-¿Por dónde han escapado los humanos?- preguntó Abdali a Grend´Dail, que era el único que había visto el portal en acción, mientras limpiaba su espadón de la sangre y otras sustancias pegajosas de sus enemigos caídos.
El solo había escuchado una palabra rara '¡Draezir!' antes de que se dejase de escuchar la voz de los invitados de los batracios.
- No se si liberar el pueblo de estos lagartos es bueno o malo jeje-bromeó Endozal en voz baja para que no lo escuchara Mandíbula Fuerte.
-Empiezo a estar un poco cansado de perseguir a esos cultistas-dijo en voz alta, desanimado, adelantándose junto al resto- Oye Mandíbulas, ¿has oido hablar alguna vez sobre una mujer llamada Talis? Llevo buscandola desde Nidove...desde el sur y aún no tengo noticias de ella-le preguntó al hombre lagarto. Sin embargo, Mandíbula Fuerte no parecía haber escuchado hablar de ella.
- Comprendo tu frustración, amigo mío - la mano de Égida empequeñecía el hombro de Endozal, y si pudiera gesticular, su rostro mostraría una expresión comprensiva - Yo debo seguir adelante. Tengo mucho que hacer, y mucho que recuperar. Pero tú... quizás haya llegado el momento de que regreses a casa. Si alguna vez nos cruzamos con Talis, le haremos saber de ti*.
Las palabras de Mandíbula Fuerte le hicieron estremecer, si es que eso era posible. No sabía cuán poderosos o útiles eran esos objetos, pero era mejor que tener enemistada a - otra - una gran sierpe. Y menos aún con uno de sus lugartenientes estando debidamente informado de sus movimientos. Si acabamos con él... Borró inmediatamente esos pensamientos de su mente. Ellos no actuaban así. O eso creía.
*Ganchito para que te deshagas de Endozal xD
El arquero sonrió y negó con la cabeza.
- Gracias amigo mio. Está claro que dentro de ese metal hay un gran corazón. Pero no me marcharé aún, quiero ayudaros. No se que relación tienen estos cultistas pero me temo que a mi amiga le haya pasado lo peor. No puedo rendirme ahora-le respondió-. Además, estoy en medio de un pantano... creo que no sabría como volver jeje. Bueno Grend, ¿les has visto irse? Por el tunel por el que venimos no ha salido nadie... pero me preocupa que puedan llegar más sapos de esos.
Se agradaece el gancho, por que hay veces que hasta se me olvida que va con vosotros XD pero ya tengo pensado en que momento se marcha Endozal ;)
Una vez acabada la violencia Grend pensaba dedicarse a rebuscar entre los cuerpos, pero el lagarto se le adelantó.
-Bueno. Tampoco es que me fuese a quedar el anillo la verdad. No conviene contrariar a dragones negros.-
Pensó el elfo para sus adentros.
-Los tipos atravesaron un portal y se marcharon. Al parecer se olieron lo que les venía encima y decidieron poner pies en polvorosa. Así que no creo que sean demasiado poderosos si se asustan de nosotros. Sobretodo viendo lo que les ha pasado a los tipos, por llamarlos de alguna manera, que dejaron para eliminarnos.-
El trabajo estaba hecho. Aunque si aquello era bueno o malo no se sabía todavía. Aunque al menos estaban vivos. Que eso siempre era algo bueno.
-¿Qué pretendéis hacer ahora? ¿Dar caza a esos tipos? ¿Terminar de eliminar el culto?-
El tal Endozal parecía con ganas de marcharse, lo cuál en el fondo era algo inteligente de hacer en vista de las compañías que se gastaba esa gente. Pero algo le decía que sería mejor seguir con ellos. Al menos de momento.
No me ha quedado claro de si el portal sigue ahí o desapareció cuando lo atravesaron.
Lirio parecía tener aquella sonrisa pícara tan suya, pero por una vez no parecía que la sonrisa le llegase al corazón.
Habían logrado la victoria pero ¿Era prudente trabajar para un dragón maligno? Aquel era el primero que Lirio conocía, pero algo le decía que en su naturaleza estaba hacer el mal, por eso no se llamaban dragones benignos...
