Partida Rol por web

Jaime frunció el ceño al ver que sus poderes seguían sin funcionar en aquella criatura. Esperó a ver qué hacían los demás y sonrió al ver cómo el mismo cara-pulpo le anunciaba que tenía a 10 hombres a su lado que le podían ser de utilidad.

Muy bien, veamos si esos tienen tanta fuerza mental como su jefe susurró, mientras entrecerraba los ojos y se concentraba en el hombre que estaba a la derecha del cara-pulpo.

Impulso entró en uno de los edificios y trató de llegar arriba como pudo, literalmente, apoyándose en las paredes y jadeando.

Finalmente los seis metahumanos habían logrado abordar el barco, estaban todos allí como si se tratasen de un grupo unido y no de un grupo principiante. El Kapitán Krak-En estaba aún muy lejos de ser intimidado por cualquiera de ellos, y seguía en sus trece de apretar el botón. Estaba claro, que si eran piratas espaciales, sería porque podrían respirar en el oxígeno que supuestamente les iba a arrebatar a todos.

Lo que el no se esperaba el capitán cefalópodo era que, ante la presencia de aquellos enemigos, sus secuaces iban a terminar tan asustados que terminarían por saltar por la borda. Desde las palabras e impresionantes músculos de Ulrich, hasta las enormes garras de Johnathan. Todo ello, seguido por el control mental de Jaime, hicieron que los piratas interespaciales, saltaran por la borda y salieran volando de allí.

Ahora, el ingenioso y temible Krak-En se había quedado solo ante el peligro. A él no lo habían amedrentado, ni tan siquiera Ikari había logrado que se desmayase. Él era más resitente que todo eso y entonces fue cuando apretó el botón de aquel aparato.

El campo que había al rededor de toda la ciudad comenzó a desaparecer, en apenas medio minuto todo Feedom City quedaría expuesto al vacío interespacial, debían ser rápidos, había que acabar con el Kapitán, o al menos apagar aquel control tan complicado que parecía poseer el malévolo Kapitán.

-Se acabó la cháchara... -El enorme muchacho negó con la cabeza, puso una sonrisa más bien desagradable de decía a todas luces un "la has cagado" y se lanzó en carga cual locomotora hacia el hombre-pulpo.

Ligeramente decepcionada por la cobardia de los piratas espaciales (en el fondo estaba deseando destrozar a alguien), Francesca volvio a centrar su atencion en el Capitan, que viendose acorralado, habia optado por cumplir su amenaza.

- Oh, mierda!- SIn pensarselo un segundo, Fran volvio a proyectar su telekinesis hacia el mando, tenia que quitarselo a cualquier precio. Concentrando su ataque en un toque muy preciso, intento golpear el mando con la suficiente fuerza para quitarselo de la mano, pero no tanto como para romperlo.

Poco nos quedaba, un breve espacio de tiempo en el que tendríamos que alcanzar ese mando, ese mecanismo que estaba en manos de aquel abominable ser. Podría ser nuestro final, nuestro adiós de este mundo.

¿Tú final ikari?. Nooo.

¿De verdad quieres que acaben contigo?. Nunca.

¿Sabemos que habría que hacerle a Krak-En?. Lo sabemos.

Un hervidero de sangre recorría las venas de Vólkova. Era demasiado, no podía más.

Lo pagará, lo pagará muy caro.

No había otra opción. Jaime estaba siendo inútil, no tenía poderes más allá de su control mental. Pero tenía que seguir intentándolo, no se iba a quedar esperando a que ese pirata estúpido y arrogante acabara con su vida.

Levantó la mano, señalando a la criatura, y cerró los ojos. Intentó concentrar cada célula de su cuerpo, cada átomo, en la voluntad de aquel ser. Si lo conseguía, estarían salvados.

Para sorpresa de todos, Impulso, que parecía haber llegado con buen pie y con ganas de luchar contra aquel enemigo, emprendió el vuelo y se marchó de allí sin decir absolutamente nada. Aquel que parecía vuestro compañero os había dejado a solas para enfrentaros contra el carapulpo.

Y entonces Francesca tan solo tuvo que hacer un gesto con su muñeca para arrebatar con sumo cuidado el mando a distancia de vuestro enemigo. El mando salió flotando a gran velocidad hacia sus manos, dejando al Kapitán boquiabierto por haberlo perdido. Se puso a mirar a su alrededor, en busca de alguno de sus secuaces, hasta que se terminó de dar cuenta de que estaba completamente solo. Y aquella distracción fue suficientemente efectiva para que Jaime lograra controlar su mente. Ahora el capitán estaba bajo su voluntad. Es cierto que ya había soltado el control así que, teóricamente ya no suponía una amenaza.

