Partida Rol por web

La IA se había pasado un día entero al equivalente de un humano dándole vueltas si merecía o no la pena confiar en aquella muchacha que se hacía llamar Wimbo. Había escaneado toda la red en busca de información de todo tipo sobre ella. Aunque debido a sus orígenes disponía de una mayor capacidad que cualquier humano, hasta ella había tenido problemas para encontrar información comprometida o sensible de la joven. La compañía mediática que hacía de paraguas protector de la muchacha había resultado tan enigmática o más que su adoptada estrella. No es que no encontrase datos para procesar sobre ambas, sino que eran de un contenido tan normal y corriente que la IA llegaba a la conclusión de que era una tapadera muy bien organizada para algo mayor.

Sobretodo después de que detectasen a EVA. No sabía mediante qué medios lo habían logrado y de cuánta información disponían, pero necesitaba conocer el alcanze de aquella brecha de seguridad. Eso no significaba que fuese a aceptar la oferta de la compañía de Wimbo, pero sí quería mantener cerca a la ICON para usarla como herramienta de espionaje.

Por esas razones a la que sus complejos algoritmos de programación la habían llevado, y también porque en su interior había despertado una sensación nueva (la de estar intrigada por conocer a alguien que conociese su secreto y no fuese su enemiga, al menos de momento), decidió enviar un mensaje de texto usando el número de móvil proporcionado. Por supuesto, no estaba usando en realidad el teléfono, sino que se había apropiado del número y usaba su conexión a su alrededor para controlar todas las llamadas dirigidas hacia dicho número, aceptándolas o desviándolas en función de criterios internos de seguridad.

Había citado a Wimbo a solas en un centro comercial de la ciudad en pleno mediodia. Al contrario que el dia anterior, donde se encontraba bajo su apariencia de Hilda Keuffel, EVA había decidido ser ella misma por si surgiesen problemas. Su apariencia era la de una versión súper modelo de Hilda, más hermosa y atractiva. Se encontraba vestida de forma casual, con vaqueros, blusa blanca, sombrero que ocultaban su cabello rojizo, y gafas de sol. Sentada en la terraza de un bar, tomaba un refresco y leyendo un periódico mientras en realidad escaneaba sus alrededores, atenta, entre otras cosas, a la llegada de su nuevo contacto.

Un centro comercial. EVA  y Wimbo 

-¿Sabes que el numero de temas para todas las canciones que se han creado es limitado? La mayoría de los autores solo hacen variaciones sobre el mismo durante toda su carrera. -Me presento abruptamente asomando sobre tu periódico.

-Aunque este movimiento te sienta genial. -Quizás haya algo de envidia en mi voz. -No sabia exactamente que significativa eso de metamórfica. Puede ser una locura cuando salgas de fiesta...

-Se supone que hoy estoy por libre. ¿Que te apetece hacer?

Eva sonrió a la recién llegada. Todas las instrucciones que había recibido le decían que ese gesto aumentaba en mucho las posibilidades de tener buenas relaciones con los humanos, exceptuando algunas situaciones. La muchacha parecía estar contenta, algo que también iba en consonancia con el buen ambiente necesario para sus propósitos.

-Son datos curiosos los que mencionas. Supongo que por eso se habla del estilo musical de un artista. -dijo mientras comprobaba los datos a través de la red, cotejando datos en paralelo. La aportación de información de Wimbo era algo inesperado, pero bienvenido. Eva siempre almacenaba la mayor cantidad de datos posible. La mención a su capacidad metamórfica le indicaba que claramente tenía más idea de lo normal.

-Podríamos dar una vuelta y ver algunas tiendas, aunque igual no te importa tomar algo antes. ¿Alguna preferencia en particular? -dijo mientras hacía señas a una de las camareras para que se acercase a tomar nota de lo que ella prefiriese.

Una vez que la mujer se hubo marchado, la IA siguió hablando con la adolescente:

-¿Qué sabes de mi exactamente? ¿Y por qué no me tienes miedo?