- Endozal, Abdali y yo llevamos un tiempo luchando contra el Culto - explicó Égida, ahora que tenían unos momentos para tomar fuerzas - Cada uno tenemos nuestros motivos, pero en definitiva, sabemos que intentan invocar a la Diosa de los Dragones y queremos hacer lo que esté en nuestra mano para detenerlos. Pero entiendo que no es algo a lo que todo el mundo esté dispuesto. Y vosotros habéis hecho más que suficiente en estos pantanos.
No es que quisiera prescindir de su ayuda, pero tampoco podía obligarlos a continuar su lucha.
- Debemos regresar - comentó el forjado, mirando a sus compañeros, Abdali y Endozal - Hemos cumplido con nuestra parte. Mandíbula, ¿nos guías?
-Ontharr Frume me dejó encargado seguir al culto y averiguar todo lo que pueda para acabar con ellos y que no continuen saqueando las tierras de pobres inocentes. Si para eso debo traspasar ese portal, así lo haré y les seguiré hasta el infierno si fuera necesario.- Sentenció el guerrero.
- ¿Volver?-dijo Endozal ante las palabras de Égida- ¿No vamos a seguirles? Estoy con Abdali, hemos llegado muy lejos como para echarnos atrás ahora. Si pudieramos reabrir el portar podríamos seguirles-dijo animado a pesar del cansacio.
El hombre lagarto no tenía mucho problema con dejar marchar al grupo. Habían derrotado al culto en el pantano, vencido a los hombres rana y recuperadas las reliquias mágicas que su amo, el dragón Voaraghamnthar (o eran dragones?) quería así que se encontraba satisfecho.
No me ha quedado claro de si el portal sigue ahí o desapareció cuando lo atravesaron.
El portal está ahi. Osea se cerró al pasar, pero la puerta está ahí y conocéis las palabras que lo habren así que...
Grend limpiaba la sangre de su estoque en la ropa de uno de los batracos, aunque no es que la llevara muy limpia tampoco, mientras escuchaba las explicaciones y sugerencias del grupo.
Les caía bien. Pero derrocar cultos malignos no era algo fácil de hacer, y de momento no habían conseguido dinero u objetos mágicos. Y los pocos se los quedaba los dragones.
-Menuda misión os habéis montado. Tiene pinta de ser peligrosa, y muy poco lucrativa también. Dos cosas que no me gustan demasiado.-
A pesar de sus palabras el elfo parecía estar pensanse el acompañarlos. Después de todo estaba convencido de que sus habilidades les vendría muy bien. Y podía suponer la diferencia entre la vida y la muerte para ellos.
-Por favor. Decidme que sabéis que al menos el culto cuenta con grandes tesoros. Así no me sentiré mal si muero acompañandoos.-
- De hecho... - recordó Égida - Teóricamente habían transportado un tesoro hasta aquí. Creo que tu señor nos permitirá quedarnos con ello considerando el inmenso favor que le hemos hecho, ¿no Mandíbula? Es un buen trato: los objetos, recuperar esta fortaleza para vosotros, y el tesoro para nosotros. Debe de haber venido en un carro hace poco.
Motivo: Persuasión
Tirada: 1d20
Resultado: 20(-1)=19 [20]
Bum!
El hombre lagarto asintio.
-La mayor parte del tessoro se envia a travéss de este portal. Aquí solo sse quedaba una parte a manoss de esse elfo tuerto y essta bassura-dijo pateando el cadaver de Pharblex, levantando volutas de bruma- Podeiss quedaross lo que queraiss, la mayoría de cossas que guardaban no tienen valor para loss mioss.
1/2
-Esto... no seré yo quien diga que no a una buena recompensa, pero... ¿no estábamos persiguiendo a alguien?-dijo señalando hacia donde, en teoría, había estado el portal- Si se acaban de marchar quizás podamos atraparlos, esos sapos ya nos han hecho perder mucho tiempo- Endozal se mordió el labio, en realidad él también quería saquear el castillo.
Vosotros decidís que preferís hacer si pajaro en mano o ciento volando XDD
El guerrero sabía que el tiempo era muy preciado, sobre todo cuando tus enemigos podían escaparse o tenderte una emboscada porque tuvieras que pasar por un lugar en concreto como era ese portal.
