Partida Rol por web

Hace un año ya que las gemelas Lira y Nira volvieron de su prueba. Muchos de los fantasmas, los cazadores y protectores de los Mafumbo, decían que no estaban preparadas, que era un error de Kama, la bruja y curandera de la tribu enviarlas a hacer su prueba. Y efectivamente fue así. No pudieron superar su prueba. Algo pasó en Babuka, hablaron de oleadas de serpientes, organizadas, atacando la villa de Babuka, de gritos en la plaza sobre algún colmillo, desde entonces, las gemelas, a las que poca gente se acercaba por una maldición que tenía una de ellas, se volvieron mucho más asociales. Entrenándose día y noche entre ellas, con Kama, sin relacionarse demasiado con los demás.

Está claro que algo sucedió allí. Pero pocos se creen la historia de que alguien controlaba a las serpientes, eso, según mucha gente, eran sólo excusas que habían puesto las niñas malcriadas.

Tu relación, al igual que los demás, no era demasiado buena con las gemelas. Habías visto a mucha gente que se acercaba a ellas y se enfermaban y tus padres no te dejaban acercarte a ellas. No eran chicas muy populares, y aunque eran buenas guerreras, muchas veces eran agresivas, sobre todo con los chicos y hombres.

Tu aún no habías superado tu prueba tampoco cuando ellas llegaron, pero fue tu turno tras medio año. La prueba consistía en cazar una buena presa tú sólo sin ayuda de nadie, y tras superarla, te convertiste en un fantasma. Ahora, eres uno más de los cazadores, de pleno derecho, y sólo tienes que responder de tus actos ante el jefe de los fantasmas y el líder de los Mafumbo.

El líder se ha reunido contigo. Quiere que sigas a las gemelas. Aunque son tercas, y valientes y muy buenas guerreras, pero teme que si por casualidad el mal del que hablaban vuelve a aparecer, esta vez no tengan tanta suerte. Quiere que las sigas, como buen fantasma, sigilosamente y las mantengas vivas. No quiere que las ayudes en su prueba. No habría honor si un fantasma les ayudase a cazar en su prueba. Pero si están en peligro de muerte, es tu deber proteger a las gemelas.

Tras explicarte tu misión te mira. Si tienes alguna pregunta u objeción, ahora es tu momento para hablar.

Como siempre que podía, había aprovechado al máximo las horas de sueño y me había levantado, de nuevo, tarde, razón por la cual, cuando el líder de los fantasmas se me acercó para hablarme aún estaba algo dormido, aunque no tardé mucho en despertarme, interesado en lo que me decía... al fin y al cabo, si había alguien de quien la gente se quejase casi tanto como de mi, era de las gemelas, y aunque apenas las conocías, seguirlas en su prueba podía ser mucho más divertido que cazar o patrullar. Incluso mis padres me habian dicho que no me acercase a ellas... y ellos solo decian cosas como esa caundo hablaban de cosas divertidas, y esto prometia serlo. Especialmente, porque no era la primera vez que se sometían a la prueba, y a pesar de que no sabía que había pasado exactamente, lo que había oído era apasionante: serpientes atacando en oleadas controladas por alguien, gritos sobre un misterioso colmillo, una villa destruida y una maldición en una de ellas... definitivamente iba a ser muy divertido.

¿Irán al mismo lugar que la última vez? ¿Cuándo partirán?- pregunté, con un deje de entusiasmo en la voz y un brillo en la mirada que normalmente indicaba un inminente dolor de cabeza... para los demás, claro está. Estaba claro que si las gemelas querían que la gente olvidase su fracaso, tendrían que impresionarlas... y mucho.

