Haz una presentación de tu personaje, de lo que ven tus compañeros al entrar.
Los 4 hombres que acompañaban al gobernador se giraron hacia la puerta cuando los aventureros entraron. 3 de ellos vestían uniformes de soldado y aunque no llevaban la armadura puesta, si tenían una espada apoyada contra su silla.
El cuarto, aquel que resaltaba, parecía tener unos 30 años, llevaba ropas en distintos tonos azul oscuro y grises. Las vestimentas, sin dejar de ser elegantes parecían mas ropa de viaje, cómoda y resistente, que las lujosas vestimentas de un cortesano. De su silla, también colgaba un cinto con una espada un poco mas larga que la de los soldados y en una vaina sencilla.
Su cabello era de un color castaño cobrizo, y llevaba una barba corta bien arreglada. Las facciones del hombre eran muy armoniosas y portaba una sonrisa muy relajante.Dejó la copa de la que estaba bebiendo y dedicó unos segundos a observar a los recién llegados, su voz, sonó al mismo tiempo que se paraba, con un tono grave que inspiraba veneración, al igual que su altura y su cuerpo fornido
-Ellos deben ser los héroes de los que has hablado, Tarbaw- saludó con una ligera reverencia de cabeza a Draenna, y extendió la mano hacia el resto del grupo.- Draenna, Endozal, Joorin, Égida y Abdali, supongo-. Saludó a cada uno por su nombre sin equivocarse- Soy Lord Airic de la casa Vientoinvierno. Es un gusto para mi conocerlos. El gobernador me ha contado como ayudaron a Nidoverde y en la misión que se habían embarcado. Mi corazón late con mucha mas calma ahora que veo que han llegado a salvo. Siéntense... Disculpe gobernador, son sus invitados no los míos, deben tener sus asuntos.
Airic se hizo a un lado, dejándoles lugar en la mesa a los demás.
Y ese sería yo. :P
El regreso a Nidoverde no tuvo más sorpresas. Habían interceptado a una de las caravanas del culto, descubriendo así que la maldad estaba más arraigada en esas tierras de lo que pudiera parecer.
La nueva información sería de gran ayuda. Ahora tenían a un contacto en Puerta de Baldur, un hilo del que tirar si el destino les llevaba hasta la gran capital.
Cuando llegaron a la pequeña ciudad, todavía ruinas por el asalto, la elfa respiró algo más tranquila. Su aventura había sido agotadora y ahora, una vez en lugar seguro, se relajó por fin.
Por desgracia lo primero que les esperaba a su regreso no era un lecho confortable, sino una reunión para reportar lo acontecido.
Cuando los guardias aparecieron para llevarse a los prisioneros, les comunico sobre el carro - Todo lo que hay en el interior es lo poco que hemos podido recuperar del expolio. Repartidlo como queráis, pero nuestro deseo sería dedicarlo a las familias que lo hayan perdido todo... - dijo mirando las casas calcinadas.
Más adelante fueron a reunirse con el gobernador, el cual parecía tener visita. Alguien importante, junto a varios de sus hombres que estaban por marcharse cuando, para su sorpresa, fueron reconocidos por sus nombres como héroes.
- Vaya, no se si sentirme halagada o empezar a preocuparme. - bromeó para restarle solemnidad al hecho de que un noble le dedicara una reverencia. - Disculpe que no le haya reconocido, entiendo que usted es alguien importante para la gente de aquí, pero yo soy una elfa de los bosques y no conozco los entresijos de las nobles casas. Lo que si puedo hacer es advertirle de que en nuestra misión hemos descubierto que el culto del dragón es poderoso y se ha extendido más allá de lo que podáis imaginar. - le dijo ya más seriamente. - Cuidaos mucho de quien tenéis a vuestro servicio, pues los adoradores de Tiamat tienen ojos y oídos en todas partes.
Una vez se deshicieron de los prisioneros y Draenna dio instrucciones para devolver los bienes recuperados, restaba dar el parte. Aunque para ello tuvieran que lidiar primero con un noble y su séquito, quienes estaban sentados a la mesa como si el resto de Nidoverde no estuviera en ruinas tras el ataque de un dragón.
