Partida Rol por web

Kitnawa se mantuvo atrás, apuntando a la serpiente con la flecha preparada; quería conseguir un tiro lo más limpio posible, mientras Usiku y Nikolai la mantenían en combate cuerpo a cuerpo

La serpiente observa durante unos segundos al grupo. Adhyra se mueve hacia atrás preocupada, temerosa, algo en la actitud de aquél ser de leyenda le hace erizarse los pelos. Pero justo antes de que decida atacar, todo pasa en unos instantes. La súbita propulsión de la serpiente hacia Nikolai,  Rashid intenta interponer sus garras, para hacerle un buen tajo a medida que pasa con toda esa potencia pero, inesperadamente, la serpiente hace un siseo que sorprende a Rashid haciéndole fallar el primer golpe por completo y, aunque consigue rectificar, a su segundo golpe le falta potencia. La trayectoria de la cabeza de la serpiente continúa buscando al extranjero, Usiku y Nikolai se lanzan, casi a la vez, intentando desviar el ataque de la serpiente. Un estocazo directamente a los orificios nasales de la bestia por parte de Nikolai apenas consiguen penetrar esas duras escamas y el zarpazo de Usiku, aunque consiguen arrancar algunas escamas, no es lo suficiente potente como para detener a la bestia. El estoque de Nikolai se doble levemente antes de ser despedido con fuerzas, abriendo la defensa de Nikolai. Los colmillos de la bestia pasan por su lado arrancando trozos de piedra de su coraza mágica y haciéndole un buen tajo en el brazo.

La herida de Nikolai hubiese sido soportable, de no ser por lo que venía a continuación. El veneno. Poco a poco el resquemor va recorriendo las venas de Nikolai. Sabe que no tiene mucho tiempo antes que el veneno haga efecto completamente, y los efectos ya se hacen notar. Nadie quiere pensar que hubiese pasado si Nikolai no hubiese tenido esa coraza.

Entonces, cuando todo parece ya haber pasado, cuando todo el mundo, incluido la serpiente, recupera su aliento, una sombra se mueve fugazmente. La serpiente parece descuidar su cola unos momentos, esos últimos tramos de la cola que no parece casi ni controlar. Adhyra actúa entonces, lanzándose con la boca bien abierta hacia la cola de una serpiente confiada y despistada, los colmillos se cierran casi en la punta de la cola, clavándose y partiendo las débiles escamas de esa zona. Cuando la serpiente emite un sonoro y claro quejido de dolor, Adhyra arranca el pedazo de carne que acaba de morder. Dolorida ante el inesperado golpe, la serpiente guarda de nuevo su cola, para protegerla de otros ataques en la zona herida mientras mira con odio a la pantera de Kanu.

Maldita sea, eso debe doler- pensé al ver caer a Nikolai, pues sabía por mi experiencia que lo más peligroso de un ser así no era la potencia de su ataque, sino el veneno que lo acompañaba, por lo que mucho me temía que Nikolai no sería de mucha ayuda a partir de ahora... y por desgracia Kanu seguía trabajando en su magia -Tenemos que aguantar… y solo defendiéndonos no lo vamos a lograr- me dije. Por suerte, ahora la serpiente parecía centrada en Adhyra lo cual me daba una oportunidad.

Con cuidado de no atraer demasiado su atención me moví intentando colocarme lo más a su espalda posible, y cuando creí estar en la mejor posición posible, me lancé hacia ella, atacando con mis garras pero no de la forma habitual, sino intentando clavarlas profundamente en el cuerpo de aquel monstruo, intentando permanecer encima suyo sin ser derribado para poder seguir atacando desde esa posición.

Apenas pude reaccionar; la serpiente se deslizó en un solo instante atacando y protegiendose por igual, con tal rapidez que parecía imposible para una criatura de su tamaño.

- Me he confiado demasiado -

Fue todo lo que pude pensar cuando vi los colmillos de la serpiente, con la boca totalmente abierta y lanzándose en mi dirección. Noté crujidos y un dolor lacerante, aunque más débil de lo que esperaba. Tardé un segundo en darme cuenta, al ver mi brazo, que la magia que había invocado días antes como una armadura me había protegido en parte de una herida que de otro modo habría sido fatal. Sin embargo no tuve tiempo de alegrarme...

