Desde la reciente guerra de los espíritus y por azares del destino, una gran comunidad Silvanesti se refugiaba en las catacumbas de la ciudad de Pashin, ciudad controlada por los caballeros de Necara. Las catacumbas habían sido excavada en la tierra hace centenares de años, y gracias a la magia, una luz suave que procede de unos pequeños globos de luz crea la ilusión de que el techo es un cielo estrellado. Lo que convertía las lúgubres catacumbas en un espacio mucho más acogedor. Pero aquel lugar opresivo y sin arboles hacia que los días se confundieran con las noches, las semanas duraban meses o a veces horas. Lo que hizo que muchas veces confundieras la realidad con los sueños. Shaylin Luna naciente de la Casa mística, quien hacia las veces de lideres de la comunidad, se refería a esto como la enfermedad de la desolación solar1.
1- Es una enfermedad real del juego, aunque los síntomas no son exactamente esos (licencia narrativa)
Durante uno de estos episodios, donde confundías la realidad con un sueño, vistes como un extraño grupo compuesto por tres humanos y un semiogro hablaban con Shayli. Uno de los humanos parecía un mago túnica blanca, otro un druida y la tercera, una mujer, un clérigo. Recuerdas como los humanos le mostraban una caja a Shaylin. Una pequeña caja de música y esta les respondía con palabras que no entendías.
En las ruinas de Hurim antes había un templo construido en honor a Paladine y los dioses de la luz. La leyenda habla de una gran traición por parte de uno de los sumos sacerdotes del templo, que traicionó a su gente ante un despiadado señor de la guerra ogro. El templo cayó, y el valle en el que estaba fue maldito y evitado por las tribus de Khur. Cuando llegó el Cataclismo, se cree que el valle quedó sellado para siempre. Ahora creemos que lo que pasó en el "templo destrozado" fue una profecía del Cataclismo. Sin embargo, actualmente existen presagios de que el valle ha vuelto a abrirse.
Cuando volviste a ser consciente del tiempo, los extranjeros se habían marchado con la caja de música.
Nuevamente... Esos ligeros mareos y dolores de cabeza, esos... Sueños... ¿Eran realmente sueños? A veces eran meras visiones, imágenes, que pasaban por su cabeza mientras se arrodillaba para meditar y rezarle por dentro a Mishkal, apretando fuertemente su medallón que colgaba sobre su pecho.
Ésta vez, no obstante... Un sentimiento más fuerte, no sabía si se trataba de una corazonada. Mas ese acercamiento final hacia la matriarca, le hacían dudar si esto realmente era producto de aquella enfermedad, y si ella también había caído bajo los efectos de ella. O no.
Se tomó unos momentos para meditar, y despejar su cabeza, antes de acercarse a ella. Ella también como sacerdotisa, era una protectora más de dicha comunidad, y sentía la necesidad de iluminación para continuar.
- Hermana Shailyn... - Se acerca caminando solemnemente, mientras su mano izquierda aún presionaba el amuleto de Mishkal. - He visto... Hemos tenido visitantes... Recientemente? - Pregunta con ciertas dudas y evidente preocupación. No quería interrumpirla, mas ese recuerdo aún persistía con demasiada claridad. Se sentía confundida.
Shaylin Luna naciente te mira con sus inmensos ojos azules y asiente. Si, tenían la Llave Quinari.
Como elfa Silvanesti habías odio habar de la Llave Quinari, un objeto creado por el propio Silvanos, el fundador de la antigua nación élfica, durante la era de los Sueños para proteger algo importante. Las leyendas decían que la llave abrir las puertas del cementerio de dragones. Recordabas haber visto esa caja hace muchos años en manos de Alhana Starbreeze, cuando el pueblo silvanesti aun era un pueblo libre y feliz.
Su mirada se veía aún algo perdida, deambulando por diferentes esquinas de sus párpados y su cabeza. Se notaba en su boca semiabierta, dientes cerrados tras sus labios, cierta preocupación.
- La llave... - Suspira, logrando ya recordar lo que representaba la misma. Pero en este contexto... - Qué hacían... ¿Por qué, estos extranjeros se encontraban en su posición? - Continúa preguntando, buscando calmar sus inquietudes. Si lo que recordaba no había sido producto de ninguna distorsión o ilusión... Ninguno de éstos era un Silvanesti. No los despreciaba por esto, mas continuaba extrañándole, conociendo cuál era la filosofía cultural de su raza con respecto a las demás.