—Hicimos lo que creímos correcto —respondió al saludo sin saber bien qué pensar. Por una parte, el hombre no vestía de forma ostentosa y parecía dispuesto a mancharse las manos si hiciera falta. También se había dirigido a ellos correctamente y no había mostrado aprensión por lo que él representaba. Por el otro lado, no dejaba de ser un noble: demasiadas malas experiencias había tenido en el pasado con los de su calaña para relajarse. Con suerte su relación se limitaría compartir mesa y nunca más volverían a cruzarse—. No dudo que mis compañeros estarán encantados de disfrutar de una comida caliente. Si le parece bien, mientras tanto le relataré lo que encontramos y lo sucedido, así ellos pueden relajarse.
Procedió entonces a relatar pormenorizadamente lo sucedido desde que salieran por segunda vez en dirección al campamento. Procuró evitar los detalles grotescos que incluían sangre y vísceras por respeto a los comensales, y ensalzó las acciones heroicas de sus compañeros. Había escuchado las suficientes historias y canciones de taberna como para saber qué le interesaba a una audiencia.
—Y aquí estamos, ahora mismo deben de estar devolviendo los enseres a sus legítimos dueños. Nosotros haremos uso de la carreta para la siguiente parte de nuestro viaje.
Y de nuevo entraba el grupo como unos verdaderos héroes a Nidoverde. Esta vez no por ahuyentar un dragón sino por traer información de suma importancia. Además, la suerte les había hecho con unos rehenes y parte de las riquezas robadas.
Las dos muchachas, Dulcimae y Camille, a las que Abdali había robado el corazón (y algo más) la noche antes de partir al campamento, se abalanzaron hacia el guerrero para colmarlo de atenciones, proponiéndole un sin fin de maneras para compensar las hazañas que había realizado por su ciudad y familiares.
Tuvieron que despegar a las dos jóvenes para arrastrar al calishita hasta la reunión con el gobernador. Y, por supuesto, poca gracia le hizo entonces encontrarse con una habitación llena de 'pisaverdes', limpitos, descansados y llenando los buches mientras que ellos no habían tenido el privilegio ni de reposar un instante.
Iba a decir unas cuantas palabras mal sonantes cuando Draena y Égida se le adelantaron.
Grrrrrrrrrr! - el rugido de su estómago hambriento al mencionar Égida la comida, le delató y frenó su impulso de amonestar a los allí presentes. Queriendo disimular el embarazoso ruido, carraspeó y añadió:- Debemos partir cuanto antes a Elturel!
Ya tenían un carro con el que ir más ligeros, solo debían abastecerse y quizás salir al día siguiente, una vez descansados y aseados.
- Debemos partir cuanto antes a Elturel!
Joorin había saludado y se había sentado en la mesa al instante que Lord Airic se hizo a un lado. Cuando Abdali pronunció esas palabras, el pato asado que estaba masticando se le atoró en la garganta..
-Cof! cof!- Toció enérgicamente ante la mirada de todos los presentes un tanto ruborizado.-Estemmm, Abdali... diantres que no quería decirlo de esta forma, pero me veo obligado a contarles ahora- El mediano agachó la cabeza e hizo un segundo de silencio.
-Yo no iré a Elturel, de hecho, no iré a ningún lado- Dijo Joorin un tanto avergonzado- Saben, casi muero en esas cavernas, vi cosas muy extrañas, y quizás ya haya probado la cuota de aventura que necesitaba en mi vida. Además, alguien debe quedarse a cuidar Nidoverde, como dijo Draenna, nunca se sabe donde puede haber un sectario- Trató de excusarse el mediano
-En serio lo siento compañeros, pero ya decidí que camino tomar, a partir de mañana, y ponerme una armadura para salir de viaje no está en esos planes.
Con esto me despido de Joorin. Master, todo suyo. Perdón quería hacer un último post con el medianito
El gobernador tras escuchar la historia de la destrucción de los huevos de dragón y sobre todo tras escuchar que habían recuperado algunas riquezas para Nidoverde aplaudió con entusiasmo.