Aún recordaba mi propia prueba... Thimba me había enseñado todo lo que había podido, y aunque aprendía rápido, esa iba a ser mi primer combate real. Desde que salí a realizar la prueba, había tenido claro que animal cazaría. Había aprendido a luchar imitando su estilo, y la única forma de probarlo era contra una de ellas,... bueno, eso y que también tenía más emoción hacerlo así. La cuestión es que lo conseguí, y aunque me costó, cuando volví malherido, pero cargando el cadáver de una Nya Leusi, los guerreros de la tribu empezaron a respetarme... más o menos, seguía molestándoles mi comportamiento y mis bromas, pero al menos respetaba mis habilidades y aunque no era algo que hubiese buscado, lo agradecía. Pero estaba divagando, la cuestión era que las gemelas tenían que lograr algo que impresionase a la gente si querían que olvidasen el fracaso.

¿Cuál es su especialidad? ¿Que se les da bien?- añadí de repente, preguntando lo primero que se me ocurrió tras menear la cabeza para intentar centrarme en lo que me decía el líder de los fantasmas... aunque en parte seguía pensando en lo divertido que iba a ser seguir a las gemelas -Combatiendo y en general... por si acaso- le dije -Aunque lo mejor sería preguntarle a Kama- añadí antes de que pudiese contestar.

Espero que no sea solo acechar y atacar de lejos... si es así no me podré divertir tanto- pensé -Y lo de visatar a Kama... podría avisar antes a Thimba, seguro que le interesa- me dije.

Unu, el líder de los fantasmas te mira con dureza. Aunque es un tipo divertido, y agradable la mayoría de veces, nunca ha entendido que te lo tomes todo a risa. O al menos, esa es su sensación.

- Escúchame, esto es importante. No pueden verte. Debes ser mucho más sigiloso que ellas. Debes seguirlas de lejos. Y no debe enterarse nadie, ni siquiera Kama, de que las sigues. Si alguien se enterase sería un grave insulto a su honor. No queremos afrentar contra su honor, pero si vuelve a suceder lo de la última vez, no nos podemos permitir perder a unas jóvenes con tanto talento.- Tras inspirar y expirar lentamente te mira con una cara algo más relajada- Partirán cuando ellas quieran, y tu saldrás medio día después. Siguiendo sus huellas. A medio día de distancia. Lo sé, es mucho. Sin embargo, todos sabemos a dónde se dirigen. Una vez allí procura, sobretodo, no delatarte. Me entiendes?

Unu te observó, esperando una respuesta. Se iba a girar para irse cuando recordó algo.

- Una de ellas ataca can lanza y la otra con daga.- añade antes de irse.

Aja, no pueden saber que estoy ahí- le dije mientras asentía, pues era lo que pretendía...  al fin y al cabo, siempre era más divertido hacer las cosas sin que los demás lo supiesen, y al pensarlo, una sonrisa traviesa apareció en mi cara por un instante -Tampoco se lo puedo decir a nadie más- añadí con indiferencia, ya que aunque el concepto de honor me solía parecer una tontería, tampoco era cuestión de pregonar lo que iba a hacer a los cuatro vientos... además ese no era mi estilo -Saldré medio día después que ellas- continué diciéndole, con un tono que indicaba entusiasmo... al fin y al cabo, rastrearlas le daría emoción a la cosa -Todo claro- le dije.

Así que daga y lanza- pensé mientras asentía con aprobación mientras veía a Unu irse, pues en mi opinión, si no lochas de cerca, no tiene gracia -De todas formas tendré que preguntarle a Thimba que sabe de lo que pasó la última vez...- me dije, aunque la mirada desaprobadora de Unu se me cruzó por la mente al pensarlo -Solo por si pasa lo de la ultima vez- pensé, como excusándome mientras me dirigía a casa de Thimba.

Fuiste a casa de Thimba buscando información y consejo, pero una vez llegaste allí, te encontraste a Thimba meditando. Y entonces lo recordaste, hoy era el día de los ancestros.

Por lo que sabías, el día de los ancestros era un evento que se celebraba una vez por semana. Durante el día, el chamán invocaba a los espíritus para afianzar y fortalecer los lazos espirituales de la tribu para con los ancestros y por la noche se celebraba una cena algo ligera por parte de todos los miembros de la tribu. O al menos, así debería ser. Habían muchos que preferían no cenar y levantarse al día siguiente con un buen puñado de bayas al lado de su lecho.

