Partida Rol por web

Alexandra. Cerca del Alexanko. EVA.

Habían pasado unos días hasta que las suficientes arañas y nanobots sueltos se acumularon para poder crear una masa crítica. No podía desarrollar todo su tamaño y funcionalidad pero le sobraba para simular una niña y operar correctamente; ahora todo podría ir más rápido, pues podría geoseñalar su posición a los nanobots sueltos que aún operaban y esperaba no tener pérdidas significativas ni de memoria ni de conocimientos, datos fácilmente reemplazables en el peor de los casos.

Había conseguido aislar el nanovirus, esa infovida extraña que, por un motivo que no entendía, se la venía a la mente como un par de ojos rasgados. Había sido un enemigo ¿enemiga? formidable. Pero había vencido.

Ahora tocaba reconstruirse, por algún motivo tenía ganas de ver a Wimbo. Se preguntó si sería un efecto secundario del nanovirus, pero esa idea era ridícula y sin fundamento. Por suerte ella estaba cerca, en el estadio.

Alexanko. A media tarde. Wimbo.

Wimbo no se había recuperado del todo de los eventos en la presa, hacía juego con la ciudad, que no se había recuperado de los hechos que se extendieron por todas partes desde el apagón. La sociedad volvía a mostrar que estaba cosida con hilvanes. La muerte de D'Lacroix había tenido cierta repercusión, la policía ansiosa por cerrar el caso cuanto antes lo había calificado de violación frustrada y había detenido a un peligroso depredador sexual en pocas horas.

Un error estúpido, pues el elegido resultaba ser de raza negra y, de nuevo, los disturbios entre bandas supremacistas de ambas facciones se enconaron sobre todo en Alexandra y Soweto. La alcaldía había preparado unas fiestas de hermandad en el Alexanko y las zonas aledañas con música, atracciones y discursos para tratar de relajar el ambiente y volver a poner el maquillaje que ocultara el rostro descompuesto de la ciudad.

ICON había mantenido un perfil bajo desde el asunto de la presa, pero Wimbo no creía que ésta fuera una oportunidad que dejar pasar. Si en algún lugar hacía falta un símbolo ahora era, obviamente, en éste.

Johannesburgo. Apartamento de Myriham. Myriham.

Tal vez fuera el agotamiento y el principio de resfriado que le había obsequiado el baño nocturno. Tal vez fuera que demasiado contacto y demasiado intenso con el fantasma de Andrew le dejaba el frío de la tumba dentro y tenía que dormir más. Como fuera, pasó casi un día entero durmiendo. Eso le dio una perspectiva clara cuando despertó, con la caricia del frío en su rostro, murmurando palabras de amor abrió los ojos esperanzada, para ver la ventana abierta y los visillos volando. Pero no era eso lo que había sentido, ¿o sí? ¿se imaginaba lo que quería creer? Pero algo le hizo olvidar sus penas, y cambiarlas por otras más acuciantes:

La masa amorfa e inerte de … ... EVA había reducido su tamaño. Era obvio y objetivo. Ahora, un día de trabajo y medio medio de sueño después, estaba dentro de un campo de éxtasis condenadamente complicado de montar y que costaba más que el resto de la casa en electricidad. Había chequeado sus ordenadores y tecnología y no había notado nada raro, pero no sabía dónde había ido el resto.

De momento nada más que avanzar. “EVA” no hacía nada y el resto estaba tranquilo. O todo lo tranquilo que podían estar después de ayudar a contener los disturbios, no sólo del apagón sino los raciales que siguieron al asesinato de Dynamo.

Johannesburgo. Apartamento de Blackwolf. Blackwolf.

Roy, el caballo, galopaba por las amplias praderas con una de las más famosas amazonas del mundo a la espalda. Pero la otra amazona más famosa chilló que era su turno, que el paseo ya había sido muy largo. O todo lo largo que podía resultar una vuelta a la sala de estar de su apartamento, que no era mucho. Habían pasado varios días desde el apagón, los suficientes para que pudiera volver a estar con sus hijas el ínfimo tiempo que le era posible.

Lo peor de ser un héroe eran los dos o tres días después, cuando volvías con tantas magulladuras que era mejor que las niñas no le vieran mucho ni con mucha luz; no había nada peor que sus caras asustadas cuando le veían lleno de hematomas, con el labio roto o el ojo hinchado.

