Marzo 2020
¡BIENVENIDOS A LA GALA FINAL DE GRANJERO BUSCA ESPOSA!
(Imágenes de ensueño del granjero Jamie y su esposa Evelyn, grabadas cerca de su rancho en Louisiana). Una suave música de banjo acompaña a la pareja paseando por sus campos de trigo, o lo que quiera que sea esa plantuzca amarillenta que se ve bajo sus pies.
-¡Que feliz soy, mi amor!
-¡Y yo más a tu lado, mi vida!
Los espectadores se dividen entre potar y aplaudir. No hay consenso entre el público troll y el romántico.
La rubia le toca el sombrero a su marido de forma romántica, luego sonríe, más tarde se sube a caballito encima de él y lleva su sombrero colgado en su espalda como una auténtica cowgirl hecha al campo. Rodea el pecho de Jamie delicadamente, porque esta es la pareja romántica que se casó el año pasado. Y todo el público estaba esperando ver que no se han divorciado, excepto los cabrones que disfrutan con el mal ajeno, y esta noche se van a poner las botas viendo algún plantado delante de millones de personas.
¡VOLVEMOS EN 30 SEGUNDOS!
(Aparece una panadera pegando bocado a un donut gigante). Esta temporada me he puesto ciega a donut viendo granjero busca esposa. Y lo he hecho comprando mi donut relleno de fresa de la marca más buena de Estados Unidos. Es un placer muy culpable del que no me arrepiento nada, aunque vaya todo directo a las cartucheras. Ver a los granjeros glaseando donuts me pone tan cerda que solo puedo calmar mis ansias con un extra donut tamaño familiar para ansióliticas como yo. Recuerde consumir donut bajo su propia responsabilidad.
¡3, 2, 1, ESTAMOS EN EL AIRE!
VOZ EN OFF: ¡Recibamos con un fuerte aplauso a Benedict Cumbrebache y Taylor Swift!
WHOA. Todo el plató se pone en pie. La gente aplaude, grita, se tiran de los pelos imitando a Bene cuando lleva peluca. Es decir, casi siempre, la peluca solo transpira cuando se acuesta a dormir. Hoy es el día en que tendría que haber lucido el pelucón regalo de Dorothy, pero no pudo ser. Igualmente sonríe al publico y saluda como un gentleman inglés, vestido con un traje que ciñe su cuerpo delgado y fibroso. Lo tiene, aunque no se aprecie su trabajo de gimnasio sin unas gafas rayos x. Es un hombre sexy y productor.
-¡Buenas noches! Disculpen la falta de nuestros otros dos coaches. Tenían compromisos profesionales que atender y no han podido acudir a la gala final. – la realidad era que Blake habia sufrido un coma etílico al beberse toda la sangría de Tooscaloosa. Y Miley se habia aficionado tanto a los chihuahuas de atrezzo que al llevarlos al consultorio del Lisensiado ya no habia podido salir de allí, y aún se encontraba perreando con él encima de la camilla y otros sitios.
-¡Vamos a recibir con un fuerte aplauso a nuestros granjeros Atila, Kaiden y Sam! - el público enloquece con ellos. ¡Eran los granjeros de Ámerica, coño! Todo el mundo les adoraba.
-¿Qué tal la experiencia? Vamos a ver unas imágenes importantes de cada una de vuestras granjas. Son acerca de vuestras pretendientas. ¿Estáis preparados? - tanto como si lo estaban como si no, iban a emitir toda la mierda posible que habian grabado para hundirlos en la puta miseria delante de los espectadores.
Adelaide: Ivonne está loca. Es muy guapa pero está más loca que Nichole.
Nicky: Ivonne es una guarra y le encanta cerdear en el barro.
Lisensiado: Mel es una mamasita. ¡Yiha!
Dorothy: ¡Kaiden empótrame y dame drojas!
La Suecan: ¡Cásate con Larissa! hahaha.
André el gigante: ¡Picaaaaa! ¡Amanda te ahogo!
Giulietta: Susie Grace e molto farandulera. No e per el mio nieto.
Evon: ja, ja, ja.
Susie Grace: Sam se merece una boda por todo lo alto.
Los testimonios resultan IRRELEVANTES.
VOZ EN OFF: ¡Recibamos con un fuerte aplauso a Taylor Swift!
VOZ DEL REALIZADOR: ¡Que eso ya lo has dicho antes, coño! ¡lee el puto guion!
La princesa rubia aparece sonriente y encantadora. Hecha un flan porque no sabe que ha pasado con Kaiden y una de sus pretendientas. Su corazón late acelerado y canta "Love Story" dedicado para los tres granjeros del programa. Evon aquí no cuenta, aunque sea granjero tentador.
Las pretendientas entran en el plató mientras la música dulce de Taylor inunda de pinky paz los corazones de los televidentes. ¿Quién habrá venido a la gala final? ¿Faltará alguien?* las chicas comienzan a desfilar delante de los granjeros.
(sonido para dar tensión)
Taylor mira al gañán, junta las palmas de sus manos, sufriendo por el granjero. Todo el mundo sufre, el público troll porque se acaba lo bueno y el romántico porque quieren que se forme alguna pareja.
VOZ EN OFF: ¡HA LLEGADO LA HORA DE ELEGIR! LOS GRANJEROS SE ACERCARÁN A SUS PRETENDIENTAS Y ELEGIRÁN A LA QUE QUIEREN SEGUIR CONOCIENDO, CASARSE CON ELLA O POR EL CONTRARIO MANDARLAS A PASEO.
*Es lícito que la que no quiera presentarse en el plató no se presente. También se puede mandar un mensaje grabado sin necesidad de acudir a la gala.
