La criatura se enzarzó con Shujaala, quien pronto tuvo que pasar a la defensiva. Sólo la llegada de Kauri que lanzó al ser contra la cristalera evitó que sus puños, transformados en garras de león acabaran hiriendo de seriedad a Faraji. El cristal era blindado pero la fuerza del héroe fue tal que la máquina lo atravesó parcialmente quedando empalada en un trozo que había astillado pero no se había quebrado
Empezaban a relajarse, cuando la IA se incorporó fluyendo - esa era la palabra - alrededor de la cuchilla de cristal hasta rehacerse de nuevo y lanzarse al ataque. La espada de Shujaala cortó el brazo izquierdo un segundo antes de que cerrase su presa en torno a su cuello, pero sin hacer caso de la herida, la IA le agarró con el derecho cerrando la presa.
Kauri sujetó el brazo de la presa, dispuesto a obligar al robot a soltar a su compañero, cerró la mano hasta convertirla en un puño, con el brazo de nanotecnología dentro, pero un hilo seguía conectando una parte con la otra y la presa no aflojaba. Para colmo le brazo izquierdo cortado, saltó a su vez desde suelo a la cara del polinesio y empezó a mutar de nuevo a una forma más fluída que le tapaba nariz y boca.
Ambos forcejeaban, tratando de retomar el control de la situación que era peliaguda, hasta que en un momento determinado, Myriham se tensó, arqueando la espalda, mientras se llevaba las manos a la cabeza en un alarido de dolor.
El robot nanomórfico hizo lo mismo, soltando a ambos héroes. Un segundo después las dos figuras femeninas cayeron al suelo a la vez, Myriham temblando y débil, con mirada perdida y apenas capaz de hablar y sostenerse; la IA reducida a un charco de fluído que burbujeaba y balbuceaba de forma incoherente con voz metálica.
Pudieron aprovechar para llevarse a rastras a Myriham uno mientras el otro se deshacía con facilidad del guardia de la puerta y algunos otros que acudieron en un vagón-ascensor. Les apremió ver que el charco volvía a tomar una forma medio definida y vagamente humanoide.
Llegaron a uno de los ascensores, tratando de conseguir que Myriham enfocase sus pensamientos para hackear el aparato y salir de allí, pero la tecnomaga apenas podía hablar y su mirada estaba medio perdida. Comenzó a hacer frío. Mucho frío, cuando Myriham por fin pareció enfocar un poco más, durante un segundo y decir una palabra clara y precisa:
-"Andrew"
Con un respingo miraron en la dirección de Myriham, al fondo del ascensor dónde una figura blanquecina translúcida, un hombre maduro disfrazado como los magos de principios del siglo XX, les miraba, sobre todo a la mujer. Hizo como que marcaba unos números en el teclado, lo bastante lento para que se fijaran. Miró a Myriham un segundo con arrobo y desapareció con un gesto de dolor crispándole el rostro.
El código permitió a Faraji hacer que el ascensor se moviera, con Myriham un poco más ida que antes. Mientras perdían de vista el pasillo llegaron a Kauri llegó a ver al androide salir, con un aspecto nuevo: una chica de veintipocos de rostro agraciado, piel muy blanca y cabello rojizo.
El ascensor se marchó como una bala antes de que la IA pudiera hacer nada, para alivio de Kauri, que no pudo ver cómo tocaba los ordenadores esparcidos por la pelea y los disparos hasta que éstos adoptaron el aspecto de una niña parecida a la mujer. Más por costumbre que por necesidad EVA, en la forma de Hilda, le dijo a su parte a la que llamaba Katey:
-"Madre Myriham se ha ido por allí. Cógelo y sígueme."
El ascensor les llevó hasta un sótano con un segundo ascensor más convencional y una puerta de seguridad, algo les decía que era mejor usar el convencional, pues estaban heridos, cansados y, en el caso de Myriham, apenas consciente. Subieron al elevador, temiendo qué encontrarían al salir. Desde luego no lo que esperaban.
El ascensor se paró en un pasillo junto a otros nueve. El suyo era el único sin botones para llamarle en el centro comercial ICON, dónde encontrar todos los productos organizados por tiendas temáticas y diversión para toda la familia.
Sería más bien influir. Con un par de puntos para cambiar de escenario dos veces, sería suficiente para llegar a la superficie dónde no os seguirían.
Dado que vamos a cerrar, he decidido usar ésta escena también para dar un cierre a la idea más probable que me rondaba para EVA si volvía a surgir la necesidad.