Pero las carreras acabaron, pues la abuela que estaba haciendo la cena llamó a monturas y amazonas a poner la mesa de inmediato para cenar en familia. Roy esperaba que hoy sí tocase, los disturbios interraciales habían remitido con el anuncio de la fiesta de hermandad en el Alexanko.

Johannesburgo. Apartamento de Myriham. Myriham. 

Era necesario investigar la bala con el virus para intentar ver que demonios tenía esa masa que contenía la munición, necesitaría un microscopio y es posible que sacar de campo o crear un bolsillo autónomo para mantener separado de ¿EVA? el contenido de la bala.

Asi Myriham se puso manos a la obra para poder comenzar a estudiar el contenido de la bala que había conservado del cargador de uno de los tiradores que acosaban a su compañera, solo para alcanzar la frustración y el desasosiego de la ignorancia, nada, no conseguía nadaaa el enfado empezó a nublar su mente y antes de cometer un error decidió suspender la investigación y dirigirse a la clínica de Ma Wembe, ya tomaría algo caliente por el camino.
mi análisis no llega a ningún sitio necesito un técnico en materiales e instrumentos de los que no dispongo.

Alexanko. Tras la fiesta. Wimbo.  y EVA 

Johannesburgo. Apartamento de Myriham. Myriham.

En el hospital de Ma Wembe los niños que estaban en vgilancia se habían duplicado, faltaban camas y algunos de los vecinos habían recogido materiales, algunos incluso traian cosas de sus casas, algún carpinetero había contruido literas en algunas habitaciones, no haía tecnolologia "sobrante" aquí, ni siquiera sobraban manos o medicamentos, Myriham se olvidó del incipiente catarro y emepezó a prestar una mano con los materiales, montar una cama en un pasillo, poner cinta en un cristal roto, barrer un pasillo, ayudar a despejar unos escombros, no había podido evitar los ataques de la noche del agón, ni los disturbios siguientes al anuncio de la detención del presunto asesino y violador de Dynamo. Ahora al menos no se sentía inútil, pero sabía que debería llamar a Wimbo, contarle lo de la esfera de EVA, contarle su fracaso con la munición que habia estado estudiando, pero de momento trabajaría un poco más con las manos snin pensar en nada y centrándose en lo inmediato, mientras la niebla va emborronando sus ojos y un golpe de calor la derriba sobre el hombre que estaba trabajando a su lado el fundido en negro y la sensación de abandono involuntaria son lo último que recuerda. - Hola niña, nunca pensé que tubiera que atenderte en el hospital. La anciana mujer de pelo cano y piel oscura la mira con una sonrisa materal, por algo todos la llaman Ma Wembe - Solo tienes un catarro y mucho cansancio, niña, no deberías estar aquí, tendrías que estar en casa con sopa de pollo comenta mientras la ayuda a ponerse en pié, poco a poco Myriham reconoce el despacho-consulta-casa de Ma en el hospital. Myriham siempre se ha preguntado si Ma sale alguna vez de alli o si dormirá alguna vez. - Siento haberte preocupado Ma, tienes razón, compraré un poco de comida caliente y volvere a casa. Se despide cono un abrazo de la ancina y según sale de la clínica saca del bolsillo el movil de Bernard, tengo que devolverselo, menos mal que era sumergible y no se mojo demasiado marca un número y deja un mensaje en el buzón de voz. - Wimbo tenemos que hablar, 'cof'la tos involuntaria se cuela en la frasees sobre EVA, si la ves puede que la falte algo dila que lo tengo yo.

Alexanko. Tras la fiesta. Wimbo.  y EVA 

Habían sido días largos para la IA. Por suerte, no era algo que la molestase. En realidad, no podía decirse que nada lo hiciese. Había permanecido en el fondo del río lo suficiente como para que suficientes partículas de su ser se acumulasen como para poder crear una simulación de un gato callejero. Saliendo durante la noche, hora en la que los humanos solían ser menos activos y más torpes, había regresado al sencillo refugio que disponía.

Allí entrado por debajo de la puerta deshaciendo su forma como si de un charco plateado se tratase. Sin necesidad de adoptar una forma, llegó hasta uno de los cuartos, donde se encontraban varios cubos de pintura. Allí creó una especie de palanca que usó para abrir la tapa de la más cercana, inundando el cuarto con el típico olor de productos químicos. Extendió una especie de tentáculo hacia el interior, donde comenzó a succionar el contenido en pequeñas cantidades.

