Susan observa tu mano y no pasan ni dos segundos antes de aferrarse con ganas. Probablemente si tuviera algo de fuerza llegaría a hacerte daño pero sus pequeños dedos apenas alcanzan la amplitud de tu mano así que no supone demasiada molestia.
Enciendes la luz de su cuarto, provocando que parpadee repetidas veces y se quede con los otros entrecerrados con el cambio brusco de iluminación.
Queda al descubierto entonces una habitación muy colorida en la que predomina un lila suave, con varios muebles cubiertos de flores vistosas, algunos peluches en estanterías y en el suelo y la cama recubierta de adornos de Campanilla deshecha.
En un lateral se encuentra el armario, cerrado, así que te diriges a él y Susan da un pequeño brinco quedándose detrás de ti, encogiéndose cada vez más tensa hasta que abres la puerta y... nada. Sencillamente nada. Sólo está la ropa de la pequeña y alguna de sus mochilas, pero incluso aunque busques entre los distintos complementos no hay siquiera una simple cucaracha, está más limpio que el bajo de tu cama.
-¡Hmmm! Quizá lo soñé...- comenta entonces rascándose un poco la cabeza, entre confundida y algo avergonzada, recogiendo un par de peluches del suelo para llevárselos con ella a la mullida cama, momento en el que la puerta principal del piso inferior empieza a ser golpeada para que alguien abra en lugar de usar el timbre.
No pasa nada, el ritmo es medio e igualmente tengo ke llevarte a la par del resto ke no van excesivamente deprisa
Enciendo la luz y por unos momentos siento de verdad que en el armario pudiera haber algo o alguien. Pero al ver todo ese color tan llamtivo y todo tan infantil y precioso para un niña como Susan, empiezo a pensar que es una de las mejores armas para acabar con uno de esos hombres lobo por ejemplo. -Vaya. ¿Crees que alguien entraría aquí? yo creo que se asustaría el antes... bromeo para que se le vaya esfumando el posible miedo que pueda llevar consigo encima.
Sin soltarle la mano abro lentamente el armario y siento como si algo se hubiera liberado de mi interior. Entonces la miro y me dice tan tranquila que quizá lo había soñado mientras recoge un par de peluches del suelo. -Grrrr.. vas a morir.. intento imitar a un vampiro con la voz distorsionada mientras me acerco a ellas con las manos en alto y los dedos arrugados. Me pongo los ojos en blanco y empiezo a andar a ella como si fuera un zombie de esos de las peliculas.
El juego no dura mas de dos segundos por lo que me libra de hacer el patetico zombie de peli. Me giro en dirección a la puerta y vuelvo a poner los ojos en la pequeña -¿Estabas esperando a alguien?- Digo ya en mi tono normal y con el semblante entre serio y extrañado..
Dejo la pregunta al aire, como los otros dicen que no van muy rapidos pa hacerlo un pelin mas largo :P
Susan se enfurrña un poco cuando comentas que cualquier posible "monstruo" se asustaría más que ella al entrar en su habitación, pero enseguida se le pasa y ríe abierta y sonoramente cuando montas el espectáculo de hacerte pasar por un vampiro-zombie o quiés sabe qué.
La pequeña ya está recostada en el interior de su cama, con un par de peluches a cada lado, como si la custodiaran y protegieran a la vez... y no es tan descabellado pensar que quizá ella crea eso teniendo en cuenta lo que ha visto y sabe.
-¿Yo?, ¿a estas horas...?- pregunta girándose para observar su despertador en forma de dinosaurio, que probablemente tenga alguna alarma de lo más singular. No es que sea tan dramáticamente tarde, apenas medianoche, pero está claro que para ella etso ya es trasnochar y de todas formas no es una hora habitual para visitas... a menos que sea uno de tus compañeros.
Me quedo pensando quien puede ser a estas horas, los chicos se fueron al edificio que entraba Sven, y seguramente alguno de ellos tendría la llave, por lo tanto esa opción era totalmente descartable. Por otro lado, no conseguía atrevesar el camino que me lleva a saber quien podría ser. Yo tampoco. Susurran mis labios al ver como la pequeña no ha quedado con nadie, como era de entrever.