El equipo de grabación se había marchado de la granja y poco a poco todo volvió a su lugar. Los niños, sus caballos y la mamma regañándole por no haber conseguido que ninguna de las dos se quisiera quedar con él. Todavía quedaba la última gala y tendría que ir a la ciudad para enfrentarse con las cámaras sabiendo que probablemente ninguna estaría allí. Susie se lo había dicho bien claro, no estaría porque solo había ido allí para relanzar una carrera que debía estar muerta y enterrada si su relanzamiento dependía de salir en un programa de citas. En cuanto a Emma, también le había dicho a su manera que no estaría, que tenía su madre enferma y que no se iba a poder casar con él, que aquello era para ella una especie de vacaciones.
Sam pasó los días algo más apagado de lo normal y se dejó crecer una barba que no había llevado antes. No comía mucho, no hablaba demasiado y solo el contacto con los caballos parecía animarle un poco, estando cada vez más nervioso por la gala final. Llamó a los estudios e intentó llegar a un acuerdo con ellos para no tener que ir pero la letra pequeña del contrato era clarísima, una vez sacado el microscopio, y de no ir debería pagar 100 millones de dolares en compensaciones, un dinero que no tenía.
Llegó el gran día y se puso su mejor traje y una camisa sin cuadros, unos zapatos italianos nuevos y se afeitó la barba tras mucha insistencia de la mamma. Había pensado mucho en que pasaría si alguna de las dos estaba allí, que creía que no lo estarían, pero había que estar preparado por si estaban. De estar Susie Grace le diría que no quería nada con ella, que él era una persona sencilla y con profundos valores que no compartía con ella. Probablemente fingiría decepción, intentaría que el público se pusiera de su parte y lo conseguiría, siempre que no cantara hip hop. En cuanto a Emma, todo era mucho más complicado, sí, se había enamorado de ella pero no podía casarse con la situación que tenía por delante. Diría que quería conocerla más y le ofrecería esperar al fallecimiento, y posterior luto por su madre o que viviera en el rancho sus últimos días, bajo un bonito sol y rodeada de naturaleza. Era un buen plan, aunque seguramente debía estar con Evon en aquel momento, y lo peor de todo es que la iba a tener de vecina.
El presentador pidió que pasaran los granjeros y el corazón le salto como un cavalino rampante, y la sangre le circuló más rápido que en una machina de Formula 1. Entró detrás del Alfalfa, Atila habían dicho que se llamaba, e intentó imitar sus movimientos y saludos a las cámaras, menos el guiño sexy a cámara, que no sabía como podía seguir guiñando el ojo, que si los párpados tenían algún número máximo de guiños a lo largo de su vida debía estar a punto de sobrepasarlo con creces.
En cuanto llegó su turno para responder dijo componiendo una sonrisa de circunstancias
"La experiencia ha sido muy bonita. He conocido a dos mujeres increíbles y he dado a conocer las actividades que se realizan en el rancho McCarthy, solo por eso ha valido la pena. Sí, estoy preparado para que salgan mis pretendientas, si es que hay alguna" - Que esté Emma, que haya venido..... Leprechaun confío en ti.... haz el milagrito.... que no te estoy pidiendo la olla de oro, solo que venga Emma y que pueda hablar con ella....solo....
Las chicas salieron pero ni Susie ni Emma estaban allí. Sus peores pesadillas se materializaban y ahora tenía que enfrentar los focos en solitario, derrotado, humillado y tan solo como empezó aquello. Compuso una sonrisa de buen perdedor mientras entre dientes decía en su italiano más cerrado
"Leprechaun, sei un stronzo di merda"
Atila sorprendió a todos llegando al programa en camisa. Porque la camisa no se la podía quitar tan fácilmente. Pero podía, ¿eh? En fin, que tenía que ir elegante porque era una gala seria. Y porque su madre le había obligado. Eso sí, los guiños sensuales y movimientos sexys de ceja que no faltaran nunca. NUNCA.
¡Ahí estaba la abuela! Qué simpática ella y qué sabia. Atila tomaba sus consejos muy en serio. Muy en serio. Él era como era en parte gracias a esa gran mujer. ¡Coño, Nicky! ¿Pero qué hacía esa demente en el programa? Atila miró a su alrededor sin entender. ¿De verdad habían dejado que un peligro público recibiera a una de sus pretendientas? Madre del amor hermoso. Y, por supuesto, el lisensiado, el pájaro que había aprovechado para ganar dos minutejos ante las cámaras y seducir a Mel. El "yiha" era hasta antierótico en él. Ay, madre. Él que había preparado a sus padres y a su abuela para que recibieran a las pretendientas... En fin.
A uno de los granjeros le habían dejado plantado. Pobre. No tenía ni pajolera idea de cómo se llamaba ninguno. Lo habían dicho en la gala de presentación, pero Atila estaba a otras cosas más importantes. Como a ser sexy y a sus pretendientas. Que, por cierto, ahí estaban las dos.
Guiño un ojo a las cámaras. Todo el mundo estaría pendiente de Atila. ¿A quién elegirá? ¿A Ivonne? ¿A Mel? ¡No, Atila, elígeme a mí, a mí!, estarían todas en sus casas, rasgándose las camisetas de la desesperación. Pobrecitas. Pero, antes de dar su decisión final, Atila pidió atención. No se quitó la camisa, pero se desabrochó un par de botones.