Era uno de los trabajos más importantes para el chamán y dedicaba bastante de ese día meditando y haciendo su "magia". También sabías que no sería bueno impotunarle por información tan poco importante y que no era seguro que tuviese.

Faltaba poco para el mediodía cuando viste a las gemelas hablar con Unu. Hablaron unos minutos y se encaminaron hacia las afueras del pueblo. En su cinto pudiste ver algunas bolsas y algunas raciones atadas. Parecía que se marchaban. Unu se giró buscándote y te encontró.

Se giró de nuevo y siguió a lo suyo unos minutos. Poco después se levantó y volvió a buscarte con la mirada.

- Nya, esta noche saldrás a rastrear alguna buena presa para el día sagrado.- Dijo bien alto y claro. Lo suficiente alto como para que una de las mujeres del pueblo que estaba cerca lo oyese.

Espero que asintieras para retirarse.

Fui a casa de Thimba, esperando poder hablar con él, pero por desgracia, cuando llegué, Thimba se encontraba en plena meditación. Tardé un poco en recordar que día era hoy.

¿Maldita sea, tenía que ser justo hoy?- pensé maldiciendo por lo bajo. Por un momento, pensé en interrumpirle, pero al final decidí no hacerlo -Bueno, mañana le preguntaré, no creo que salgan justo hoy- me dije, mientras me dirigía hacia casa para revisar todo el equipo, para dejarlo preparado. Seguramente faltasen aun uno o dos días para que tuviese que salir, pero prefería dejarlo ya... si no, seguro que se me olvidaba. Era casi mediodía cuando vi a las gemelas hablar con Unu durante unos minutos, para luego encaminarse hacia las afueras del pueblo con varias bolsas y algunas -Hay que ver que prisa tienen... ¿Es que no se podían esperar ni un día?- pensé al darme cuenta de que se marchaban ya, sin apenas percatarme de que Unu se me había acercado hasta que me habló.

¿Qué? Pero no ten...- empecé a decirle, algo desconcertado hasta que caí en la cuenta de a qué se refería -Ah, sí claro, cazare una buena presa- contesté.

Con lo sencillas que son las cosas, que manía con complicarlas- pensé... sin darme cuenta de que muchas veces yo complicaba las cosas de peores maneras -En fin, voy a prepararlo todo- me dije.

Una vez todo está preparado y se acerca el anochecer, partes de la tribu. La gente está ocupada preparando la "deliciosa" cena y la ceremonia. Así que sólo algunos se despiden de ti, y muy brevemente. Ni siquiera Unu viene a despedirse. Te toca perseguir a las niñas.

Sales por un lado del pueblo diferente al que salieron las gemelas para luego dar un rodeo y que no se note tu persecución. Es hora de poner a prueba tus instintos de cazador.

El resto del día fue insoportablemente aburrido. Con todo ya preparado, solo me quedaba esperar a que anocheciese para salir en busca de las gemelas, y eso era algo que no se me daba muy bien... esperar era aburrido. Y ni siquiera podía hablar con Thimba, lo cual lo hacía peor, así que me pasé el resto de la tarde en cómo podría molestar a las gemelas sin que me descubriesen... eso y probando sin que me viesen algo de la cena preparada para la noche.

Al fin, cuando estaba a punto de anochecer, con todo ya preparado, me puse las garras que Thimba me había fabricado hacía ya tiempo y con el cuerpo lleno de las pinturas tradicionales que usaba cuando salía a cazar, salí del pueblo por el lado contrario a donde salieron las gemelas para disimular mi persecución, por lo que me introduje un poco en la selva antes de dar un rodeo y, oculto y silencioso como una sombra, con cuidado de que nadie me viese, llegar a la zona por donde las gemelas habían partido, donde me puse a buscar su rastro.

