a la gente que había alrededor. En una ciudad como esa tenía que haber una forja, y el estaba dispuesto a trabajar a cambio del permiso de confeccionarse alguna pieza de armadura para uso propio.

Estando ya en la posada, la gente empezó a trazar un plan. Tras escucharlo todo musitó.

- Os olvidáis de que ese tipo es el líder de una camarilla de ladrones. Seguro que está al tanto de que un grupo de gente bien armada ha llegado a la ciudad. Y estoy mas seguro aún de que ha tomado medidas al respecto. Un ataque frontal no sería la solución, intentemos hablar. Estoy seguro de que Resha y Aenalor, junto con la buena labia de Angran podrían conseguir convencer a ese tipo. Mas si utilizamos el argumento de esa mujer que tanto busca. - se tomaría una respiro para comer un poco y seguiría.

- Está bien que nos planteemos la situación de estar en una trifulca grande, pero no me parece conveniente arreglarlo todo con sangre. Los problemas ya vienen por si solos, no hace falta que los vayamos buscando. Intentemos hablar. Pero si ese ladrón quiere buscarnos las cosquillas o intenta algo, tener por seguro que yo mismo le separaré la cabeza del cuello de un martillazo.

El viaje hasta el lugar fue tranquilo, y para Seiger, enormemente gratificante. El estar de nuevo en el Imperio, mezclarse con sus gentes y recorrer sus sendas tenía un efecto medicinal sobre su espíritu. Volvía a estar en casa. De hecho, de todos los allí presentes, él era el único imperial. El único que probablemente comprendería con totalidad la dureza del exilio de aquella tierra. Y ahora, estando de vuelta, no podía evitar que parte de las sombras sobre su alma se disiparan.

Sin embargo, las nubes de guerra seguían sobre esta tierra, y la llegada a Beck fue una muestra más de ello. La cantidad de refugiados presente hizo que el iniciado notara algo de ira creciendo en su interior, por el destino que sus gentes estaban sufriendo. Pero también sintió cierto orgullo, al comprobar como, aunque eran golpeados por la violencia y la oscuridad, no se daban por vencidos e intentaban ganarse la vida, en vez de caer en la mendicidad, la pasividad y el crimen. 

Sin embargo, allí había crimen. Éso lo sabían bien todos ellos, pues venían a buscar a uno. Cuando el elfo volvió con las noticias, Seiger escuchó pacientemente a todos sus compañeros. Quizás no sería tan mala idea aquel plan de los dos grupos.

-Resha habla con sabiduría. Tanto nuestro amigo de Bretonia como yo podríamos dar "la impresión equivocada" a ese tipo. Sobre todo, teniendo en cuenta la excusa para la reunión. No me importaría estar presente, por si las cosas se complican, pero me temo que podría ser más bien un detonante para ello. 

Escucho las palabras de todos, pero cuando escucho las del otro enano, escupo al suelo a mi lado antes de contestar:

- "Hablaré a su cara pero no al puñal que se dirija a mi espalda. No llevar nuestro propio plan solo nos hará blancos fáciles. Si es tan bueno el ladrón ese, ha sabido de nuestra llegada y aun así ha decidido juntarse con nosotros es porque no nos teme. Si no nos teme es porque o quiere negociar o porque quiere cagarnos. Tomamos posiciones seguras y negociamos si quieren hacerlo o nos defendemos si quieren cagarnos. No veo nuestra pérdida por tomar resguardos."

Luego asiento a las palabras de Seiger antes de contestar:

- "Lo importante es que quienes se reunan de frente parezcan mercenarios. Si mandamos a Seiger o al bretoniano jamás nos creerán. Pensarán que somos autoridades disfrazadas para atraparlo. Eso sería contraproducente."

La verdad es que si es tan hábil el ladrón y piensa que somos peligrosos, no se reunirá con nosotros sin protección. Quizás darse cuenta de que no somos tan vulnerables e imbeciles le haga desear más el negociar que el jugarnos una trampa. Nada mejor cuando se trata con esa clase de basura que el hacer que te respeten.

el paseo por el río había sido breve y al llegar a tierra aun conservaba mas de la mitad de la botella de ron, la presencia de los refugiados le pareció un tanto inconveniente, era el escenario perfecto para un nido de ladrones, nada como hambre y ganas para formar una tropa de zarrapastrosos, sin embargo la misión era imperante y la información urgente.

si toca rajarle el buche a alguien contad con mi hacha, sin embargo concuerdo con Grii que podamos destrozar con todos sus esbirros nada garantiza que nos de la información, eso sin contar que con la cantidad de refugiados, no tenga tropas de refuerzo que se maten por una hogaza de pan las palabras salen con un cierto regusto alcohol, mientras le pasaba una piedra para amolar por su despiadada hacha.

el enano mira al elfo y pregunta tenemos alguna descripción de nuestro objetivo, en caso que las cosas se pongan feas, seria una pena darme cuenta que le quite la cabeza al ladrón equivocado en su rostro una sonrisa se dibuja debajo de la barba, por mi parte no hay problema en hacer de escolta y repartir hostias si la situación se presta revisa el filo de su hacha mientras levanta sus hombros.

