DIA 2
Segundo día en la granja gañana. A menos de 24 horas de la decisión final.
Roleo libre. El granjero se encarga de tomar las riendas de la escena :P
El equipo de cámaras les persiguen allí donde vayan. Si no ven cámaras no importa, igualmente las hay, y micros por todas partes. No dudéis de la profesionalidad de James Cameron.
La cita durará aproximadamente unos 20 minutos on-rol. Tenéis una semana entera para rolear. Los findes no es obligatorio postear, entre semana si. La cita concluirá el 22 de marzo a las 23:59 horas.
Día 1
Aaaaahgaaag keme aeg.. aogo!! Me despierto en huna cama. ¿¿Kee?? No es mi cama, no hestán mis posters de guarillas, ni mi colcha de Toy story. Ke ago aki? Nadie me contestó, hera retórica. Recuerdo estar con la risa en el lago con el bollicao a punto. Balla que fea hes la risa, probre, hahaha. Me disperso mentalmente, no pueo evitarlo. Tube que acabar tan cieguer que no me acuerdo de na, no sabía si era mejor o no. Hespero ke el negro no me sacara hen brazos del hagua. Le preguntaré a la risa si la beo de nuevo.
Miro al cámara que estaba sentado en un incómodo sillón, ya le conocía, era el que me había estado siguiendo ha todas partes. Tenía barba de tres días y un haspecto cansao, me devolvía la mirada entre haliviada y nerviosa ¿Eso hes que cumgfedddawg mastado grabando tol rato? Con satélites, desos de televisión por satélite, claro, por heso no me siguieron hal lago de hagua.
Hahahaha por lo menos no man tirao del programa. Ale, anem -Pongo los pies en el suelo. Coño quin fret -Estoy descalzo, que asquito el suelo de gres. Aii qué frescoreta! - Estoy en bolas. ¿ke ago en bolas? Esto es como un hospital. ¿Ke ago hen el ospital? me arranco la vía al tercer o cuarto intento y me voy hacia al puerta. El cámara se apartó para que no le rozara, ya tenía la cámara a punto y estaba grabando.
La puta puerta está cerrada, mabían hencerrado para que no me pirase. Claro, me tocaba salir con la Manda, a esa ni drojada la aguantaba ni Dios. Me tengo que ir, que por la haltitud del sol a esta hora, llebo más de tres días enroscao en la cama. ¿Mabrán hestado lavando unas enfermeras de esas porno? No lo sabía, pero tenía que empotrar a halguien, a la risa, a la Doro, a la que fuera. Me sentía hun poco como hatila el lisensiado, pero no tan gay ni tan inmigrante.
Eeeh! Está cerrada. Cabronesh! Dejarme de salir! Le pego una patada a la puerta con toda mi rabia. Aaaaah ma hecho un esguince.
La puerta se habría hacia el otro lado, balla subnormal kestoy echo. Dile a Cumbayhatch ke me piro, hahahajjahahaha.
Me voi en busca de halgun donut.
Después de revisar el estercolero donde vivía Kaiden, desde producción me sugirieron que me acomodara en un hotel - menos mal, si sigo más minutos en aquella granja creo que tendría que avisar al FBI por la contaminación biológica - había visto muchas casas en la vida, pero nunca había accedido a una pocilga como aquella, ya no sólo por la cantidad de porquería que había por el suelo tirada sino por la ausencia de buen gusto y calidad.
El jardín, digo las 4 hierbas mal plantadas que en los alrededores de la casa por donde vagaban pequeños roedores no identificados, así como reptiles de largas bocas y patas cortas como si nada. Supuse que aquellos bichos fueron los juguetes del niño que aprendió a caminar entre la basura. Pero es que no sólo era el jardín, la propia casa era un auténtico cuchitril, la habitación del engendro con aquellas mujeres prostituídas en la pared, la manta de la cama meada y enguarrecida por otros fluidos corporales; qué decir de los baños, por donde residuos fecales encharcaban hasta las paredes.
Y todo aquello lo vio la audiencia. Sí, reconozco que disfruté sabiendo que todo aquello lo estaba viendo mucha gente. Sobretodo por el contraste, tanto Benedict como yo misma, incluso el cámara ofrecíamos una imagen limpia y cuidada en contraposición a aquella otra realidad parasitaria del sistema de pensiones.
Aún así, el hotel no estaba nada mal, nada mal comparado con la caverna que habíamos visitado anteriormente, por supuesto que, tampoco eran unas instalaciones sofisticadas, por concretar no había jacuzzi ni baños termales, ni tampoco sauna, pero al menos el baño no olía mal y tenía la clásica equipación de motel rancio y barato en el que te ofrecen gorro de ducha, jaboncitos y dentífrico - algo es mejor que nada.