-Sois asombrosos, se os recordará por siempre como los héroes de Nidoverde. No solo derrotasteis al dragón, sino que habéis logrado acabar con la amenaza de los sectarios en la zona y habéis recuperado parte de lo que nos robaron-dijo alzando una copa cuando los estómagos ya estaba saciados- es más de lo que cualquiera hubiera esperado. Y vos, maese Saltolargo, sois bienvenidos en nuestro humilde pueblo. Me aseguraré de que te sientas como en casa-le dijo a Joorin-. Lord Airic aquí presente también va a dejar a sus hombres para ayudar con la reconstrucción y defensa de la aldea hasta que sea segura-dijo señalando a los hombres que acompañaban al noble.
-No puedo estar más de acuerdo con el gobernador en sus palabras-Dijo alzando la copa bien alto -Sus hazañas han de ser contadas por la costa de la espada y serán recordados por ellas-Miró a Joorin y lo reverenció con la cabeza-Señor Saltolargo, nadie en este pueblo ni en ningún lado puede exigirle más de lo que ya ha hecho. La gente de Nidoverde estará orgullosa de recibir a su héroe.
Tras un sorbo de cerveza, se dirigió al resto del grupo-Como el gobernador les comentaba, El capitán Kembar y sus sargentos brindarán apoyo a la ciudad para mantener el orden y también darán una mano con su reconstrucción, espero que las provisiones que he traído ayuden, gobernador, siento no haber conseguido mucho más.
En cuanto a mí, veo que su viaje sigue, y me gustaría acompañarlos. No pretendo reemplazar a Joorin de ninguna manera, pero con su falta, creo que una espada más en el grupo puede serles útil, y yo estaré encantado de ayudarlos.
Llegó a Nidoverde arrastrando los pies, totalmente agotado y dolorido por las numerosas marcas que aún quedaban en su piel. Por fin estaban llegando y sólo pensaba en tirarse en cualquier lecho de paja y no levantarse en unos días y luego pararse a recapacitar sobre todo lo que había pasado y como había ido cambiando el cocinero.
Dejó a los compañeros que hablaran pues el no tenía ganas más que de acostarse y saludó con la mano al noble que les presentaron. Sin embargo cuando escuchó las palabras de Joorin de que iba a quedarse en Nidoverde unas lagrimas se deslizaron por sus mejillas. - No, ¿no vienes con nosotros? preguntó al mediano que terminó por explicarse. Sin duda sentiría mucho la falta del mediano pero entendía sus palabras. Muchos de ellos habían estado a las puertas de la muerte y aunque el no había sufrido los combates en sus carnes y sus heridas se debían más a su torpeza, había visto como sus compañeros caían o estaban al borde de la muerte en varias ocasiones. ¿Cómo había podido un simplón como él soportar todo aquello? Talis era la respuesta que le había dado coraje para continuar, para asesinar con sus virotes a los cultistas como había echo anteriormente con los animales de caza que llevaba a la taberna.
Pero esto era diferente y a pesar de todo le gustaba y aún no sintiéndose tan héroe como el resto de sus compañeros las palabras que Égida le dedico tras el asalto del dragón latían fuerte en su corazón. No los abandonaría y ahora estaba más preparado para la lucha. Sólo necesitaba descansar pero eso aún no llegaría.
Comieron primero mientras sus compañeros explicaban todo al gobernador y él mostró las cartas y el mapa que disponía mientras lo relataban y luego los guardo para llevarlos hasta el monje en Elturiel. Comió poco pues le costaba mover la mandíbula debido a las heridas de aquella maldita trampa y escuchó todo con atención. Parecía que el noble se uniría a ellos para sustituir al mediano al que le dedicaba unas sonrisas un tanto tristonas cada vez que sus mirabas se cruzaban.
Por otro lado le alegraba ver que la reconstrucción de Nidoverde estaría en marcha y no dudaba que una vez terminaran muchos tratarían de ayudar a los poblados atacados. Volvió donde el gobernador con el mapa para que copiara los puntos marcados en el mapa dónde los pueblos habían sido saqueados para que cuando pudieran enviaran ayuda también allí o mandaran mensajeros para que la ayuda también les llegara pues al ser lugares más pequeños algunos de ellos era muy probable que la ayuda no llegara pronto.
Tras retomar su sitio continuó esperando hasta ese merecido descanso que según le había dicho Draenna curaría por completo sus heridas.
