Partida Rol por web

Lucas sudaba bajo el calor del mediodía mientras meditaba sobre por donde empezar. La cosa no era tan sencilla como preguntar por Molan como si fuera un bar. Para colmo de males, sus conocimientos sobre Esperanza eran casi nulos. Lo del bar le dio una idea, decidió preguntar por un bar o taberna, la clase de sitio donde enterarse de como estan los animos entre los locales y qué piensan de la masiva presencia de Decados y de Molan. Tendría que ser discreto, no obstante. Al menos mientras pensaba en una forma para acercarse a Molan.

-Eh! Oiga ,amigo, ¿donde puedo tomar una cerveza local?- dice jugando con los dos fenix obtenidos de la caravana.

Es un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar. Tras haber preguntado a los de la caravana Sailor se dirige a la única taberna del poblado. Se trata de una casa de madera, como las demás, que tiene un porche en su entrada. Hay unos cuantos barriles que sirven como mesa en el exterior. La entrada es accesible a través de una cortina de cuentas de colores. Todo muy rústico.

Una mirada desde fuera descubre lo que aguarda en el interior: un local amplio, a un vuelo, con una barra que ocupa la zona trasera y unas cuantas mesas desperdigadas en las que beben algunos individuos. Un par de ellos son miembros de la caravana pero al fondo hay un trío formado por gente ruda, con aspecto de mineros. En la barra una mujer oronda se afana en limpiar la superficie de madera con un trapo que no hace más que aportar más polvo y suciedad.

Me acerco a la mujer con mi mejor sonrisa.

-Hola, señorita. Una cerveza bien fria, por favor.

Mientras me acerco, intento quedarme con los nombres de los mineros de la mesa y escuchar su conversacion.

Sailor se apoya en la barra atento a lo que se escuche. Está más acostumbrado a trabajar en sitios concurridos pero sabe adaptarse. Charla primero con la camarera y la conversación acaba derivando, como suele pasar en las tabernas, en la intervención de la gente de la mesa. Se gana su confianza: ese es su trabajo.

Finalmente llega al punto que de verdad le interesa: lo sucedido cuando se inició la revuelta. Los hombres se quejan de que los militares tomaron represalias muy duras pero todos coinciden en que el tal Curtis Molan estaba loco. Un comentario es el que hace que Sailor encuentre el extremo de una posible madeja. Lo hace la propia tabernera:

- Ese tipo era un tarado. ¿Cómo vamos a ser todos iguales? ¡Que absurdo! Los nobles son nobles y por mucho que trabajemos jamás podremos cambiar nuestro linaje. Nacimos plebeyos y moriremos plebeyos. ¡E imbécil es el que le crea!

- Pues díselo a Ernie.- dice uno de los tipos de la mesa - Al pobre chaval le llenó la cabeza de pájaros. Si hablas con él todavía tiene el valor de decirte que sigue creyendo que Molan tenía razón. ¡Cómo se enteren los Decados le va a pasar lo mismo que a los otros rebeldes! Ese chaval no sabe mantener la boca cerrada...

Luego la conversación vaga por otros derroteros pero Sailor se las apaña para enterarse de que el tal Ernie trabaja en el almacén principal, aunque no obtiene ninguna información concreta sobre él. Pero algo es algo...

Sailor abandona el lugar satisfecho. No era gran cosa pero era un comienzo. Dirigió sus pasos al almacén tras preguntar por él un par de veces. Mientras caminaba por la ciudad procuró mantenerse alejado de las calles principales y de los decados. No tenia ni siquiera una descripcion del chico pero parece ser que destacaba entre el resto. Había decidido acercarse al almacen y ver si ofrecian trabajo para intentar identificar al bicho raro.

-Buenos días, acabo de llegar de Estigma y busco trabajo. Lo que sea, mozo, capataz, letrinas...lo que haga falta.

