Partida Rol por web

 Mientras los demás se preparaban para lo que pudiera estar esperándonos al otro lado de la puerta, yo hice lo mismo, lanzándome sobre mi mismo un hechizo de protección, para estar listo para cualquier posible ataque...

Dejadme mirar por si hay algún mecanismo oculto o trampa- dice mientras se pone a inspeccionar rápidamente la zona.

Luego de que Astri dejase esa distracción allá atrás en la armería finalmente corrimos por el pasillo, dando así con aquellas gigantescas puertas, que a pesar de que todo el lugar me ponía ciertamente nervioso al ver toda esa iconografía maligna, algo que me hizo sentir un escalofrío fue ese templo, el apenas poner mis manos en la puerta para empujar y abrir las puertas me dio cierto sentimiento que no sabría como describirlo, simplemente que algo estaba mal.

Una vez adentro Astri se acercó a aquellos objetos, una piedra que brillaba con un color verde y una caja de música, y el resto solo hacía sus cosas. Yo me mantuve cerca del grupo, mirando a mi alrededor, atento a cualquier cosa, encontrando algo sospechoso que aquí no hubiera guardias ni nada que cuidaran esos objetos.

La visión mágica de Lucien quedo saturada por el poderoso conjuro de Desacralizar que inundaba la zona y la propia magia que emanaba de la lagrima corrupta. Anna busco trampas y no encontró ninguna en la zona.

Pero cuando Astri alargo la mano para tomar los dos objetos dos sobras que colgaban del techo, hasta ese momento pensabais que se trataban de simples sombras creadas por los braseros, se solidificaron rápidamente y atacaron a la teúrge. Sus gélidas garras atravesaron el cuerpo de Astri llevando parte de su fuerza vital. Tan pronto como habían aparecido, las sombras atravesaron el suelo desapareciendo de nuevo.

Con las fuerzas mermadas por el frio gélido que las sombras habían dejado en su cuerpo, Astri consiguió guardar los dos objetos en su morral.

Que reacciono al ver a lo lejos las sombras, pero antes de que pudiera mover un musculo desaparecieron.

Elfa, necesitas ayuda? te acompaño? sea como sea tenemos que irnos, como mas tiempo pasemos aqui peor situacion nos encontraremos. 

Un ceño fruncido y un entrecortado gemido de dolor se sintieron por parte de la silvanesti, mientras sus brazos continuaban impasibles resistiendo los de las sombras para tomar sus tesoros. Tanto su armadura arcana como la protección de su fe le ayudaron a sobreponerse a una de las oscuras garras. Era todo lo que le importaba, y todo lo que tenía que hacer. No sería su primer sacrificio ni el último en nombre de su deidad.

Aunque tras un poco de su carrera y regreso hacia la nube de oscuridad, se sentía la factura de su fuerte cansancio. No se sentía lastimada ni adolorida, mas si mucho más débil físicamente.

- No... Será necesario. Las gemas están bien. Debemos continuar. - Soltó con claro agotamiento mental, mas clara convicción. Había conjurado a su bestia mágica, y ahora debía esperar a que su plan funcionase y lograse hacer suficiente ruido en la armería como para atraer a los guardias y opacar el de sus pasos.

    La visión del joven se vio saturada por el aura impía predominante en el lugar haciéndole imposible alertar a su compañera del ataque de las criaturas, no obstante, esta logró hacerse igualmente con las reliquias por lo que en cuanto dejó claro que podía seguir asintió a su petición de salir de allí lo antes posible atendiendo a cualquier posible movimiento proveniente de las penumbras para usar su aliento de fuego contra aquellas criaturas.

El grupo tras recuperar las reliquias decide salir corriendo a toda prisa. A lo lejos, amortiguado por los gruesos muros de piedra se escucha el sonido de pelea. Los guardias deben de estar luchando contra el celestial convocado por Astri en la armería.

Al doblar la ultima esquina para ya llegar a la puerta y escapar del impío santuario, dos hombres están parados ante la puerta. Uno de ellos tiene la cabeza rapada y llena de tatuajes, porta una maza pesada y viste la clásica armadura negra de los caballeros negros. El otro es un hombre mayor de pelo cano y larga barbar blanca, lleva una túnica gris sobre la que lleva puesta una cota de mallas.

Ves Goran, el ataque en la armería era una simple distracción. Comenta el hombre de aspecto anciano, que sin mediar más palabra comienza a conjurar un hechizo.

Tu don para la adivinación es asombroso Sir Dagdel. Comenta el hombre de la cabeza rapada mientras comienza a conjurar también otro hechizo.

Que al verlo empezo a correr hacia la puerta con la corpulencia de una estampida de animales.

    Lucien se freno en seco prepara encararse ante la nueva amenaza y usar su aliento, ahora, el humo de entre la comisuras de sus labios era negruzco y sus carrillo se iluminaron justo antes de que una lengua de fuego sugiera de sus fauces buscando al enemigo rodeándolo de llamas rojizas.

Sus pasos se frenaron junto con el de sus acompañantes, al ver la figura de dos hombres aguardando en la esquina. No quería seguir luchando, mas el último de los comentarios lograron cambiar por completo su intención.