A mi alrededor todo comenzó a parecer borroso, la cabeza me daba vueltas y las piernas a duras penas sostenían mi peso. - Claro, veneno... - Intenté pensar en una solución, pero no se me ocurrió ninguna. Solo tenía la seguridad de que en pocos instantes caería al suelo como un muñeco de trapo, totalmente indefenso.

Solo me quedaba la armadura mágica que ya me había protegido una vez, el veneno de la serpiente ya corría por mis venas y nadie estaba en condiciones de ayudarme. No tenía nada que perder. Con ese único pensamiento invadiendo mi mente intenté concentrarme lo más que pude en la gigantesca serpiente negra para asestarle algún ataque mientras aún podía.

La serpiente fija su vista en Adhyra. Esa pantera ha resultado ser la más peligrosa de todos sus adversarios. Se detiene durante unos instantes para fijar a su objetivo, y en ese mismo momento, Kitnawa aprovecha para soltar la cuerda del arco. La flecha vuela rápidamente hacia el monstruoso bífido, pero la distancia y las duras escamas hacen el resto: la flecha logra impactar contra una escama desviándose con esta y clavándose en la carne de la serpiente, aunque con una potencia escasa.

Esa flecha parece ser el desencadenante del ataque. Rashid aprovecha el parpadeo de la serpiente producido por el impacto de la serpiente para saltar encima de ella clavando sus garras con fuerza e ímpetu. Pero la serpiente, lejos de amedrentarse, se lanza contra Adhyra con tal velocidad, que Rashid no consigue quedarse encima de ella. Los colmillos de la serpiente se lanzan contra Adhyra mientras Usiku intenta alcanzar a la serpiente, pero la serpiente va demasiado rápida y la garra apenas logra arañar la superficie. La velocidad y precisión de la serpiente era tal, que Adhyra parecía estar en los colmillos de la serpiente cuando en el último momento, todos dais un respingo: Adhyra logra hacer un desplazamiento lateral que salva a la pantera del chamán por sólo unos centímetros. Momento en que aprovecha para cerrar su mandíbula en el morro de la serpiente. La sepriente se sacude fuertemente mientras Nikolai aprovecha el momento para lanzarse hacia la serpiente. La serpiente logra dehacerse de Adhyra, en el momento en el que Nikolai logra, a duras penas, extender con fuerza su brazo rasgando carne y abriendo una de las escamas.

A pesar de mis intentos, aquel ser era demasiado rápido como para poder mantenerme montado en él y atacarle desde ahí, y además sus escamas eran demasiado resistentes como para poder causarle verdadero daño con ataques al azar, por lo que intenté buscar alguna parte del cuerpo de aquel monstruo que fuese más vulnerable, donde alguno de nuestros ataques hubiese provocado una herida que poder aprovechar, o incluso hubiese soltado alguna escama dejando la carne bajo ella sin protección... algo que me permitiese dañarlo de verdad.

Había notado como mi estoque se encontraba con algo resistente, pero todo estaba tan borroso para mi que no sabía si mi ataque había causado algún daño. Varias formas borrosas se entrelazaban, separaban, y volvían a unir ante mis ojos; solo los gritos y aullidos de los hombres y las bestias, y los siseos de la serpiente me daban una pista de qué ocurría a mi alrededor.

Concentrándome de nuevo en mis pocas fuerzas para no caer al suelo, me preparé hasta que estuve seguro de que podía golpear y asesté otra estocada desesperada contra nuestro gigantesco enemigo.

La serpiente seguía encarándose a Adhyra, después de todo, aunque el rápido de Rashid parecía dañar a la serpiente. Adhyra había conseguido varias veces encararse a la gigantesca serpiente y no sólo había conseguido salir indemne, sino que había conseguido devolver el golpe a la abrumada serpiente.

Rashid se mueve rápidamente aprovechando la obcecación de la serpiente en la pantera antes de que ésta haga su primer movimiento, rasgando nuevamente la piel de la serpiente que empezaba a verse magullada por todos lados.

Cuando el bífido se lanza contra Adhyra, ésta ya le esperaba preparada. Nuevamente, vuelve a apartarse en el último momento, mientras Usiku se lanza torpemente contra la serpiente sin lograr traspasar su defensa. Nikolai, por su parte intenta alcanzar la serpiente, pero un mal movimiento desata el dolor en todo su cuerpo, derrumbándose en el suelo sin fuerzas y gimiendo de auténtico dolor.