— Si el programa me lo permite, quería mandar un mensaje a la audiencia —Era un momento serio, así que obvio los gestos sexys. Es broma, guiñó un par de veces el ojo seductoramente—. Muchos piensan que el trabajo de la granja no es para mujeres, que es demasiado duro —¿Qué vergüenza, no?—. He escuchado a algunos cámaras reírse por lo bajo mientras estas dos hermosuras realizaban tareas —Vale, eso igual se lo había inventado, pero era un golpe de efecto espectacular—. No hay visibilidad, no hay apoyo y yo eso lo quiero arreglar. Voy a abrir un programa de formación para que todas las mujeres de más de 18 años pasen una semana conmigo y yo les enseñaré todo. Totalmente gratuito, nenas.
Entonces ahí sí que se desabrochó el resto de botones y mostró sus espectaculares pectorales. En fin, se acercó a su primera cita.
— Ivonne… —Y, dejó de acercase. De hecho, dio un paso hacia atrás, que esa tía le daba un poco de miedo—. Eres muy atractiva y lanzada. Y eso está muy bien. Pero yo hago caso a mi abuela. Y si ella dice que estás loca, pues mira… —Otro paso hacia atrás—. Y locas en mi granja ya tenemos una a la que no conseguimos echar ni con agua caliente —Otro paso hacia atrás—. Así que, lo siento, nena, pero no puedo casarme contigo.
Rápidamente se puso a hablar con Mel, a quien guiñó un ojo. Seductoramente.
— Mel, eres una Diosa —Lo era—. Igual que yo soy un Dios —Lo era—. Cualquiera diría que estamos hechos el uno para el otro. Tenemos las mismas ideas, los mismos valores, somos igualmente atractivos… Pero me has contado cómo quieres que sea tu futuro y en mi granja no lo podrás cumplir. Aquí hay que trabajar con los animales, en el campo… Día a día —De nuevo, estaba siendo el puto héroe salvador de las nenas, el que les dejaba realizar sus sueños—. Si te quedas, no podrás ser una reputada actriz ni ganar premios. Tú no has nacido para llenarte de mierda a diario, nena.
Ya está, lo había dicho. Había rechazado a ambas mujeres. A una, por loca; a otra, por ser un machote sensible que se preocupaba por su bienestar. Vale, tal vez con la última mintiera un pelín. Tal vez es que Atila no se imaginaba a esta tía trabajando entre vacas toda la puta vida, por más que durante diez minutos lo haya hecho. Puede que entre las mujeres que se apuntaran a su programa de formación se encontrara la mujer de su vida. O, bueno, al menos la mujer con la que casarse.
Cumberbache hera un mamonazo. Hal segundo de que La risa me diera hun abrazo y llo me pensara que la iba a poner mirando a la vez a Tooscaloosa y sus pedanías, hapareció tol equipo de producción y se la llebaron con hellos.
Mira que sois ijos de puta - le dije. Seguro que kerian que me pusiera becerro hen la gala y me sacara hel bollicao o algo hasí. Pos lo teneis claro, cerdos pijos miranabos, hos bais a joder que con el gañan no hos bais ha reir ni un poquito hesta vez. Bueno, pué que si que hos riais, pero boi a hintentar de que hos riais mu poco o casi ná.
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No se podía hir más helegante, eso me animó un poco, me beía en los hespejos y flipaba como iba pijito pero sin dejar de parecer un tio del Dead River.
Anque no me cortaba en subir a hun escenario ni acer hel cabra en público, el plató y la haudiencia me ponían de mala leche.
Nos icieron salir entre haplausos. Llo iba tercero tras el famoso Hatila, (hel tío se lo zumbaba todo, hera como solisombra, pero en persona y ciclao) y el italianini el tío ese de Tooscaloosa que tenía caballos y tenía huna hescuela para niños que no sabían leer chachi.
Los focos, las luces, me hacían lamentarme no haberme tomado algo relajante -una pista, no hera una tila - pero hera lla tarde hasta para fumarme hincluso un petardo.
Hun rostro destacaba hentre la multitud, como no iba a destacar, era la Risa, que iba bestida de manera super especial. Me acerqué a ella mientras Hatila Blablaba, Sam BuBuBu y la dije: -Eh, la Risa. Hubo una pausa ahí, llo lla había acabado la conversación pero hes berdá que igual la Risa se le hacía un poco raro. Era nueva y habría que hexplicarle un montoon de cosas.
Lla sabes lo que dije en la kasa...pues heso. ¿Hay que decir hargo más? El público también abia visto lo de la lata, parece que hera un plagio, quién lo ubiera himaginado. ( Llo no)
Venga canta tu canción, La Risa. Que ahora bas a tener más haudiencia que en toa tu vida.
Le doy un pico, muy despacito. Así como un poco cortaillo, la verdad. Pero hes lo que hay, tengo mis balores molares.
Te elijo a tí..La Risa!!
Cuando Benedict dio paso al vídeo lo primero que se vio fue a Emma, sentada en un sillón color crema. Tenía los ojos rojos y tristones y las mejillas como dos tomates por la vergüenza de estar grabando ese clip.
—¿Y entonces? ¿Cuándo empiezo? —preguntó, mirando a algún lugar por encima de la cámara—. ¿Tú me avisas cuando hablo o cómo va? Ah. ¿Qué ya? ¿Ya está? Ay, madre, no. Espera, espera. —Pero de esperar nada, que ya le habían dado al botoncito rojo y no iban a pararlo.
Cerró los ojos y tomó aire despacio por la nariz y luego lo soltó por la boca. Dos veces. Luego los abrió y asintió con la cabeza.