Era algo que le interesaba muchísimo. Sus instructores y los agentes con los que trabajó, pese a su familiaridad con ella, traicionaban siempre un tensión subyacente que ella detectaba en el timbre de su voz o sus gestos. Nunca se sintieron a gusto del todo, y jamás se quedaron a solas con ella. Una de las razones por las que había quedado con la Icon en un lugar público era para mitigar esa sensación. Sin embargo, el tono despreocupado no denotaba esas sutilezas habituales. Incluso cuando se hacía pasar por humana, notaba que algo en los hombres y mujeres los ponía en parte en guardia, o tendían a alejarse de ella, y no sabía el por qué exactamente.

Wimbo era distinta, sabía más que el resto y sin embargo no detectaba miedo en ella. Y eso hacía que, sin todavía saberlo, comenzase a experimentar un deseo de estar con ella.

Un centro comercial. EVA  y Wimbo 

-¿Por que debiera temerte? Lo que me han contado... -Me detengo para pedir una copa de helado.

-...es que, como te explique en nuestro primer encuentro, has decido tomar responsabilidades cuando seria mas prudente que pasaras desapercibida. No se si le importa a mis patrocinadores, pero estoy segura de que Kiana lo aprobaría.

-Que no seas del todo humana. Creo que no es algo tan extraño. -Canturreo haciendo que mi aliento helado adopte el tono rosado de tentempié. -A mi abuela también la consideraron menos que humana. Pero lo que creo que nos define como humanos es precisamente ayudarnos entre nosotros. Tu ya cumples tu parte, ahora me toca a mi. Y a ICON claro. De momento no tengo mucha influencia en los tribunales. -Concluyo mientras sonrió al borde la risa mientras me pongo mentalmente en el papel de Ally McBeal.

-¿Quién es Kiana? -dijo la IA.

Observó cómo el helado cambiaba de color. Su rostro no registraba sorpresa, pero sus ojos, si pudieran reflejar alguna emoción, sería curiosidad.

-Entiendo, no sabes mucho de mí por lo que veo. Pero sí lo suficiente para ser un comienzo. -dijo mientras sonreía en lo que esperaba ayudase a sentirse mejor a su acompañante. -Aún así, de momento voy a rechazar la oferta de tu empresa.

Eva observó el reloj interno de su sistema, y entonces miró al banco que tenían justo enfrente, donde había un tipo nervioso esperando al volante de un vehículo. En ese momento sonó la alarma del banco mientras tres individuos encapuchados y con armas de fuego gritaban y hacían cundir el pánico entre los civiles de la calle.

-Llegan 10 minutos antes de lo que esperaba. -dijo mientras se levantaba y dejaba dinero en la mesa.

Un centro comercial. EVA  y Wimbo 

EVA 04/12/2016, 19:04

-¿Quién es Kiana?

Kiana Khulula, mi abuela, primero estuvo con el Umkhonto we Sizwe. Pero cuando la detuvieron eligió seguir los pasos de Madiba. Me contaba muchas historias, y se callaba otras, cuando era pequeña.

EVA 04/12/2016, 19:04

En ese momento sonó la alarma del banco mientras tres individuos encapuchados y con armas de fuego gritaban y hacían cundir el pánico entre los civiles de la calle.

Al percatarme de la situación proyecto el teclado del móvil sobre mi muñeca y activo la alarma para Nicholas.

EVA 04/12/2016, 19:04

-Llegan 10 minutos antes de lo que esperaba.

-¿Que? -Pregunto sin comprender del todo mientras me levanto dirigiéndome hacia el incidente. No llevo el uniforme y no hay cámaras para cubrir la actuación. -Nicholas me va a echar un broncazo. -Pienso mientras uso mis poderes para amplificar la relativamente suave melodía que sale de mi móvil.

-Creo que necesitamos un héroe. -Comienzo a entonar.

Esto es para oír de fondo, ambientación y tal:

https://youtu.be/w2kTEhS_fdU?list=RDefra1YeB_cM

Benedict Hoffstader, director de desarrollo de la SUDWIE (Unidad Cientifica par Desarrollo de Armas de Infiltración y Espionaje), miraba las fichas que tenía delante,
- Francamente, no se porque hay que involucrar a bichos raros en este proyecto, nuestros científicos pueden resolver los problemas de construcción del nanomódulo mk27 con tiempo son los mejores, el diseño es estupendo, las simulaciones dicen que es fiable.
En las sombras su interlocutor que está fumando un puro habano, a pesar de ser un edificio gubernamental y estar prohibido importar esos cigarros le responde tas una larga calada.