Le hago un gesto para que guarde el máximo silencio. -Voy a ver quien es ¿vale?..- Espero su afirmación, no quiero decirla que se quede aquí o que no piense en bajar, por que eso le metería miedo en el cuerpo, así que es libre de tomar la decisión que ella quiera. O quedarse en la cama con sus peluches, o bajar conmigo para ver quien es. Voy bajando las escaleras, aún con esa sensación extraña que me recorre el cuerpo al no saber quien puede ser.
Me acerco a la puerta, pero antes, voy a la carrera a por la pistola que tengo en el salón, justo donde la dejó Mark. La dejo reposar en mis manos, compruebo su cargador y observo por la mirilla de la puerta, despacio, intentando ver quien es la persona que está al otro lado.
-¿Quién es?- Digo en voz clara y alta.
Bajo el martillo de la pistola..
Bajas las escaleras con cuidado, efectuando una pequeña carrera hasta tu arma, la cuál compruebas con cuidado asegurándote de que "todo sigue en su sitio".
Tras esto te decides finalmente a mirar a través de la mirilla sin poder distinguir a nadie al otro lado. Quizá fueran bromistas o alguien que se había equivocado de casa pero aún así efectúas la pregunta sin recibir ninguna respuesta al respecto. La situación es cada vez más extraña y sospechosa...
Aún estás pensando qué deberías hacer a continuación cuando un estruendo provinente de la cocina te sorprende por completo, como si uno de los muebles se hubiera volcado estrepitosamente o algo parecido.
Al ver que no hay nadie en el otro lado, se me pasan las opciones mas deseables por mi cabeza. Espero que solo hayan sido unos bandidos que acaban de llegar de tomar alguna copa, y mañana tienen que levantarse para ir al instituto. Paseo mis dedos por la manivela, para abrir la puerta y ver si se esconde alguien al otro lado. Mi mano se detiene. Hay algo en la cocina, quizá se haya colado algún animal como un gato y esté poniéndolo todo perdido. Pero no me podía permitir el lujo de ir averiguarlo aún. -¡SUSAN!- Sin pensar en nada más, subí las escaleras tan rápido pude, pasando cerca de la cocina, pero sin llegar a detenerme ni un instante.
Subo las escaleras, y voy hacia la habitación de la pequeña. Espero y deseo que aún permanezca en la cama. Al entrar, se me ve algo nervioso, aunque se mantener la calma en estas situaciones. Cierro la puerta tras de mí.
-¿Susan?-
Seguramente esté metida en la cama, cogida con dos peluches. Pero la adrenalina del momento, me hace preguntar por ella.
Al abrir la puerta de la entrada queda claro que en el porche no hay nadie ni nada, ni siquiera alguna inocentada de jovenzuelos borrachos o algo similar, pero de todos modos tu atención cambia pronto de lugar.
Empiezas a correr precipitadamente tras el estruendo provocado en la cocina, viendo de reojo a alguien en ella pero sin llegar a apreciar nada más debido a lo poco que te fijas y la velocidad que empleas en saltar escalones hasta el piso de arriba. Aún así está claro que alguien ha entrado dentro y no es difícil intuir que sus intenciones no serán excesivamente amigables.
Entras en la habitación de la pequeña y cierras la puerta, ella se incorpora de repente conteniendo la respiración hondamente a causa del susto que acabas de darle. Se sujeta el pecho como si fuera a darle un ataque y finalmente resopla encendiendo una lámpara de Campanilla junto a la mesa.
-Jopé, deja de hacer eso...- se queja algo enfurruñada debido a tu insistencia en darle sustos... mientras de fondo distingues pasos firmes pero pausados subiendo por las escaleras.
Entro en la habitación, mis ojos giran hacia la derecha para ver a la pequeña como da un sobresalto y enciende la luz de su lamparilla favorita. -Joder, ¿quién coño era?. Trato de reconocer la silueta que vi de reojo al pasar por la cocina, pero no logro descifrala. Susan, no hay tiempo. Escondeté. ¡Rápido!- Susurro esta última frase apretando los dientes. Espero que haya captado que esta vez no estoy haciendo ninguna broma.
Ella seguro que se conoce su habitación como la palma de su mano, y seguro que tiene algún escondite que solo lo sepa ella, pero en este momento lo mejor quizá sea esconderse debajo de la cama. Los pasos suenan cada vez mas cerca, cuando veo que la pequeña se está escondiendo preparo mi arma.
-No tengas miedo Susan. Abro la puerta de golpe, y en poco tiempo el cañón de la pistola está apuntando a quien quiera que esté subiendo. ¡No des ni un paso más!- Mi dedo roza el gatillo apunto de abrir fuego.