—Vale, estoy lista. Ya le puedes dar. —Se quedó un par de segundos mirando a la cámara, dando tiempo a la operadora a que pulsase el botón y luego empezó a hablar, intentando disimular una sonrisa con bastante poco éxito—. ¡Hola a todos! Soy Emma, una de las pretendientas de Mac, el granjero romántico —Se presentó por si acaso y porque una vez había empezado a grabar ya no se acordaba del discursito que había preparado. Le iba a tocar improvisar—. Bueno, a ver. Que he decidido que no voy a ir a la gala final. No, porque me he enterado de que me han estado manipulando y engañando y pues ya no me gusta todo esto. Yo quería vivir un gran romance y... jolín... estaba siendo todo como un sueño. Es verdad que Mac es un anticuado y está un poco loco, pero me lo pasé genial con él. Es un encanto de verdad. Y Evon... —Se le escapó un suspirito—, en fin. Evon estaba haciendo muy bien el papel para el que le habían contratado. Porque es un actor, ni fotógrafo, ni granjero ni nada. Aunque sí que se llama Evon, algo es algo.
—Y eso, a ver, que me estoy liando. Lo que decía. Que he decidido que me vuelvo a Boston. Mi avión sale casi ya, así que os veré en la gala desde mi sofá, si es que me atrevo a verla. Porque me da mucha vergüenza que toda esa gente en sus casas esté esperando para reírse de mí.
Pestañeó rápido varias veces y miró de nuevo más allá de la cámara.
—Corta ahí —Ni caso, ahí no se cortaba nada—. Vale, y ahora... ¿puedo enviarle también un mensaje a cada uno de ellos? ¿Sí? Genial.
Volvió a mirar a cámara y esperar dos segundos para volviesen a grabar.
—Mac. Quiero darte las gracias por las dos maravillosas citas que me preparaste. Fuiste un protagonista genial y me lo pasé muy bien contigo. Me encanta todo lo que haces en tu granja, tus caballitos y tu escuela. Y me encanta cuando hablas en italiano y todas tus tradiciones raras y mágicas. Pero si te digo la verdad, no estoy segura de poder vivir para siempre con un hombre tan tradicional como tú. Y las serpientes me dan miedo. —Sólo de recordar que podría haberse muerto en esa aventura le daban escalofríos—. Así que no sé. Quizá si hubiéramos tenido más tiempo... pero así, no me atrevo a dar el gran paso a tu lado.
Hizo una pausa. Se colocó el pelo. Respiró profundo de nuevo y miró a la cámara.
—Y Evon. Me ha gustado mucho conocerte, aunque no estoy segura de qué cosas eras tú y qué cosas era tu papel. Tampoco creo que pudiera casarme contigo ahora, cuando sólo conocí al tú cien por cien real unos pocos minutos al final. Pero me gustó mucho el tiempo que pasamos juntos y te lo agradezco todo un montón. Ojalá hubiera podido conocerte más o mejor. ¡Dale un beso a Alfred de mi parte!
¿El resumen? Que iba a seguir soltera y cuidando a su madre, que tenía demencia la pobre y veces ya no sabía si se ponía los calcetines o las manoplas del horno. ¿Había espabilado? Podía ser que un poco. Tal vez durante unas semanas todo aquel escarmiento hiciese que Emma fuese con más cuidado. Pero a la larga sin duda volvería a caer con los dos pies, porque el romance latía en sus venas, aunque el cubo de agua fría que había recibido la hubiese dejado desubicada.
Estaba a punto de decirle a la operadora que cortase ya, que había terminado, cuando recordó algo y dio un respingo, volviendo a mirar a cámara.
—¡Ah, Evon! ¡Que creo que me he dejado la chaqueta en tu casa! ¿Le puedes pedir mi dirección a los de producción y me la envías? Si no te importa, es que me gusta mucho esa chaqueta. ¡Gracias! Y bueno, adiós a todos.
Hizo un gesto de despedida con la mano hasta que le pareció que ya habían cortado.
—Vale, pues ya está. Gracias, Carol. —Resopló, vaciando sus pulmones ahora que ya no la grababan (spoiler: sí que lo hacían)—. La verdad, creo que no habría sido muy buena granjera.
Había llegado el día de la decisión final. Mel, en realidad, no estaba nerviosa, o no quería reconocerlo. Se había tomado un par de pastillas para dormir la noche anterior y se había pasado toda la mañana rebuscando entre sus prendas la que sería perfecta para esa gala. ¿Cuántos millones de personas la verían? ¿Y directores? Porque esos eran los que importaban. En cuanto esto se emitiera su caché subiría como la espuma.
Cuando la gala empezó, Mel estaba pendiente a todas las cámaras que la enfocaran. Hacía gestos con los pulgares hacia arriba, sonreía, fingía morderse las uñas de forma bromista- porque hacerlo en realidad era asqueroso- y volvía a sonreír, haciendo algún guiño a los cámaras.
Le faltó la asistencia de Miley, que era una mujer tan alocada que podía animar cualquier clase de evento. La diva que se presentó, en cambio, era mucho más sweet y tranquila. Para Mel habría sido más divertido el perreo, pero supuso que quería darle caché al final de tan llamativo programa.
El primer granjero no tuvo suerte alguna. Vamos a ver, no podía culpar a las muchachas de no haberse presentado allí porque era un horror, pero quizá sería simpático. No pegaba con Mel desde luego, pero bueno. ¿Quiénes eran sus pretendientas? Ni se acordaba. Siempre que hubiera una cámara perdía la atención del resto del universo. No obstante, fingió una cara de pena por si acaso la enfocaban para grabar su reacción e hizo un corazón con sus dedos mirando a uno del equipo de rodaje.
