Aprovechando que casi todos sus compañeros se habían ido a dormir, Valeria aprovechó la oportunidad para hablar con Melissa a solas. Se acercó a la mujer sonriente y mostrándose lo más amable que era capaz
- Ahora que los chicos se han ido quizás podamos charlar un rato, ¿no?
Si no tienes inconveniente, prefiero narrar la conversación por aquí, para no hacernos un lio en el post de la partida
Melissa parecía dispuesta a irse a dormir también pero se gira amablemente hacia ti con una sonrisa en la boca.
Claro podemos hablar, así podemos hablar nosotras tranquilamente de cosas de chicas sin que nos molesten. - Añade con una sonrisa picara.
Mejor por aqui ;)
Intentemos darle un poco de vida a la conversación para no entorpecer la línea principal.
- Bueno, cosas de chicas... En realidad quería preguntarte si conoces algún informador por aquí, alguien que esté al tanto de lo que ocurre en la ciudad. Ya sabes que nos han contratado para buscar a dos personas, y por razones personales me interesa encontrarlas antes que el resto de mis compañeros
Se intentará pero yo hoy solo estoy de permiso; después vuelvo a mi exilio hasta el dia 6 xD
Melissa adopta una actitud más seria, aunque sin perder su deslumbrante sonrisa. - Podría recurrir a algunos contactos para obtener información pero necesitaría tiempo y no trabajan gratis. Además por desgracia parto mañana por la mañana, tengo que continuar con mis viajes... pero mira, se lo diré y si encuentran algo se pondrán en contacto contigo. En cuanto al pago... no te preocupes, tiene pinta de haber algo de "cosas de chicas" detrás de esto si quieres encontrarla antes. - Dice mientras te guiña un ojo. - Ya me devolverás el favor.
Y bien ¿Qué opinas de tus compañeros? ¿Alguna aventura con alguno? – Añade con una mirada complice.
- ¿De verdad? ¡Gracias! ¡Puedes contar conmigo el día que quieras que te devuelva el favor!
Las mejillas de Valeria se enrojecieron ligeramente cuando Melissa le preguntó por sus compañeros, pero negó sin dejar de sonreir
- No. Decland es divertido aunque no se calle nunca, Kayne me cae bien, y Kris y Shalash... bueno, solo tienes que verlos tu misma. Y Kris además de estar bueno y ser enorme, es bastante simpático. Pero no tengo ninguna relación con ninguno más allá de ser amigos, y no tengo intención de ir más allá
De nada, ya sabes, hoy por ti y mañana por mí.
¿No? ¿En serio? Pues si yo fuese tú ya habría caído alguno, incluso más de uno, incluso puede que más de uno a la vez. Además tú eres una mujer alta, no es tan fácil encontrar hombres lo suficientemente grandes para ti y aquí tienes un par que a parte de altos están muy bien.
Y esto que quede entre tú y yo pero créeme, Decland se calla cuando tiene que hacerlo.
Valeria se rió. Se notaba que aquella mujer era de las que conseguían lo que se proponían; perfil de mujer de negocios independiente que tanto empezaba a abundar en las naciones más prósperas y avanzadas. Ella en cierta manera también conseguía lo que se proponía, pero sus aspiraciones eran considerablemente más humildes
- Oh dios, demasiada información. De todos modos no es que Kris y Shalash sean grandes; es que son enormes. A nivel de estatura es como si yo me liase con un enano de metro treinta, y si lo tienen todo en proporción... -volvió a reirse, pero acto seguido adoptó una postura más seria- Además... yo ya me enamoré de otro hombre... y cada vez que pienso ya no en otra relación, sino en simplemente un lío de una noche... Simplemente no puedo
Pues es una pena, lo que te estás perdiendo. - Dice y suelta un suspiro después de llenar mucho sus pulmones, movimiento que no pasa desapercibido para muchos de los hombres de la sala.
Espero que lo superes y continúes adelante.
Se ha hecho tarde, y después de tener esta conversación creo que es hora de que me vaya a "dormir".- Dice con una sonrisa lujuriosa.
- Si, yo también debería irme a dormir; mañana me toca seguir trabajando. Gracias por tu ayuda, y pásalo bien -dijo guiñándole un ojo
Sin embargo, no se fue a dormir de inmediato; aún se pagó otra cerveza, y se quedó pensativa un rato. No solía hablar mucho de sus sentimientos, y de hecho la mayor parte del tiempo evitaba siquiera pensar en ello; su estoque era un recordatorio constante de que, en cierta manera, ella era mujer de un solo hombre (aunque él ya no estuviese) y no quería darle más vueltas de las necesarias.
Aquella noche volvería a dormir abrazada a su espada