Solo tengo que moverlo repetidas veces si alguna criatura nocturna ha decidido entrar aquí.
Susan se queda mirándote con los ojos abiertos cómo platos, dudando un par de segundos antes de reaccionar de repente y saltar de la cama, casi cayéndose, evidentemente muerta de miedo a pesar de no tener demasiado claro lo que ocurre.
La opción parece ser obvia, pues no es que sea el mejor momento para pensar, así que se escabulle bajo la cama sujetando uno de sus peluches con fuerza y temblando.
Una vez desaparecida de la vista, te giras hacia la puerta y preparas tu arma, abriendo con decisión imponente y gritando tu aviso.
El que creías un desconocido tan sólo está a un metro escaso de distancia, pero se detiene y te mira completamente impasible así que no sabrías decir si realmente teme tu pistola o no.
-Leon, tú siempre tan... impetuoso- comenta Sven sonriendo levemente, cómo si tu actitud le resultara hasta graciosa -Sólo vengo a por mi pequeña, no hay porque lamentar heridos- dice entonces con un tono tan neutro que resulta frío. Extiende entonces su brazo y su mano pretendiendo que le acerques a Susan para llevársela.
Al abrir la puerta, siento esa sensación extraña que sentía desde niño cuando alguien viene detrás de mi. No tardé en estirar los dos brazos, apuntándo a una silueta completamente oscura, gritándole mi advertencia. Sin embargo la persona que había al otro lado, no solo ya la había visto con mis propios ojos, si no que trata de llevarse a la pequeña utilizando sus palabras y sus gestos tan fríos.
-¿Sven..?. Bajo el arma, al tiempo que mis ojos se alinean para estudiar la persona. Sven. Natalie y los demás se fueron a buscarte. Vieron en la noticias como te colabas al interior de un edificio y fueron a buscarte. ¿Qué haces aquí?. Era una pregunta absurda, pero no lograba entender por que Sven había venido aquí, ¿a estas horas?. Y quizá, pienso que ahora mismo lo mejor es robarle algo de tiempo. Tampoco creo que sea buena idea venir a estas horas a por Susan, es demasiado tarde y está durmiendo ¿no te parece?- Me mantengo cubriendo la puerta de la habitación, dejándole bien claro que no pienso dejarle entrar.
Cuando alarga el brazo haciéndome un gesto que se la quiere llevar, mi cañón de la pistola apunta a su entrecejo. No dudaré en hacerlo.. -La pequeña se queda aquí conmigo, ven a buscarla mañana por la mañana, cuando esté Natalie..- La situación quizá se estaba volviendo mas tensa de lo que los dos queríamos. Pero hoy me han encomendado encargarme de Susan, y no pienso dejar que se la lleven, nadie.
Se queda observándote en silencio impasible ante tu primera frase y pregunta, al parecer poco o nada le importa lo que estén haciendo en estos momentos "Natalie y los demás".
-Es la hora apropiada, si de verdad te preocupa su bienestar deberías dejar que viniera conmigo. Podré protegerla mejor que vosotros y además llevo más años cuidándola...- en realidad hay que admitir que eso es cierto, pero después de lo que explicó Ryan y la aparición "magistral" que acaba de hacer su fiabilidad ha descendido considerablemente.
Cuando le apuntas de nuevo de forma amenazadora él deja escapar una leve risotada, apenas audible, volviendo a bajar su brazo para cogerse las manos tras la espalda.
-Eres bastante injusto, ¿no crees? Ni siquiera la conoces y que te hayan dejado a su cargo me parece casi insultante. ¿Porque no dejas que sea ella la que decida?- arquea una ceja y entonces se aproxima un paso más, quedando el cañón de tu pistola a muy escasa distancia de él.
Yo sin dar crédito cerré los ojos pensando que eran imaginaciones mias. ¿Qué coño hacia aquí? ¿y como había tocado el timbre y en fracciones de segundo estaba en el interior de la vivienda sin que yo me hubiera dado cuenta?. Volví a abrir los ojos y seguía mirándome fijamente y sin saber porqué. Yo también le miré como él lo hacía, estube mirándole durante todo el tiempo que él hablaba, a mí se me hacían eternos los segundos.
No he pasado más miedo en mi vida, que en este momento.