Me avisaron que tenía que acudir al hospital, al parecer íbamos a rodar allí un encuentro, no me dijeron con quién - que sería sorpresa - claro, motivos para la audiencia, ya sabéis. Lo cierto es que, tras haber conocido al asqueroso y a su madre, no sé quién podría aparecer ya - ¿Quizás algún amigo suyo? ¿alguien relacionado con su primer trabajo? - me imaginé a un agente del correccional, incluso un predicador; esta gente se la veía con raíces profundas.
Fui para allí, estaba en la sala de espera - qué lugar tan raro para un encuentro, ¿acaso algún accidente? - A ver, que igual los amigos draconianos del imberbe habían provocado algún accidente, no lo descartaba. Pero vamos, para nada me esperaba coincidir allí con el cernícalo de granjero que me había tocado en desgracia, ni con su enfermiza madre. Aunque pensándolo mejor, si necesitaban su firma para tenerlos en el pabellón psiquiátrico de aislamiento - yo Amanda Bullington, mujer, adulta y responsable, en el ejercicio del poder que se le tiene conferido... - te aplicaría la silla eléctrica, no; sería un gasto de energía inútil, pero una lapidación al estilo iraní con bloques de cemento armado, oye, igual para esta gente les va bien.
Escuché ruidos como de animal provenientes de una habitación cercana, el personal sanitario tomó distancia, como si se tratara de un paciente con virus G. Me empecé a poner en lo peor - no puede ser, Dios mío, no puede ser, no puede estar aquí ¿lo está? - fue justo decir esa pregunta cuando el mamarracho de antes pero sin gorra y en pelota picada apareció tras abrir la puerta.
- ¡¡¡KAIDEN!!!
jajjajaa muy bueno!!!
Disculpa que no haya podido postear con un ritmo normal. Tú cómo vas? Tu familia qué tal?
ah, no te preocupes yo ando muy intermitente
Mañana me toca ir al exterior (suena como si el mundo estuviera bajo una contaminación biológica), mi madre tiene días bien y días malos, entonces hoy no ha sido bueno, pero el último había sido el sábado, entonces a ver cómo está mañana
Gracias por preguntar
Cumbrebache había intentado que La Manda se reconciliase con Amber para grabar ese momento emocionante frente a las cámaras, pero le madre de Kaiden se habia negado. Mitch y Butch los tios del gañán estaban demasiado endrogados en su casa, retozando en su propia mierda, y no hablamos en sentido figurado. Se habían cagado en la cama. Y ahí estaban con todo el mogollón como bebés sin dodotis. El culo escaldao y cagao. Demasiado asqueroso. ¿Quién les quedaba? El André de Pickens, el niño que nació falto de verdad y pesó 5 o 6 kilos al nacer, convirtiéndose en la puta atracción freak del pueblo cuando su madre lo dio a luz y entendió el filón que era tener a un hijo así, grande de cuerpo y pequeño de cerebro.
Pasó toda su infancia metido en el garaje de casa, dentro de una jaula, los findes se agolpaba mucha gente pagando millonadas por ver al freak de manos grandes, cara grande pero extrañas facciones de niño. Un engendro a lo Benjamin Button.
Llamaron a André, le ofrecieron un patio de baloncesto para jugar a sus anchas. Siempre habia querido una canasta para encestar triples. Cumbrebache era un dios averiguando los deseos de los demás.
Llevaron a la pretendienta a una explanada a las afueras del poblado ganán. Allí estaba el gigante de dos metros y pico, con unas patillas de Curro Jiménez que le llegaban casi hasta la barbilla y un blusón gris cosido por su madre con la máquina singer que tenian de la abuela Krakasnikov. Porque André era de raices checoslovacas, o de la antigua URSS, no lo sabemos bien.
-Elige, una pedrá o que te coja en brazos. Amanda. - su voz era grave, de deficiente mental y gigante estúpido.
-Hostias, se parece mucho al gigante de juego de Tronos, pero este es más inteligente. - dijo uno de los cámaras. -Shhh silencio. - pidió James Cameron, estaban grabando las acciones del gigante y necesitaba toda la concentración.
-HA, HA, HA, HA. Te lo piensas mucho. Entre morir apedreá y que te coja en brazos como la princesa prometida.
Te posteo esto, por si puedes rolear algo antes de que termine la semana XD.
