Partida Rol por web

El Fantasma del Mar

[02] ¡Abordar el Barco...! Y les quedó precioso

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20/09/2021, 00:42
Ember Colibrí

Lo cierto era que el farol de comerse el miembro del pirata era algo más que evidente, pero lo de colgarles inmediatamente no lo era; lo había propuesto Aranna y en principio se había descartado. Pero cambiar de opinión era algo perfectamente posible. Lo cierto es que Colibrí no tenía agallas visibles, sino que respiraba bajo el agua de manera natural, lo mismo que en tierra.

- Bueno moreno, has tenido tu oportunidad, que no se diga. Voy a buscar a Aranna para ver si aún quiere colgar a alguno. SI quieres decir algo, haz gestos con la cabeza, porque pasas al selecto grupo de los amordazados. - Colibrí amordaza al pirata, tras lo cual se acerca a la maga, a la cual quita la mordaza con cuidado. - Si tratas de tirar un conjuro, impediré que lo hagas y no te va a gustar. A ver, qué era eso tan urgente que querías decir. - Luego, sin perder de vista a la mujer, gritó en dirección a la bodega.

- Pues habrá que subirle a cubierta a ver qué nos puede contar. Y dejar que baje al agua. - Seguro que el pobre tipo necesitaba un chapuzón. Esos elfos se arrugaban como pasas si pasaban mucho tiempo fuera del agua.

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20/09/2021, 17:32
Aranna Ygranth

No, no, no, no, replicó Aranna. No, añadió, convencida. Dije que los echáramos a los tiburones, no que los colgáramos.

Justo en ese momento se escuchó la voz de Eved.

Pregúntale a ella, a ver si tiene más ganas de colaborar, dijo a Colibrí, señalando a la maga. El que sea menos cooperador se lo dejamos a Zanahoria, y lo que quede lo tiramos al mar.

Zanahoria se sentó entre Punketah y Tallis y bostezó con una boca llena de afilados dientes. La aventi bajó a la bodega dando saltitos. Cuando llegó a donde estaban Eved y el elfo encadenado, sacó la varita y tocó al pobrecito con la punta. ¿Te trae recuerdos? preguntó a la ex pareja de Oona, sonriente.

Buenos días, muchacho. Hemos tomado el barco de esos contrabandistas que te tienen encadenado. ¿Notas cómo la magia te va curando? Quédate tranquilo y te liberaremos, explicó al elfo en el dialecto entre el élfico y el acuano que era propio de los suyos.

- Tiradas (1)
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20/09/2021, 18:00
Ember Colibrí

Colibrí tuvo que conceder con un cabeceo mientras retiraba la mordaza de Punloquesea.

- Toda la razón Aranna; pero no veo escualos rondando. A lo mejor puedes invocar alguno. Y si no, siempre hay sogas en un barco. -

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20/09/2021, 19:49
Oona

Oona no encontró explicación al puro, se lo mostró a Eved, que tampoco le hizo demasiado caso, pero para la genasí era significativo ese olor a clavo, de modo que se lo guardó. No encontró ningún sello en los barriles que le dijera de dónde provenía, tampoco el contenido era significativo, seda probablemente robada. De las armas, ni rastro. Algo preocupada, se dirigió a la habitación contigua a la que estaba investigando Eved. Comprobó trampas, abrió y revisó.

El hallazgo del cofre la impulsó a abrirlo de inmediato, buscando trampas nuevamente, pero no tenía nada de especial. Contenía ropa de Tallis, probablemente, pintoresca como ella sola. Le dio un golpecito al fondo y encontró el compartimento secreto, que forzó tranquilamente mientras Gary hablaba con el loro. Dentro había armas exóticas, pero no las que buscaban. Sacó los libros y los miró por encima, pasando páginas, leyendo párrafos. De repente, memorizó uno de ellos y decidió detectar magia en todo aquello. Solo el libro contenía magia.

-Aquí hay un loro -comentó a Eved, justo cuando él decía que habían encontrado un prisionero.

Rápidamente, dejó lo que estaba haciendo y fue hasta allí para comprobarlo de primera mano.

Notas de juego

Encuentro: 200 piezas de plata, una lanza, una daga y los restos de una ballesta. Y dos libros, Distinciones legales en letras de marca de Tazaar y Principios de Navegación de Da Korma, probablemente mágico, ya que se memoriza automáticamente lo que se lee.

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20/09/2021, 20:08
Gary

Gary voló hasta el loro, pero se mantuvo a distancia. No era el primero que le picoteaba la cabeza.

