Partida Rol por web

-Abrojos y aceite. Propongo tirar primero los abrojos, y si alguien tiene algo de fuego, si pasamos por un pasillo angosto de la cueva podría encender el aceite y ganarnos tiempo. ¡Ya, vamos.

 Al escuchar la propuesta de Eliron, respondí:

 - Todavía me quedan un par de hechizos de fuego, puedo usar uno para prender el aceite. - Propuse.

    Lucien apoyó su mano en el hombro del mago para detenerlo. -Eso no será necesario, reserva tu magia para cuando nos haga falta.- Si necesitaban un fuego rápido el podría usar su aliento, no de la manera habitual si no en la forma de llamas oleosas que ya había utilizado anteriormente en las mazmorras, evitando así que el aceite se dispersase de tal modo que mermase su efectividad, en cualquier caso tampoco tenían excesivo tiempo ni recursos por lo que si los guardias llegaban a alcanzarlo mejor sería que Anubis dispusiera de sus conjuros para ayudar al grupo.

Los muebles, los abrojos y el aceite le harían ganar unos preciosos segundos en la huida. Pero había que orientarse para poder salir de la caverna. Solo Astri y Lucien conocían el camino para salir del laberinto que eran los túneles. Ellos tendrían que hacer de guías¹, por una vez Anna no seria la guía del grupo.

Los pasos apresurados de la Silvanesti, pronto se frenaron en una expresión depresiva al encontrarse con la primer encrucijada del camino. El fervor y los nervios del momento... Fallaba en hallar la calma y sabiduría de una mujer de su corte, e inevitablemente su mente se encontraba increíblemente falta de claridad, dudando.

- Lucien... ¿Recuerdas el camino? - Suspiró con una voz débil y apenada, al ser incapaz de hallar la luz al final de este túnel.

    Lucien trató de concentrarse e recordar los pasos que los habían llevado hasta allí, sabía que habían ascendido por un camino que discurría pegado al muro occidental y que desde allí podrían dejarse guiar por las galerías en las que se encontraban aquellos extraños hongos fluorescentes hasta alcanzar la salida pero una cosa era decirla y otra bien distinta hacerlo. Hacer el camino a la inversa lo desoriento y la presión causada por la persecución le nublo el juicio haciendo más complicado el dar con aquellos detalles, no podían perderse ahora pero tampoco quedarse quietos.

    -No logro orientarse, se que antes de dar con los cuerpos habíamos ascendido por el camino pegados a la pared... ¿Occidental? y antes habíamos avanzado ¿Cuánto, cien pasos? Deberíamos de llegar a la entrada si damos con el camino por el que el musgo de las paredes brillaba pero ahora no logro concentrarme y temo que nos perdamos si nos precipitamos sin más por la primera galería...-

En otra epoca, se abria tirado de los pelos por el desastre de rescate, pero eso se habia quedado muy atras, tranquilos, podemos regresar unos pasos y buscar otra interseccion. Lo importante es que no nos encuentren. 

La situacion para nada era buena, pero tenian que mantener la calma y las heridas se curarian una vez llegaran a un buen sitio de descanso. 

Siguiendo el consejo de Que, el grupo retrocedió un poco para encontrar algún punto de referencia. En ese momento, un grupo de cuatro caballeros negros y un sargento os encontró. El sargento levanto su cuerno para hacerlo sonar.  

La confusión no era un buen augurio, y éste pronto se manifestó en forma de un pelotón de caballeros, nuevamente buscando detenerlos. Eran hombres que sólo seguían órdenes, no quería lastimarlos de más, aunque posiblemente un enfrentamiento resultase inevitable. Sin embargo, al ver el cuerno de su líder y sus intenciones para con él, cogió con fuerza su símbolo sagrado, extendiendo su otro brazo.

- ¡¡Prohibere!! - Enunció en voz alta y con fuerza, la palabra de su conjuro para invocar a las fuerzas divinas a detenerlo, antes de que cometiese un gran error. - Si llaman más, sólo resultarán lastimados. Por favor, no insistan. - Insistió con firmeza la silvanesti, apelando al mejor de sus sentidos comunes pero aún así, dispuesta a seguir reforzando sus palabras con sus poderes arcano-divino si no le dejaban otra opción. La Lágrima no podía ser entregada.

Que se mantenia como primera linea, estaba claro que seria la primera defensa y asi lo queria...pero intentaria evitar cualquier enfrentamiento...el combate era lo ultimo.

    Lucien se giró a tiempo para ver a los caballeros aparecer por la gruta, quedando paralizado por la situación, fue incapaz de reaccionar a tiempo.

El combate fue confuso y rápido. Un temblor sacudió el túnel y grandes piedras comenzaron a caer del techo. El polvo lo cubrió todo. Aprovechando la confusión el grupo comenzó a correr en la dirección contraria por donde habían llegado la patrulla de caballeros negros. Tras unos primeros de prisas y confusión, la carrera fue dando paso a un caminar mas despacio y finalmente a una distendida marcha andando despacio y hablando.