- Estimado señor Hoffstader, su trabajo no consiste en expresarme sus reticencias, su trabajo es evaluar esos curriculums y conseguir terminar el proyecto lo antes posible.
Una nueva calada consigue que el ambiente se vicie más aun con el fuerte olor del tabaco quemado.
- No puede imponerme a estas personas, el acta de secretos oficiales hace ...
Una carcajada seca del hombre en las sombras corta la frase del científico.
- Le recordaré que su autodenominada SUDWIE no existe, CIA, ASN, Servicio Secreto, FBI, o cualquiera de las otras agencias que no existen estarían encantadas de hacerles el tono del la frase frío monótono como si lo leyera una máquina, hace que Benedict sienta un escalofrío cuando cambia el tono para continuar la frase una OPA hostil , una nueva pausa para otra calada del cigarro y un nuevo cambio de tono, la compasión asoma cuando pronuncia el final de lo que puede ser una sentencia ya sabe que estas cosas no suelen terminar bien
Con más miedo por su vida que por otras cosas Benedict revisa por última vez los expedientes, todos son parahumanos, algunos de los nuevos venidos y otros nativos de esta tierra, ninguno muy destacado en el campo de la ingeniería, o telecomunicaciones, casi todos hombres, van siendo descartados, tras casi una hora bajo la mirada del supervisor, tiempo en el que el cenicero se ha llenado y la habitación empieza a parecer un bote de caldo de guisantes Benedict selecciona a una joven hebrea
- Meryem, sin lazos en su país, tiene una afinidad tecnológica que se ha activado recientemente, es prescindible.
Finalizando el segundo habano, su interlocutor le dice responde, en el tono monótono que asusta a Benedict
- Meryem, sabe señor Hoffstader, significa entre otras cosas "los que se rebelan" espero, por su bien, que no sea premonitorio.

Unos días después Meryem se despierta frente a una mesa de trabajo, con una sabor pastoso en la boca, lo último que recuerda es estar esperando en el café junto a su instituto para hacer los ejercicios de ciencias con Ismail, el otro huérfano que está en su curso, son dos bichos raros, a los dos les gusta la ciencia, Ismail es agradable no la trata como si solo fuera una niña mona, pero ahora está frente a una mesa con componentes electrónicos y todo el sitio es oscuro alrededor, hay mucha luz encima de ella y la mesa está fija al suelo y Meryem tiene las piernas encadenadas a la silla que a su vez se encuentra fija a dos carriles frente a la mesa, solo puede ir derecha e izquierda, no tiene alternativa.

Desde lo alto en la oscuridad tras las luces se oye una voz metálica, distorsionada por la megafonía
- Buenos días, delante tuyo hay unos planos, los construirás y te podrás marchar, rápido, simple y aprenderas mucho de ti misma ahora.

Frente a la chica, sobre la mesa, un blueprint de algo similar a una araña, las especificaciones de un robot del tamaño de una mota de polvo, algo se dispara dentro de la cabeza de la joven chica.