Atila se presentó totalmente sexy, tan hot que hasta seguramente Taylor quería quitarse las bragas allí en medio. Se ofreció a hacer un curso para mujeres granjeras -¿quién coño querría dedicarse a esa profesión?- pero Mel sonrió porque el Alfa parecía tener buen corazón, o eso pensó hasta que vio que la rechazaba delante de todo el país.
¿Qué? ¿Cómo?- no ocultó su cara de sorpresa. ¿De qué coño iba ese proyecto de Adonis? ¿Quién era para rechazar a la puta mejor actriz del universo? ¡Si seguramente no lo conocería nadie! ¡Y encima regalando un puto DVD! ¡Ni bluray! Oh, dios. A Mel estaban a punto de salírsele los ojos de las órbitas. Había tenido que recoger huevos por su culpa e incluso se había colado en una propiedad por ese maromo. ¡Y ahora la rechazaba!
Para colmo, primero pusieron el video de una de las chicas del granjero abandonado. ¡La muchacha también había conocido a Evon! Pero ¿cómo no se había dado cuenta de que era el actor de Old Spice? Joder, qué poca cultura tenían algunas. Pero al parecer no era la única que había sido engañada. Las dos habían recibido mentiras de sus granjeros y ahora se sentían decepcionadas. Esa chica le había caído bien.
-¡Tú lo que eres es un cabrón!- gritó ella, después de que la grabación finalizase. No tenía ni puta idea de lo que había hecho. Le sobraba el dinero para hundir a ese cabrón y que se lamentara del día que había rechazado a esa diosa frente al público. ¡Eso no se hacía, joder! ¡Le restaba totalmente mérito a su papel como actriz! Mentiroso, eso es lo que eres. ¡Todos lo sois!- señaló también a Sam, aunque no lo conocía de nada. Las lágrimas comenzaron a surgir por su rostro porque claro, Mel sabía lo suficiente como para provocar el llanto: pensar en un mundo donde ella fuese pobre. Has jugado con mi corazón y mis sentimientos- no le habían dado tiempo para mostrar su lado dramático hasta ahora. ¡Yo que estaba dispuesta a dejarlo todo por ti! ¡A criar vacas, pollos, cerdos y lo que fuera! ¡A cosechar maíz!- se había puesto de pie mientras le gritaba y en ese momento hizo como si se desvaneciese y volvió a tomar asiento. Se llevó una mano a la cara y negó con la cabeza. ¡Solo querías aprovecharte de mi cuerpo!
-Qué decepción, Atila. No me habría esperado esto de ti. Quiero irme ya de aquí- quien quisiera verla, que pagase entrada a partir de ahora. Además, era mejor una salida estelar que quedarse allí a hacer el payaso con esa panda de pobres y vagabundos yonquis. Buscó con la mirada una salida y se levantó, dispuesta a marcharse haciendo un último pase de modelos digno de la diva que era. Al menos, si no triunfaba en el cine, podría hacerlo desfilando sobre una pasarela.
Sam escuchó el mensaje con una sonrisa, demostrando entereza aunque el suspiro que emitió cuando habló de Evon le dolió. Evon era mucho más guapo que él y no hablaba de él de forma peyorativa, en cambio a él lo tildaba de loco, anticuado, tradicional.... . Suspiró. Había hecho todo lo posible para que se quedara y no había bastado. Le quedaba por delante unos días malos, tendría que repintar el tejado, vender el potro de Luna para no pensar en Susie Grace y salir poco de casa hasta que los ecos del concurso desaparecieran.
Le dolía pero lo intentó esconder a toda la audiencia, sonriendo y diciendo que sí, que estaba loco, que las mayores locuras se hacen por amor y que ni se puede obligar a nadie que te ame ni puedes elegir de quien te enamoras, que aquello lo sabían hasta los niños gracias a Harry Potter, que no había pócima mágica para conseguir amor verdadero y que, si no lo ibas a poner todo era mejor dejarlo así, pues los zapatos de su difunta esposa eran casi imposibles de llenar.
También sabía que Emma iba a ser una granjera espantosa y que él no se iba a adaptar a la ciudad, así que tal vez aquello era lo mejor que le podía pasar, lo sabía pero no dejaba de dolerle, no dejaba de pesarle la decisión pero debía respetarla, era un caballero, uno italo-irlandés, así que, con eso estaba todo dicho.
Cuando el programa termino de hacerle las preguntas pertinentes a las que intentó responder sin hacerse la víctima se marchó a su Tuscaloosa natal. Durante unos días la granja se mantuvo en silencio, expectante a cada cambio en el humor de Sam y ni los caballos ni sus niños consiguieron sacarle de esa languidez. La mamma lo intentó todo, el tiramissu, los raviolos y su pasta a la amatriciana pero ni por esas Sam consiguió superarlo.
Un año mantuvo los tejados verdes, esperando que Emma pudiera volver. Fueron malos tiempos en el rancho, la nonna enfermó, hubo que sacrificar a Goliath por una larga enfermedad y la fama se convirtió en una pesada carga. Su rancho se había hecho algo parecido a una atracción turística a la que las amantes de Ana de las tejas verdes acudían en peregrinación, y cuanto más gente llegaba peor se sentía hasta el punto que la nonna tuvo que emplear a fondo la escopeta para alejar a alguna pesada.
Justo al año repintó los tejados, se afeitó y se dirigió al pueblo a pedir una hipoteca al banco con la esperanza de poder levantarlo de sus cenizas, y allí la conocía. Tenía gafas y parecía una hormiguita laboriosa con los archivos de un lado a otro, y, lo que era más importante no pareció reconocerle. Una cosa llevó a la otra, Sam volvió a sonreír pero nunca más volvió a creer en duendes ni leprechauns, el rancho salió adelante aunque la nonna los dejó para poder morir en su Sicilia natal y Sam se volvió a casar, pero eso ya es otra historia.