Shaylin te mira con bondad. Los caminos del destino a veces son confusos y oscuros. Los dioses muchas veces no deparan... La frase de la elfa fue cortada por un grito en algún punto lejano de las alcantarillas
¡LOS CABALLEROS NEGRO!
Shaylin te mira horrorizada. Hay más peligros de los que pensaba. ¡Rápido! Tienes que huir, has de avisar a lo extranjeros de que nuevo peligros les deparan.
Cuando te dispones a huir por uno de los túneles hechas una ultima mirada al improvisado campamentos en las alcantarillas, el cual ha sido tu hogar durante unos mese. A la entrada del campamento Shaylin espera de pie, con semblante sereno y regio, la llegada de los caballeros negros. En la sala irrumpe todo un sección de hombres armados, uno 30 o 40 hombres. De entre ellos se destaca una mujer de pelo rubio platino, rostro delicado y un ojo nublado por una cicatriz. A pesar de su delicado aspecto, la mujer viste una armadura negra adornada con un lirio blanco.
La mujer avanza hacia Shaylin y le pregunta algo que no llegas a oír. Shaylin contesta y entonces la mujer el ojo nublado da una sonora bofetada a Shaylin. ¡REGISTRAR TODO! Grita la mujer del ojo nublado. Pero no quiero violencia innecesaria. Recordar, somos caballeros, no simples mercenarios.
- Pero... ¿Cuál es este peligro, hermana? - Suspira con poco aliento mientras sus pies comienzan a dar lentos pasos hacia atrás. Sin embargo, podía sentir la tensión en el aire, aquel aura de intranquilidad y agitación que se acercaba cada vez más. Puede que no haya mucho más tiempo para hablar... La sacerdotisa entendió, asintió y se retiró corriendo tan rápido como sus nobles ropajes se lo permitían.
Se detuvo unos instantes a observar la escena a lo lejos. Su mano instintivamente buscaba el símbolo sagrado en su pecho, sentía la necesidad de intervenir para retransmitir la calma y proteger a los necesitados de que excaven nuevamente sus viejas heridas. Sin embargo... Por mucho que le doliese, tuvo que resistir. Shaylin se estaba sacrificando por un bien mayor, y ahora era su responsabilidad cumplirlo. Apretó sus ojos con fuerzas, mientras una pequeña lágrima de pura empatía se dejó caer, antes de seguir huyendo.
No, no huyendo... Yendo, hacia su destino.
Comenzaste la persecución de los extranjeros que portaban la llave. Fueron meses duros que te llevaron a recorrer las tierras salvajes de Khur hasta las ruinas abandonadas de Hurin, un antiguo templo que había sido profanado por el mal. Aquí la huella de lo extranjeros era fuerte y visible, habían entrado en el templo, el cual llevaba sellado desde hace siglos. Luego habían continuado su camino hacia Ak-Kurman a través de las Tierras ardientes. Pero ¿Qué habían venido a buscar los extranjeros al templo? No tenias tiempo que perder, tenias que seguir la búsqueda y ocultar tus huellas a los Caballeros negros. No podías perder el tiempo resolviendo preguntas.
A travesar las Tierras ardientes hasta el puerto de Ak-Kurman fue toda una odisea, las tierras ardientes quemaban tus pies y el sol era abrasador. Finalmente en Ak-Kurman, gracias a una maga túnica roja, Zoe Mano Izquierda, descubrirte que los extranjeros habían alquilado un barco para cruzado las aguas rojas de Bahía de Balifor hasta Puerto Balifor. Sabias que Puerto Balifor era la entrada a la Desolación, las antiguas tierras de la gran dragona roja Malystryx. Pero la gran roja era cosa del pasado, hace unos años Mina había matado a la dragona con una de las Dragonlace durante la Guerra de los Espíritus. Aun así, la tierra de la Desolación seguía anegada por la magia y la maldad de Malys.
En Puerto Balifor tu avance fue detenido, no había pistas sobre los extranjeros y además las ciudad estaba controlada por los Caballeros negros. Tras mucho investigar, descubrirte que los extranjeros habían partido hacia Kendermor, la antigua patria de los kender arrasada por Malys. que se encontraba a los pies del pico Malys, la antigua guarida de la dragona roja.
Sin perder tiempo, te encaminaste hacia la Desolación y los inhóspitos peligros que en ella se cernían.