La subida de nivel la intentaré hacer esta tarde o mañana como tarde.
PD: No he lanzado percepión a la comida por si esta envenenada de milagro xD
A medio discurso, Joorin soltó la bomba y Égida se quedó sin habla. Durante unos valiosos segundos la información se resistió a coger forma y sólo se quedó ahí, de pie, embobado mirando al mediano explicando sus motivos. Unos motivos más que válidos, por supuesto. Joorin se va. En ningún momento se había planteado que el grupo no siguiera unido durante esta gran aventura. Eran lo más parecido que tenía ahora mismo a una familia y ahora empezaba a desmoronarse. No seas idiota. No han pasado más que unos días desde que les conociste por primera vez. Es normal. Su parte más racional luchaba por darle sentido. Era lo bueno que tenía su naturaleza: no eran tan sentimental — Endozal ya suplía esa parte por los dos — así que se limitó a acercarse al explorador y posar la mano sobre su hombro.
—Te voy a echar muchísimo de menos, Joorin. Pero que te quedes en Nidoverde significa que siempre podré verte de nuevo cada vez que mi camino me acerque aquí —no era momento de largas despedidas, ya se dirían esas frases grandilocuentes cuando partieran al día siguiente. Ahora debían resolver el asunto que el noble de apellido rimbombante sacó a relucir—. Eh... ¿venir con nosotros?— no supo qué responder. No dudaba que las intenciones del hombre eran buenas, pero quizás no estaba al tanto de a qué se arriesgaban—. ¿Estás seguro? Nos enfrentamos a un culto peligrosísimo que pretende resucitar a la Reina de los Dragones. Hemos estado a punto de morir varias veces y sólo la gracia divina y la suerte nos ha mantenido con vida. No... no te ofendas, vaya. Pero no es una cacería de zorros por el bosque precisamente.
¿Hacían los nobles esas cosas todavía? ¿Lo habían llegado a hacer alguna vez? Lanzó la cosa más elegante y exagerada que se le ocurrió en ese momento, y esperaba que cogiera el concepto de lo que quería decir.
El cansancio y el estrés de las jornadas vividas pudieron con él y las lágrimas recorrieron su imberbe rostro cual ríos en primavera.
Abdali sentía más apego por Joorin y por Endozal que por Égida y Draena (quizás porque le llenaban el buche). Égida le había tratado muy bien, incluso le había salvado la vida en más de una ocasión, pero no dejaba de ser para el joven calishita un ser enigmático el cual no conseguía comprender. La druida, por otra parte, era un alma libre; tan pronto estaba como no.
No. Joorin, no puedes, no puedes dejarme!- fue su respuesta mientras se ponía de rodillas abrazando al mediano.
En su fuero interno sabía que debía dejarle marchar y que, de hecho, iba a ser lo mejor pues no se perdonaría que por su decisión egoísta el alegre cocinero pereciese en el viaje.
Poco a poco se fue calmando mientras apretujaba al mediano contra su pecho.
Es-está bien- balbució retirándose y dejando que Joorin recuperase el aliento-. Entiendo que quieras quedarte, pero prométeme que cuando volvamos a vernos me prepararás alguna receta especial...
Tubo que comer hasta hartarse de la mesa de los nobles para olvidar sus penas. Con el disgusto no se dio ni cuenta que uno de los 'pisaverdes' había amenazado con acompañarles.
-Oh vamos, yo también os voy a echar de menos. Pero meterse con un dragón no es trabajo de un mediano. Aunque bueno una vez leí un cuento sobre uno y al final se hacía rico...-comenzó a decir desviándose del tema, pero enseguida negó con la cabeza- Creo que con la parte de lo que saquemos vendiendo las cosas que encontramos en la cueva tengo suficiente. Además seguro que os es de más ayuda Lord Vientoinvierno que la mía.
Después se sorprendió cuando Abdali lo abrazó.
-Venga, no es para tanto. Cuando volváis por aquí os haré vuestros platos favoritos. Además no tengo intención de viajar en un tiempo así que seguro que nos volveremos a ver cuando regreséis de derrotar al Culto del dragón-le dijo devolviendole el abrazo.
