Partida Rol por web

La calma vuelve tras la tormenta, al menos temporalmente, en Chicago. Las temperaturas extremadamente bajas para una ciudad tan cercana a la costa poco a poco recuperan su valor habitual y con ellas la tranquilidad de los ciudadanos.

Tal y cómo Natalie siempre había deseado y soñado, Sven vuelve a ser el de antes, aunque al principio se muestra algo apático debido al alto sentimiento de culpabilidad pronto recupera sus ganas de vivir gracias a la ayuda de las dos mujeres que ahora gobiernan su vida: Susan y la propia Cazadora. Desde luego no se trata de una familia común, pero es una familia y lo demás poco importa.

Mark asimila lo mejor que puede todo lo acontecido, tiene claro que aún le queda mucho por ver y por vivir pero al menos sabe que no está solo... Lo primero que hace es volver en busca de Irina, la cuál a pesar de estar bastante enfadada al principio por los múltiples "plantones" de su chico cede a sus disculpas, teniendo que empezar casi de cero después del incendio de su propia casa.

Por su parte Ayira sigue con la consulta, tal y cómo siempre había querido, sin embargo esta vez no está tan dispuesta a perder el contacto con el grupo e insiste hasta conseguir todos los teléfonos y direcciones, consiguiendo establecer reuniones mensuales para recordar "viejos tiempos" o incluso organizar algún tipo de misión si se da el caso.

En cuánto a Leon... sigue tan impredecible e impulsivo cómo siempre, pero intenta asentarse más encontrando un trabajo honrado que le permita alejarse, por lo menos, de estafadores y drogadictos variados. El tipo de chusma que frecuenta a los delincuentes, ni más ni menos.

Respecto a Ryan, el veterano del grupo, tras pasar apenas un par de días en la consulta de Ayira bajo su supervisión médica, abandona la casa de la redentora para proseguir con su habitual vida, entre nómada y solitario. A fin de cuentas nada le liga a esa ciudad... sin embargo facilita números de contacto y, de vez en cuando, asiste a las reuniones que organizáis aunque sólo sea para asegurarse de que todos estáis bien.

El tiempo había pasado, mucho más rápido de lo que cabía esperar, parecía que el extraño mundo al que despertara se iba amoldando a ella. Sus ojos se habían acostumbrado a las auras débiles de los humanos y a las oscuras y llamativas de los seres sobrenaturales, de vez en cuando sonreía para si misma en los vagones de metro cuando un destello luminoso acariciaba levemente a uno de los transeúntes con los que compartía trayecto.
No podía asegurar que ellos percibiesen la crueldad de la realidad tal como era, pero ese pequeño destello era más que suficiente para marcarlos como individuos especiales. Quizás ellos nunca tuviesen la oportunidad de abrir los ojos, quizás continuarían su vida preguntándose si por el rabillo del ojo habían visto lo que ellos pensaban que era un fantasma, pero por fortuna para sus mentes aquellas dudas se ahogarían en su inocencia, afirmando que solo fue una visión pasajera.

La consulta y su hogar habían recuperado el orden tras al tempestad. La mañana siguiente al encuentro con Sven pensó que tardaría un milenio en devolver las cosas a su sitio y en reorganizarlo todo de nuevo comprobando que cosas se habían echado a perder y cuales eran todavía útiles. Por suerte su anterior estado de abandono hacía que no tuviese muchos muebles en el apartamento lo que fue una ventaja a la hora de limpiar. Eso ahora había cambiado, poco a poco fue dándole su propio carácter a la que parecía que iba a ser su casa por algún tiempo, unos muebles de salón se colocaron bajo las escaleras en lo que formaba el salón para acoger a los amigos con los que compartía su carga y su pena.

Mirar la nueva consulta era echar un vistazo por lo que a simple vista parecía un escritorio repleto de papeles de colores, clips y rotuladores. Todo allí seguía tan profesional como siempre, excepto por el pequeño florero en el que siempre cimbreaba un pequeño ramo con flores. Cuando sus ojos se posaban sobre los colores alegres de los pétalos y su nariz aspiraba el suave aroma floral su sonrisa no tardaba en aflorar y llevarla de la mano hacia el pasado. Justo en ese sitio era en el que había conseguido que Sven recuperase su humanidad, allí había reflexionado y había besado a Natalie con dulzura, sintiéndose un miserable pero dejándose abrazar por ella y por su cariño.

