Al acercarse a los cuerpos, Astri comprobó que eran caballeros negros, concretamente Caballeros del Lirio. Esto era reconocible por el gran lirio blanco que había en el centro de sus corazas oxidadas. Los caballeros debían de llevar muertos ya unos meses, pero la humedad del lugar había acelerado el proceso de descomposición y oxidación.
Tras subir las maltrechas escaleras de piedra llegáis a una recia puerta de madera que da a un pasillo bloqueado por varios barriles. Tras los barriles se puede ver una pequeña sala de guardia, con una mesa redonda con sillas, un armero y un armario. Ahora la sala se encuentra vacía, pero es indudable que los guardias volverán pronto.
En la sala hay dos puertas. Una que por el olor y los sonidos que salen de ella, indudablemente es el baño, y seguramente uno de los guardias esta en su interior. La otra puerta conduce a un pasillo lleno de celdas.
Fin de escena.