La cara de Airic se transformó tras las palabras de Égida. Su sonrisa amable mutó a una expresión severa. Había notado desden y prejucios en las expresiones de los aventureros, pero hasta este momento. había preferido dejarlas pasar. Sin embargo, ya estaba empezando a ser demasiado
-Las cacerías de zorros son una excusa de los nobles para irse de sus castillos, lejos de sus mujeres y poder contratar prostitutas sin que los descubran. En serio crees que un gordo mórbido como los nobles de aguas profundas que apenas puede empuñar un tenedor podría empuñar un arco para cazar un zorro?-El tono de Lord Vientoinvierno fue muy despectivo al hablar de los demás nobles-. De todos modos nunca he ido a ninguna, prefiero conquistar una dama que pagar por su cariño, me parece mas emocionante- Tomó otro trago de cerveza y se inclinó hacia el forjado -Si quieres oír historias de buenas cacerías, ve hacia el norte de aguas profundas, por el camino de la costa y luego dobla por el sendero Triboar, hasta el poblado de Phandalin. Pregunta por la cacería del ogro, o los orcos, o los osgos, que montamos con unos compañeros aventureros semanas atrás, cualquiera de las 3 serán historias muy entretenidas. -Una vez hecho su descargo, prefirió distender el ambiente siguiendo la conversación de Joorin-
Yo también leí ese cuento, es muy entretenido, pero las historias que le siguen no son tan amables con los medianos. Resulta que entre las riquezas que obtuvo del dragón había un anillo maldito, que tiempo después le trajo enormes problemas a su sobrino. En cuanto pueda contactarme con mi familia, prometo que pediré que te envíen los libros con esas historias. Mi regalo por tu valentía.
El hombre luego miró a Endozal, que estaba guardando nuevamente los mapas. -Si me permiten comentar, ya que nosotros iremos en otra dirección, sería prudente enviar jinetes a Beregost, Puerta de Baldur y quizás hasta Candelero, avisando de las caravanas de cultistas haciéndose pasar por mercaderes. Con suerte puedan detener alguna.
Por otro lado, sería útil interrogar a los prisioneros antes de salir. Para sacarle mas información sobre el punto de encuentro en Puerta de Baldur y quien es Lemura Capadehierro. Puedo encargarme del asunto yo mismo si me lo permiten
La despedida del mediano cogió a todos por sorpresa. Sin duda sería una perdida para el grupo...
- Se lo que es tener que despedirse de los que tenemos más cerca. - dijo mirando a todos sus compañeros, uno a uno. - Podemos sentir desazón y desconcierto, pero cada uno sigue su camino guiado por su corazón.
- Joorin, amigo mío. - dijo bajando a su altura, en tono maternal y tomándole la mano. - Has sido un gran compañero de aventuras, sientete orgulloso de lo que has hecho por esta gente. Te deseo lo mejor y que encuentres la felicidad aquí, en estas tierras.
Después de dedicarle esas palabras esbozó una sonrisa triste y volvió a su lugar. Escuchó entonces las palabras de Égida, dirigidas al noble con cierto desdén y como se empezaba a generar un ambiente tenso.
- No seas tan duro con él. Estoy segura que sabrá valerse por si mismo. - dijo quitando hierro al asunto. - No aparenta ser un señor, mirale. - Sí, tiene equipo de buena calidad y eso seguro que sabes apreciarlo mejor que yo, pero no va pavoneándose de su riqueza.
En cambio, las palabras del noble a continuación si le parecieron algo a lo que presentar mucha atención y valorar. Hablaba de mandar mensajeros para advertir de cultistas haciéndose pasar por mercaderes. Eso quería decir que se tomaba muy enserio tanto su relato y advertencia, como los documentos encontrados...
- Es bueno saber que tenemos a alguien influyente de nuestra parte. Alguien que no solo nos cree, sino que está dispuesto a mancharse las manos combatiendo allá donde haga falta. Por mi sois bienvenido, Lord Airic. - dijo tendiéndole una mano firme, como tienen por costumbre los humanos.
