Partida Rol por web

Después de un largo viaje llegasteis a Hong Kua con el tiempo justo para asistir a la boda. Así a la mañana siguiente os dirigís cada uno por vuestro lado a la ceremonia. Valeria, Shalash y Kris como personal de seguridad les colocan  atrás y a la derecha cerca de la salida, puesto  que os conocéis os ponen juntos, mientras que Decland se sienta en los bancos reservados para la nobleza, aproximadamente a la mitad de la carpa.

La ceremonia tiene lugar en una gran carpa blanca al aire libre, aunque cerca de la casa del padre de la novia, los bancos son de buena madera y están decorados con flores.

La novia lleva un largo vestido blanco.

Mientras que el novio lleva un elegante kimono oriental.

La ceremonia se realiza según el rito cristiano aunque con algunos detalles orientales, que la hace ser un poco distinta de las tradicionales bodas que se pueden ver en lugares como Argos o Abel.

Valeria y Decland notan algo raro en la boda y es que el nivel de seguridad y el número de hombres armados es muy alto para una boda de estas características, pero ahora mismo ya no pueden hacer mucho al respecto.

De repente durante la ceremonia, antes de que los novios lleguen a casarse se produce una pequeña explosión y aparece en la entrada de la carpa entre una nube de humo un inmenso ser de unos cuatro metros de altura.

El ser tiene la piel rojiza, aspecto humanoide, un par de cuernos en la cabeza y porta un enorme tetsubo de metal.

Instantáneamente cunde el pánico y se desata el caos en la carpa y la gente empieza a gritar y a correr sin rumbo fijo, el ser golpea a algunas personas y las manda volando varios metros. Por su parte los guardaespaldas personales de los novios reaccionan rápidamente, se llevan a los novios y con sus armas abren un agujero en la carpa por donde huyen.

Valeria asistía a la boda sin demasiado entusiasmo; por razones personales, no le gustaban esos acontecimientos. Ella era más de vivir sin dar cuentas a nadie.

Situada entre Shalash y Kris, se sentía ridículamente pequeña. Era una mujer bastante alta, pero comparada con aquellos dos gigantes (porque no había otro modo de llamarlos) era diminuta. De todos modos no se podía quejar; sus dos compañeros no destacaban solamente por ser gigantescos, sino además bastante apuestos (especialmente Kris), y así podía "deleitarse la vista" mientras transcurría la aburrida ceremonia.

En el momento que llegaron los "si quiero", Valeria se caló el sombrero hacia delante y fingió que se dormía, pero de repente hubo un estruendo y se vio obligada a mirar. Colocándose rápidamente el sombrero, vio lo que parecía un tipo grande, feo y gordo aporreando invitados. Estaba claro que no era humano.

- ¿¿Que es esa cosa??

Instintivamente se llevó la mano a la empuñadura de su estoque, pero aguardó para ver que hacían sus compañeros; no iba a ser la única que se lanzase al combate, y menos contra "eso"

Shalash permanecia sentado con los brazos cruzados en torno al musculoso pecho, la verdad es que no estaba prestando ninguna atención a la aburrida ceremonia que se celebraba alli, a pesar de estar junto a sus compañeros  no habia dicho ninguna palabra desde que habian llegado, cosa bastante normal ya que en el viaje apenas habia hablado con nadie.

El ruido hace que levante la vista al lugar donde ha aparecido el monstruo.

---Parece que tendremos trabajo...- digo con dsigusto mientras desembaino la espada y comienzo a avanzar hacia la nueva aparición ignorando el caos de mi alrededor y sin esperar a los demas.

Después de un largo viaje acompañado de la simpática Valeria y el callado Shalash, por fin llegan a la boda en calidad de mercenarios, guardaespaldas o quién sabe qué. Durante el transcurso de la boda Kris se pone a un lado de la puerta. Por si no fuese poco intimidatorio encontrar a un monstruo de 2,5 metros de músculos deambulando por la zona, hay dos, y además notablemente armados. Y es que Kris va con su martillo empuñado al hombro. Gracias a ello, Kris observaba las miradas asustadizas de los hombres al mirarlo y las de perplejidad de las mujeres. Solía estar acostumbrado a esas miradas, así que no les dió demasiada importancia. Al final siempre era el mismo resultado: Nadie se acercaba a un ser de tal descomunal tamaño.

Cuando Kris escucha todo el jaleo que se monta, piensa en su mala suerte, podría haber sido una boda sencilla y sin problemas... Pero en cuanto entra en la sala donde está el monstruo de 4 metros sonríe. No podía ser una boda normal.

Kris Frey sonríe con una sonrisa inusualmente pícara y un brillo especial en los ojos.
-Quiero su cabeza- dice tranquilamente cerca de quien estuviese a su lado.

Empuña su martillo y como Shalash, avanza hacia el monstruo con una más que buena intención al lado de Shalash, mientras va cargando poco a poco su energía mística. Nunca ha sido demasiado bueno con la magia, y solía acabar cualquier enfrentamiento antes de poder hacer nada, pero quizá éste, fuese un oponente duro.

Valeria no lo tenía tan claro como sus compañeros; ese tipo estaba enviando a la gente por los aires, a golpe de palo (o lo que fuese ese arma; no la había visto en su vida).

- Ehm... ¿Chicos? ¿Estáis seguros? Esa cosa es más grande que vosotros, que ya es decir...

Pero parecían convencidos. Bueno, al cuerno. Ella no se iba a quedar sin diversión. Desenvainó su estoque y avanzó taconeando con las botas. Cuando estuvo frente a la criatura, esbozó una sonrisa burlona y comenzó a "danzar" con su característico taconeo, espada en riste.