-¿Por qué reales de a ocho? -le preguntó-. Hola, soy Gary. ¿Hablas mi idioma?

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20/09/2021, 21:18
Hellas Blauerwels

Hellas se agachó a acariciar a Zanahoria.

Cariño, ¿tú también te crees que estás en disposición de negociar algo?—le preguntó a Punketah.

Estaba claro que los piratas se pensaban que no iban a tener estómago para matarlos. Que eran algún tipo de héroe de esos caballerosos que hacen tratos. Pero en Marjal Salino los héroes matan a los piratas. Dejarlos con vida ya era trato suficiente. No iba a intentar que se creyeran las amenazas, si no lo hacían...

Las autoridades bien podían conformarse con el capitán.

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21/09/2021, 08:24
Punketah

Punketah escupió el pañuelo que Aranna le había metido en la boca en cuanto le bajasteis la mordaza. Dedicó una mirada aniquiladora a Hellas antes de responder:

Vosotros decidme lo que queréis saber y que haga que haya más probabilidades de que salga de una pieza de esta. No quiero saber nada de sogas ni tiburones —dijo con un pragmatismo envidiable.

Le volvisteis a hacer las mismas preguntas que le habíais hecho infructuosamente a Morenito y la maga de a bordo empezó a responderlas:

Sé dónde puede esconderse Sambalet —afirmó—, una gruta que se inunda parcialmente cuando sube la marea. He estado allí un par de veces.

»Pero nosotros no trabajamos para él, sino al revés. Sambalet formaba parte de la tripulación y se quedó en la Casa Encantada para dirigir la operación desde allí. No trabajamos para nadie —dijo, y se le escapó una mirada al Primer Oficial, el tipo calvo—, somos independientes. Es el capitán el que da las órdenes.

»No sé quién nos ha dado las armas para que se las vendamos, pero sé que nos llegan desde distintos sitios. Supongo que las estará sacando alguien del ejército, es difícil robar tantas armas.

»Lo de los esclavos no es algo normal —casi se excusó Punketah—. Tenemos un comprador en la Bahía, pero solo le interesan los esclavos exóticos, especialmente los de origen marino. Si no lo son, el capitán trata de encontrarles un buen precio en el mercado de esclavos de Puerto Cálim.

»Fue Orson quien invocó al elemental. Tiene el favor de Umberlee.

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21/09/2021, 08:24
Cuppa

Lo primero que escuchó Aranna al descender por las escaleras fue el estridente parloteo de un loro.

Lorito quiere galleta, ¡lorito quiere galleta! ¡Braaak!

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21/09/2021, 08:24
Oceanus

El vozarrón que había pegado Eved había despertado al prisionero.

No necesito curación, gracias —dijo con voz sorprendentemente musical, pese a haber estado inconsciente solo unos instantes antes—. Solo sumergirme unos minutos en el agua y comer algo.

El muchacho al que iba a curar Aranna resultó ser un elfo de unos trescientos años. Tenía las agallas en el cuello, los largos dedos palmeados y la piel de color verde con rayas marrones que lo identificaban como un elfo acuático. El gris salpicaba ya la mata de cabello rebelde, lo que delataba que había visto muchos otoños incluso para un elfo. Estaba prácticamente desnudo a excepción de un taparrabos de algas trenzadas.

No parecéis piratas ni esclavistas —dijo el prisionero—. Mi nombre es Oceanus. ¿A quién debo agradecer mi rescate?

Sus palabras, pronunciadas en élfico, no os resultaron evidentes al principio. Aunque el mensaje era entendible para cualquiera que hablara el idioma de la Buena Gente, los fonemas estaban mezclados con otros sonidos semejaban los chillidos y clics con los que se comunicaban los delfines.

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21/09/2021, 11:24
Ember Colibrí

Colibrí cabeceó complacido ante la colaboración de la mujer. - Bien dicho chica, eso son ganas de vivir y colaborar. Hablaremos bien de ti a las autoridades, no te quepa duda. Debes señalarnos la localización de esa cueva, por cierto. - Después paseó la mirada por los presentes hasta detenerse en el Capitán.

- Bueno, bueno, ¿y tú prefieres ponernos las cosas difíciles y mirar una soga mientras buscamos la información en tus papeles, o piensas colaborar? Seguro que tienes algo que aportar, algo que haga que tu pellejo valga para más que colgar del mástil. -

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21/09/2021, 11:43
Ember Colibrí

El Capitán estaba aún dolorido por sus heridas, y no rebullía ni un milímetro. El escuálido Shoal elevó la voz para que Aranna pudiera escucharle, y además oteó la mar y las olas en busca de una posible sorpresa desagradable.