Luego, le dirigió una mirada a Égida que lo decía todo "¿Qué pasa? Necesitamos a gente para la causa y yo quiero confíar en él"
La respuesta del noble no le gustó, como entendía que no le hubiera gustado su comentario. Pero él había sido todo lo educado que podía y distinguía un tono de altanería y soberbia en sus palabras que inmediatamente manchó la imagen inicial que tuvo de él. Si algo había caracterizado al grupo hasta ahora, era que todos eran humildes y ninguno pretendía destacar por encima de los demás. Y era por eso que funcionaban tan bien. Si ahora pretende hacerse con el control...— Vale. Toda ayuda es bienvenida —dijo finalmente, mirando a su alrededor dejando claro que toda también incluía a guardias y demás aspirantes a aventureros que estuvieran dispuestos a unirse a ellos. Al fin y al cabo, si aquella aventura la habían comenzado junto a un brujo demonio y torturador, ¿por qué no un noble que al menos no les estaba insultando a la primera de cambio? Pensaba hablarle sobre la ausencia de escalafones entre ellos, pero prefirió darle una oportunidad antes.
Y bueno, si las cosas se torcían, siempre podía reprocharle a Draenna que había sido su culpa por darle su apoyo.
Égida parecía no estar de acuerdo con que aquel noble viniera con ellos pero al fin y al cabo toda ayuda era bienvenida por lo que tras las palabras de Draenna posó una mano sobre el forjado para que relajara la tensión y poco después acabó aceptando la ayuda. - Opino lo mismo. Dijo tras Égida. - Hasta ahora ha sido todo muy complicado pero cualquiera que tenga el corazón en ayudar a deshacer este culto y liberar a aquellos que son o serán sometidos por ellos merece la oportunidad de intentarlo.
Cuando hubo terminado de señalar dónde debían mandarse los mensajes guardó los mapas y se ofreció para estar presente en el interrogatorio, estaba muy cansado pero tenía ojo para saber si la gente mentía. - Debes tener en cuenta que son fanáticos y dudo que nos digan algo útil como lo han echo los mercenarios que trabajan para ellos pero por intentarlo no perdemos nada.
Vale. Toda ayuda es bienvenida
-Gracias- Se limitó a decir el noble al forjado mientras también entendía gestos de agradecimiento a los demás. Airic ya sabía la confianza de quién debería ganarse. El forjado no lo tenía en estima, y tenía alguna dudas sobre el Calishita que se mantenía callado, pero en el fondo, sabía que terminarían siendo un buen equipo.
- Debes tener en cuenta que son fanáticos y dudo que nos digan algo útil como lo han echo los mercenarios que trabajan para ellos pero por intentarlo no perdemos nada.
-Y sin embargo, uno de ellos se rindió para salvar su pellejo, esa es la debilidad que hay que explotar. Quizás no sea tan fanático después de todo. Ya lo veremos. Por supuesto que puedes acompañarme- Dijo en cuanto al ofrecimiento de Endozal-, cualquiera que lo desee, es su prisionero después de todo. Terminen de comer tranquilos, no hay prisa. Cuando estén listos hablaremos con el muchacho
Por desgracia, tras un par de horas de interrogatorio el grupo no consiguió sacar nada nuevo a los cultistas. Todo lo que ellos sabían es que todo el culto se dirigía hacia el norte pasando el tesoro por Puerta de Baldur, pero aparte de saber con quién tendrían que reunirse no sabían nada más. Apenas eran peones en un juego que les quedaba mucho más grande.
Finalmente y tras conocer a un nuevo compañero el grupo se fue a descansar en las habitaciones que les había hecho preparar el gobernador. Joorin pasó la noche con ellos, su última noche como miembro del grupo. El resto trató de descansar para estar preparados para el largo viaje que les quedaba por delante, todos excepto Égida que dedicó parte de la noche a desmontar parte de las cosas que habían conseguido para fabricar algunas armas que sus compañeros le habían pedido.
El culto se extendía y más allá de las tierras verdes Rezmir y sus fanáticos cruzaban los caminos hacia Puerta de Baldur portando un enorme tesoro. Parecía que habían pasado meses desde que aquel dragón azul atacara Nidoverde, pero para Abdali, Draenna, Égida, Endozal y ahora Airic empezaba la aventura.
Fin de este capítulo.
Subis a nivel 4 quien no lo haya hecho ya :)