-Seleccionar el sitio?, pero quien cres que soy mujer, el jodido emperador?, el lugar lo ha elegido él, o esperaban que me dejara vernos donde quisiéramos?; de ser así habría optado por un lugar mas concurrido-. Expresó Fanel como respuesta.

-Rasshmusen es un hombre astuto, no ha llegado hasta allí por matar gente, seguro que ya sabe muchas cosas, aunque no tantas como quisiera; yo diría que lo mueve la intriga, un bandido siempre ve con buenos ojos las cosas misteriosas. Aunque eso no tiene por que importarnos. Lo que importa es que debe saber cuantos somos, que aspecto tenemos, y donde estamos; ahora ya debe vigilarnos; llegar y tomar posiciones será tonto, el ya las habrá tomado y nos verá llegar desde que salgo de está posada. No obstante sería bueno reconocer el lugar por si las cosas salen mal. La reunión será al atardecer, tenemos seis horas; y sugiero ir juntos o pensar bien ese supuesto plan, no dudo que Rasshmusen tenga al menos unos veinte hombres preparados para está noche, quizá muchos mas-. Esa era una de las pocas veces que el elfo hablaba con soltura, de hecho no lo hacia desde que salieran de la torre del duque.

Angran se había cambiado de ropas pero supo, de boca de Aenalor, el más sincero de todos, que siempre seguiría siendo "el vagabundo". No parecía que nada fuera a cambiar aquello. Parecía el más indicado para hacerse pasar por uno de ellos, pero Angran no creía que fuera así: no tenía dotes para hablar, sino para sobrevivir. Sabía esconderse, sabía huir, sabía buscar alimento y sabía preocuparse de su salud. Nada más.

Todos parecían quererle en la comitiva que se presentaría ante el ladrón, así que iría. Pero...

Pero creo que yo sería más útil como vagabundo, esta vez. Podría estar en al zona pidiendo limosna, mi báculo no parece un arma, puedo ocultar esta armadura de cuero con mis harapos y un arco corto es fácil de esconder en la zona. ¿Dónde tendrá lugar la reunión? Podría llegar antes y pasar toda la tarde allí.

Antes de que Gerard empezara a valorar las propuestas de sus compañeros, frunció el ceño ante el tono y las palabras empleadas por Fanel al dirigirse a Aria, no cortándose nada al adelantarse un poco, mirando directamente al elfo y diciendo con firmeza:

- Creo que no es necesario alzar la voz de esa manera, monsieur Fanel. Especialmente al dirigirse a una señorita.

Tras eso, se volvió de nuevo hacia los demás, aunque sin apartar del todo los ojos del elfo. Meditó un poco todo lo que habían estado mencionando sus compañeros con respecto a cómo acudir a la reunión y cómo prepararse para la misma. La idea de Sargón inicialmente parecía buena (había que decir que el enano esta demostrando ser inteligente para ser un recién llegado al grupo), hasta que la kislevita puntualizó lo que podría suceder si alguien como el sacerdote o el propio bretoniano se presentaban en la reunión.

Un hecho en el que pronto varios de los demás estuvieron de acuerdo.

- En tal caso, aunque no me gusta, monsieur Kantor y yo deberíamos permanecer alejados para evitar tensiones durante la reunión - comentó LeBlanc -. Aunque si ya sabe que estamos aquí y quienes somos, tal vez eso no marque ninguna diferencia.

Entonces Angran hizo su propia propuesta y sonaba bien, pero...

- Podría funcionar, monsieur Angran... pero, ¿es juicioso que vayáis sólo? No sabemos si ellos querrían intentar algo antes de la reunión.

Toda mi vida he estado solo, dependiendo de la caridad de otros y huyendo del salvajismo de los demás. Hoy no será diferente.

-Puede que tengáis razón y sepan quienes y cuantos somos, y aun así ha accedido a reunirse con nosotros, pero no lo trataremos ni de tonto ni le otorgaremos más mérito que el que merece -comentó el Alto Elfo- si Angran está más cómodo y cree que será mejor que él vaya un poco por libre, adelante, pero siempre en el campo de visión de los que queden fuera.