- ¿Me concede este baile, caballero?

-Mmm...aparentemente tiene un buen cuerpo, pero ese corsé puede esconder muchas cosas...o tal vez disimular alguna deficiencia...la he visto entrar y sus movimientos eran gráciles y acompasados y esas piernas...bah...demasiado delgada, necesita más cuerpo, se la llevaría el aire sin duda alguna.

La ceremonia avanza sin pausa, los novios son felices y los asistentes no saben si aburrirse o seguir a cada detalle la boda. Por mi parte, de vez en cuando me permito mis licencias y me "despisto" de las palabras que se están pronunciando para echar un vistazo a las invitadas de la boda que puedan parecer más interesantes

-Tiene que ser alguna de esta zona...ni demasiado joven, ni demasiado noble. Mmm...esa no bizquea demasiado pero tiene demasiado dinero...muchos pretendientes seguramente y yo no soy un pretendient...

Mis pensamientos filosóficos se detienen al escuchar una explosión a mi espalda. Cuando echo un vistazo me encuentro mirando a un verdadero gigante. 

La gente comienza a correr a mi alrededor y observo como el nuevo invitado despacha a quien se pone a su alcance así que me decido por la opción que veo más provechosa en ese momento: ayudar a las mujeres que se encuentren más desoladas a escapar de ese lugar. Con toda la seguridad que hay en el lugar sin duda alguna mis golpes serían secundarios y tengo una misión mucho más importante.

-Por aquí señoritas, vamos, vamos, ¿ven aquella raja en la tela? pues deben correr hacia allí

Permanezco en el interior de la carpa guiando a quien lo necesite sin perder de vista al gigante para saber qué diablos es.

Kris y Shalash se lanzan decididos a por el inmenso ser mientras Valeria les sigue no muy convencida. El ente hace poco más que vocear y lanzar el garrote a un lado y a otro. Os enfrentáis a él y el combate resulta mucho más sencillo de lo que imaginabais, resulta ser menos rápido, ágil y fuerte de lo que esperabais. Os fijas en que a veces pero incluso semitransparente, como si no fuese real. Conseguís derrotarlo sin sufrir ninguna herida de consideración y al caer el ser veis como se deshace no dejando ninguna muestra de su existencia salvo un leve olor a azufre en el aire.

Mientras tanto Decland observa el combate desde la lejanía mientras ayuda a los invitados a salir de la carpa con la mayor premura posible.

El resto de guardias han huido despavoridos también al ver al monstruo por lo que solo vosotros tres os habéis enfrentado a él.

Con esto la boda termina de forma abrupta y rápida, se insta a los invitados a abandonar la ceremonia, aunque la mayoría ya se habían ido, y se prescinde también de la seguridad adicional contratada para el evento, después de pagaros por vuestro servicio.

Ahora mismo os encontráis fuera de la mansión, tenéis habitaciones en la posada de Sha Jong, una buena posada pagada por el comerciante y parece que varios miembros de la seguridad se dirigen hacia ella.

Sera Kris y Shalash ¿no?

El combate ha dejado a Valeria bastante confundida. Juraría que han luchado contra una especie de ilusión o truco barato, aunque la gente que salía volando parecía bastante real, igual que el moratón que se ha llevado en el brazo (aunque lo cierto es que aquel golpe debería haberle roto el brazo, como mínimo). ¿Alguien que quería sabotear la boda sin causar demasiado daño? Bueno, no era de su incumbencia; a ella ya le habían pagado y eso es lo que importaba.

En el exterior de la posada, junto a sus dos gigantescos compañeros, Valeria se dispone a hacer buen uso del dinero recibido

- Chicos, no se vosotros, pero yo creo que después de lo de hoy me merezco agarrarme una cogorza y luego a dormir la mona. ¿Te apuntas, Kris? -sabía de sobra que el nórdico no se iba a negar a unas cervezas; el otro... tampoco es que hablase mucho, pero nunca le había visto probar ni gota de alcohol

Dicho esto, se encamina con paso ligero hacia la posada

Kris embiste al Oni con un golpe potente y seguidamente empieza el combate. Y pese a estar enfrentándose contra una criatura de 4 metros, el desarrollo del combate no es nada normal. De hecho, el combate termina demasiado pronto. Tenía entendido que los Onis eran seres poderosos, aunque no sabía cuánto, este no podía ser un Oni. Sus sospechas y temores se funden con el Oni cuando se deshace en el suelo. Casi sin poder evitarlo, Kris avalanza una mano hacia uno de los cuernos, pero no llega a tiempo y éste también se deshace. Maldita sea!! Han jugado con nosotros.

Kris mira hacia todos los lados intentando seguir el rastro mágico del Oni, si es que lo hay. Le habían mostrado un caramelo y se lo habían quitado de las manos, como a un niño. Y ahora buscaba explicaciones. Nada, no había nada, la rabia que sentía le nublaba la vista. Maldita sea!

Kris sale del lugar con una clara muestra de enfado. Aunque sus rasgos duros le dan un aspecto muy intimidatorio, su expresión se relaja cuando escucha la sugerencia de Valeria.
-Si, por favor! Eso es lo que necesito!- Mientras le dedica una sonrisa.- Vayamos!

A pesar de la extrañeza del combate, no muestro ninguna emoción al respecto, tampoco parezco sorprendido cuando el bicho se esfuma sin dejar nada tras de si. Con suma tranquilidad envaino la espada. Oigo la proposición de mi compañera, pero no digo nada tampoco, simplemente los miro y asiento con la cabeza.