-¡ARANNAAA, NECESITAMOS DESPERTAR AL CAPITÁN!! - Una vez estuviera en cubierta, le interpeló en un tono más comedido. - ¿Había algún diario de a bordo en la habitación del Capitán? -

- Tiradas (1)
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21/09/2021, 15:21
Aranna Ygranth

DALE UN PAR DE BOFETONES, respondió Aranna, desde la bodega. La aventi suspiró y sacudió la cabeza. Colibrí se defendía muy bien con la espada, pero era de ese tipo de hombres que necesitaba a una mujer para todo lo demás.

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21/09/2021, 19:47
Aranna Ygranth

A nosotras, respondió a continuación, más comedida, a Oceanus. Aranna y Oona. Señaló a Oona y a sí misma, aunque primero a sí misma, para no liar al elfo.

Ese elfo acuático, por cierto, era más acuático que elfo. Aranna, que había conocido a lo largo de los años casi más elfos acuáticos que aventis, no se sorprendía. Probablemente tenía más que un poco de sangre locathah. Los elfos eran muy dignos, pero se metían en la cama con todo lo que se movía. Como bien decía su abuela, no pierdas de vista la anguila cuando haya un elfo cerca. Claro que ella no podía criticarles; también se hubiera metido en la cama de ese elfo sin pensárselo demasiado.

Pues vamos arriba, querido. Puedes darte un remojón y te buscamos algo de comida. Mientras comes, nos cuentas qué estabas haciendo ahí encadenado.

Aquello dicho, volvió a la bodega y se puso a rebuscar entre los barriles algo de comida apropiada para elfos acuáticos. Y galletas para loritos. La primera la encontró, en forma de brandy y vino entre el cargamento —que eran comida adecuada para cualquiera, a su juicio, y carne en salazón y miel en la despensa—. La segunda, sin embargo, se le resistía. El dueño del loro tendría las galletas, pensó, pero quién era el dueño. Cuando volviese a la cubierta, se lo preguntaría a esos malandrines malencarados.

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21/09/2021, 23:41
Hellas Blauerwels

Así que Sambalet sólo era uno más.

Se nota que eres la que sabe magia—le respondió a Punketah después del torrente de información—. De momento has sido la más lista de todos. De momento te has ganado un viaje.

Después se dirigió al resto de la tripulación.

¿Alguien más quiere compartir lo que sabe? ¿O prefiere elegir entre ser colgado, pasar por la quilla o servir de pasto para los tiburones? Eso también va por ti musculitos, todavía estás a tiempo de rectificar. Aunque si quieres en vez de esas horribles muertes...—Hellas trazó un círculo con el dedo índice dejando un rastro de su misteriosa energía arcana— a ti puedo hacerte otra cosa.

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22/09/2021, 11:43
Oona

Oona observó al elfo acuático con atención. Su coloración verde-turquesa le dijo a la genasí que probablemente provenía del Mar de las Espadas, durante su juventud había visto muchos como él allá en su antiguo hogar en el océano.

Se acercó a Oceanus y comenzó a trastear con las cadenas.

-Me va a llevar un poco de tiempo, enseguida te soltaré -le explicó mientras sacaba sus herramientas. Se colocó unas varillas en la boca, sacó las ganzúas, y comenzó a trastear con los candados mientras hablaba con el elfo en acuano-. No somos ni lo uno, ni lo otro. Somos de Marjal Salino y buscábamos este barco. ¿De dónde vienes tú? Yo me llamo Oona, nací en las marismas de la Esmeralda Coralina hasta que me pescaron y me metieron en un acuario durante años. Desde entonces he vivido en la superficie, cuando pude escapar del acuario.

Gary trepó por la espalda de Oona y se encaramó a su hombro. Ella le tocó la cabeza y terminó de forzar la cadena.

-Él es mi amigo, también es de allí. Un dragón de coral. Se llama Gary.

El clic aflojó el candado y finalmente le quitó las cadenas al pobre Oceanus. Lo condujo hacia la escalera, pero antes se giró hacia Eved.