Miedo a que se llevara a la niña por mi culpa y de que lo ocurriera algo. Y sabiendo las habilidades que él posee poco podía hacer. -¿Dejar que vaya contigo? ¿A dónde?. No te creo ni una palabra de lo que me estás diciendo Sven.. ví una cinta ¿sabes? en ella aparecías como te colabas en el interior de un edificio y se que te han estado lavando el cerebro. No pienso dejar que la saques de aquí- Mi mirada se clava en sus ojos, le estoy indicando que lo que le digo es cierto, y que vamos a tener que recurrir a algo mas que la fuerza para ver quien consigue derrumbar sus defensas. Pero parece que el ni siquiera me ha estado escuchando, pues como respuesta solo obtengo una risotada. Con las manos en la espalda avanza un paso mas, vacilándome para ver si tengo agallas de apretar el gatillo. -Al menos has dicho algo con sentido desde que has venido. Digo en un tono jocoso. Creéme, a mi también me parecería insultante que alguien como yo se quede al cuidado de una pequeña niña. Pero no me parece nada apropiado que una niña de diez años tenga que decidir ¿no crees?- Es como si le estuviera pasando la patata caliente.
Tras una pequeña pausa, mi mirada sigue fija en la suya y ambos sabemos que no duraré en disparar. -Llama a Natalie y dile que has venido a por la niña, creo que es ella la que debería de dar la última palabra. De lo contrario, Susan se queda aquí-
Posteo ahora que tengo tiempo, así también parece que no esté tan "pausada" la escena.
-Tiene la suficiente capacidad para decidir eso... además es más lista o poderosa de lo que tú mismo imaginas. ¿Acaso no recuerdas lo que es?- una de sus cejas se arquea visiblemente, recordándote lo que ya sabías y el motivo por el que tuvisteis que salvarla la anterior vez: es un ángel. O al menos una reencarnación, al igual que Sombra y Vlad. Sin embargo, las pocas veces que has coincidido con la pequeña no te ha parecido que sea capaz de nada extraordinario. Sencillamente una niña normal...
-Está bien, no tengo toda la noche, Natalie hace tiempo que dejó de importar- acaba por sentenciar pasando de la neutralidad a la seriedad, aunque eso es todo lo expresivo que se muestra por ahora.
Su mirada se desvía detrás de ti y puedes escuchar como Susan opta por moverse y delatarse saliendo de debajo de la cama. Porque, ¿cómo va a confiar más en un semi-desconocido que en alguien que la ha cuidado durante casi toda su vida?
La pequeña se acerca a tu posición, ya puedes verla por el rabillo del ojo mientras pretende sobrepasarte para volver junto a su "protector" y éste ladea tanto la cabeza como una pequeña sonrisa. Aunque no se mueve de su posición puedes apreciar como la luz de la habitación mengua por momentos.
-Sabes que no tienes posibilidades contra mí tú solo...- murmura antes de que el teléfono en el piso inferior empiece a sonar sin que se inmute lo más mínimo.
El teléfono sigue sonando de forma insistente y estridente, podría decirse que incluso molesta, eternizando el momento de tu propia duda, pues por mucho que te duela Sven tiene parte de razón y es posible que no tengas posibilidades... aunque también es cierto que no lo has intentando.
Susan ya está en el marco de la puerta, un par de pasos por delante de ti y a un metro escaso de Sven. La niña parece muy decidida pero vez su expresión resulta más la de un zombie que la de alguien de su edad.
Seguramente la tensa situación y el propio sonido del teléfono no han dejado que te dieras cuenta antes, o quizá se deba a otro extraño motivo que desconoces, el caso es que repentinamente distingues a una muchacha que aparece de la nada (al menos según tu percepción), justamente detrás de Sven.
-No está solo- espeta tajantemente antes de golpearle con fuerza en la cara, provocando que Sven trastabille claramente sorprendido.
Se queda mirándola unos segundos con el ceño fruncido, furioso por haber sido interrumpido de esa forma, así que varias sombras empiezan a moverse alrededor de las paredes y avalanzarse hacia la chica... pero es entonces cuando una luz totalmente blanca surge de su cuerpo y os ciega a todos, al menos a ti, hasta que empieza a menguar.
Para entonces el sonido del teléfono ya ha menguado, Susan yace en el suelo desmayada, la chcia sigue de pie en medio del pasillo y de Sven no hay ni rastro por ahora.