- Así que eres el primo de Kaiden - el primo de zumosol y unas cuantas cajas de petitsuisse porque estaba claro que por el tamaño que tenía no sólo se había caído en la caldera de Panoramix, seguramente de ser un vikingo se los hubiera merendado a todos con nutella - André, deja esas piedras que te puedes hacer daño - aunque por la cara de bestia creo que las piedras tienen más miedo que él.
La familia de Kaiden era sorprendente, no sé si los habían sacado del circo o directamente de la caverna, en todo caso eran únicos. Pensé en que igual si los llevaba a una tienda podrían figurar en el escaparate en plan "galería de los errores"
- Es que tengo vértigo, no puedo subirme muy alta y tú eres enorme - vamos que, le iba a dejar que me cogiera con aquellas manazas, que no, que no, que este gigante seguro que la última vez que vio un jabón fue de pequeño y seguramente se lo comió - A ver, siéntate ahí Andrekaidenstein - cada vez que le presentaban a un nuevo miembro del bloque familiar era como un descubrimiento científico - ¿Qué me puedes contar de Kaiden, es bueno contigo? - a ver qué me cuenta el grandullón.
El gigante miraba a La Manda con una sonrisa bobalicona. -HA, HA, no tengo primos. Me los comí. - ¿what the fuck? -Me daban fetos. Tengo los huesos grandes, HA, HA. – y sin más echo para adelante caminando como un Rex, dos, tres pasos y la tierra tambaleó como un pequeño terremoto. Los cámaras se agarraron los unos a los otros sujetando sus equipos. La osamenta del gigante pesaba lo suyo.
-¡QUE LA PIEDRA O LOS BRAZOS! – cuidado lo estaba enfadando. Insistía André llevando amenazante el pedrusco, mejor dicho obelisco en la mano a nada de apedrear como una infiel a La Manda por no decidirse.
Siguió hablando. -Yo te subo. No te caes.– elevó los brazos marcando una bola de baloncesto de sus bíceps, daba miedo, era para estar embalsamado (cuando muriese) en el mismo lugar que el bollicao de Rasputín y que lo siguiesen exponiendo a la humanidad como una rareza inhóspita. ¿Amanda no se daba cuenta que su vida estaba en peligro?
-Estoy de pie. – le daba ordenes como su madre y eso no era bueno, porque tenia una relación madre-hijo complicada como Norman Bates con la vieja de la peluca. -¡CALLA! – soltó acercándose completamente a la Manda tapándole la cara entera con su manaza. Tenia la mano del tamaño de un cráneo. Lo que tendría entre las piernas vete a saber. Que monstruosidad. -¡TE VIENES! ¡A PASEO! ¡O TE AHOGO!
Iba muy en serio. André cogió a La Manda en brazos con la facilidad que un niño aplasta a una hormiga y si es muy cabrón acaba con todo un hormiguero. Volvió a sonreír teniendo a la mujer en brazos mientras avanzaba a pasos lentos y grandes y todo se movía a su alrededor. Mejor no hablemos de como olía el blusón del grandullón, Amanda podía sufrir un colapso respiratorio en cualquier momento. -HA, HA, HA. ¿Tas cómoda? Al río, que hace calor. – Amanda no le habia preguntado donde iban pero él ya lo tenia pensado. Más bien el equipo de Cumbrebache.
Aquella bestia con el cerebro de un mosquito me había puesto las manos encima, primero la palma de la mano en la cara para que dejara de hablar. Algo de muy mal gusto, sí señor, de muy malo. Pero es que luego me rodeó el cuello con esas manazas y casi me asfixia allí, en directo para toda América. Inaudito. Al final, acabó cogiéndome en brazos y llevándome como si fuera un objeto - ¿al río? - Lo que faltaba, el australopitecus me iba a meter en el río sin traje de baño, ni ningún tipo de protección y a saber lo que podía haber en esas aguas, y no sólo lo decía por los bichos sino porque podía tratarse de una canalización de aguas fecales de cualquier casa de las que había en este condado.
- ¡¡Quieto!! ¡¡zu-zuu!! - no parecía que se inmutara fácilmente aunque bien podía ocurrir que tuviera tanta cera en los oídos que no fuera capaz de escuchar la voz de la razón - ¡Detente y bájame! - sino lo hacía, muy a mi pesar, buscaría en el interior de mi bolso el spray contra violadores y le rociaría los ojos con él, primero para que me soltara, aunque también por ver los efectos que tenía, ya que nunca lo había usado antes y había visto en internete que en los ojos molestaba bastante. Con aquellos ojos de merluzo saltón que tenía el gigante sería difícil no sólo no acertar sino no gastar todo el producto - última oportunidad, necio - mi mano había identificado el tubo, le quité el tapón, apunté y - fffffsssssss - directo a los ojos.