Para cuando Adhyra llega al suelo y logra recuperar el equilibrio, la serpiente se desplazaba por delante suyo huyendo. Adhyra no deja pasar la oportunidad y arremete contra el cuerpo indefenso de la serpiente haciendo saltar escamas y dejándole, una vez más, otra herida.

La serpiente emitió un sisido de dolor mientras intentaba incorporarse. Se empezaba a observar el cansancio y la impotencia de la serpiente, y sin embargo, en sus ojos se podía observar una rabia cada vez mayor.

Parecía que la serpiente estaba cayendo; si la seguían acosando, la derrotarían. Kitnawa preparó una flecha más, pero esta vez no perdió el tiempo apuntado y disparó directamente, mientras ordenaba a Usiku que golpeara allí donde las escamas se habían desprendido.

En la boca del joven shamán apareció la sombra de una sonrisa. Se sentía orgulloso y preparado.

Orgulloso por el gran desempeño que estaba realizando Adhyra, luchaba contra aquella olvidada reina de las serpientes de igual a igual, o incluso como una superior. Su fetch se había hecho poderoso convirtiéndose en un guardián valiente y peligroso. Kanu esperaba que ese poder fuera una representación del suyo propio y que algún día alcanzase el de su maestro. 

Y en este aspecto se sentía preparado. Había dispuesto el ritual como lo hacía en las práticas con Carazul. Había atendido a todos los detalles y se había sincronizado con el mundo espiritual que lo rodeaba y a donde esperaba poder mandar a su enemiga. Por supuesto que le habría gustado disponer de mas tiempo y realizar un ritual más elaborado, pero la situación no era la más propicia. 

Nada mas terminar los preparativos del ritual, el joven shamán comenzó a notar los primeros pinchazos de nerviosismo. contaba con ayudar a sus aliados y ahorrarles más fatigas, y se sentía listo para ello, pero en el fondo temía fallar. Sabía que aun contaba con el Gul'ar, pero aquello demoraría mucho más el combate y, probablemente inclinaría la balanza en favor de la sierpe. 

Ya con todo dispuesto, Kanu se inclinó sobre el suelo cogiendo una de las gruesas y duras escamas que su valiente fetch le había arrancado a su adversaria y canalizó su poder a través de aquel fragmento del reptil. Un fragmento de un todo y que, por las leyes de la símpatía que le había enseñado su maestro, facilitaría el ritual. El joven focalizó su poder sobre la escama y amplificándolo con el poder del nombre de la criatura y entonces recitó su orden.

-Esh'nar, antigua reina de las serpientes, tu tiempo en este Reino ha terminado y a tu hogar, el Olvido, has de volver -gritó el joven con toda la autoridad de la que fue capaz- Ve y mora allí donde perteneces. Vuelve a la sombra del recuerdo. Vuelve a donde las memorias van a morir. Sal de este Reino pues ya no es tu lugar. ¡Yo, Kanu, Aprendiz de Carazul, te expulso y te impelo que vuelvas a la Oscuridad de la que una vez saliste!

Gracias al hecho de que aquella monstruosa serpiente seguía centrado en Adhyra, pude alcanzarla con mis garras sin mayor dificultad, provocándole una herida que se sumaba al resto de heridas que había ido recibiendo durante el combate, heridas que empezaba a acusar, a lo cual había que sumarle el hecho de que al parecer, Kanu había terminado al fin con los preparativos de lo que quiera que hubiese estado haciendo.

Hay que acabar con ella ahora- pensé, lanzándome hacia ella lo más rápido posible, con la intención de poner toda la inercia y el peso de mi cuerpo en el golpe, sin preocuparme si quiera por esquivar un posible ataque por parte suya, confiando en que la obcecación de la serpiente por la pantera hiciese que siguiese centrando todos sus ataques en ella.