Espero haberte ayudado xD
De nuevo esa sensación. El corazón golpeando en mi interior, el típico nudo en la garganta, las manos frías, las piernas temblorosas, los ojos cristalinos, a punto de desbordarse. Una vez más, esa sensación de miedo al no poder enfrentarme a la persona que tenía enfrente. Me había derrotado con unos simples gestos y con unas palabras que me llegaron tanto que me ayudo a comprender que no tenía por que mantener a Susan conmigo.
-Estás loco Sven, ¿no te das cuenta?- Al escuchar que ya no le importa Natalie, castigo la mirada como si quisiera leer su verdadero pensamiento. En ese instante, a mi espalda puedo escuchar como Susan abre la puerta y no tardo en observarla por detrás de mi hombro. Al principio mi intención era dejar que me sobrepasase, pero al ver las luces de su habitación algo me indicaba que no iba del todo bien, asi que decidi quedarme quieto como si se tratase de un muro para la pequeña.
Solo faltaba un granito de arena más para sobrepasar el vaso que de momento estaba justo en el borde. Sentí esa sensación de poder enfrentarme a alguien superior a mi, y que no podía desaprovecharla. Fijé la mirada en él, y mientras sonaba el telefono, ambos sabiamos que ninguno lo iba a descolgar. -Sé que no las tengo, pero si no lo intento me quedaré con las ganas toda mi vida..- Me dispongo a golpear a Sven, y a partir de aquí todo sucede muy deprisa, entre la penumbra del pasillo mis ojos adivinan lo que creo que es una silueta. Esa silueta se escurre por las sombras y golpea con fuerza a Sven. Trato de adiviniar quien puede ser, pero no llego a la respuesta. Con sutileza me guardo el arma, y empiezo a estirar mi brazo derecho a la espera de que se convierta en un arma afilada para defenderme de esas sombras que empiezan a apoderarse de la casa. Pero de nuevo algo tan brillante como el propio sol, derrota a esas sombras. Es lo único que puedo discernir antes de cubrirme los ojos con mi antebrazo, rompiendo la concentración que tenía para crear el filo. Al recuperar la vista, no hay ni rastro de Sven, es lo que menos me importa. En su lugar, descubro a la pequeña despojada en el suelo. -No.. -
Me esperaba lo peor, cualquier cosa, así que me arrodillé ante ella para levantarle la cabeza, apartarle algunos mechones de su cara y esperar a que diera señales de vida. Fue entonces cuando me percaté de que había alguien mas en la casa: Un chica de cabellos rubios. -"No está solo"-
Rápidamente me quité ese pensamiento de la cabeza y volví a centrarme en Susan -¿...crees que se pondrá bien?- Dejé caer, ya que ella había sido la artifice de cierta explosión de luz.
Borra mi mensaje anterior que no puedo borrarlo =D
Recoges a Susan con todo el cuidado del que eres capaz, y aunque sigue desmayada sus constantes son normales así que nada parece presagiar que corra verdadero peligro aunque con las artimañas oscuras de las que son capaces delos monstruos, entre los cuáles se incluye Sven, nunca se sabe.
-Seguro que sí, es una niña muy fuerte. Además los ángeles nunca morimos del todo- responde la joven que te ha librado del combate en el cual no tenías excesivas posibilidades, esperando a que vuelvas a incorporarte con Susan a cuestas -No tardará demasiado en volver a intentarlo así que será mejor que nos marchemos. ¿Sabes donde están Ryan y el resto?- pregunta con tono algo apremiante mientras empieza a bajar las escaleras esperando que la sigas, tratándose como si en realidad ya os conocierais aunque tú dirías que la recordarías con claridad si fuera así... Sin embargo es cierto que su actitud y su mirada te es familiar.
Llegáis hasta el recibidor y abre la puerta sin preámbulos, cogiendo uno de los abrigos de Natalie colgado en una percha cercana para que envuelvas a la pequeña en él, pues en el exterior el frío sigue siendo notable.
Cerca de la puerta, permanece aparcado un todoterreno de aspecto robusto con gruesas cadenas en sus ruedas, probablemente sea de la chica porque vuestros turismos normales ya no son capaces de circular entre la espesa nieve con normalidad.
Con cuidado recojo a la pequeña del suelo, se que respira, pero se que eso no puede ser suficiente. Al menos la chica que me salvó, me tranquilizó bastante cuando escuché sus palabras. Sin embargo no debí de prestar mucha atención a ellas, o al menos eso es lo que reflejó mi rostro.