Los pensamientos de la joven se ven interrumpidos por la voz enlatada, al más puro estilo Darth Vader, que sale de los altavoces del cubículo en el que se encuentra:
- Buenos días chica, empieza ya a trabajar.
Retomando el hilo de sus pensamientos, Meryem empieza a ensamblar un modelo de un tamaño bastante mayor al que aparece en el blueprint, tratar de implementar el diseño en el tamaño especificado sería estúpido, el calor necesario en la construcción derretiría las piezas según intentasen añadirse, no sería razonable empezar a esa escala, y con metales estándar implicaría poca flexibilidad, demasiado peso, poca resistencia a la tensión, debería ser un polímero plástico, pero no solo plásticos necesitaría metal, según continúa ensamblando, la parte baja de una puerta se perfila a unos metros en la oscuridad, se abre y aparece una bandeja con un baso, un plato de puré marrón y tres servilletas, sin cubiertos, todo de papel.
- Come, y cuando termines vuelve a ponerlo donde está ahora, si has de orinar usa el baso antes de depositarlo en la bandeja, para los excrementos el plato, gestiona bien las servilletas y continúa tu tarea.
La situación vejatoria y deprimente se prolonga por tres semanas, al final de ese periodo el prototipo está terminado, tiene el tamaño de un monito araña, ni siquiera llega a 380gr la voz metálica, algo más aguda que la de días anteriores indica a la muchacha
- Activa el robot, muchacha.
- Pero no tiene energía, su batería no se ha podido cargar. Contesta Meryem con algo parecido a inocencia, sabe antes de terminar la frase y activar el robot que la batería se habrá cargado por inducción, el circuito está pensado para eso, y hay un receptor de radiofrecuencia, la memoria cuántica y el procesador cuántico procuran almacenamiento casi infinito y velocidad de proceso exponencial, no sabe como conoce esto pero acude a su mente como si las especificaciones la hablaran, el modelo que ha construido es capaz de procesar y almacenar bastante información, pero una masa de estos robots trabajando en paralelo con un sistema distribuido podría funcionar como un megacentro de proceso de datos, cualquier agencia espacial podría calcular trayectorias de meteoritos y amenazas espaciales o una agencia secreta ... Meryem sabe en ese momento que va a morir, se queda mirando como el robot empieza a licuar los elementos que hay en la mesa de trabajo, los va procesando en una masa viscosa negruzca, su atención cambia de objetivo cuando por la abertura a través de la que suele llegarle la comida aparecen unos botes de pintura ... una base de polímero metálico, ligera, flexible como el plástico, resistente como el acero, cuando ha procesado todo el material, mesa incluida el prototipo se desplaza hacia la pintura y Meryem se acurruca en una esquina abrazándose las piernas, apoya el mentón sobre las rodillas y contempla como su construcción vierte la pintura sobre la masa viscosa que empieza a palpitar como un charco agitado por un enjambre de diminutos peces, entonces la masa devora al pequeño robot y lo añade a su masa, toma la forma de una viscosa pelota oscura y se dirige hacia el rincón donde está la joven.
- Por favor. solloza - Por favor, no diré nada, estaré callada. son sus últimas palabras antes de que la masa viscosa cubra su cabeza...

En una cabina de control Benedict Hoffstader sonrie, marca un número que no existe en ningún directorio y que solo es accesible desde el terminal de la cabina.
- Está terminado, podemos disponer de ella según necesitemos, cualquier posible relación con lo que ha hecho estas tres semanas ha sido limpiada.
La voz ronca del hombre en las sombras tan solo ha de emitir una sentencia.
- Utilizaremos un circo, uno nuevo, el Aberdeen Artistic, parece que encajará allí, lavenla además de su cerebro también por fuera

En una pequeña ciudad europea el circo Aberdeen Artistic está a punto de contratar una nueva ayudante para las reparaciones del equipo y temas mecánicos, el actual mecánico se está haciendo mayor y se jubilará pronto, una joven ha llegado a Bruselas buscando nuevas experiencias desde su Hebrón natal en Israel, ha pasado las últimas tres o cuatro semanas viajando por Europa, todo fué muy repentino y casi es como un borrón en su mente, después de decidir que debía salir de Israel pensó que lo mejor era ver Europa, y así ha terminado en Bruselas hoy, frente al cartel que reza "Se precisa ayudante para mecánica y electrónica, verás mundo y concerás culturas."
- Bien muchacha puedes empezar con aprendiz del señor Klaim, se jubilará en un par de años, para entonces esperemos que hayas aprendido todo lo necesario por aquí.
- Muchas gracias señor Aberdeen. la joven hace una pequeña inclinación de cabeza agradeciendo la confianza que depositan en una joven de 16 años y extranjera.
- Ve con el señor Klaim, te enseñará lo que hay por aquí y te presentará a nuestra pequeña familia.