Y fin :D
Nueva York, noche de la emisión de la gala. Piso de novios engaged.
Susie ya estaba comprometida con Steven. Se casarían para verano. Su manager habia perdido la cabeza apenas solo un día y medio después de que se fuera a la granja de Mac. ¿De verdad iba a dejar escapar a esa morena treintañera, con todo en su sitio y cuerpo de fitness? Tenía carácter, no te aburrias con ella porque era una contestona. Este tipo de mujeres no hay que dejarlas pasar de largo. - se dijo recordando el momento de prácticas matrimoniales en medio de la calle, antes de que Susie se presentase al casting del programa. Desde entonces Steven habia soñado en ser él quien se arrodillase frente a la mocatriz y pedirle matrimonio.
-¿Seguro que no te mola Sam? – preguntó un angustiado Steven mirando el programa en el televisor 8K de pantalla plana que tenían agenciado en el pisito guapo de enamorados. Habia visto la gala, los videos de Sam metiendo la mano dentro de la yegua Luna y la mirada de la pretendienta, observándolo con los ojos haciendo chiribitas como si fuese el maravilloso George Clooney. Y para postre, la caída de Susie encima del granjero. Que no lo miró fijamente, evitando el contacto visual que decían que enamoraba, pero ahí estuvo encima en contacto sus pechos no operados sobre los pectorales fornidos de Sam.
-Que no, Steven. - le acarició el brazo de forma tierna para que no se agobiase. -Puede que me sorprendiera en esa escena ¿sabes?. Pero ya está. Por lo demás era un carcamal, no sabia nada de cine, y tu sabes mucho cariño. Eres el mejor. - una sonrisa y un beso que no quería que estuviera triste por el granjero.
-¿Me lo prometes? ¿No disfrutaste estando encima de él, verdad? ¿No te puso cachonda, no?
-¿Pero por qué me haces estas preguntas? es que no lo entiendo. - la realidad era que a Susie le habia dado morbo Sam en esa escena, morbo guarro de tirárselo y luego pasar de él. Pero es que después de eso ya no volvió a tener un highlight entre sus piernas nunca más. No valía la pena contarle la verdad a Steven.
-Porque estoy celoso.
-Ay, pues ya se te pasará. Que no es nada cielo, le estás dando una importancia que no tiene. - Susie se giró para apagar la luz y arrebujarse en la cama.
Steven seguía sentado en la misma posición, con el ceño fruncido. -¿Y por qué llamó al potro Susie? ¿No podría haberle puesto otro nombre? ¿Porque el tuyo?
Susie suspiró sin incorporarse del colchón. Le dio un par de golpes a la almohada, delicadamente como una Miss dando por zanjado el tema. -Porque quería hacer la gracia conmigo Steven, así de fácil. Luego nos comimos la pizza y ya está. Y el último día se puso en plan dramas. Ahora vamos a dormir, ¿vale? - y Steven hizo caso de su novia, apagó la luz y se abrazó a Susie en posición cucharita. Felices hasta que el divorcio llamase a su puerta o quizás envecieron juntos hasta el último día.
Evon estaba de los nervios. Desde el interior de su coche veía entrar gente al edificio del plató donde se grababa el programa. Vio a los demás granjeros, a las pretendientas, a los espectadores y demás. Le sorprendió la presencia de Amanda, pues por un momento creyó ver a Meryl Streep... A la que no vio entrar fue a Emma y empezó a preocuparse.
Llevaba una camisa blanca de cuello mao sin corbata bajo un traje gris, zapatillas casual y cinturón a juego. Vestido para la ocasión, en definitiva. En el mensaje de producción habían sido muy escuetos: "Aparece solo en caso de que te elijan, gilipollas". Así que allí estaba. Sentado en el interior del vehículo viendo el programa a través de la pantalla del salpicadero. Por un lado, estaba deseando que llegara el momento en el que apareciera algo sobre Emma. Un vídeo, tal vez. Pero por otro lado, le iba a doler ser rechazado.
Los muy idiotas de producción pensaban que Evon iba a fastidiarse más quedándose fuera, pero la realidad era que allí sentado, consigo mismo, era el mejor lugar para ser rechazado. Atila había no se había quedado ni siquiera con Mel. Ante aquello, levantó las cejas y giró la cabeza un poco. Aquel era un hombre con principios, sí señor. El pobre Mac parecía estar como Evon, pero delante de toda aquella gente deseosa de golismeo. Lo compadeció. Después aparecieron Kaiden y Larissa, los que invadieron su granja días atrás para bañarse en el lago, lo que propició el baño también de Emma y él. Sonrió de medio lado, divertido, al ver aquella pareja y se alegró sinceramente. Poco después, pusieron la retransmisión de Emma.
Wow, allí estaba. Sin sus gafas, con el pelo suelto, tan despistada... Se sorprendió a sí mismo sonriendo con cara de idiota. Su corazón latía con tal fuerza que tenía la sensación de llevar en su pecho el corazón de Artax, su caballo. Sus manos sudaban y temblaban ligeramente. Por un lado, quería que su discurso acabara, pero por otro disfrutaba cada gesto de ella, cada palabra. Cuando terminó con Sam, respiró un tanto aliviado, pero la tensión no disminuyó demasiado, pues ella no estaba en el programa, así que... Empezó a hacerse a la idea de que no volvería a verla nunca más. -No, maldita sea, creía que me había expresado correctamente ¡Claro que fui yo mismo desde casi el principio de la primera cita! ¡Lo fui!. -Evon dio un gran suspiro cuando Emma estaba a punto de acabar. Incluso pulsó el botón de arranque del vehículo, quitó el freno de mano y se puso el cinturón de seguridad para iniciar el camino de vuelta a su nueva granja...