Sailor entra en el almacén principal de Cañón Esperanza. Esperaba encontrar un chamizo grande de madera, custodiado por un palurdo, pero en lugar de eso comprueba que se trataba del único edificio de piedra del poblado. Además resulta ser un edificio grande, de dos plantas. La parte inferior está abierta a un vuelo y varias rampas de gran tamaño conducen a la planta superior. Y de palurdos nada: el lugar está vigilado por tropas Decados y el tipo que parece gestionarlo podría ser un ciudadano de Byzantium. ¿Como hará para mantener esas costosas ropas de seda limpias en medio de tanto polvo? Es un tipo de edad avanzada e incipiente calvicie. Ni siquiera se digna a contestarle a Sailor. En lugar de eso levanta una mano y señala la puerta de salida.

Un hombre alto, de aspecto un tanto bruto, que empuja una carreta se da cuenta y le da un toque en el hombro a Sailor:

- No se moleste. Lord Iaran no le contestará. Es mudo... y tiene muy mal carácter. De cualquier forma no hay trabajo disponible en estos momentos. Será mejor que salga antes de que algún guardia se dé cuenta de que no es un mercader.

Mientras acompaña a Sailor a la puerta el tipo se presenta:

- Mi nombre es Drano. Era el capataz de este lugar hasta que los Decados se hicieron cargo de todo. Ahora se supone que soy el jefe de cuadrilla o una mierda así... supongo que pronto nos cambiarán por animales de carga llegados de Delphi. Salen más baratos y probablemente comen menos.

El tipo parece hablador. Quizás lleva mucho tiempo sin ver a alguien de fuera.

- ¿Viene de Karma? Corren rumores de que los simbiontes han volado la Base Gulliver.

- Así es. Yo mismo escapé de allí por los pelos. Por eso me he largado, he oido que la situacion se ha estabilizado pero no me fio un pelo, refiero poner millas de por medio.

Saca dos cigarrillos y le ofrece uno al capataz.

- ¿Dice usted que es de aquí? supongo que también está harto de los Decados, ¿No? Estamos todos igual.

Hace un pausa para encender el suyo y el del otro (si lo acepta)

- Escuche, ando buscando a un muchacho llamdo Ernie. Traigo un mensaje para él de Karma.

El otro recoge el cigarro y señala hacia la selva cercana.

- ¿Ernie? Está cortando madera. Menudo cabeza hueca: no hace más que sumar castigos y castigos... Dale la carta pero si quieres un consejo no hables mucho con él: tiene la cabeza llena de pájaros.

Lucas asiente con la cabeza y da una larga aspiracion al cigarro. Luego, mientras suelta el humo, pregunta.

-¿Si? ¿Qué quieres decir? ¿Debería preocuparme? En cualquier caso debo hablar con él, me puedes indicar donde se corta la madera?

- No... es sólo que el chaval quedó muy impresionado por el tipejo aquel de la revuelta... Oh, claro, si has llegado hace poco al planeta igual no te enteraste. Hubo un tipo que llenó de ideas tontas a bastantes de los de por aquí. Lo suficiente como para que los muy imbéciles intentaran tomar por la fuerza la mina ¡y repartírsela entre ellos! ¿Has escuchado alguna vez algo más absurdo? ¿Desde cuando los tipos como nosotros pueden robarle las cosas a los nobles y no esperar represalias?

El hombre mira al suelo, como si recordase cosas que no quiere recordar. Luego señala la selva:

- Sigue el sendero. No tiene pérdida.

Sailor asiente con la cabeza.

Él mismo sabe lo que es luchar contra el poder de la nobleza.

-Muchas gracias amigo. Ya me ire pasando por si necesitan a alguien.

Lucas se levanta y echa a andar por el camino.