A él el tesoro le daba igual, pero sabía que para algunos miembros de su grupo era su única motivación, así que quiso aprovechar la información que les acababa de dar el hombre lagarto para incentivar a los más avariciosos.
- ¿No habéis oído? La mayor parte del tesoro se la han llevado. Lo que aquí quede estoy bastante seguro que lo reclamará el dragón. El que se quiera quedar a negociarlo con él que lo haga, aunque lo desaconsejo. Si tardamos más tiempo puede que perdamos todo, a la gente del culto y lo que llevan. Deberíamos usar el portal ya.-
- Yo no lo tengo claro chicos, esto me va muy grande. Lo mío es la música, las risas y camelarme a alguna dama para sonsacarle información. Pelear con cultistas, ya habéis visto que lo que es pelear no se me da demasiado bien. Seguiré con vosotros hasta que encontréis a alguien mejor, que no será difícil. Incluso puedo intentar tirar de contactos para buscaros a alguien, pero os hace más falta un asesino que un músico.
La decisión de Lirio era comprensible, y ya que el forjado valoraba los tratos justos y los intercambios equivalentes, consideraba que los sacrificios que había hecho el fauno para ayudarles compensaba con creces el haberle rescatado en las ciénagas. Le dedicó uno fuerte abrazo y le deseó la mejor de las suertes.
El elfo enarcó una ceja al escuchar al fauno decir que se marchaba.
-La verdad es que si tuviera más sensatez me iría contigo. Pero algo me dice que pueden necesitar mi ayuda. Soy un altruista, en serio. El tesoro que acaba de comentar Abdali no tiene nada que ver. De verdad.-
Sonrió de manera pícara.
-Seguro que echaremos de menos tus mordaces comentarios. Tienen realmente una labia que mata.-
Grend no le dio ningún abrazo. No eran tan intimos ni mucho menos, pero sí que le ofreció la mano.
Cuando Égida lo abrazó con fuerza, Lirio abrió mucho los ojos y se desplomó sin sentido.
Desde el suelo abrió un ojo, vio las caras de los compañeros, y estalló en carcajadas. Se levantó, se sacudió el polvo de la ropa, y aceptó la mano de Grend.
- Conste que ese abrazo podría haber partido una columna de un templo. Ha sido un placer luchar con vosotros, pero me voy en busca de batallas que pueda ganar con mis talentos.
Después, sin más se dio media vuelta y se fue. Luego dio media vuelta de nuevo y volvió.
- Esto es vuestro, y es posible que os sea útil.
Y dejó la daga envenenada en manos de Égida, que probablemente no fuese a envenenarse con ella ni por accidente.
Finalmente el grupo se despidió de Lirio y Mandibula fuerte. En el túnel se escuchaba el sonido de combate, seguramente los restos de batracos estaban siendo arrasados por los hombres lagarto de Mandíbula fuerte.
Lirio había decidido quedarse allí, ya que el peligro de perseguir a altos miembros de un culto dedicado a despertar a la madre de todos los dragones era demasiado alto, sin duda. Pese a haber sido prisionero del propio Mandíbula Fuerte y su tribu, prefirió tratar de buscar su propia suerte allí.
El hombre lagarto les aseguró que con el libro y el anillo que habían conseguido para La Muerte Negra era pago suficiente y prometió que no harían daño al sátiro y que lo dejarían marchar. Incluso aseguró que él mismo lo escoltaría hasta el borde de las marismas. Eso les dio algo de tranquilidad.
Alguien dijo en voz alta las palabras que activaban el portal "¡Draezir!". Algunas piedras comenzaron a moverse en el suelo, solas, rodeadas de un brillo pálido. Formaron, como si se reconstruyese solo, un enorme arco de piedra por el que podían pasar un par de personas a la vez. En lugar de puerta, una bruma blanca y espesa no les dejaba ver a donde irían a parar.
Se miraron entre ellos y, decididos, Abdali, Égida, Grend'Dail y Endozal cruzaron el portal.
Una brisa fría les acarició el rostro al otro lado, mientras sus ojos se acostumbraban a la luz solar de nuevo.
-Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?-dijo una voz por encima de sus cabezas.
Fin de este capitulo.