Entonces, cuando Emma parecía haber olvidado algo, oyó en la pantalla: "¡Ah, Evon!". El hombre se quedó helado. Detuvo el coche y prestó atención. A medida que Emma hablaba, Evon iba abriendo los ojos de par en par.
Levantó la mirada rápidamente para mirar a través del retrovisor interior a los asientos traseros, pues allí estaba la chaqueta roja de Emma, colgada en una percha junto a la ventana. La había traído para devolvérsela en caso de verla. Ahora su corazón brincaba, pero de alegría. Habló a la pantalla para llamar a producción y pedir la dirección de Emma en Boston, tal y como había dicho ella expresamente.
Al final, uno de aquellos despistes tan encantadores de Emma habían propiciado la posibilidad de volver a verla. Y Evon estaba dispuesto a aprovechar esa oportunidad. Sonrió ampliamente y pisó el acelerador. El coche se alejó y, en la distancia, a través de la luna trasera podía intuirse el color rojo de la chaqueta.
Los últimos minutos de su cita con Kaiden habían resultado confusos, sobre todo cuando comenzó a entrar toda ese gente del programa y se la habían llevado de repente sin poder seguir hablando con él. Había trabajado lo suficiente en la televisión para saber que a veces no todo era lo que parecía y eso fue suficiente para mantenerla en vilo hasta la gala final. Se sentó allí en el lugar que le habían indicado y vio como había ido en las otras granjas. Un fracaso tras otro no parecía augurar nada bueno, incluso algún que otro montaje u engaño. Intercambió una sonrisa nerviosa con Amanda, apenas se conocían aunque sabía que era su rival en el programa. ¿Alguna había conseguido su objetivo? Aquella pregunta era relativa, incluso para ella misma. Había acudido al programa simplemente para darse a conocer en Estados Unidos y poder relanzar allí su carrera musical y al menos en ese sentido lo había intentado, creía haber dejado una buena imagen y una muestra de su talento, pero a medida que el programa había avanzado aquello había ido pasando a un segundo plano y ahora esperaba nerviosa la entrada de Kaiden.
Entró más elegante que nunca y con ese estilo particular y diferente que le había cautivado, no tenía miedo a lo que la gente pudiera decir y esa era una de las cosas que le gustaba del granjero. Ella también se había vestido para la ocasión, pero aquella vez no había optado por uno de esos estrambóticos vestidos de fiesta que tanto le gustaban y que parecían sacados del diseño de vestuario de una película de ciencia ficción, una de esas malas de serie B o C, aquella vez se había puesto algo sencillo, algo que dejara claro cuales eran sus intenciones.
Y es que aún pensaba que a pesar de ser la televisión todo lo ocurrido había sido real y que tenía una oportunidad de convertirse en una granjera junto a Kaiden, por eso apenas pudo contener el aliento cuando él salió, le habló y finalmente la besó.
-¡CON MUCHA MARCHA KAIDEN! -Gritó contenta mientras extendía la palma de su mano y le mostraba la anilla de la lata de conservas que aún llevaba, la cámara hizo un zoom para mostrarla a todo el público.- ¡Ven! ¡Esta canción te la voy a dedicar!
Cogió a Kaiden de la mano, se plantó en mitad del escenario y mirándolo a los ojos le cantó todo un clásico de su tierra natal, algo que transmitía energía y buen rollo además de expresar como se sentía.
Y así era. Se habían convertido en un pareja feliz y por otro lado le habían dado al público también lo que buena parte quería, que triunfara el amor y la marcha en el mundo. Acabó abrazada a Kaiden y sonriendo y saludando al público, a las cámaras y a todo el mundo que veía.
-¡Vámonos a la casa del árbol Kaiden! -Larissa buscó la cámara que los estaba enchufando para lanzar un último mensaje.- ¡Mamá Amber! ¡Vete preparando la paella que enseguida llegamos! ¡Cooonnnn muuuchaaa maaaaarchaaaa!
Ivonne entró en el plató más nerviosa que mil flanes de gelatina. Toda ella era jalea real agitada y temblorosa. Como si fuese su Primera Comunión. Como el primer alumno en sus clases particulares de piano. Como la ocasión inolvidable en que Tobías le enseñó que los hombres no son iguales que las mujeres.
Primero pasaron la publicidad. Qué chachi y qué cuqui.
Qué nerviossss. Y no estaba su mentora Miley. Ni su donut. Lo echaba de menos. Ainss. Ella sí que tenía el donut glaseado. Que había soñado con el medio kilo de chuletón de Atila entre sus piernas. ¿Y si se había quedado preñada? Ave María Purísima. Debía hacerse la prueba cuanto antes. ¡Justo ahora le venía ese pensamiento!
Se santiguó. Unas diez veces. Y comenzó a darle al Rosario. Menos mal que el escapulario de acero y plata lo llevaba bien apretadito cerca de las ingles. Que si no…
Más guapísima era imposible. ¿En serio que era humana?
Apareció el primer granjero. Qué mono. Y qué triste. No aparecieron sus chicas. Ivonne soltó unas lágrimas. Luego fue el turno de su ¡Atila! Se puso en pie y aplaudió a rabiar. Y en un acto de amor puro propio de ella y de su espontaneidad, se quitó las bragas y se las lanzó.
