Partida Rol por web

El texto estaba muy manchado de sangre y algo borroso. La tela no pertenecía al traje del moribundo y el papel estaba arrugado y viejo, un tanto apergaminado. Wimbo trató de descifrar lo que ponía, la primera línea era clara: 

Elen D´Lacroix, callejón junto al 45 de Almond Lane, junto a la fecha de su muerte, hora incluída hasta dónde podía recordar Wimbo.

De la segunda línea sólo era legible el principio: Kubri Enkono, Teatro de... pero el resto era un manchón de sangre.

La tercera línea también se podía leer razonablemente bien: Victor Gregorov, Hospital Psiquiátrico TARA II*, y una fecha para la que quedaba una semana. El hospital era una institución gratuita de caridad que se fundó debido a la ola de problemas psicológicos que causó el estrés de la llegada de la nave espacial tanto entre la población local, como sobre todo entre los refugiados que se encontraron de vuelta en una versión del mundo o tiempo diferente del que salieron o que, simplemente, no fueron capaces de asimilar que habían desaparecido y no tenían memoria.

Había una cuarta línea pero sólo quedaban sin tapar letras sueltas y una fecha para la que faltaban doce días.

El hombre agonizante aprovechó su distracción para agarrar la mano libre de Wimbo con la suya y dejar que la chorrera de sangre cayera en ella hasta empaparla, tras eso su mirada pareció relajarse y dejó de respirar, su brazo un peso muerto que cayó de inmediato. Sólo cabía esperar que no tuviera ninguna enfermedad sanguínea contagiosa.

Una de las bolsas zip que Myriham me proporciono reciben el papel antes de que centre mi atención en la escena que se desarrolla mas abajo.

-Se acabo el intercambio de papeles. -¡Damas y Caballeros! -Comienzo con una voz que se puede escuchar en todo el recinto.

-El Teatro del Mercado se complace en ofrecerles. ¡Su rescate!

Salto al patio de butacas mientras entono las primeras notas de un cabaret mas viejo que yo misma que devuelve entrañables recuerdos de mi infancia.

Uso mi presencia para guiar a los mas amables autómatas, y al cortes mobiliario recién animado, en una resuelta coreografía que lo enfrenta a los personajes malignos. Encaramada sobre la butaca de uno de los palcos me siento como Lumiere coordinado una maravillosa representación. Una actuación que se precipita hacia el climax cuando las tropas abren camino a mis compañeras para que puedan acabar con el dragón.

Por un momento la actuación de Wimbo pareció que incluso produciría un efecto negativo, algunos de los que huían se pararon a ver el espectáculo dudando de si todo eso no estaba preparado, aunque otro vistazo a los heridos y los gritos de Myriham bastaron para volver a ponerlos en marcha.

Nuevas búsquedas dispararon las alarmas, buscando versiones alternativas, el ultimísimo estreno de la nueva versión de la película que centraba la "actuación" de Wimbo llenó el ancho de banda de Myriham y pronto los muebles del Teatro del Mercado comenzaron una versión libre del combate en el castillo, con las hordas de campesinos franceses sustituidas por otras estatuas de madera.

El duelo se inclinó a favor del ejército de Wimbo más rápido de lo esperado. Al final parecía que a pesar de que las estatuas simulaban vida de distintas criaturas, las capacidades relativas de las efigies eran mucho menos importantes que la pura masa y leones, hienas y otras bestias no podían contra las grandes hileras de bancos, lámparas de araña e incluso uno de los portones. Por desgracia cada vez que una estatua quedaba destruída alguna otra cosa se animaba y se unía, bien al bando de Wimbo o al de cosas de naturaleza hostil.

Ayudó un sorprendente descubriento, cuando Wimbo se unió a la lucha, sujetando a una de las cercanas hienas para que la caballera de madera pudiera hendirla, la estatua cayó al suelo, inmóvil como si siempre hubiera sido un trozo de madera en cuanto la tocó con la mano ensangrentada hasta chorrear por la macabra acción del difunto titiritero. Lo mismo le pasó a la caballera cuando chocaron las manos en gesto de alegría.

Pronto Wimbo había tocado a todos los objetos animados, comenzando por los hostiles y la paz parecía haber vuelto al teatro, aunque según EVA su mano ensangrentada tenía una emisión de onda desconocida al límite de lo que sus nanobots podían detectar.

EVA y Myriham se pusieron a trastear con su mano, visiblemente preocupadas y más cuando se dieron cuenta de la joven no sólo había puesto ojos de miedo sino se ponía cada vez pálida. A Wimbo le había parecido ver el rostro de Miku sonriendo aviesa en su mano, varias veces; eso era lo que la tenía ahora sin habla y muy asustada.

Nunca supieron si era algo que habían hecho, o algo que hizo otro, o que simplemente pasó. Pero en un momento determinado la sangre de su mano saltó como dotada de vida, formando en el aire difusamente una versión en miniatura de la superficie de Miku que durante un segundo expresó su júbilo

-"Por fin un cuerpo otra vez"

Pero en ese mismo momento el cuerpo de EVA comenzó a disiparse en un torbellino de componentes cada vez más minúsculos que pareció atacar la forma sanguina hasta que ambas se disiparon sin dejar rastro. Por mucho que investigaron no quedaba rastro de EVA, de Miku ni de la emisión desconocida.