- Dagdel... ¿¡Tú eres quien corrompió la Lágrima!? - Su expresión pareció haberse transformado por una mucho más seria y parcialmente oscura, una que resguardaba mucho dolor en el fondo de sus ojos. Ambos antebrazos se cruzaron frente a su amuleto, presionando fuertemente sus puños antes de dibujar dos semicírculos en conjunción con unos gestos y susurros arcanos. Sus ojos a su vez se cerraron por un instante, aludiendo a las fuerzas de su deidad y la comunidad que había jurado proteger. No podía permitir más destrucción...

- ...Éste es un mensaje de Mishakal. - Sentenció, cuando finalmente una energía flamígera casi divina surgió de las palmas de ambas manos, y fueron dirigidas fuertemente en forma de un rayo ígneo azulado casi blanco, directo hacia el sacerdote que se escondía tras su vasallo. 

Anna sigue rauda a Que y desenvainando con celeridad sus armas lanza un rápido golpe con su espada larga.

 Sin perder tiempo, me dispuse a lanzar un conjuro de Rayo Abrasador sobre el lanzador de hechizos más cercano, teniendo cuidado de no herir a mis camaradas...

Cuando finalmente vi de frente a Sir Dagnel, el mismo hombre que atacó a la tripulación que acompañé, que asesinó a Sir Walther y a todos los buenos hombres de la expedición que formé parte, excepto yo, el único que no estaba lo suficientemente herido como para morir desangrado sobre el barco.

Que pronto se lanzó el ataque y cada uno de mis compañeros también, y yo no me quedaría atrás. Sin pensarlo me lancé con una Carga contra Goran, poniendo mi escudo al frente y sosteniendo con firmeza el martillo detrás, buscando poner todo el peso de mi cuerpo en el ataque. La distancia se hace cada vez corta hasta que finalmente está de toque, y choco estrepitosamente contra él, con las púas del escudo dando de pleno con el hombre calvo

Goran deja de conjurar y agarra con firmeza su maza para al ver como Que carga contra él. El caballero negro pone su hombro para recibir el golpe. El flaco guerrero golpea contra una montaña, no es capaz de mover a Goran, incluso, Qué sale despendido hacia atrás y queda tendido en el suelo. Eliron también carga contra Goran, y este vuelve a aguantar como una montaña. Pero esta vez, Eliron mucho más experimentado en el combate, no sale despedido hacia atrás.

El aliento de Lucien impacto contra Goran. Zarcillos de fuego recorrieron el cuerpo del caballero de negro, pero esto pareció no afectarle demasiado. El corte que la espada de Anna le produjo a Gora fue más doloroso, aun así el caballero negro permanecía impasible. ¡Solo podéis hacer eso! Grito con rabia, ya que no había podido lanzar su conjuro.

Dagdel ríe a carcajada limpia cuando Asti hace la pregunta. En muy alta estima me tienes. Fue Chemosh en persona quien corrompió la lagrima hace eones en el templo de Templo de Quenesti-Pah, fue la propia codicia de los elfos Silvanesti quien facilito su corrupción.

Dos rayos de fuego salieron de la mano del Túnica gris, uno fue contra Anubis e impacto en la pared, y otro contra Astri quemándole el vestido.

Entonces, las dos sombras volvieron a aparecer. Como la anterior vez, se precipitaron desde el techo. Esta vez, sus objetivos fueron Anna y Eliron. Esta vez Anna fue alcanzada por las frías garras de las sombras. Tras atacar, las sombras se volvieron a desvanecer atravesando una pared.

Aquel impacto la sacudió un poco, incluso a través de sus protecciones mágicas. No obstante, la elfa poseía mucha fuerza y vigor dentro de ella, como para que aquello la hiciese retroceder.

- Tal vez nuestra codicia nos haya llevado a nuestra perdición... - Sopesa en voz alta, con cierta pena, mientras su mano lentamente va hacia el cetro luminoso en su cinto para tomarlo y levantarlo. - Pero eso no justifica sus acciones. Mishakal y el resto de mortales no tienen nada que ver en esto. - Sentenció, esta vez aludiendo a la fuerza de su cetro, para invocar en su otra mano una luz mucho más pura y sagrada, de un blanco puro mientras se alineaba con su símbolo sagrado.

Un relámpago de la luz pura del sol, esta vez, fue disparado con gran fuerza hacia el clérigo corrupto.

Que se volvio a levantar y dirigio un golpe directo con su guantelete a la cara de Goran. La intencion era quedarse delante para que Que fuera el objetivo de sus ataques fisicos. 

Anna lanzó dos rápidos golpes con su espada corta, pero no logró impactar ninguno.

    Las sombras seguían al acecho y a todas luces aquellos enemigos no serían tan fáciles de derribar, así que ahora no podía limitar el poder de su aliento o de lo contrario pondría en riesgo tanto su vida como la de sus compañeros, de tal modo una lengua de fuego mucho más intensa que la anterior salió de su boca al encuentro del caballero negro en cuanto las llamas de su anterior ataque se disiparon.