-Frank ¿cuando podras enseñarme esos cañones del 24 y la municion correspondiente?, aparte tengo que hablarte sobre un asunto personal en privado.- Me dirijo hacia Frank y mis manos se apoyan en el mango de la pistola.
Cuando el barco termine de maniobrar. Contestó más atento a los movimientos de su tripulación que a lo que Anton le decía.
Señor Sullivan allí parado no hace nada. ¡Suba a uno de los palos y trabaje esas jarcias! Frank se giró hacía Maddy. Timonel, todo a estribor. Luego bajo a la cubierta para gritar a los que trabajaban el velamen.
Prepararos para recibir el viento de barlovento. Ahora veremos que pasta de marineros son estos...
Al oir al capitan mandandome me vuelvo a sentir como en casa ¡¡¡Si mi capitan!!! enseguida me dirijo a tensar el obenque con una gran sonrisa en la cara
-¡Todo a estribor, capitán!-grito con una sonrisa de satisfacción.
Mirando al horizonte me doy cuenta que estoy exactamente donde quería, sólo así, parada ante un timón y sujeta de él, me siento completamente libre, por raro que eso pueda parecer. Esperemos que las cosas no se tuerzan, aunque en un viaje de piratas eso es muy difícil.
Todo sea dicho, tengo ganas de partir sin demora digo con un potente grito
Preferiría el turno de noche, el sol me molesta y la noche suele ser de lo más fresca... Lo digo por repartir de forma igualitaria las tareas, no Frank?
La calida brisa presagiaba un buen comienzo. Ante las ordenes de Huurt, Thoms soltó una sonrisa, e inmediatamente se dirijió hacia los mastiles a comenzar sus labores. Se sentía muy entusiasmado. El mar lo llamaba y hacia tiempo que no navegada sus aguas.
Alla vamos...