Partida Rol por web

Anna vuelve a lanzar sus rápidos golpes contra el draco que había tocado anteriormente, pero las defensas de la criatura son demasiado sólidas y solo logra impactar a una de las criaturas. 

Que intenta golpear al lider, pero el golpe recibido con el tridente le provoca un desaquilibrio e impide poderle golpear con exito.

Anubis continúa desangrándose en el suelo ¿Cuánto tiempo aguantara más el mago antes de morir?

Mientras tanto, el combate se vuelve mucho mas desesperado. Los drac comienzan a rodearos lentamente. Alguno de ellos parece estar aguantando el aliento para lanzar otra llamarada.

Anna consigue importar con su espada corta otra vez en el drac que ya estaba herido, parece gravemente herido, pero, aun así, sigue atacando con furia ciega. El drac devuelve el ataque, clavando su gran espadón en la pierna de Anna.

El líder parece espoleado por su éxito y vuelve a golpear con éxito a Qué, calvando de nuevo su tridente. El drac que acompaña al líder, también tiene éxito con su ataque, y el gran espadón corta la piel de Que.

El combate continuaba y no iba por buen camino para el grupo. Visto que sus ataques rápidos no estaban surtiendo efecto, Anna cambio la estrategia, y lanzó dos golpes con su espada corta a su enemigo herido, pero no logró impactar ningún golpe. 

Que intenta empalmar dos golpes contra el lider, continuaba pensando que si terminaba con el lider el problema se solucionaria.

Por desgracia la rafaga de golpes solo tubo exito en el primero que impacto, la piel de los lagartos era dura y apenas hacia algo...

El líder drac, Bloodmane, se dispone a lanzar otra bocanada de llamas. El nuevo ataque dejaría a Anna moribunda y reduciría a cenizas a Anubis, el cual seguía agonizando en el suelo. Pero entonces una lanza se clavo en el pecho del drac derribándolo.

El profundo sonido de un cuerno de batalla resuena por encima del estruendo de la batalla, el sonido es seguido rápidamente por un grito de batalla y el resonar de docenas de pezuñas golpeando el suelo rápidamente. De la bruma cenicienta emerge una tropa de caballeros con armadura negra que avanzan sobre sus feroces monturas. Su líder, al frente de la carga, es una mujer de aspecto feroz, que levanta la mano y señala a sus hombres hacia la batalla. Parece que la caballería ha llegado. Desafortunadamente, la caballería son Caballeros Negros.

Los caballeros, unos veinte hombres fuertemente armados, declinan la batalla a su favor. La mujer dirige el ataque solo contra los drac, que se ven abrumados rápidamente por la superioridad numérica y táctica de los caballeros. Muchos de los drac mueren a manos de los caballeros, y estos, al igual que los draconianos al morir, estallan en una bola de fuego¹. Esto también causa bajas entre los caballeros negros. Finamente, Bloodmane, el líder de los drac, se ve obligado a retirarse con los escasos supervivientes de la batalla.

La mujer líder de los caballeros negros se acerca a vosotros. Su pelo es rubio platino, rostro delicado y uno de sus ojos está nublado por una cicatriz. A pesar de su delicado aspecto, la mujer viste una armadura negra adornada con un lirio blanco. ¡ENTREGAR LAS ARMAS Y ACOMPAÑARNOS! Grita con tono el tono autoritario de alguien acostumbrado al mando. Soy la comandante Velaria Grims Tone, de los Caballero Negro. Venir conmigo a Darkhaven y no sufriréis daños. Luego mira al suelo donde Anubis continúa agonizando. Allí podremos curar a vuestro compañero.

El combate contra los drac pintaba mal, muy mal. En inferioridad numérica, con un compañero agonizando y rodeados, era prácticamente imposible que pudieran salir de allí con vida. 

La aparición de un nuevo grupo trajo esperanzas a la mujer, que se transformaron en decepción al ver que los caballeros eran caballeros negros. Al menos, cargaron contra aquellos drac y ya con eso, pudieron vencer a esos enemigos. 

La mujer dejó caer sus armas y levantó las manos en señal de rendición. Era absurdo continuar luchando en esas circunstancias. Mejor rendirse y esperar mejores oportunidades. 

Saludos Comandante Velaria Grims Tone, soy Que, Dice mientras se saca el guantelete para entregarle al que estubiera recogiendo las armas. Me gustaria poder estabilizar al viajero que esta en el suelo, su capitan ya lo esta. Cuando usted lo requiera me encantaria poderle explicar lo sucedido. Que tambien entrega las pertenencias del capitan de los caballeros negros, que finalmente se alegra de no haber usado. 

 No sabía que pasaba a mi alrededor, mientras permanecía entre la vida y la muerte, delirando. Solo notaba sombras y ruidos a mi alrededor...

Tras permitir que estabilizarais a Anubis, los caballeros negros os cargaron de cadenas, luego retiraron todos los objetos que llevabais. La comandante Veiaria sonrío ostensiblemente al ver un objeto que llevaba Anubis. Era una pequeña caja de música de manufactura elfica, parecía un objeto de poco valor, pero la comándate lo guardo personalmente. ¡Volvamos a Darkhaven! En la seguridad del castillo podréis explicarme qué hacéis en la Desolación con esto. Dijo levantando la caja de música.

El viaje fue duro, Anna y Qué marcharon andando, manteniendo la velocidad de los caballos a los que iban atados. Anubis fue arrojado como un fardo a la grupa de un caballo, compartiendo espacio con el cadáver de un caballero negro muerto en combate. Otro de los cadáveres era el caballero negro que encontrasteis en la cueva, este había sucumbido tras la primera llamarada de Bloodmane.

Tras una larga marcha a través de la desolación llegáis a la bahía Sangrienta donde en una ensenada se levanta un castillo de roca negra y aspecto sólido. En varios mástiles ondean las banderas de los tres ordenes de los caballeros negros el lirio blanco, la espina y la calavera, todos los símbolos están rematados con una llama roja.

Al entrar en el castillo veis que todos los caballeros negros de la fortaleza llevan la cabeza rapada y en sus armaduras muestran las llamas rojas que habéis visto en los estandartes. Todos no, la comandante Veiaria y sus hombres no llevan las llamas rojas en sus vestimentas, ni tampoco llevan la cabeza rapada.