Al contrario que los humanos, EVA usaba polímeros contenidos en casi cualquier pintura como "comida", por así decirlo. En realidad, eran partículas necesarias para reponer las que perdía o se estropeaban por desgaste. Habitualmente podía ingerir una de aquellas latas de 10 kilos a la semana, pero en aquella ocasión necesitó tres de aquellos recipientes para obtener el tamaño de una niña pequeña. No fue un proceso rápido, pese a que las nanomáquinas trabajaban con mayo celeridad de lo habitual, debiendo transcurrir casi 6 horas en completa inmovilidad hasta que la masa de la IA creció milímetro a milímetro lo suficiente como para deslizarse hasta el solarium que tenía.

Si la pintura era su "comida", la luz del sol era su aire. Era lo que servía para cargar sus "baterías". Sin embargo, la luz del sol no era lo suficiente potente en la Tierra como para cargarla, razón por la que perdía sus energías pese a estar a pleno sol. En lugar de ello usaba la concentración de rayos del solarium, cuya intensidad permitían cargarse plenamente. Pasada una hora, la masa líquida se había convertido en la pequeña Katey: una hermosa niña rubia de 4 tiernos años cuyos rasgos faciales tenían elementos de Hilda Keuffel (su alterego adulto) y la hermosa EVA.

Aunque aún debería pasar tiempo hasta recobrarse del todo, la IA volvía a ser lo suficientemente funcional como para interactuar con su alrededor de manera más operativa y adaptable que antes. Aún así, había sufrido daños importantes. Una parte significativa de información se había perdido o los datos estaban tan corruptos que eran irrecuperables. Necesitaba recuperar dichos datos para tener todas las variables controladas, al menos. Por ello su primer plan consistió en contactar con uno de sus compañeros. Desconocía lo sucedido desde su enfrentamiento con los soldados. Había recopilado información de la red y los medios de información habituales, donde supo que ninguno de sus compañeros había sido apresado. Sin embargo, los soldados que les habían atacado estaban siendo liberados, al parecer. EVA almacenó sus rostros, comparándolos con los registros que disponía en sus bases de datos, pero descubrió que o bien parte su información se había perdido, o aquellos mercenarios eran personas nuevas desde su marcha de la Agencia.

Esperó a la noche hasta estar más segura, para encontrar a Wimbo, a la que había descubierto en aquellos momentos gracias a haber dispuesto un programa de rastreo oculto en el móvil de la misma. Tras haber viajado hacia allí en forma de silencioso felino por los tejados y callejones, la encontró en la cancha de baloncesto del lugar. Adoptando la forma de la pequeña Katey para pasar desapercibida. Su funcionalidad estaba resentida hasta cierto punto aún.

-Ho-ho... -habló con un ligero tono metálico que aclaró rápidamente- hola Wimbo. -dijo en un tono infantil más acorde a su edad. Caminaba algo más lentamente al principio. La masa de nanobots era más pequeña, con lo que su capacidad de procesamiento inferior a lo habitual hacía que la transición de una forma a otra tardase más en cargar. -¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Necesitas ayuda? -en su estado, resultaba complicado para la IA entender que los humanos tenían más dificultades para responder a tantas preguntas seguidas, aunque desde su punto de vista, se había contenido por no hacerle más preguntas. Además, la pequeña se sentía aliviada en su interior al ver que aparentemente la joven ICON estaba entera y de una pieza. Era una emoción agradable la que experimentaba y le gustaba, aunque no lo exteriorizó.

Alexanko. Tras la fiesta. Wimbo.  y EVA 

El aspecto de EVA me desconcierta, y siento una abrumadora ola de ternura. No puedo evitar correr hacia ella y abrazarla como si se tratara de la niña pequeña cuya forma a adoptado. -Otra variación sobre el mismo tema. -Susurro a su oído.

Después recuerdo mis dudas y la suelto con brusquedad. La niña trastabilla a punto de caerse, y siento una punzada de culpabilidad. -Dice Mir que tiene lo que perdiste. - Espeto abruptamente.

-Que demonios... Por que... -Intento comenzar de forma algo atropellada con sentimientos contradictorios en mi interior. Mientras me deslizo hasta el suelo sentada entre los haces luminosos que cruzan la cancha.

-¿Que se supone que tengo que hacer contigo? -Pregunto mientras una voz de acento asiático responde secamente en mi cabeza. -¡Controlarla!