Maldita sea, debía haber salido antes- pensé una vez allí, pues la creciente oscuridad de la zona no hacia fácil encontrar sus huellas -Seguro que las han borrado para que nadie les siga- me dije, convencido de que la culpa de que no pudiese encontrar el rastro era de las gemelas, y poco dispuesto a seguir buscando un rastro que definitivamente habían borrado, me adentre en la selva un poco más, para ver si más adelante encontraba el rastro.

Te adentras sigilosamente en la selva. No tienes ni idea de por donde han ido las chicas, así que la tarea de vigilar a las gemelas se hace más difícil de lo que creías. Como ibas a vigilar algo si no sabías donde estaba? Pero una idea tienes en mente. Posiblemente se hayan dirigido hacia Babuka. Al fin y al cabo, deben buscar recuperar su honor cazando lo que allí les provocó la deshonra.

O al menos eso esperas. Te diriges a Babuka, hace muchísimo tiempo que no vas a esa villa y no sabes bien si recordaras la ubicación exacta, pero crees recordar la zona, así que algo más aliviado por la idea, empiezas a caminar.

Pasas dos días caminando y recuerdas que por el tiempo recorrido y la zona, estás llegando a Babuka. Quizá sería el momento de empezar a buscar de nuevo.

Por desgracia, a pesar de adentrarme más en la selva, seguí sin encontrar rastro alguno de las gemelas, y era difícil vigilar algo que no podía encontrar. Esto iba a ser más difícil de lo que esperaba, ya que no tenía ni idea de hacia dónde podía haber ido.

Con lo fácil que se suponia que iba a ser esto- pensé -Podrían estar en cualquier parte- me dije -En cualquier parte... a no ser... y si han ido  a donde la ultima vez- pensé, pues dado lo orgullosas que eran las gemelas, era algo bastante probable, por lo que sin perder tiempo me dirigí hacia villa de Babuka, esperando recordar el camino, y tras dos días andando por la selva, llegué a la zona por donde recordaba que se encontraba la villa.

Esta vez no se escaparan- me dije en voz baja, mientras empezaba a buscar cualquier posible rastro de las gemelas, y atento también a cualquier ruido que indicase que había alguien cerca. Por suerte, esta vez logré encontrar un rastro reciente, y me puse a seguirlo. Estaba decidido a no perderlas de nuevo.

Has encontrado rastros de dos humanos en el camino. Por el tamaño del pie dirías que son las gemelas, así que te dispones a seguirlas cuando, de repente, un haz de luz aparece de entre los árboles. Ha venido de lejos, pero ha sido algo extraño, intenso y repentino. Tan intenso que si hubieses estado cerca, posiblemente te hubiese cegado.

Serán las gemelas? Eso... no ha sido nada normal.

Justo cuando me disponía a seguir el rastro, un intenso haz de luz aparece de repente de entre los árboles, sorprendiéndome.

¿Que ha sido eso?- pensé, pues lo que acababa de pasar había sido bastante extraño, cuanto menos. Si habían sido las gemelas, debían estar haciendo algo muy raro para provocar eso... y si no eran ellas, aún peor. Instintivamente, como ya había hecho otras veces, aunque no sabía ni cómo ni porque, intente percibir el bosque, no como un conjunto de plantas y animales, sino como un ser vivo con sentimientos propios, intentando captar la sensación que irradiaba tras experimentar el haz de luz. Pero a pesar de lo que pudiese percibir del bosque, lo que estaba claro era que debía de moverme, aunque lo que no sabía era hacia donde. ¿Seguía el rastro de las gemelas o iba a ver qué era esa luz? Al final me decidí por lo ultimo.

Sin son ellas, pueden estar en apuros- me dije, maldiciendo por lo bajo su poco sentido común si se las habían ingeniado para meterse ya en un lio, así que tras hacer una marca en uno de los arboles cercanos para poder reconocer de nuevo el sitio si volvía, fui hacia el lugar de donde había venido la luz. Y como la mejor manera de vigilar sin ser descubierto era desde arriba, lo primero que hice fue buscar un árbol cercano por el que trepar para luego, con cuidado y en silencio para no ser descubierto, deslizarme por entre las copas de los árboles para observar que era lo que pasaba.