El sendero no tiene pérdida, tal y como dijo el otro individuo. Finalmente Sailor llega a un claro bastante amplio donde un individuo está atacando a un árbol con un hacha. Quizás porque le habían llamado 'chaval' se esperaba encontrar a un muchacho pequeño y endeble, de mirada soñadora. En lugar de eso el tipo que corta el árbol debe medir unos dos metros de alto y poco menos de ancho. Su fiera melena negra leonina se mueve a cada hachazo. Ese tipo es una bestia parda tan grande como Castor o Rubeus.

Cuando se da cuenta de la presencia de Sailor el tipo se da la vuelta apoyándose en el hacha. Lo mira con curiosidad pero no dice nada.

Sailor llega chupando su cigarro. Se sienta en un tronco pelao cerca del "chico" y le dice:

-¿Que hay, chaval? Quiero que me lleves ante Curtis Molan.

Lucas espera a la reacción del chico, consciente que no se esperaba algo tan directo.

Ernie frunce el ceño. Ahora mismo, con esas cejas que parecen pintadas con engrudo, da la sensación de ser un oso a punto de atacar. Sailor le pega una calada al pitillo intentando aparentar más calma de la que ahora mismo tiene.

Sin embargo la respuesta es igual de directa:

- ¿Y por qué habría yo de llevarte a junto Molan?- pregunta Ernie.

Lucas no se levanta, no se pone gallito, actua con toda la naturalidad posible, de hecho, se saca una pelotilla de la nariz y la lanza por ahi con un gesto de sus dedos.

-Porque tengo algo que le interesa saber; algo por lo que me han expulsado del ejército y acusado de alta traicion contra el imperio. Algo que puede ayudarle en su lucha. Información vital.

Ernie apoya el hacha en el hombro:

- Curtis dijo que vendría alguien como tú. Habría dos posibilidades: que fuera uno de ellos o uno de los nuestros. Si eres de ellos te cortaré la cabeza. Si eres de los nuestros... bueno... quizás sobrevivas.

El tipo se acerca a un carretillo que tiene al lado de los troncos. Saca una cuerda de en medio de un montón de lotes.

- Atado y con los ojos vendados. Tú verás si quieres hacer el viaje.- mira alrededor - Y si hay algún gilipollas alrededor que tenga intención de seguirnos debo advertirle que nadie conoce esta selva como yo. A la mínima sospecha te abriré la cabeza. ¿Qué dices colega? ¿Vienes de paseo?

-Entiendo que me quieras vendar para que no encuentre el camino si soy un traidor pero...¿Por que atarme? lo siento mucho pero si voy es por mi voluntad, no como un prisionero. Estoy en busca y captura y quiero poder echar a correr si tenemos problemas con los decados que infestan este sitio.

Lucas no queria ceder totalmente la iniciativa a Ernie. Queria conservar una porcion de la sarten por el mango, aunque fuera la que más quemaba.

-Lo que tengo para Curtis lo vale, tio. Pregunta por Lucas Sailor si no me crees.

- ¿Y a quién le pregunto? - la voz de Ernie sonaba desdeñosa - Está bien. Te vendaré. Irás con las manos levantadas y si veo que haces cualquier tontería, aunque sólo sea rascarte la oreja, te aseguro que será lo último que hagas. ¿Nos entendemos? No sé que tienes para Curtis: su valor lo decidirá él cuando lo encuentres.

Para sorpresa de ambos una voz pregunta entre la maleza:

- ¿Y para qué quieres verme, Lucas Sailor?

Un hombre armado con un subfusil y con una espada al hombro se asoma entre la selva. Su larga melena negra va recogida en una cola y el rostro barbado muestra una fiereza que confirma su mirada. Parece que no hará falta ir hasta Curtis Molan: el fugitivo ha acudido a la llamada.

Sailor todavía asimilaba la llegada por sorpresa de Molan cuando otra figura surgió de entre la selva. Llevaba puesto el mismo hábito con el que lo había visto la última vez y, como entonces, su lanzallamas pendía a su lado. ¡Travis Casmir había regresado de entre los muertos! 

- Hola.- saludó - ¿Te acuerdas de mí?