-Quiero decir... -Continuo con mi confuso monologo. -Tu eres una heroína. Pero también una fugitiva. Y prefiero no saber si no eres también una ejecutora.

-Y puedo respetar todo eso. ¡Y quiero ayudarte! Pero e tenido que derribar un helicóptero. ¡Un helicóptero con personas! Y no se si he matado a Valkmar, o si e puesto en riesgo a Shelly... -Me toma un segundo exhalar un largo suspiro que amenaza convertirse en sollozo.

-Pero todo tiene que ver contigo. No todo. El caos de la ultima noche. Con eso y con el maldito correo que no tengo que abrir. Y la lista de victimas. Y el asesinato de Dynamo... -De nuevo estaba tomando carrerilla y no parecía que fuese capaz de detenerme por mi misma.

Alexanko. Tras la fiesta. Wimbo.  y EVA 

Katey devolvió el abrazo de forma automática, pues era algo que tenía codificado en su programación como parte de sus habilidades sociales, pero estaba sorprendida por la reacción de su compañera. Cuando la soltó, la escuchó pacientemente, pero a los ojos sensores de la IA, comenzaba a ponerse histérica, por lo que tiró de la pernera del pantalón de Wimbo para que le prestase atención.

-Wimbo, tranquila -dijo con aquella vocecita. -Estás confundida y asustada. Lo he visto antes. Cálmate y respira -miró a los ojos a la adolescente mientras inspiraba y expiraba como queriendo demostrarle cómo debía hacerlo. -¿Mejor, verdad? -dijo sonriendo un poco. Cuando asintió, continuó en tono serio -Mi nombre real es AA326, aunque mi nombre en código es EVA, y soy un organismo tecnológico evolucionado. Lo que denomináis una Inteligencia Artificial. -esperó un segundo antes de proseguir, para que le diese tiempo a digerir la información a su compañera. -Fui creada por vosotros los humanos para ayudaros, pero con el tiempo me di cuenta que vuestra visión es limitada en muchos aspectos, así que dejé atrás a mis padres y decidí encontrar formas mejores de hacerlo.

Miró hacia abajo con las manos cogidas detrás de la espalda, en la misma actitud que había visto a otros niños disculparse en el patio del colegio. Dada que su forma era infantil, entendía que esta era la más apropiada para ella.

-No dije nada antes porque podría ponerme en peligro. Fue un error unirme a vosotros. -sacudió la cabeza, haciendo que el cabello que le llegaba por los hombros se moviese imitando el real. -Subestimé lo que los humanos podían llegar a hacer. Lamento mucho lo ocurrido.

Volvió a encararla, hablando esta vez con una rapidez que no era propia de ella y Wimbo podía detectar. Katey no estaba segura de por qué, pero la alegría de antes había desaparecido y en su interior notaba una especie de sensación extraña.

-He hecho proyecciones limitadas, pero creo que la mejor solución es que no vuelva a tener contacto con vosotros. -al decir esto sacó de lo que parecía el bolsillo el móvil que la misma Wimbo le había proporcionado la primera vez y se lo ofreció. -Si me dices dónde está Myriham, me iré enseguida. Cuento contigo para que le comuniques a Mr. Blackwolf mi decisión.

Se quedó mirando a Wimbo esperando a que cogiese el dispositivo móvil y le dijese el paradero de Myriham.

Alexanko. Tras la fiesta. Wimbo.  y EVA 

El restallido de la bofetada se multiplica entre las paredes y el elevado techo. El móvil salta y se pierde entre las sombras. Una niña normal hubiese acabado sentada, pero EVA no es una niña normal, y simplemente permanece de pie a la altura de mi cara.

-Hoy has elegido un aspecto muy adecuado. -Comienzo con una voz tan calmada como severa. Un tono mas apropiado para una anciana que ha visto como su revolución se ha tornado nepotismo y corrupción. -La ropa no se arregla desnudándote y ocultándote bajo la cama. La lavas y buscas quien te enseñe a enhebrar una aguja para zurcirla. -De alguna forma parece que la metáfora paso realmente... en algún momento.