-¿Un Ángel?-
Esperé a que girase sobre sus pasos y que diera comienzo a bajar los escalones. Es entonces cuando esa forma de andar, esa forma de hablar mientras anda con pasos decididos me recordó a una mujer. Unos simples segundos mirando al suelo, me fueron suficifientes para darme cuenta de que ya estaba perdiendo tiempo. -Sí, marchemenos....-
Me levanté con Susan en brazos y bajé las escaleras, pero antes de salir, cogí el abrigo para que no le resultara molesto y me colé en el salón para recuperar mi móvil.
No pierdo mas tiempo, y con la pequeña envuelta en el abrigo, rodeo el coche para llegar a la puerta del copiloto dando por sentado que ese todoterreno debe de ser suyo. -Se donde están, te lo explicaré de camino..- Recordando a ratos, e intentando olvidar en otros, esperé a que abriera las puertas.
¿Quién era esa mujer que se había cruzado en mi camino?
Marco el número de Ayira, mientras me cuelo en el interior del todoterreno..
Huy huy huy.. ¿no me digas que es lo que yo me estoy imaginando? :p
Me suenan muchos esos andares xD
Bueno, quiero hacer una llamada. La llamada la haré nada mas colarme en el interior del coche. Llamo a Ayira y le cuento esto:
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-Ayira, he tenido una visita inesperada en casa de Nat. Acabo de estar con Sven y parece que quiere quedarse con Susan, no... no se que coño le pasa, pero seguro que ese lavado de cerebro tiene algo que ver. Ahora mismo no se donde está asi que tened cuidado ¿vale?. Doy tiempo a que me responda, al menos para saber si se encuentran todos bien. Dile a Nat. que no se preocupe, Susan está conmigo..
Voy hacia el edificio, no os mováis muy lejos. Te llamaré en cuanto lleguemos- Se que Ayira sabrá mantener la calma al otro lado, de eso estoy seguro, así que solo espero a que me diga que este bien para cortar la comunicación.
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Te la dejo escrita. Así la 'colocas' tú en la otra escena cuando creas/veas el momento oportuno.
Un besiko!
La supuesta desconocida te ayuda a acomodar a Susan en la parte trasera del coche, tumbada y cubierta con el grueso abrigo de Natalie. Te pide que te quedes con ella en esos asientos para procurar que no se mueva demasiado con los giros del vehículo mientras ella se apodera del volante y tras varios intentos consigue arrancar.
Por tu parte aprovechas el momento para usar el teléfono y ponerte en contacto con Ayira para asegurarte de que todos siguen enteros.
AYIRA :
Tras esto colgáis y el todoterreno ya avanza por las calles de Chicago con cierta lentitud para nor esbalar demasiado, pues aunque la nieve ha sido retirada en la mayoría de ellas, ahora se encuentran algo heladas lo cuál puede ser más peligroso con demasiada prisa.
-¿Están bien?, ¿qué tenías que explicarme...?- dirije miradas inquisitivas al retrovisor central por el cuál puede ver parte de tu rostro sin que tú veas el suyo. Sin duda parece muy segura de lo que hace e interesada por lo que pasa a pesar de no conoceros.
El aire helado y la húmedad me golpearon la cara. La calle estaba envuelta en una intensa capa de nieve.
Recorrimos de un tirón algunas manzanas a manos del todoterreno. Mientras salvaba la distancia al exterior, en un intento por distraer el intenso frío que me envolvía, hice recuento de las cuestiones que tenía pendientes. En un lateral descansaba la pequeña Susan, utilizando uno de mis muslos como almohada. -Creo que sí- Tras decirle que es más que seguro que se encontraran bien, le explico que se acerque hasta la puerta del edificio que vi en la cinta no poco mas de algunas horas
Frotándome las manos, y de un vistazo me aseguré de que la mirada de aquella desconocida me transmitía sinceridad. -...Ryan fué capturado por la Organización, al igual que Sven. Ambos fueron sometidos a torturas tanto físicas como mentales, supongo que querían sacar toda información posible. No lo consiguieron, pero ahora Sven lídera la Organización-
Vuelvo a fijar la mirada al exterior, paseando mis ojos por las calles heladas de Chicago -Parece que todo esto no se va a acabar nunca, aveces pienso si se terminará algún día...-