-En la habitación he encontrado un cofre con unos libros y un par de armas personales, fabricadas con hueso. No son metálicas. ¿Es posible que esa lanza y esa espada sean tuyas, Oceanus? Debajo del mar, las armas de metal se oxidan con facilidad -le dijo al espía de Tethyr-. Las armas acuáticas están fabricadas con huesos de ballena, coral y materiales no corrosivos. Ah, y ese loro, no sé de quién es, pero seguro que si le damos una galleta, nos puede contar algo. ¿Habéis encontrado galletas? -preguntó Oona, mientras su madre adoptiva revisaba la cocina de arriba abajo.

Ayudó a Oceanus a ponerse en pie.

-Vamos, te acompaño arriba para que te remojes un poco. Necesitas hidratarte o te quedarás seco.

Notas de juego

Elijo 10 en Saber, local, para un total de 15. Saber cosas sobre los elfos acuáticos.

Elijo 20 en Inutilizar mecanismo para forzar las cadenas de Oceanus, para un total de 30. Suelto las cadenas.

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23/09/2021, 09:58
Punketah

¿Señalarlo? —repitió indecisa Punketah—. No tengo ni puñetera idea de mapas o de cartas de navegación, no sabría hacerlo. Os lo juro por el cimbel de Talos, no es ningún truco. No me apaño con los mapas. Si viajamos por la costa en dirección oeste la reconoceré. Tengo memoria pictórica de esa.

Cuando Hellas preguntó si alguien tenía algo más que decir, la tripulación guardó un amordazado silencio. Quizá fuera un mudo gesto de desafío para respaldar a su contramaestre, tal vez estaban resentidos porque su maga de a bordo hubiera soltado la lengua o posiblemente no tenían nada que añadir a las preguntas que ella ya había respondido. Aunque Morenito tenía muy claro que otra cosa prefería que le hiciera Hellas. Una muy específica, que tenía que ver con los pechos llenos como cántaros de miel de Hellas.

¡No me miréis así, como si os hubiera traicionado! —dijo la maga señalándolos con un dedo admonitorio—. Haberlo pensado mejor cuando os dedicasteis a robarme todas las bragas y medias. ¡Joder, que me quedé sin ropa interior en menos de tres días!

Señaló con gesto acusador la cerradura que había tenido que instalar en su camarote.

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23/09/2021, 10:05
Oceanus

Entonces Aranna emergió de la bodega cargando vino y brandy, puesto que ya sabemos que esa mujer emergía por naturaleza. La aventi ignoró a Colibrí con todas fuerzas, y lo siguió ignorando mientras surcaba toda la cubierta y se zambullía en el interior de la cocina en busca de comida.

Escucharon a la druida remover cuchillos, ollas y sartenes cuando Oona salió de la bodega acompañada del elfo acuático que Eved había encontrado. Tenía las agallas en el cuello, largos dedos palmeados y la piel de color verde con rayas marrones. El gris salpicaba ya la mata de cabello rebelde, lo que delataba que había visto muchos otoños incluso para un elfo. Estaba prácticamente desnudo a excepción de un taparrabos de algas trenzadas y un arnés del mismo material del que colgaban una lanza corta y una daga, fabricadas con madera de deriva y huesos de criaturas marinas.

Iba hablando con Oona en el idioma musical de los elfos mezclado con sonidos que semejaban al canturreo de los delfines. Eved, por su parte, seguía en la bodega haciendo quién sabía qué, pero que probablemente tuviera que ver con seguir buscando armas y armaduras.

(Élfico) Provengo de la tribu de Manaan, vivimos en un asentamiento submarino a unas veinte millas al sureste de aquí. Mi tribu notó, desde la distancia, los viajes periódicos de este barco durante la noche a lo largo de una zona costera que creíamos desierta. No solemos prestar demasiada atención a los asuntos de las gentes de la superficie, pero el jefe de mi tribu decidió intervenir en este caso. Me ordenó que vigilara el área y que subiera a bordo cuando llegara el barco para espiar lo que hacían cuando regresaran a su puerto de origen —explicó Oceanus—. Y así lo hice. Vi como subían a bordo un pequeño arsenal de armas. Poco después me descubrieron, así que no pude averiguar a quién piensan entregárselas. Me noquearon y un tiempo después desperté encadenado al casco del barco. No tengo claro cuánto tiempo he estado prisionero, o cuál habría sido mi destino final. Pero gracias de nuevo, Oona.

Oceanus se acercó a la barandilla del barco, deseando saltar para sumergirse en el agua unos momentos, pero aguardando por si la genasí tenía más preguntas. Entonces Aranna volvió a emerger de la bodega, trayendo además de bebida, manduca: carne en salazón y un bote de miel. El estómago del elfo rugió como un dragón-tortuga.