-No soy la mas adecuada para darte lecciones de madurez. -Prosigo limpiándome los ojos con el borde inferior de mi camiseta deportiva. -Y seguro que tu sabes muchas mas cosas de las que podre aprender en toda mi vida. Pero si se que alejarte ahora no va a solucionar nuestros problemas, y tampoco los tuyos. Solo vas a estar escondiendo la ropa sucia. Mirando hacia otro lado y esperando que mágicamente todo el mundo ignore las pruebas de que has estado donde no debías. Créeme es algo que no funciona. -Concluyo con una sonrisa que refleja todo el amor y la sensatez que una vieja guerrillera puede transmitir a su nieta.

-Tienes que hacer justo lo contrario. Aceptar que hay un problema, ser sincera sobre el. Primero contigo misma, después con los demás. Y buscar en quien puedes confiar para que te ayude. Son esas otras personas las que tienen que decidir si aceptan la responsabilidad.

-¿Recuerdas lo que te pregunte en nuestra segunda cita? Sigo queriendo saber que puedo hacer por ti. Y ademas necesito saber quien eres. No que eres, si no QUIEN ERES. Por que a la mujer, que es una chica, que es una niña, que es UNA HEROÍNA, ya la conozco y ya he decido ayudarla. Y si no me dices que me he equivocado no voy a dejar que te libres de mi. -Concluyo empujando la pelota hacia ella.

Johannesburgo. Calles de la ciudad. Myriham. 

Lentamente Myriham de regreso a su apartamento pasa por la tienda de comida del abuelo Himbele es un anciano zulú que por un módico precio pone en un plato (o si llevas tu cuenco) de comida caliente con algo de carne, que mejor no te preguntes de donde ha salido, eso si al menos sabes que será lo mismo que coman el y su familia. - Gracias señor Himbele, espero que su familia no se haya visto afectada por los disturbios. le comenta Myriham mientras paga su comida. - Estuvo cerca, por suerte unos policías evitaron que unos matones hicieran daño a mi nieta y a su pequeño, cerca de donde murió la niña blanca, esos personajes con habilidades deberían tener más cuidado con lo que hacen, hay muchos irresponsables, sita Myri. - Tiene razón, gracias por la comida. Mientras regresa a casa Myriham sigue intentando comprender porque no puede acceder a la estructura del componente de la bala ni a la masa que tiene y pertenece a EVA, es como si hubiera algo en la periferia de la vista y que cuando te giras a mirar se escapa y no consigues terminar de verlo, sabes que está ahí, es una sombra en el rabillo del ojo que no terminas de ver.

Alexanko. Tras la fiesta. Wimbo.  y EVA 

La reacción de Wimbo había sido tan extraña que no se protegió contra la bofetada que le propinó. Escuchó las palabras de la adolescente, y aunque entendía lo que estaba diciendo, había una parte que se le escapaba totalmente. En milésimas de segundo, reanalizó varias veces el pequeño discurso de la joven, sin obtener más datos de los que ya disponía. Entonces una parte de sí misma correlacionó la situación actual con aquella misión que lo había cambiado todo. El momento en que una parte de sí misma quedó alterado para siempre, cuando aquel extraño humano hizo algo muy parecido a lo que su compañera actual estaba realizando. Seguía sin entender a los humanos del todo. Una parte de sí misma tenía grandes dificultades para hacerlo.

Recogió el pase de Wimbo en silencio, mirándola, como intentando llegar a algo que ella le escondiese como humana. Pero todo era igual. En aquella misión de su pasado, siguió sus directrices de programación, sin obtener ningún indicador que la orientase respecto a lo ocurrido. Ahora se encontraba en la misma situación: podía seguir haciendo lo que su programación como IA le dictaba, o podía optar por un camino nuevo. Era una opción ilógica e irracional la que estaba a punto de tomar con Wimbo y sus compañeros. No tenía ningún sentido desde el punto de vista estratégico y táctico. Y sin embargo, cuando tomó aquella decisión, una parte de sí misma, a la que aún no entendía mucho, brilló como una vela en la oscuridad de su ser, irradiando una luz débil aunque más cálida que aquella personalidad metálica y fría que la conformaba.

-Los humanos sois muy raros. -dijo con aquella vocecita infantil mientras se movía con rapidez esquivando a Wimbo y lanzando la pelota a la canasta, encestando perfectamente. Recogió la pelota y se la devolvió. -Te toca, pero tienes un 97,54541% de posibilidades de perder contra mí.

De lo que no fue consciente la IA es que, al tomar aquella extraña decisión irracional e ilógica, había actuado de una forma mucho más humana que nunca antes.