Nayira animaba al chico, muy consciente de que permanecer en el agua era realmente peligroso. por ese motivo la visión de aquel abrumador bosque, ademas de impactante era un alivio tremendo, despeas de la decepción de las dos islas.
- Vamos - dice apoyando la mano en su espalda -, protejámonos del viento entre los arboles, no creo que tengamos que internarnos demasiado.
Y por supuesto alejarnos del agua en la que habitaban esas bestias tan desagradables. La idea era no adentrarse tanto que perdieran de vista la linde, pues era muy posible que acabaran perdidos en aquella inmensidad repleta de vegetación.
- Seguro que podemos encontrar algo para comer aquí.
Motivo: Forrajeo
Tirada: 1d100
Resultado: 28(+55)=83 [28]
Dejo hecha una tirada de forrajeo, para ver si conseguimos algo.
24 de febrero de 1700 T.E. 08:16h. Amaneciendo. ¿Gondor? (Zona, realmente desconocida). De camino hacia el norte. 12ºC. Sin viento. Despuntando el tono rojizo matutino entre los troncos de los árboles.
Tras un vistazo rápido, no consigues encontrar nada, pero el chico, en su incómoda situación, va sacando tallos de plantas, de la vera del rio, y va comiendo sus partes internas, que son las más tiernas. A pesar de eso, que te parece realmente poco, no encontráis nada más. En la distancia, dentro de la misma zona, hay una colina, con unos pilares de piedra, que no terminas de entender. No hay techo, no hay tejado, no están más que los pilares sobre la loma. Aunque bueno, con la foresta, es complicado conseguir verlo bien.
Nayira se sintió un poco frustrada al no encontrar nada que echarse a la boca en aquel paisaje tan extraño para ella. Pero por otro lado se alegró al ver que Frit tenia algo de éxito, aunque fuese parcial. No solo por que fuese alimento, por exiguo que resultara, sino porque quizá así lograría animarse un poco.
- Genial. esta claro que esto se te da mejor a ti que a mi - dice procurando insuflarle confianza.
Después de aquel rato poco productivo, se fijó en los extraños pilares que se adivinaba en una colina no muy lejana.
- Quizá podamos encontrar refugio en aquella construcción - dice señalándola -. Y en el peor de los casos tendremos una visión mas clara de nuestro entorno.
Con una nueva palmada en el hombro de Frit, ambos se dispusieron a caminar hasta aquella zona mas elevada.
24 de febrero de 1700 T.E. 10:00h. ¿Gondor? (Zona, realmente desconocida). De camino hacia el norte. 15ºC. Sin viento.
Ni dos horas y ya estabais. Era, o había sido un palacio. Puede que un templo. En estos momentos, los enormes pilares, de unos 5 metros de altura, y varias estatuas de piedra estaban totalmente decoradas por helechos, hiedras y musgo. Incluso uno de los pilares, que tenía una estatua esculpida de una hermosa mujer vistiendo "sedas vaporosas", yacía tumbada, agrietada, pero sin quebrar. Del techo no había rastro ninguno. Las únicas bestias en el camino fueron pájaros, que se abrían en vuelo a vuestro paso, prudente y seguro. No hubo percance alguno, pero para ambos, eso de que el suelo fuera un tapiz de hojas secas, algunos arbustos, y el cielo, u ocasionalmente el sol, pudiera verse, era algo nuevo. A mayores, pudísteis comprobar, que si las hojas secas se apilaban, podían tapar zanjas o huecos del suelo, en el que era fácilmente posible torcerse un tobillo o algo más "gordo". Ya no digamos, lo resbaladizo que podían llegar a ser. Del tejado no había rastro, pero si había unas hermosas vistas en todas direcciones.
- ¿Y ahora que hacemos Santa? Su frase fue decorada con un rugido de su estómago, que resonó como una caverna sólo ocupada por polvo y telarañas viejas.
- Ya te he dicho que no me llames así. Me llamo Nayira y te agradecería que usaras mi nombre. No soy mas que tú, y estamos los dos en problemas así que trabajemos juntos para salir de esta ¿de acuerdo?
Dicho esto, señaló las ruinas de piedra, mientras imaginaba lo majestuoso que debió ser en su tiempo.
- Aunque no haya techo, esas columnas y piedras nos protegerán del viento y quizá podamos improvisar algo para resguardarnos. Pero antes deberíamos buscar comida. En toda esta vegetación debe haber animales, o algunas plantas deben ser comestibles o tener frutos.
En primer lugar limpiaron una zona de las ruinas donde mas a cubierto estuvieran, asegurándose de que no había agujeros o pozos, retirando toda la vegetación, para luego centrarse en encontrar comida, ya fuese cazando alguna presa o recolectando alimentos.
24 de febrero de 1700 T.E. 12:00h. ¿Gondor? (Zona, realmente desconocida). De camino hacia el norte. 15ºC. Sin viento.
Antes de empezar, y escuchándote, el muchacho asentía, sin mediar palabra, más avergonzado que otra cosa. Tras casi dos horas buscando plantas, que parecía que al muchacho eso no se le daba mal. Habías visto varias ardillas, pero no se dejaban acercar lo más mínimo. Un viento extraño azotaba la loma, pero allí, entre las columnas parecía que el viento no existía. Ni el viento, ni la lluvia ni si quiera el tiempo.
Cuando regresabas, más decepcionada que otra cosa, viste al muchacho. Tenía un buen montón de finas y largas plantas. Como su toroso de tamaño. Era un buen "brazao":- Nayira, he encontrado esto. Los tallos verdes están duros, pero la parte más clara es tierna y sabe bastante bien.
Entonces te dio un extraño mareo, lo viste todo turbio se puso en "blanco y negro". Luego pudiste darte cuenta como el mundo se elevaba. El chico no se movía, y tenía un rostro muy asustado; aún así, el mundo se elevaba bajo tus pies.
Estabas en un lugar oscuro.
Desorientada.
Extrañada.
Desnuda.
Una gran telaraña era lo único que se podía ver desde el fondo del inmenso pozo en el que te encontrabas. Además, la telaraña la podías percibir porque era la "reja" que cubría el techo. Un techo que no eras capaz de ver porque era la única fuente de luz, y era desde el fondo de una inmensa profundidad.
Despertaste. El chico te tenía en sus rodilas, sentado con las espinillas en el suelo, como un penitente, y tu cabeza reposaba sobre la parte superior de tus muslos. Intentaba secarte en sudor con su manga.
Estabas en el mismo lugar donde te habías desplomado, pero en tu mente corría una palabra: - Prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, prisa, ....
La voz se atenuaba y desaparecía en la distancia. Tal vez en la profundidad de aquel pozo, mientras recobrabas la consciencia poco a poco de la verdadera realidad.