Partida Rol por web

Niñato engreído- Pensó jekil, al escuchar la ironía que se desprendía de la última frase de Johannsen-  ¿Qué sabrás tú de no llamar la atención? Seguro que haber dejado el montón de pelo anaranjado, esparcido por la habitación, hubiera sido más discreto. Porque estoy metido hasta el fondo si no…

-Pues está claro entonces, cada uno por su lado. Mañana nos reuniremos en El Unicornio a primera hora de la mañana. Después empezaremos a buscar…
Como somos unos maestros en no llamar la atención, supongo que no tendremos ningún problema en movernos por el puerto… Incluso habiendo, tres de nosotros, participado en el enfrentamiento de los muelles y con Leonard libre por ahí… Bueno será mejor ir a descansar, es tarde.

Esperó unos minutos a las reacciones de sus compañeros, después emprendió el camino hacia la posada en la que había descansado la noche anterior.

Ruy asintió a lo que Jekil dijo, no sin cierto mal humor ante la actitud de sus palabras.

Válgame dios, ¿En que clase de comunidad me he integrado? Lo que el vil metal es capaz de provocar que hagamos no tiene nombre, incluso mezclarnos con gente de tan mala catadura como esta. Espero terminar con todo esto mañana, para alejarme de gente de tan poco agradable. Pensó con algo de frustración.

-Bien, en ese caso... mañana a primera hora nos econtraremos en el Unicornio. Les dijo a los demás. Y luego antes de retirarse agregó. Y más vale que nos las ingeniemos para no llamar la atención despues de lo de hoy, Johannes y yo lo tenemos fácil, pero tú enano... no te lo tomes a mal, pero imagino que no se verán mucho enanos matadores por estos lares.

Gustav sonrió ligeramente ante el comentario jocoso del estaliano. Luego alzó una mano a modo de despedida y se encaminó hacia el laberinto de calles de aquella zona. Buscaria un rincon oscuro, que fuese facil el ocultarse, y alli dormiria, entre las sombras de la noche y de la miseria, a salvo del ajetreo de una ciudad como aquella, que parecia no dormir nunca...

La joven avanzó con el grupo escuchando todas las propuestas. Al final, alzó la cabeza, iluminando así su ojos verde a la luz de la luna.

- Bien entonces. -susurró con su dulce y acaramelada voz- Mañana nos reuniremos en El Unicornio.

Y, cuando fue en dirección hacia la posada donde se alojó la noche anterior, susurró solo a Jekil:

- Te has ido de la boca, "amigo" -su tono era claramente de decepción, no de enfado- Buenas noches, y vigila tus espaldas.

Palabras tras las cuales sonrió maliciosamente y su capa ondeó con la brisa del viento a esas horas de la noche, en aquél callejón donde se despedía de sus compañeros para verlos a la mañana siguiente una vez más.

En cuanto todo esto acabe, serás el primero en probar el acero de mi daga en la garganta, Jekil. No cobraré 300 coronas, cobraré 600 y una venganza.

A Jekil le costó unos segundos saber a qué se refería Larymian. No había caído en que la muchacha le había pedido discreción con respecto a sus averiguaciones. De todas formas, tampoco pensaba que fuera tan grave…

-Tranquila, no te preocupes… - Dijo de forma brusca y frunciendo el ceño. – Y descuida, sé apañármelas.

Buenas jefe.

Me gustaría saber si es posible una cosilla. Me gustaría que mi pj se levantara con tiempo suficiente para, primero visitar alguna plaza o puesto de guardia (Desconozco en lugar) en el que se anuncien las personas en busca y captura, así como la recompensa, y después acudir con antelación a la zona de El Unicornio.

Quizás esto sea algo complicado de organizar, por el tema de cuadrar las escenas y eso. Como tú veas, y si resulta que no se puede hacer, pues no pasa nada ;)

Jekil se levantó antes de lo que tenía previsto. No había pasado mala noche, pero no se podía decir que hubiera dormido a pierna suelta.

Los acontecimientos del día anterior le hacían desconfiar de cada uno de sus “compañeros”. El objetivo principal parecía más cerca, pero quizás era posible matar dos piezas de un solo disparo.

Con estas ideas rondándole la cabeza, el cazarrecompensas salió de la posada temprano. El enfrentamiento con la guardia del día anterior y la misteriosa actitud de la joven, hacían que la posibilidad de que les hubieran puesto precio a sus cabezas fuera importante. Tanto como para darse una vuelta por las plazas/puestos de guardia  en busca de algo de información acerca de sus compañeros.

La ciudad se había despertado para afrontar un nuevo día y de nuevo, el sol resplandecía en el cielo, esta vez, desde muy temprano, dejando atrás las nubes que lo encapotaban el día en el que el hombre llegó a la ciudad. Un día que por otro lado, se antojaba lejano y difuso pese a haber sido hacía únicamente dos noches, debido en gran parte, a la enorme cantidad de acontecimientos vividos durante la jornada anterior en las calles de la ciudad.

El paseo por de Jekil por Altdorf para informarse de la situación de la comunidad tras lo ocurrido durante el día anterior, e indagar un poco sobre lo que podía estar comentándose de los hechos acaecidos durante la investigación  que sus compañeros y él estaban realizando, no dió muchos frutos.

Aquí y allá escuchó algunos vagos comentarios sobre la persecución en la que él mismo se vió metido junto a Larymian, pero poco más. La trifulca ocurrida en los muelles, no había pasado inadvertida, desde luego, y Jekil pudo saber que un guardia imperial había muerto en la misma, motivo por el cual se ofrecía una recompensa de 10 coronas de oro para aquel que diera información con la que capturar a los culpables, o en su defecto, llevarlos ante la ley, siendo la recompensa en tal caso de 100 coronas de oro.