-¡Atila! ¡Atila! ¡Atila!
Y menos mal que ya no llevaba puestas las braguitas de fino encaje, porque se le hubiesen caído al suelo igual que un ascensor en caída libre. Fue tal el impacto de la decisión de Atila que le dio un pasmo, ahí la tía, catatónica. La mandíbula desencajada, los ojos dos huevos fritos, refritos, los pelos electrificados. Un par de figurantes la tomaron entre sus brazos y lograron que se sentase, despatarrada. Venga, otra vez todo el donut en directo para el mundo mundial. Esta vez bien depiladito, que se lo aconsejó la zorrona de Miley. Que seguía sin aparecer. Era pecado, esto de ir sin bosquecillo, pero la verdad es que se estaba fresquita.
Pues qué mal. Fatal. Horrible. Terrible. Espantoso. Que estaba loca. Y eso lo decía la zoofólica esa de la yaya Adèle. Ivy continuaba impactada. No se enteró mucho más del resto de la gala. La otra pretendienta, la guapísima y encantadora Mel se puso histérica, fuera de sí. La entendía. El alfalfa las rechazó a ambas.
Aunque Ivonne era incapaz de articular palabra ni de mover un músculo de su bello cuerpo cincelado por los dioses. “Me quiero morir”. Pensar sí pensaba. Estaba en coma, pero su cerebro funcionaba. Como siempre. No lograba ni guiñar, y eso que lo intentó. Un twink. Nada. Una momia. Una escultura de cera.
-¿Respira?, sí, si, respira. No hace falta el boca a boca, quita, marrano. ¿Qué hacemos? Dale espacio. Trae las pastillas. Llama a sus padres. Llama a Miley, que le coma el donut a ver. O a la dire. Muévete. Vale, voy corriendo a buscarlas.
Momentos antes de acceder al plató, estaba hablando con mi abogado, al parecer mi paso por el concurso había logrado disuadir al fiscal que no había presentado cargos. También ayudó que el principal testigo de la acusación sufriera un aparatoso accidente al hacer la compra, según me había contado Charles (mi abogado), se le cayó encima la repisa de los cereales con tan mala suerte que alguien había dejado por casualidad una botella de whisky Jack Daniels que al caer, le golpeó varias veces en la cabeza, al final acabó rompiendo (la botella), el testigo creo que también. Cosas que pasan, cuando menos te lo esperas, aparece un bombón como los de Forrest Gump y te lo comes.
Aquellas noticias me levantaron el ánimo, sobretodo la chequera porque sin testigo no habría juicio y volvería a recuperar el holding de empresas. Ahora tan sólo tenía que sentarme y disfrutar de la gala "Granjero Busca Esposa", había visto a través de las pantallas del circuito interno cómo se estaba desarrollando el programa - qué falta de estilo tiene Marijuanoman (alias Kaiden) para vestir, seguro que ese traje se lo ha comprado su mamá, la de los rulos de cruzcampo - traté de ver si alguna de mis amigas del club de bridge habían venido y se encontraban entre el público pero las cámaras sólo reportaban imágenes de personas tercermundistas, paletos y horteras varios venidos de granjas de la América profunda.
En cuanto a las candidatas, vi un poco de todo, vestidos de mercadillo, peinados de barrio, zapatos sucios y ropa sin planchar - no cabe duda que, esas chicas a lo único que pueden aspirar en sus míseras vidas es a relacionarse con un hombre de paja - mientras que las verdaderas mujeres, las auténticas líderes y emprendedoras, empresarias del mundo sólo veníamos a estos programas para obtener algún beneficio, como era mi caso, que fuera de la imagen de aparentar ser amiga del pueblo y de estos "personajes" apadrinados con becas en países del tercer mundo había conseguido apartarme de los focos del proceso judicial y tener una coartada increíblemente exagerada de estar a miles de kilómetros en el culo del mundo (literalmente) mientras "pasaban cosas en un supermercado en la gran ciudad".
Se abrió la puerta, me dijeron "adelante, es tu turno"... esperé que el foco me buscara entre la multitud y salí con paso decidido saludando con una gran sonrisa - gracias, gracias... ¡¡América, os quiero!! - seguí saludando como Jacky Kennedy a un lado y otro del pasillo - gracias, gracias... muy amables - me vine arriba y levanté los brazos en claro gesto de victoria. Me acordé en ese momento del juez, del fiscal, la acusación, el sindicato y tanta gente que creía que no lo podía conseguir - ¡sí, sí... Amanda ya está aquí! - me contagié del ambiente del populacho para gritar semejante consigna.
Seguí caminando por el escenario hasta la silla, podía haberme detenido a saludar al drogas y su familia de cavernarios pero me empezó a llegar esa fragancia de eau pocilgué y descarté aproximarme más a la zona biológica contaminada. Lo mejor sería dirigirme hacia mi asiento y aparentar que es un lugar cómodo - Gracias, gracias... Benedict, ésta gente me adora... vaya cómo aplauden - dientes, dientes, que decía Isabel Pantoja, si algo les rabia es verte contenta - ¡¡Sois maravillosos!! - me sentí tan agasajada porque el productor siguiera con aquellos aplausos artificiales que hasta aproveché el momento - me siento super feliz de estar aquí, con vosotros, estos momentos tan maravillosos para mí - sobretodo por lo del juicio, adónde íbamos a parar si no. De ser otras las circunstancias, yo misma vendría con la botella de whisky Jack Daniels a felicitar en persona a Kaiden y a su (p.) madre - ¡¡Os quiero!! - hice como que lloraba de la emoción y me senté al fin en aquella silla, esperando que el programa continuara.