Y entonces, el tren articulado que parecía ser Ulrich salió directo contra él. Ahora que estaba sin el control remoto y bajo la voluntad de su compañero, fue realmente sencillo hacerlo. Lo atrapó sin ningún problema y comenzó a asfixiarle. Tampoco era plan de estrujarle tanto como para matarle, pero si así lo decidía el grandullón, ocurriría. Y después, el dolor de cabeza que Ikari le provocó fue suficiente como para que comenzara a gritar de dolor. Entre tanto grito pudisteis escuchar unas indicaciones. Os dijo cuál era el botón que debíais marcar. Aquel artilugio parecía muy complicado de usar, y si no hubiera sido por las instrucciones dadas en el último instante, quizá no lo hubieran logrado. Pero gracias a la combinación de los poderes de todos, Krak-En desveló la clave del aparato y, finalmente lograron acabar con toda aquella tragedia.

<< PAUSAR SIMULACIÓN >>

Dice una voz que sale de ninguna parte.

De repente, todo a vuestro alrededor se congela, como si el tiempo se hubiera detenido. Atravesando una puerta invisible en el aire aparece el Capitán Thunder, el líder de la Liga de la Libertad.

Finalizar simulación. Dice y el mundo a vuetro alrededor desaparece, revelando los lisos muros en un gris metálico de la Sala de Desastres del Salón de la Libertad. El Capitán Thunder asiente con la cabeza. ¡Felicidades, la prueba ha terminado!

El Capitán Thunder explica a los héroes que la llamada de emergencia era fingida, y que todo lo que los héroes creen haber vivido desde que la Liga "se fue" era en realidad una sofisticada simulación programada en la Sala de los Desastres, capaz de crear ilusiones muy realistas para el enfrentamiento.

El ataque del "Bucanero Estelar" y la amenaza de Freedom City eran una prueba de acceso para ver cómo se las apañaban los héroes en condiciones de misión real y, lo más importante, sus reacciones ante situaciones de vida o muerte.

¡Formais un gran equipo y estoy orgulloso de vosotros! ¡O de casi todos! Dice mirando hacia algún lugar donde desapareció Impulso. La verdad, todos lo habéis hecho especialmente bien, y en cuanto a ti. Dice a Ulrich, A pesar de ser tan joven creo que encajarías perfectamente como el líder de la misión. Está claro que en tu cuerpo todos tus órganos están bien desarrollados, incluído tu cerebro. ¡Enhorabuena! ¿Creéis que tenéis algo que decir? Dice el Capitán animandoos a comentar entre vosotros la jugada y la simulación. Este es un buen momento para que os forméis como el segundo grupo de la ciudad que podréis ser. ¡Nos encantaría contar con vosotros entre nuestras filas!

Superando la posible indignación por el engaño, por otro lado perfectamente razonable, controlado e inteligentemente ejecutado, Ulrich se vio sorprendido por la afirmación que el Capitán Thunder, nada menos, le apuntó como posible líder de misión.

-¿¡Qué!? –tronó con los ojos desencajados por la sorpresa- O sea, es un honor pero yo, o sea, se me da mal hablar y, bueno... –fue todo lo que consiguió decir de viva voz.

Lo que no salió por su boca, pero estaba implícito en su cara estupefacta era:

<<y soy demasiado joven, no tengo experiencia, no sé hablar en público, me habéis engañado y he caído por completo, es demasiada responsabilidad, no me merezco tanto reconocimiento...>>

Un tren de pensamientos bien lleno le impedía hacer nada más que tropezar con su propia lengua para expresar todo ese maremágnum de ideas que se peleaban entre ellas en su cerebro supuestamente bien formado por hacerse con el control y salir antes por su boca. Y si se despistaba un poco además las intentaría expresar en neerlandés...

Todo esto ha sido una treta - pensó Ikari. 

Que sepan que no hace falta que se me pruebe para ver si soy necesaria en un grupo como el de ustedes. No me ha hecho nada de gracia, así que por lo que a mí respecta prefiero irme a relajar mi mente, he podido crear un desastre, necesito pensar.

A ella le daba igual quién pudiese ser el mandamás del grupo, eso no le importaba. 

Sin esperar respuesta empezó a caminar, muy despacio, directo al capitán thunder. Cuando pasó por su lado izquierdo le susurró algo.

En el fondo me gusta que me prueben, pero la próxima vez que sea algo más complicado.

Ikari se alejó del lugar.