(Élfico) Ah, gracias a ti también, Aranna. ¡Sashelas de las Profundidades, me comería una ballena entera!

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23/09/2021, 13:59
Aranna Ygranth

Nunca tuve ese problema cuando servía en navíos, comentó Aranna cuando emergió a cubierta con los brazos llenos de viandas. No podían robarle la ropa interior a alguien que no la usaba.

Dejó el brandy y el vino, el tarro de miel y el pañuelo con carne en salazón sobre un barril. Se lo pensó mejor, cogió el frasco de brandy y echó un trago que la hizo sacudirse como un perro empapado. Se lo pensó mejor antes de ir a por el segundo, y volvió a dejar el frasco.

Nada de galletas, respondió a Oona, encogiéndose de hombros. Ni de ballenas, añadió, para Oceanus —Aranna se quedó pensando un momento, tratando de recordar si conocía a alguien en la superficie llamado Continentus—. Pero si nos acompañas a Marjal Salino, te prometo un desayuno que te va a dejar flotando a la deriva si no te encadenas a un ancla.

La druida paseó por la cubierta con las manos en la nuca, acercándose a donde Colibrí y Hellas interrogaban a la tripulación. El pezón derecho le asomaba y se escondía de nuevo a cada paso que daba.

¿Me has pedido algo antes? preguntó al mediano. Había ido derecha a la despensa y apenas había hecho caso a la vocecilla de Colibrí. Miró a la maga despierta y al capitán inconsciente. ¿No se despierta el barbudo? ¿Le has pegado fuerte? Se acuclilló junto al exánime Hawthorne y le propinó un bofetón que sonó como el tañido de la campana de una iglesia.

¿Ha cantado algo interesante ella?

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24/09/2021, 00:41
Ember Colibrí

Colibrí observó escéptico las maniobras de reanimación de Aranna para con el Capitán, no sin echar una mirada de reojo a las formas de la aventi. Al Shoal le parecía bien que se exhibiera así, que le dieran a ml viejo verde de su marido.

- No, no le he sacudido. O sea ahora, antes le pinché un poco. Si le das tan fuerte, va a volver a sangrar. El bazo es un sitio delicado, le harás sangrar por dentro. El caso es que parece que es quien sabe más, y el moreno no quiere colaborar.

Punketah dice que sabe dónde puede estar Sambalet, en una cueva por la costa; no obstante no tiene muy claro cómo llegar porque de navegación sabe lo que yo de hablar con los muertos. También dice que alguien les proporciona las armas, no sabe quién, pero supone que alguien del ejército de Tethyr. El tema de los esclavos, no me ha quedado muy claro, Fay te podrá explicar más.

¿Qué se cuenta el elfo marino? No entiendo nada de ese parlar de peces. Er... Aranna, se te ve un pezón, por cierto.

Parece que hay armas en el barco según Punketah, pero nuestro experto espadachín aún no las ha encontrado, por lo que se oye. -

Colibrí se encogió de hombros mientras observaba al Capitán, considerando si debía usar su cinturón sobre él. Si el tipo moría, poco iba a contar. Y desde luego para él se había acabado el acarrear cadáveres al templo para una charla.

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24/09/2021, 11:14
Aranna Ygranth

Oona, cielo, échale un vistazo a eso, dijo, señalando el cofre de la maga que no había conseguido abrir, junto al que reposaba un par de botas.

Aranna asintió a todo lo que decía Colibrí, moviendo la cabeza y murmurando ajá aquí y allá entre dientes. Sí, sí, el bazo —fuera lo que fuere eso— era delicado. Punketah sabía dónde estaba Sambalet, pero estaba demasiado ocupada estudiando libros de magia para aprender a leer mapas. Los esclavos no sé qué. Las armas se las pasaba alguien del ejército. Hablaba lagartón pero no entendía el elfo. Se le veía un pezón, claro, y a Oceanus los dos, y nadie había dicho ni glup. Las armas estaban en el barco pero Eved no las había encontrado, o igual sí, y se las había metido todas en un bolsillo.

Oceanus dice que se comería una ballena entera, explicó. Y que lo capturaron cuando se había colado en el barco para espiar. Que el barco estaba yendo y viniendo por un área deshabitada de la costa, y el líder de su tribu le envió a echar un vistazo. Aranna giró la cabeza y se dirigió al elfo en su lengua: ¿Podrías llevarnos allí? A donde merodeaba el barco.