Cuando te encontrabas en tu quinta noche atravesando la Desolación. De las sombras, emergen dos figuras vestidas con ropa sencilla y por armamento solo unas toscas lanzas, los dos jóvenes parecen ser medio elfos: demasiado fornidos para ser elfos de sangre pura, pero con las orejas distintivamente puntiagudas de una herencia élfica. Ambos están cubiertos con una capa de polvo gris, sin embargo, a pesar de esto, el intenso tono rojo de sus cabellos brilla intensamente.
Uno de los dos da un paso hacia adelante, extendiendo sus manos mientras habla. No queremos hacerte daño, sabemos que llevas varios días perdida. Por favor, debes venir con nosotros si desea salir de aquí con vida. Hay fuerzas que se mueven contra ti, y aquellos que te acompañaran, de las que ni siquiera eres consciente.
Su odisea había sido dura, agotadora, dolorosa. Se notaba, no sólo en su cuerpo, sino en su expresión. Mas, era su deber, era su misión. Por Mishkal era su motivación, y la salvación y protección de todas aquellas personas.
Observó venir a aquel par de jinetes, cerrando su pecho con ambos brazos en un lenguaje corporal muy defensivo. Observaba a ambos con gran introspección, uno y luego al otro mientras hablaban. Hasta ahora, pocos se habían ofrecido a ayudarla, y estaba por determinar si estos viajeros habían sido enviados para asistirla en su camino, o eran parte de los tejidos y restos de la influencia de Malystryx.
- Yo soy la Sacerdotisa Astri Lohne. En nombre de Mishkal ¿Quiénes son ustedes? - Les pregunta, con voz firme y convicción sólida, invitando a que presenten más acerca de ellos y sus intenciones. Y leer las mismas. Como clériga, sabía muy bien cómo ver a través de los ojos de la gente, y por medio de éstas, la pureza de sus almas.
Motivo: Averiguar Intenciones
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+15)=20 [5]
Mi nombre es Kieran y el es Farrel. Dice uno de los jóvenes. La anciana nos dijo que te encontraríamos aquí, se lo contó Habbakuk1, el fénix azul. Ahora, por favor, acompáñanos hasta nuestro campamento. La anciana Telerie espera ansiosa tu llegada.
Los dos jóvenes, si esperar a tu contestación, comienza a conducirte a través del opresivo calor de la Desolación, llevándote por un camino accidentado. A través de la oscuridad, puedes distinguir la sombra de un afloramiento escarpado de rocas que rápidamente se vuelve más claro a medida que te acercas. Los guías se dirigen hacia una fisura en la cara escarpada de las rocas y, cuando uno de ellos se desliza a través de ella, el otro se detiene y te indica que lo sigas. Por aquí. dice. Dentro podrás descansar, y te diremos todo lo que sabemos.
1-Habbakuk es un dios de Dragonlance neutral-bueno.
Habbakuk... Conocía algo acerca del culto del dios de la pesca y las aguas, y aquellos jóvenes parecían verídicos representantes del mismo. La elfa asintió lenta y solemnemente, y acompañó al grupo de escoltas conservando su espacio personal.
- En nombre de Mishkal, muchas gracias por su asistencia. - Se inclina parcamente, se la notaba cansada y carente de espíritu. Se notaba que era una mujer madura que había visto y perdido mucho a lo largo de su vida, y su larga travesía hasta ahora no había resultado menos agotadora.
- Escucharé todo aquello que tengas para decirme. - Se predispone, una vez es capaz se asentarse y finalmente relajar su guardia y mente dentro de aquel refugio. Sus ojos observaban a los demás refugiados, si es que los había, en especial su estado anímico y físico en general. Sentía curiosidad por el clima del mismo, el reflejo de sus almas... El dolor y las cargas que padecían. Éstos no eran tiempos fáciles, y podía sentir que pocos sitios resultaron exentos de todas las penas tras tan duras épocas.
La fisura conduce por una pendiente escarpada hasta un campamento elevado y protegido. Ante ti, rodeado por todos los lados de murallas de piedra negra salpicadas de cristales de cuarzo, hay un grupo de edificios de piedra. Cada uno con un patio cuadrado central, también hay corrales de cabras y un jardín bien cuidado flanquean un manantial natural. Más de la misteriosa gente pelirroja está aquí, mirándote cuando llega.
Fin de la introducción.