Imbécil fue lo único que soltó Jaime. Lo dijo en voz alta, sin mirar ni señalar a nadie. Sabía perfectamente a quién se refería, pero prefirió omitirlo.

Para él, esta prueba lo único que había generado era desconfianza. Ese "gran" grupo de superhéroes les habían tendido una trampa. El número de veces que podían volver s hacerlo crecía lentamente en la mente de Jaime.

Igual que antes le daba igual pertenecer a la Liga, ahora sentía una necesidad imperiosa de sopesar su decisión. Al fin y al cabo, le acaban de enseñar que no todo era lo que parecía, ni siquiera entre los "buenos"

El Capitán Thunder se quedó boquiabierto ante la respuestas de algunos del grupo formado. La verdad, tampoco esperaba que le acogieran con los brazos abiertos, pero una reacción tan exagerada tampoco.

Al menos el joven Ulrich parecía estar dispuesto a seguir adelante. Así que le dedicó una amplia sonrisa y le invitó a entrar en la Academia Claremont.

Después miró al resto. Bueno, en vuestra decisión queda si queréis o no pertenecer a nuestro grupo. Dijo con una sonrisa pero tampoco sin querer alterar a los presentes. Quien quiera alojarse en la Academia y vivir con nosotros, así como ayudarnos a proteger la ciudad, será bien recibido. El que no... Dijo encogiéndose de hombros. El que no, supongo que ya le veremos por ahí. Pero tened en cuenta que aquí tendréis alojamiento, comida y demás. La decisión está en vuestras manos.

Luego se acercó un poco más a Ulrich y le habló solo a él. Nosotros hemos visto una capacidad de liderazgo que por lo que se ve tú aún no has descubierto. No hace falta ser buen orador para serlo, tan solo vale con ser carismático y convencer a la gente. Solo tienes que conseguir que te sigan. De hecho, ahora se plantea ante ti una gran prueba. Dijo señalando a los compañeros que parecían algo reacios a unirse. Probemos qué tal son tus capacidades de liderazgo y demuéstranos que puedes volver a unir al grupo.

Jaime estaba a punto de irse, pero las palabras de ese subnormal hicieron que su cerebro se replanteara muchas cosas. Entre ellas, dónde iba a vivir y de qué sobreviviría sin trabajo ni dinero. Ese grupo no le había gustado tras jugar así con ellos, pero en esos momentos era la mejor opción. Además, no había firmado un contrato de por vida, así que podría irse cuando ahorrase o encontrase casa o curro.

Y con un suspiro acompañado de un En fin... volvió a entrar en la academia

-Ufffff... –dijo el grandullón más para sí que otra cosa- Bueno, yo me quedo. Espero que los demás también. Me gustaría. Al final le hemos dado una buena al calamar ese, aunque fuera de mentira. Supongo que si no hubiéramos creído que era de verdad no nos hubiéramos esforzado tanto... –al pobre Ulrich le sabía mal que les hubieran engañado y que la gente se sintiera ofendida, pero era ese tipo de persona y estaba en esa edad en la que todavía tenía fe en los profesores y su capacidad para enseñar cosas. Esto no había sido muy diferente y el objetivo era bueno.

Por otro lado, había llegado con lo puesto y unas pocas cosas (aunque hubiera podido parecer lo contrario, su bolsa de deporte gigante era para llevar ropa de gigante, así que...), necesitaba un lugar donde dormir y alguna actividad con la que ganarse la vida. Cierto era que no era en lo que había pensado, pero al fin y al cabo es con lo que sueñan todos los niños, ¿no?

Fran se quedo estupefacta al ver como la "realidad" se desvanecia a su alrededor, y el capitna Thunder les contaba que todo habia sido una prueba. Mirando fijamente la palma de la mano donde hace unos segundos habia tenido el mando del supuesto capitan alienigena y aspiro profudanmente. Se sentia engañada, indignada, queria encararse con aquel hombre y reprocharle que los hubiera probado simulando una situacion tan grave sin avisarles antes.

Pero a medida que dejaba salir el aire notaba como esos pensamientos negativos se iban disolviendo. Comprendia lo que acababa de pasar, ella hubiera hecho lo mismo. Solo puedes ver la valia de alguien cuando lo pones en una situacion limite, si hubiesemos sabido que era mentira seguramente no hubiera resultado igual. 

Francesca dio un paso adelante y inclino delante de el capitan Thunder haciendo una reverencia de respeto.- Señor Thunder, mi actuacion en la crisis ha sido muy deficiente, pero si me permiten quedarme y afinar aun mas mis habilidades, prometo que no volvere a decepcionarlos.