Las flores la recordaban que todavía había esperanza, que por mucho que el tiempo tratase de marchitarlas siempre se podía encontrar algo bonito en lo que pensar. Por primera vez en su vida había sentido cómo un alma que no era la suya luchaba consigo misma para dejarse dominar por el lado que nunca quiso abandonar, su lado más humano.

Sonaron las doce de la noche en el reloj al otro lado de la pared. Me gustaba esa hora. De pequeño, mi abuela me contaba que, a medianoche, era cuando los duendes salían de sus escondrijos, y se colaban en las casas. Decía que cada uno de esos seres era nacido de un alma de niño que se había perdido en el camino al mundo de los sueños, y por ello su fama de juguetones, saltarines y risueños. Añoraba sus cuentos.

El chaparrón paró enseguida, apenas instantes después de empezar. Las nubes pasan de largo tan rápido como llegaron, abandonando un paraje abandonado, desierto. Y entre ellas, la luna se deja ver al fin, en plenitud. Incluso parece triste, allá arriba, tan sola. Mientras, lloran los bosques por no haber visto su presencia en días yo empiezo a sentir la incomodidad de los veranos. Las noches son más cortas. Las sonrisas más falsas. Hace calor. Los árboles se queman.

La media noche siempre me invitaba a pasear por las calles llenas de luces. Algo me paró en seco esa noche clara. Ante mí, apenas una leve brisa, creciente por momentos. No era la primera vez que me topaba con ese edificio. Días atrás había vivido la situación de liberar a Sven tras los muros de la consulta, de ese mismo edificio. Una leve sonrisa me traía recuerdos. Y en su interior, seguramente estaría durmiendo la mujer que para mi era cercana, distante, soñada e inalcanzable al mismo tiempo. Me pregunté si merecía la pena que existiesen las lágrimas, el dolor, el sufrimiento, la tristeza, a cambio de sonrisas, alegría y felicidad. Si servía de algo transmitir estos sentimientos, expresarlos, sacarlos a relucir cuando así se sintiese, o era mejor la frialdad, el fingir, la inexpresividad. Respondería esas preguntas cuando pudiese comparar esas sensaciones. Pues algunas, las desconocía. Y otras, en cambio, me eran demasiado familiares.

Aunque, ciertamente, dudaba ser capaz de fingir mis emociones.

Esa noche habia sido tranquila despues de todo lo que habia pasado, Susan no iria a clase en unos dias. Llamaria para decir que estaba enferma, que iria en unos dias por que no era grave. Solo quiero que pase unos dias en casa con su padre y conmigo mientras le hago recordar quien era realmente aunque ya sabe quien es.

Intento ayudar a Ayirah a arreglar la clinica ha sido culpa mia, si me hubiera ido seguro que no hubiera pasado nada de todo esto. La doy tanto mi movil como el telefono de casa invitando a todos a que vengan a cenar un  sabado o a ir un domingo de picnic.
Cuando aparco el coche lo unico que puedo decir al salir y abrir la puerta es
Bienvenido a casa
Le cuesta, pero termina por volver a ser el, bueno al menos lo que se que es el. Pido unos dias en el trabajo por razones familiares, le cuesta al jefe darmelos pero al final me los da. Susan le cayo bien la primera vez que la vio a pesar que no hablaron mucho.
Llamo a mis abuelos y cumplo la promesa a Susan, unos dias despues estan en casa con su regalo, un cachorro. La miro correr por el jardin por la ventana de la cocina mientras preparo la comida.
Deberias salir, espera que estes con ella ahora es lo unico que digo mientras sigo, al cabo de un rato me uno a ellos.
Esos momentos y las reuniones con los demas aunque llegue un poco tarde es lo que mas me gusta. Dejo mi casa algunas veces para que no carguen con el peso los demas.
Somos una gran familia, por eso verlos me da mas que esperanzas por que esto termine pasando y que esa organizacion sea derrotada, intento saber que pasa mas alla de esta ciudad en eso Ryan nos mantiene informados, pero aun asi intento averiguar por mi parte para contar a los demas....

Hoy hay reunion, es el cumpleaños de mi pequeño angel, todos estan invitados, sobre la mesa un inmenso pastel de chocolate con dibujos de disney. Ella en una silla rodeada de papel de regalo de todos sus paquetes, mis amigos divirtiendose y comiendo, Sven a mi lado. Es mi mundo, no lo cambiaria por nada y nada lo cambiara. Gracias papa, mama donde quiera que esteis. Gracias por protegernos y por ayudarme en mi vida, en mi futuro.

¿Quien quiere pastel?