Amanda vertió todo el contenido del spray de pimienta en los ojos del gigante. André la soltó ipso facto sin ningún cuidado de que no se escoñase contra el suelo. Y no fue una caída precisamente ligera desde los dos metros que la sujetaba por su monstruosa altura.
-¡AAAAAAHHHH, PICAAAAAAAA! ¡AAAAAAHHHH! – comenzó a gritar llevándose las manos a los grandes ojos de sapo, después de soltar a La Manda como un saco de patatas. En ese momento llegaba un helicóptero del programa, que no podía acercarse mucho por los gritos desgarradores que pegaba el gigante y habían levantado una ventolera infernal. -¡AAAAHHH, AAAAHHHH! – el gigante se movía dando bandazos creando un embudo de aire con sus brazos que ni Twister, intentaba pillar a la pretendienta y si la encontraba la haría picadillo.
-¡Coño! Intentad bajad a la superficie que la pretendienta está herida, puede que se le haya abierto la cabeza como un melón. – dijo Cumbrebache preocupado por la situación. El productor no habia calculado la reacción que tendría La Manda. Todo salía mal con esta mujer, habia sido un desacierto traerla al programa.
Lo intentaron, y fue peor el remedio que la enfermedad. El helicóptero a tomar por culo. El monstruo de Andre y su fuerza descomunal era peor que cuatro Katrinas y tsunamis juntos. Por el efecto de los gritos, los brazos y las patadas se provocó un miniterremoto en Pickens, posicionando el helicóptero boca abajo, dejándolo rodar por la parte de las hélices.
Se las vieron canutas para saltar del helicoptero, no potar en el intento y salir despedidos por los aires. -En nombre del programa le pedimos disculpas Amanda. Esto no estaba preparado. - Bene habia fallado estrepitosamente. -¿Se encuentra bien?
-¡Hay que salir de aquí, el helicóptero va a explotar! - gritó un cámara. Fin de la emisión.
No utilizaré adjetivos por debajo de mi estatus social para describir lo sucedido, simplemente diré que fue inaudito, aquella bestia del cretácico después de que se negara a atender a mis indicaciones para que me dejara en el suelo, actué en consecuencia, es decir, cogí el spray y aprovechando que tenía los ojos más grandes que los de una lechuza con cataratas, le vacié el producto. Por supuesto, aquello provocó una reacción en cadena, la bestia me soltó y caí dos metros sin planeamiento ni paracaídas, básicamente porque el gigante se llevó las manos a los ojos.
Fue un golpe tremendo contra el suelo, creo que sino llega a ser porque practico deporte con mis amigas del club de bridge y del parchís, allí mismo me habría desnucado. Pero suerte que tiene una de tomar el té con el mismísimo diablo, así que, fuera de un dolor en la pierna a causa de que seguramente me había torcido un tobillo, pues no noté gran cosas. Bueno, miento, cuando intenté levantarme descubrí que no podía, quizás me hubiera roto la cadera pensé, sin embargo fue que la falda se me había agarrado con una especie de planta carnívora. Cuando conseguí levantarme descubrí que me había intentado morder pero se ve que el peso por el que la ley de la gravedad actúa fue mayor, es decir, la había aplastado - servirá de marcapáginas, tiene un diseño bonito.
Luego fue cuando vi al engendro ciego por la ira y por el spray dar movimientos de una auténtica bestia parda, agitaba las manos como si quisiera volar o pretendiera espantar a la vellutina, la avispa asiática. Fruto de ello provocó un remolino de viento espectacular, fue tan salvaje la corriente de aire que el helicóptero de producción acabó derribado.
A la vez, el primo de Kaiden me gritaba tratando de encontrarme, seguramente con malas intenciones, yo que había leído la fábula del Polifemo, a punto estuve de decir que "nadie estaba esperándolo en el porche de su casa" pero decidí obviar todo comentario, que fuera estúpido no quita que pudiera escuchar bien. Además con un poco de suerte, se iba al río y se ahogaba allí.
Vi como se acercaba Benedict a pedir disculpas por la cita - la verdad es que ha sido entretenida, como una visita al museo de ciencias naturales - por supuesto que había tenido una serie de incidencias que podrían paralizar el mundo entero, pero en general esperaba no volver a visitar este condado y si lo hiciera sería con la guardia nacional entrando a sangre y fuego.
- Antes de dar por finalizada mi participación en el programa, me gustaría despedirme de la madre del bicho ¿creéis que podéis facilitarme un encuentro? - Habían quedado unas cuestiones, mínimas, por resolver y tampoco era plan de que acabara el programa sin dar por zanjadas esas cuestiones.