La bífida parecía cada vez más enrabiada, iracunda. No sólo no paraba de sisear con fuerza, sino que toda su aura emanaba ira. Pareció girar la cabeza, mirando hacia el pequeño lago que había detrás suyo, como si buscara una salida, pero no parecía haber ninguna.
Kitnawa aprovechó la aparente distracción para soltar una flecha que voló hacia la cabeza de la serpiente. Pero con un rápido movimiento, Esh'nar desvió la flecha al impactar sobre su cráneo, la parte más dura de la cabeza y aún intacta de heridas.
Fue entonces cuando la voz del Shamán sonó con fuerza y energía. Una fuerza que traía consigo la energía de mundos más allá de la comprensión de los allí presentes. Sólo Esh'nar pareció notar aquella energía. Su reacción, rápida y cruel fue lanzarse, esta vez, hacia el cuerpo paralizado e indefenso de Nikolai. Rashid reaccionó rápidamente y saltó hacia la serpiente, clavando y hundiendo fuertemente una de sus dagas en la carne de la serpiente. El dolor le impidió seguir con la trayectoria, y entonces, antes de que Esh'nar pudiese incorporarse, las órdenes de Kanu finalizaron. La serpiente se quedó quieta durante unos instantes.
Y entonces observáis como una de las escamas de Esh'nar, se transforma rápidamente en una serpiente. Una serpiente que, tras escapar del cuerpo de Esh'nar y tocar el suelo, se funde con la tierra, desapareciendo completamente. Después otra más. Y otra... Y en unos instantes, Esh'nar empieza a convertirse en una amalgama de serpientes entrelazadas que empiezan a fundirse y desaparecer con la tierra.

Todo acaba y se hace el silencio, Esh'nar se ha ido, pero no se ha ido sola. Nikolai, que está en el suelo retorciéndose y gritando de dolor tiene los músculos totalmente agarrotados. Desconocéis la posible evolución del veneno, así que Kitnawa intenta ponerlo lo mejor que puede y hacer el tratamiento habitual para el veneno de la serpiente de la zona, cuyos síntomas son parecidos. Poco más podéis hacer. Una de las hermanas está muerta, Nira. Con una herida en el vientre que deja pocas dudas a sus posiblidades de supervivencia. Cuando os acercáis a Lira, en cambio, observáis la fea herida del hombro, además, al igual que Nikolai, está completamente rígida, pero respira. Posiblemente se quede sin movilidad en el brazo, pero tiene posiblidades de supervivencia.

Los dejáis lo mejor que podéis, tampoco podríais llegar a tiempo a ninguna aldea, así que es mejor no moverlos.

Por otra parte, está la fuente en medio del lago. Cuando os acercáis, podéis observar que su profundidad apenas llega al metro en el centro, donde se encuentra esa especie de construcción. A medida que os acercáis, observáis la similitud de la estructura con la de un pozo. Pero, a diferencia de un pozo, esta estructura abre paso a unas escaleras de caracol. Dudáis entre entrar y no entrar, pues vuestros compañeros están ahí. Pero, sea lo que sea que haya allí, debe ser importante. Empezáis a descender, dejando a las panteras al cuidado de los heridos. Ellas sabrán que hacer y podrán comunicarse con vosotros en caso de que suceda algo.
Es extraño, Las escaleras de caracol, forjadas en la piedra, están suspendidas en el aire y se abren cada vez más. Como si en vez de ser una columna, las escaleras se hubiesen construido alrededor de una estructura conoidal. Descendéis hasta el suelo, sin dificultades y con la luz que reflejan diminutas cristalizaciónes de la misma escalera. Cuando llegáis al suelo observáis una sala inmensa, un círculo mágico alrededor de las escaleras y una figura tirada en el suelo. Cuando os acercáis a observar a la figua, Kanu recuerda. Era aquél hombre que había visto en Babuka, acompañado de la mujer-serpiente, al menos, tiene los mismos ropajes. Su cuerpo está agujereado por multitud de lugares, como si un grupo de serpientes se le hubiese tirado encima. No lleva muerto demasiado tiempo.

Alguien gira la vista hacia arriba, hacia el pozo, dislumbrando la multitud de escaleras que habéis bajado, y entonces lo ve. Las escaleras, no descendían por una estructura conoidal: la columna que sujetaba las escaleras eran más bien un colmillo. Un colmillo gigante que ha desaparecido. Observáis mejor las escaleras, por la parte interior el material no está suave, sino áspero y duro, como si se hubiese roto. El colmillo que había en el centro, sujetando las escaleras, ha desaparecido. Y si aquella mujer serpiente ha traicionado al humano y se ha ido con ese colmillo, no lo sabéis, pero tampoco podéis ir en su búsqueda, por el único túnel que tiene aquella sala, dejando atrás a vuestros heridos. Recogéis el cadáver del humano, quizá lo pueda reconocer alguno de los supervivientes de Babuka, y sus posesiones y volvéis arriba.

Hacéis unas camillas con las que transportais a Lira y Nikolai al pueblo. Para cuando llegan al pueblo, el agarrotamiento y el dolor de Nikolai ya ha desaparecido, pero allí os tratan y os cuidan hasta que decidís volver a casa.