Pensó un momento las siguientes palabras antes de continuar- Yo, personalmente, no me encuentro a gusto tratando con delincuentes y personas fuera del orden establecido, pero creo que el grupo que vaya a hablar debería de ser algo multi-racial, para mostrar más fuerza a la idea de mercenarios. Por eso creo que Sargón y Gurnik deberían de ir, los otros dos podrían ser Resha, Aria o Gurnik, o en el peor de los casos yo mismo, pues no se suele ver un elfo de Ulthuan con enanos -inspiró ante la idea de tener que meterse y tratar con delincuentes antes de continuar- no hay que tomarlo por idiota. Si menciona que sabe que hay otro grupo de nosotros fuera, no lo neguéis, decis que solo es por seguridad igual que el tendrá a otros tantos, que seguro que lo hará. Puede que apelando a su orgullo consigamos algo, suelen presumir mucho de sus logros y posición, ¿no es cierto?

Después de discutirlo teníamos un remedo de plan, pero quien iría o no esa era harina de otro costal y era lo que estaba haciendo que la conversación se alargara. Si queríamos visitar el lugar acordado para saber a que nos enfrentábamos tendríamos que ir pensando en dirigirnos hacia allí.

- Opino que un grupo variopinto es una buena idea como ha dicho Aenalor, en cuanto quien lo conforme....creo que debería ser voluntario. Como yo no tengo problema en tratar con "supuestos" ladrones, me ofrezco voluntaria en ir en el grupo de negociación.

Aria se limitó a sonreir ante la intervención de Sir Gerard. - No se preocupe Sir.- dijo restando importancia a las palabras del elfo, - es normal que estas cosas pasen, el común no es el idioma natal de Fanel y como además lo practica poco le cuesta expresarse adecuadamente. -

Tras escuchar las palabras del resto y respondiendo a Resha dijo - Yo no tengo inconveniente en formar parte del grupo negociador, eso sí, como dije antes, no sin hacer un reconocimiento previo del lugar, aprovechando que hay tiempo. -

-Yo ya he dicho que, si se requiere, iré de buen grado... Aunque opino que un hombre de fe desacredita el asunto de los mercenarios-dijo simplemente Seiger, mientras esperaba a que tomaran una decisión. En cierto modo, sentía cierta urgencia por cumplir la misión, aunque sólo fuera por el premio que le esperaba: la oportunidad de volver libremente al Imperio. 

Grii escuchó cuidadosamente a sus compañeros, y tras ello espetó

- Aria, con tu puntería yo preferiría tenerte detrás, que no dando la cara. Para eso ya estamos nosotros. Seguro que si las cosas se ponen feas tu pericia con el arco será de agradecer. Decidamos finalmente quien va delante y quien detrás, he de hacer unas compras antes de seguir, y quizás toma alguna corona del fondo común, si no es molestia. Quiero comprar herramientas para fabricar piezas de armadura, y con lo que tengo ahorrado y viendo la escasez que hay quizás no me sea suficiente. Partiré a ello. Si alguien con dotes en el regateo quiere acompañarme, se lo agradecería.

Me encojo de hombros ante las discusiones del resto. Creo que Angran de mendigo es una buena idea, pero a una distancia prudencial. De frente deberíamos ir Gurnik, Resha, Fanel y yo. Aria, Aenalor, Seiger y Gerard nos cubrirían en caso de que las cosas se descontrolen. El principal motivo de aquello es que los que componemos el grupo de negociación somos gente muy susceptible de ser mercenarios: Nadie muy fino, nadie muy recto. El resto nos cubren para mantenerse fuera de la vista.

Hablo al resto para ver si están de acuerdo:

 - "Gurnik, Resha, Fanel y yo a hablar. Aria, Aenalor, Seiger y Gerard ocultos y listos para rodear. Angran por su lado como prefiera. Intentamos negociar en paz como primera intención, no atacamos si no atacan antes. ¿Están de acuerdo?"

Creo que es una forma simple de lograr una estrategia efectiva. El grupo puede ser dividido de esa manera y así obtener provecho de las capacidades de cada uno, además de no romper nuestra mascarada de mercenarios. Nadie se creerá nuestra fachada si ven a Gerard, Seiger o Aenalor. Tener a algunos de reserva nos ayuda a protegernos en caso de que no los hayan visto e incluso a imponerse en caso de que los detecten y se den cuenta de que no somos tan estúpidos como ellos pueden creer, lo que hará que nos tengan más respeto y sean más susceptibles de negociar con nosotros de frente.